ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 11 de marzo de 2011

Especial

El Papa muestra su cercanía a Japón tras el terremoto

Santa Sede

La limosna verdadera debe ser hecha por amor, afirma el Papa

El libro sobre Jesús del Papa es “extraordinariamente ecuménico”

En su nuevo libro, el Papa cuenta los temores de Jesús como hombre

Mundo

Una Jornada ecuménica internacional para recordar a Chiara Lubich

El arzobispado de Madrid denuncia asalto a una capilla universitaria

Las reliquias de don Bosco renuevan la fe a su paso por Asia

Obispo de Xiwanzi, China, muere a los 95 años de edad

Actualidad

Nuevas excarcelaciones en Cuba también de disidentes que no se exilian

Entrevistas

Iglesia, sacerdocio, democracia y otros asuntos esenciales

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¿La organización política es autónoma de la religión?

Testimonio

Los refugiados iraquíes han renovado a la Iglesia en Siria

Espiritualidad

Evangelio del domingo: Un camino de alegría

Documentación

Audiencia del Papa a la Asociación “Pro Petri Sede”


Especial


El Papa muestra su cercanía a Japón tras el terremoto
La Iglesia promete su ayuda a las víctimas
CIUDAD DEL VATICANO/TOKIO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI expresó su “profunda tristeza” por los “trágicos efectos” del terremoto que ha sacudido Japón en las últimas horas, así como su cercanía en “este momento difícil”.

Lo hizo en un telegrama enviado al presidente de la Conferencia Episcopal de Japón, monseñor Leo Ikenaga, a través del secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.

En él, el Pontífice expresa su “profunda tristeza por los repentinos y trágicos efectos del gran terremoto y los consiguientes tsunamis que han afectado a las costas del nordeste de Japón”.

El Papa “asegura a todos los que se han visto afectados su cercanía en este momento difícil”, reza “por los que han muerto, e invoca las bendiciones divinas de la fortaleza y el consuelo sobre sus atribuladas familias y amigos”.

Por último, expresa su “solidaridad en la oración a todos los que están proporcionando rescate, auxilio y apoyo a las víctimas de este desastre”.

La Iglesia en Japón ha prometido su ayuda a las víctimas del terremoto de magnitud 8.9 (escala de Richter) que ha sacudido hoy la costa oriental del país.

El seísmo, uno de los más grandes registrados nunca en Japón, tuvo lugar por la tarde (hora local) a 80 millas de la costa de Sendai, al norte de Tokio, y provocó un tsunami de casi 10 metros que barrió todo a su paso, incluyendo casas, infraestructura, barcos, coches y granjas.

“Un tsunami ha golpeado a nuestro pueblo” dijo el padre Koichi Otaki, sacerdote japonés y canciller de la diócesis de Niigata, a la agencia Fides. "Un maremoto ha venido a sobrepasar nuestras vidas. Estamos aún en estado de shock por lo que ha ocurrido”.

"El tsunami nos recuerda la precariedad de la vida. La solidaridad y asistencia a las víctimas será ciertamente nuestro compromiso cuaresmal”, añadió.

Por otro lado, varios jesuitas españoles han sido testigos directos del terremoto. Según el padre Manuel Silgo, al que lograba hoy contactar en Tokio la agencia española Servimedia, no es ni mucho menos el primer terremoto que vive en Japón, ya que lleva 48 años allí, pero "sí el más fuerte, el más largo. Aunque lo peor se está viviendo en el norte”.

Ayudas

El presidente de Cáritas Japón, monseñor Isao Kikuchi de Niigata, ha asegurado que “la comunidad católica japonesa, aunque muy pequeña, no desistirá en su compromiso y solidaridad con las víctimas”.

Daisuke Narui, director ejecutivo de Cáritas Japón, explicó que actualmente están intentando reunir información en el lugar, pero que por ahora las comunicaciones telefónicas, incluidos los teléfonos móviles, están fuera de servicio.

"Nuestra solidaridad está con nuestros hermanos y hermanas de Cáritas Japón y con el pueblo japonés”, afirmó Lesley-Anne Knight, secretaria general de Caritas Internationalis. "Durante mi visita a Cáritas Japón el año pasado pude ver el buen trabajo que están haciendo para ayudar a los pobres y las perosnas en dificultad. Seguiremos apoyándoles en este momento difícil y rezaremos por todos los que se han visto afectados”.

Se teme que el tsunami atraviese el Pacífico, y se han activado las alertas incluso en Hawaii y California.

A pesar de que en Japón, al hallarse en una región de fuerte actividad sísmica, las construcciones están preparadas para resistir en caso de seísmo, sin embargo en esta ocasión el terremoto ha sido inusualmente fuerte.

El último terremoto de magnitud parecida tuvo lugar el pasado mes de diciembre de 2004 en el norte de Sumatra, y el tsunami resultante provocó un balance de 220.000 personas muertas o desaparecidas en una docena de países del océano Índico.


 

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Santa Sede


La limosna verdadera debe ser hecha por amor, afirma el Papa
Recibió en audiencia a los miembros de la Asociación “Pro Petri Sede”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Recibiendo este viernes por la mañana en audiencia a los miembros de la Asociación belga Pro Petri Sede, que ofrece cada año un apoyo económico para las necesidades de la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI reafirmó la importancia de la limosna, propia de este tiempo de Cuaresma.

El tiempo cuaresmal, dijo el Papa a los presentes, a quienes acogió en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, “es el tiempo del ayuno, de la oración y del compartir” y “privilegia la peregrinación interior hacia Aquel que es Luz del mundo”.

“Necesitamos dejarnos iluminar por Cristo para que, a nuestra vez, sintiendo la urgencia de nuestra responsbailidad hacia los pobres del tiempo presente, dirijamos hacia ellos nuestra mirada que nos vuelve a dar confianza y que aclara la perspectiva de la eternidad beata”, afirmó.

“Contribuyendo a luchar contra la pobreza, compartiendo y con la limosna, nos acercamos a los demás”, indicó el Papa.

Pero el don, añadió, “no es nada sin el amor que lo anima y los vínculos fraternos que teje”. En cambio, actuando con caridad, “expresamos la verdad de nuestro ser pues hay más alegría en dar que en recibir.

Compartiendo con el prójimo, de hecho, “experimentamos, a través de la alegría recibida, que la plenitud de la vida viene del amor de Dios”.

Por esto, añadió, “la limosna acerca a Dios y nos invita a la conversión”.

La “generosa ofrenda” que la Asociación ha entregado hoy viernes, “permite ir en ayuda de las poblaciones tan duramente probadas en estos últimos tiempos, en especial las de Haití”, prosiguió Benedicto XVI, recordando que “el servicio de la caridad pertenece a la naturaleza misma de la Iglesia” y que es “expresión viva de la solicitud de Dios por todos los hombres”.

“Aportando la ayuda material indispensable, la Iglesia puede ofrecer también la atención del corazón y el amor del que las personas probadas tienen tanta necesidad”, luchando “contra lo que envilece y degrada la dignidad de toda persona “creada a imagen de Dios”.

Cada uno, concluyó, “está llamado a la salvación ofrecida por la victoria de Cristo sobre todo mal que oprime al hombre”.

En su saludo al Papa, como recoge L'Osservatore Romano, el responsable de la Pro Petri Sede, padre Dirk Van Kerchove, recordó que los miembros de esta asociación “sienten fuertemente su vínculo de comunión y de obediencia con el Papa, siguiendo las huellas de aquellos valientes jóvenes holandeses y belgas que en el siglo XIX quisieron defender la plena soberanía e independencia de la Sede Apostólica en tutela de su misión universal”.

“Estamos aquí para expresar nuestra unión con la Sede de Pedro y para confiar a Su Santidad el fruto de nuestros ahorros”, explicó.

Por último, Van Kerchove reafirmó el compromiso de la asociación en seguir ayudando al Papa “para que pueda proseguir su acción espiritual y material a favor de las comunidades católicas necesitadas y para que la solicitud de la Iglesia ante necesitados de todo tipo suscite de nuevo, como en la época de Tertuliano, la maravilla de los hombres de nuestro tiempo”.


 

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El libro sobre Jesús del Papa es “extraordinariamente ecuménico”
Se convertirá en un “clásico de la literatura teológica”, según el cardenal Ouellet
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 10 de marzo de 2011 (ZENIT.org) - "El libro de Benedicto XVI es un libro que debería favorecer el diálogo. Un libro extraordinariamente ecuménico que con su exégesis llega al mundo protestante", aseguró este jueves el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los obispos, interviniendo en la rueda de prensa de presentación del segundo volumen del Papa sobre "Jesús de Nazaret" (Ediciones Encuentro)

Por su parte el profesor Claudio Magris, escritor y germanista, en el encuentro con los periodistas en el que participó junto al purpurado canadiense, indicó que el libro "debería favorecer decididamente el diálogo, porque es un libro hecho para el diálogo", aunque "es difícil de hecho que lo consiga como merecería".

"La dificultad que la Iglesia, por desgracia, encuentra en dar a conocer sus propios principios es que muchas veces en la transmisión se hacen simplificaciones que acaban por hacer perder lo esencial", afirmó.

Ante la reacción de medios de comunicación social por las frases del Papa en las que muestra cómo el pueblo judío no es responsable de la muerte de Jesús, el cardenal recordó que esta enseñanza en realidad confirma lo que ya indicó el Concilio Vaticano II, el documento Nostra Aetate, y el Catecismo de la Iglesia Católica, entre otros.

El purpurado añadió que este es un libro que "quedará como un clásico de la literatura teológica por su innovación metodológica". Un volumen que "confirma la importancia de la exégesis histórico-crítica pero desde la fe".

A la pregunta de un periodista sobre si Benedicto XVI condena o no en este libro la teología de la liberación, el cardenal Ouellet afirmó que el volumen no trata este tema, y que más en general, "no condena a nadie", pues "es un libro muy abierto", aunque aclara "en qué consiste el mesianismo de Jesús".

Para facilitar la profundización en una obra de esta densidad, el purpurado recomendó leer las homilías de Benedicto XVI, pues "permiten entender bien este libro haciéndolo accesible".

El profesor Magris afirmó también que "este libro va al fondo de algunas cuestiones que afectan a la vida de cada uno de nosotros pero también a las personas de otras religiones", especificando también que el volumen "no es un acto magisterial, sino un texto que se presta a la crítica", y que inaugura "una nueva relación entre literatura, texto y lector".

"El método histórico es irrenunciable - subrayó - , aunque no puede demostrar que Jesús es el Hijo de Dios, pero es fundamental para acercarse a esta verdad".

Más de 1,2 millones de ejemplares

Presente en la rueda de prensa estuvo también Giuseppe Costa, S.D.B., director de la Librería Editora Vaticana, titular de los derechos del libro, el cual explicó que por ahora ya se han encargado más de 1,2 millones de ejemplares, en siete idiomas.

El volumen - que ya se está pensando en hacer en versión e-book - sale en alemán, inglés, español, francés, portugués, polaco e italiano, y son 22 los editores de todo el mundo con los que la editorial vaticana ha firmado contratos, mientras que con otros están de negociaciones.

Giuseppe Costa explicó que una parte de lo que se gane irá al editor, mientras que la otra irá al Papa. De esta última parte, una mitad irá a la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger - cuyo objetivo es el de alentar la investigación teológica - mientras que la otra mitad será dedicada a obras de caridad apoyadas por el Santo Padre.



 

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En su nuevo libro, el Papa cuenta los temores de Jesús como hombre
Magris: "Si el Cristo de Getsemaní hubiese sido un héroe, lo sentiríamos lejano”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Recorriendo los nuevos capítulos y las perspectivas finales del nuevo libro de Joseph Ratzinger, “el lector es llevado por senderos ascendentes hacia un emocionado encuentro con Jesús, una figura familiar que parece estar aún más cerca con su humanidad así como su divinidad”.

El cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, comenta de esta manera el “Jesús de Nazareth. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección”firmado por el Papa y presentado el pasado jueves en el Vaticano junto al escritor y germanista Claudio Magris.

Más de 300 páginas de “testimonio conmovedor, fascinante, liberador”, tanto que “finalizada la lectura -continuó el purpurado-, se querría proseguir el diálogo, no sólo con el autor sino que también con Aquel del que él habla”.

El segundo volumen de la trilogía, que el teólogo Joseph Ratzinger dedica al Nazareno, y a la que le falta todavía una parte sobre la infancia de Jesús, es ya un bestseller, visto el gran interés que ha suscitado, ya que la primera edición de un millón y doscientos mil de ejemplares está agotada.

Mientras tanto, para los amantes de la tecnología digital, llega también el e-book del libro que curiosamente fue escrito por su ilustre autor en lápiz. Por tanto, no es una obra de magisterio sino un análisis histórico-teológico que Ratzinger no cierra a la crítica y sobre la que no reclama la infalibilidad.

Reconociendo la esencial contribución de los diversos estudiosos de las Sagradas Escrituras, el cardenal Ouellet dice, de hecho, que se descubre en el libro del Papa Teólogo, “el amanecer de una nueva era de la exégesis” en el que la comparación es posible y “fructífera”.

El purpurado pasa a analizar el contenido del libro, que resume en algunas cuestiones cruciales, incluso en precisos “nudos”, que deshacer necesariamente para poder llevar en el centro de la fe a la Palabra de Dios: “antes que nada, la cuestión del fundamento histórico del cristianismo que atraviesa los dos volúmenes de la obra”, explica, admitiendo que no se trata de una enumeración exhaustiva. Después “el mesianismo de Jesús” y la “expiación de los pecados por parte del Redentor”. También “el sacerdocio de Cristo en relación a su Realeza y su Sacrificio”, y por último “la cuestión de la resurrección de Jesús, su relación con el cuerpo y su vínculo con la fundación de la Iglesia”.

También el triestino Magris, entre los favoritos al Nobel de Literatura, reconoce como “interesante” el hecho de que el Papa haya recurrido al método histórico, que “además de ser científico es propiamente cristiano”, en la medida en que “Cristo entró en la historia”. Obviamente un método de este tipo presupone límites porque “no puede demostrar que Jesús es el hijo de Dios”, si bien puede ser un método para acercarse a la verdad.

En cuanto al mesianismo de Cristo, el purpurado recuerda las interpretaciones de algún exégeta moderno que, influenciado por las ideologías dominantes, ha visto en Jesús un revolucionario, un rabbí idealista, un loco de Dios, un maestro de la moral. Contrariamente, en este punto Benedicto XVI se introduce en la tradición judía, “que une al religioso con el político -explica Ouellet- pero subrayando el punto en el que Jesús realiza la ruptura entre los dos hombres”.

Jesús, en sustancia, dividiendo el poder temporal del espiritual revela la naturaleza exclusivamente religiosa de su mesianismo, “y por este motivo es condenado como blasfemo, porque se presenta como el “hijo del Hombre que llega sobre las nubes del cielo”.

Respecto al tercer nudo que hay que deshacer, que tiene que ver con el sentido de la redención y el lugar que debe ocupar la expiación de los pecados, el Papa afronta objeciones del tipo: “un Dios que exige una expiación infinita ¿no es, quizás, un Dios cruel, cuya imagen es incompatible con nuestra concepción de un Dios misericordioso?”.

Aquí Magris responde con una frase de Pascal, citada también por el Papa, para el que “el sufrimiento de Jesús, su agonía, se prolonga hasta el fin del mundo”, destacando que esta verdad podemos expresarla incluso “desde el punto de vista opuesto: Jesús, en aquel momento, ha cargado con la traición de todos los tiempos, del sufrimiento de ser traicionado en todos los tiempos, soportando así las miserias de la historia hasta el fin”.

El cuarto nudo o problema tiene que ver con el Sacerdocio de Cristo. “Según las categorías eclesiales de la actualidad, Jesús era un laico revestido de una vocación profética. No pertenecía -destaca el cardenal- a la aristocracia sacerdotal del Templo y vivía al margen de esta institución básica del pueblo de Israel. Un hecho “que ha inducido a muchos a considerar la figura de Jesús como ajena y sin ningún vínculo con el sacerdocio”. Benedicto XVI corrige esta interpretación, basándose en la Epístola a los Hebreos en la que, se habla ampliamente del Sacerdocio de Cristo.

El último punto considerado por el Prefecto Ouellet tiene que ver con la resurrección, su dimensión histórica y escatológica: “El Santo Padre comienza sin rodeos”, donde escribe que “la fe cristiana se mantiene o cae con la verdad del testimonio de que Cristo ha resucitado de entre los muertos”.

“El Papa se alza contra las elucubraciones exegéticas que declaran compatibles el anuncio de la resurrección de Cristo y la permanencia de su cadáver en el sepulcro”, continúa el cardenal.

El Papa “desecha estas absurdas teorías observando que el sepulcro vacío, aunque si no es una prueba de la resurrección, de la que nadie ha sido testigo directo, deja un signo, un presupuesto, una huella dejada en la historia de un suceso trascendente”.Al final, “sólo un suceso real, de una calidad radicalmente nueva era capaz de hacer posible el anuncio apostólico, que no se puede explicar con especulaciones o experiencias interiores, místicas”.

Por esto, dice Magris, esta obra de Ratzinger puede ser destinada a toda la humanidad, católicos y no, creyentes y no: “Si el Papa -dice- nos hubiese hablado de cosas lejanas a nosotros, podrían no habernos interesado, si el Cristo del huerto de los olivos hubiese sido un héroe, un superhombre, tendría poco que pedirle, lo sentiría lejano, como máximo podría admirarlo”.

Sin embargo, Jesús, que vence la angustia no con un “milagro” sino por su propia fuerza y voluntad, “puede ayudar a cada uno de nosotros también a afrontar situaciones no trascendentales”, pero que marcan la vida cotidiana del hombre como los dolores, las enfermedades y la pérdida de los seres queridos”.

“La naturaleza humana de Jesús se resiste, de hecho, como toda naturaleza humana, ante el sufrimiento, la muerte, tiene un miedo “abismal” ante ella, que vuelve al alma, como Jesús dice explícitamente, “triste hasta el punto de morir”. Si bien el sufrimiento del Nazareno no termina después de los tres días sino que “continúa hasta el fin de la redención”.

“Y esta eternidad -aclara Magris, citando el pensamiento del gran teólogo jesuita Karl Rahner-, no es “la vida ultraterrena”, una ilimitada continuación del tiempo en otro lugar, como un jubilado que se traslada a otro país. La eternidad no es el tiempo que continúa sin fin, eliminando en un instante al anterior. La eternidad es la vida en su epifanía -el dolor, la felicidad, el amor- siempre presentes; es el instante de Michelstaedter, vivido como si fuese el último”.

“La expresión 'vida eterna' -escribe Ratzinger en una de las páginas más bellas del libro- no es la vida que viene después de la muerte, mientras que la vida actual es pasajera”, la “Vida Eterna” “significa la vida misma, que puede ser vivida también en el tiempo y que no es cuestionada por la muerte física nunca más “. y esto es lo que nos interesa: “Abrazar desde ahora la vida -concluye el Papa-, la verdadera vida, que no puede ser destruida por nada ni por nadie”.

Por Mariaelena Finessi. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

 

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Mundo


Una Jornada ecuménica internacional para recordar a Chiara Lubich
A tres años de la desaparición de la fundadora de los Focolares
ROMA, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Mañana sábado 12 de marzo, tendrá lugar una Jornada ecuménica internacional en recuerdo de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, fallecida el 14 de marzo de 2008.

“Chiara Lubich: un carisma, una vida para la unidad de los cristianos” es el tema de la Jornada, que tendrá lugar en el Teatro Social de Trento, ciudad natal de Lubich, y tendrá como centro la contribución del carisma de la fundadora de los focolares a la unidad de los cristianos.

Esta celebración se inserta dentro de las diversas manifestaciones organizadas en muchas ciudades de Italia y del mundo para recordar a Chiara Lubich.

Además de las autoridades civiles y religiosas de Trento y del público local, participarán personas procedentes de 36 países y de unas 20 iglesias. Se han previsto traducciones simultáneas en 17 idiomas.

La jornada, explican los organizadores en un comunicado, “pondrá el acento en el diálogo ecumenico, como paso primero y necesario hacia la fraternidad universal, parte por ello de un diálogo amplio que Chiara Lubich recorrió con pasión y que constituyó el objetivo de su existencia”.

“Trento, 'cernedor' entre la civilización latina y la germánica, ha favorecido este acontecimiento, en el que han participado varios miembros de la ciudad: instituciones y ciudadanos, jóvenes y adultos, cristianos de diferentes iglesias presentes en el territorio, signo de que la vocación de Trento como 'ciudad del diálogo' parece más actual que nunca”.

Enviarán mensajes a la Jornada el Patriarca Bartolomé I de Constantinopla, el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, y el reverendo Olaf Tveit, secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias.

Maria Voce, presidenta del Movimento de los Focolares, ofrecerá una reflexión.

El programa contiene testimonios, reflexiones y contribuciones musicales por parte de cristianos de muchas iglesias y de diversas áreas geográficas y culturales, desde China a Sudáfrica, desde Egipto al Líbano y a Cuba, desde Europa del Este a la del Oeste.

La Jormada se coloca dentro de una Semana ecuménica internacional que se está llevando a cabo en el Centro Mariápolis “Chiara Lubich” desde hoy al 16 de marzo, durante el cual los 400 participantes visitarán también los lugares de la ciudad que tienen particular relación con la historia de los comienzos del Movimiento.

La Jornada se podrá seguir en directo por televisión en Telepace y por internet http://live.focolare.org/20110312/.

Más información: www.trentoardente.it.



 

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El arzobispado de Madrid denuncia asalto a una capilla universitaria
“Un atentado a la libertad de culto y una profanación de un lugar sagrado”
MADRID, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El Arzobispado de Madrid, en una nota hecha pública este viernes, lamenta lo hechos ocurridos en una capilla del campus universitario de Somosaguas, Madrid. Por su parte la Universidad Complutense condenó los hechos y anunció la apertira de un expediente informativo para identificar a los autores de los hechos.

Según la nota arzobispal, ayer jueves 10 de marzo, "un grupo de cincuenta jóvenes, en su mayoría chicas, entró irrespetuosamente en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, gritando eslóganes con un megáfono".

"Una vez dentro --sigue la nota--, rodearon el altar y leyeron textos y frases que, según decían, eran de autores cristianos sobre la mujer". Los asaltantes también dieron lectura a un manifiesto con afirmaciones y juicios contra la Iglesia y sus enseñanzas y pusieron carteles en los tablones de la entrada y en los bancos.

"Al terminar de leer el manifiesto --especifica la nota--, algunas chicas se desnudaron completamente de cintura para arriba y se pusieron a cantar rimas y eslóganes ofensivos contra la Iglesia, el Santo Padre y la fe cristiana, acompañados de blasfemias". Todo ello fue fotografiado y filmado por personas que los acompañaban.

Ante estos hechos "absolutamente reprobables, que son objeto de delito, y que denigran en primer lugar a quienes los cometen, el Arzobispado de Madrid ha elevado su queja al Rectorado de la Universidad", subraya la nota.

Además, el Arzobispado recuerda que "estas acciones son un atentado a la libertad de culto y una profanación de un lugar sagrado, lo cual conlleva penas canónicas en el caso de que quienes las han cometido estén bautizados".

"Es indigno --concluye- que, en una sociedad democrática donde se pide el respeto a las personas, a las instituciones religiosas y al derecho de la celebración pública de la fe en la Universidad Complutense --con la que la Iglesia mantiene una estrecha y amigable relación de colaboración--, algunos jóvenes puedan manchar con este tipo de comportamientos el buen nombre y trabajo de la comunidad universitaria".

Según el diario español ABC, los responsables de la capilla tenían la intención de interponer una denuncia en la comisaría de Policía de Pozuelo de Alarcón, municipio al que pertenece este campus de la Universidad Complutense (UCM).

Los ataques a esta capilla no son nuevos, recuerda el diario. A principios de esta semana, según fuentes universitarias, la paredes y puertas del recinto aparecieron llenas de pintadas con más improperios hacia la religión católica. También se aludía a los casos de pederastia entre el clero.

Algunas de las autoridades académicas consultadas por ABC confirmaron que "el grupo de vándalos era numeroso". Se habla, incluso, de entre 60 y 70 jóvenes, que iban protestando y dejándose ver por todo el recinto universitario de Somosaguas. "Llevaban fotos del Papa y, algunos de ellos, pañuelos verdes en la cabeza", comentó un representante académico.

La capilla de Somosaguas es pequeña. Se abre al culto prácticamente toda la jornada. Está a la vista y con las puertas de par en par. Según testigos presenciales, citados por ABC "los salvajes entraron en tropel a la antesala de la capilla. El capellán se percató del barullo y quiso que desistieran en su empeño, pero resultó zarandeado".

Los hechos en Madrid se produjeron sobre la una del mediodía cuando a esa hora estaban rezando tanto el capellán como varios alumnos.

Por su parte, la Universidad Complutense condenó los hechos y anunció la apertura de un expediente informativo para identificar a los autores de este incidente.

El comunicado emitido por el Rectorado reitera "la necesidad de mantener el respeto a la pluralidad de cultos y creencias religiosas y hace un llamamiento a la tolerancia y la convivencia ante las expresiones de las mismas".

La neutralidad del Estado en materia religiosa --concluye el comunicado- significa que no se puede imponer ni perseguir ninguna creencia. La tolerancia y el respeto son absolutamente indispensables.


 

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Las reliquias de don Bosco renuevan la fe a su paso por Asia
Continúa el viaje por 130 países
JAKARTA, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Continuando el viaje por todo el mundo, las reliquias de san Juan Bosco se han detenido en varios lugares de Asia, atrayendo a miles de católicos.

Las reliquias comenzaron su peregrinación por 130 países el pasado 31 de enero de 2009, para conmemorar el 150 aniversario de la fundación de los salesianos de Don Bosco.

Las reliquias dejaron Estados Unidos y Canadá el pasado octubre y se dirigieron a Asia, donde visitarán 17 naciones.

En la actualidad están en el país más poblado del mundo, Indonesia, desde donde se dirigirán a China el próximo sábado. En Jakarta, unos 3000 fieles acudieron a la Misa vespertina en la casa de comunidad donde las reliquias estaban expuestas.

El arzobispo Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo de Jakarta definió a Don Bosco como “una bendición para la Iglesia Católica”.

“Creo que fue un bendito porque hizo que el amor de Dios fuese real”.dijo el prelado, según UCA News.

Cuando las reliquias estuvieron en Tailandia , unas dos mil personas las visitaron el primer día..

Vocaciones

Los Salesianos de la provincia de China (que comprende la China continental, Hong King, Macao y Taiwan) están esperando acoger esta gira con la esperanza de que las reliquias del fundador inspiren más vocaciones.

Las reliquias llegarán a Hong Kong en la fiesta de la Anunciación el próximo 25 de marzo.

El padre Simón Lam Chung-wai, jefe de la provincia, habló a UCA news desde Taipei, sobre sus esperanzas para estos días de oración.

Destacó que los Salesianos llegaron a Taiwan hace cinco décadas, pero sólo tres personas se unieron a la comunidad. El contó que hay una carencia de buenos modelos en las escuelas católicas y “muy pocos sacerdotes y religiosas que ayuden en nuestras escuelas”.

“El número de maestros católicos es bajo también”, añadió el padre Lam, “por no hablar de los devotos”.


 

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Obispo de Xiwanzi, China, muere a los 95 años de edad
Sirvió a la Iglesia “subterránea”, soportó trabajos forzados
GONGHUI, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Un obispo “subterráneo” de China, murió el pasado Miércoles de Ceniza, en la iglesia parroquial de la ciudad donde hace décadas fue condenado a trabajos forzados.

El obispo Andrew Hao Jinli de Xiwanzi, en el norte de la provincia de Hebei, murió en la parroquia del pueblo de Gonghui, a la edad de 95. Acababa de recibir la Unción de Enfermos.

La policía bloqueó las carreteras que llevaban el pueblo, y así evitó que los fieles pudiesen presentar sus respetos.

En China, la práctica religiosa está controlada por el gobierno a través de la supervisión de la Asociación Patriótica Católica, organización a través de la cual las autoridades designan el personal religioso y registran los lugares de culto. Por lo tanto existe una Iglesia “nacional” u “oficial”, dirigida por la Asociación y la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en China.

Según las fuentes citadas por UCANews, la salud de monseñor Hao se había deteriorado el mes pasado, pero la policía no permitió que fuera llevado al hospital.

“Ha sufrido dificultades con Cristo en toda su vida y también resucitará con Él”, comentó una de las fuentes.

Familia Católica

Andrew Hao Jinli nació en una familia católica, en 1916 -sus dos hermanos también eran sacerdotes- y fue ordenado en 1943. Quince años después, fue encarcelado por su fe, recibiendo una sentencia de diez años. Fue mandado a Gonghui para ser “reformado a través del trabajo”. Tras su liberación en 1981, volvió allí para servir como párroco.

Fue ordenado como obispo, clandestinamente, tres años después.


 

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Actualidad


Nuevas excarcelaciones en Cuba también de disidentes que no se exilian
Anuncio el arzobispado de La Habana
LA HABANA, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- :En continuidad con el proceso de excarcelación de presos en Cuba, el Arzobispado de La Habana hizo público el nombre de varios prisioneros que se han acogido a las medidas fruto del diálogo entre la Iglesia, el Gobierno cubano y el Gobierno español. Últimamente están saliendo de prisión cubanos que se habían negado a viajar a España, y presos acusados de delitos distintos de la “delictiva”, según el Gobierno, libreopinión disidente.

El 4 de marzo, la Archidiócesis de la Habana, a través de su portavoz  Orlando Márquez Hidalgo,  anunció la excarcelación de Pedro Argüelles Morán.

El mismo día, en otra nota, anunciaba la próxima excarcelación de siete presos más: Lázaro Ricardo Chacón Ordóñez; Luis Caro Chávez; Antonio Rodríguez Almaguer; Agustín Cervantes García; Ricardo Galván Casal; Luis Mariano Delis Utria y Yoel Rodríguez Izquierdo.

De esta forma sumaban, según la nota del arzobispado habanero, ochenta y cinco los prisioneros que aceptaron la propuesta de salir de prisión y trasladarse a España.

Los medios informan este viernes de la anunciada excarcelación del opositor Óscar Elías Biscet, miembro del Grupo de los 75 y uno de los prisioneros políticos más significativos de la disidencia cubana.

Biscet, un médico negro que cumplía una sentencia de 25 años por supuestas actividades en contra de la Seguridad del Estado, preside la Fundación Lawton por los Derechos Humanos.

La oficina del cardenal arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega anunció la próxima liberación de Biscet en un correo electrónico, según informaron los medios cubanos. En otro correo electrónico,  también anunció la excarcelación de otros nueve prisioneros políticos que no pertenecen al Grupo de los 75.El Arzobispado no precisó cuándo se hará efectiva su salida de prisión.

Biscet sufrió numerosos arrestos a partir de 1998. Fue condenado en 2000, y detenido otra vez en 2002. Fue juzgado en 2003 con los 75 en la ola represiva conocida como Primavera Negra.

Tras la liberación de Biscet quedan pendientes sólo las excarcelaciones de tres del Grupo de los 75: Librado Linares, José Daniel Ferrer y Félix Navarro.

El Gobierno cubano también excarceló a más de 45 hombres y mujeres considerados prisioneros políticos, pero que en realidadfueron condenados por actos tales como piratería de botes o aviones.

Todos los excarcelados fueron puestos en aviones hacia España con sus familias menos unos diez miembros del grupo de los 75 que, al igual que Biscet, se negaron a salir al exilio.

Los que se quedan en Cuba aseguran que seguirán sus actividades disidentes, aunque fueron excarcelados con un permiso especial, bajo la amenaza de volver a la cárcel en cualquier momento, por lo que no se puede hablar de “liberaciones” sino sólo de traslados al exterior del recinto carcelario, condicionados a su “buena conducta”.

El ex preso político Pedro Argüelles Morán calificó la liberación de Biscet como un hecho alentador para todos los cubanos que luchan por un país libre y democrático."Es muy importante tenerlo en libertad por lo que representa para el pueblo, los activistas y exiliados --dijo--. Es un hombre más que tenemos en la calle que va a denunciar las violaciones de los derechos humanos. Su excarcelación es muy importante''.

El economista y periodista independiente Héctor Palacios declaró que Biscet representa una gran oportunidad para el futuro de la nación cubana."Es inteligente y tiene gran arraigo' –comentó--. Hago votos para que salga con salud y el mismo ánimo de siempre. Estamos esperando el día que llegue a su casa''.

Por Nieves San Martín

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Entrevistas


Iglesia, sacerdocio, democracia y otros asuntos esenciales
Entrevista con el padre Laurent Touze, profesor de la Universidad de la Santa Cruz
ROMA, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- ¿La Iglesia debe buscar adaptarse necesariamente a todos los cambios culturales del tiempo en el que enfrenta? ¿es esa la manera correcta de dialogar con el mundo?

Ante el viaje de Benedicto XVI a Alemania el próximo mes de septiembre y el manifiesto que 143 teólogos firmaron en días pasados en las universidades germanoparlantes donde piden que el Vaticano autorice a las mujeres a ser sacerdotes, los sacerdotes casados y la elección popular de obispos ZENIT entrevistó al sacerdote francés Laurent Touze de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

Las firmas fueron publicadas en el diario Süddeutsche Zeitung, bajo el título “Iglesia 2011: una pertenencia necesaria”.

El padre Touze ha publicado en este Año Sacerdotal el libro L'avenir du célibat sacerdotal (El futuro del celibato sacerdotal n.d.t) (Parole et Silence/ Lethielleux).

- ¿Es verdaderamente la abolición del celibato la solución frente a la doble vida o la doble moral que viven algunos sacerdotes?

P. Laurent Touze: La verdadera solución a la doble vida, al fariseísmo del “haced aquello que digo, no aquello que hago”, es simplemente la conversión. Muchos hombres y mujeres de hoy intuyen que la fe podría ser la respuesta a aquello que buscan, a veces sin ser concientes: pero se dan cuenta que decir que sí a Dios les pediría a ellos cambiar de vida moral, de abandonar sus propios apegos y esto sería costoso.

Se ven sacerdotes hipócritas, no coherentes – y la observación vale para todos los cristianos, no sólo para los sacerdotes – nos encontramos con una excusa para no convertirse. Nosotros los creyentes tenemos buena parte de la culpa, si estos hombres y estas mujeres no encuentran la alegría y la paz del encuentro con su Padre. Nuestra coherencia ambiciosa y humilde con la fe permitirá a Dios convertir sus corazones.

- Generalmente la gente asocia celibato y medioevo. ¿Piensa que el celibato, de verdad es una medida conservadora o hace parte de la Iglesia y de la vocación al sacerdocio?

P. Laurent Touze: Trabajos científicos como los del padre Christian Cochini o de Stefan Heid han recordado que los sacerdotes de los primeros siglos vivían todos la continencia sexual: ya sea porque eran célibes o porque estaban casados o porque renunciaban al matrimonio luego de la ordenación.

El celibato para todos los sacerdotes latinos es pues una evolución de esta tradición primitiva. Renunciando al matrimonio, que es un don maravilloso de Dios, el sacerdote no desprecia la carne, la sensualidad. Es más, ofrece el propio cuerpo como el Señor Jesús se donó para la Iglesia. Con su celibato el sacerdote se hace adecuado a la Eucaristía que celebra. Porque dice públicamente en el nombre del Señor: “este es mi cuerpo, esta es mi sangre que será derramada”, está llamado a ofrecer también él públicamente su vida para servir a sus hermanos.

- Un grupo de teólogos busca el sacerdocio femenino. ¿Es una cuestión de igualdad?

P. Laurent Touze: No, es una cuestión de fe. La Igualdad de los bautizados es un principio de base de la Iglesia. Aquello que está aquí en juego es que la Iglesia no es una creación nuestra, nos viene de Dios, quien nos da las características que no podemos cambiar como se cambia una constitución, Que el sacerdocio sea reservado a los hombres hace parte de estas características. La Iglesia lo sabe desde hace tiempo y será pues así por siempre.

Donde debería haber una profundización, un debate es, para entender mejor el por qué de esta opción de vida, qué cosa nos dice, especialmente sobre el misterio de la mujer. Esto podría ser los teólogos que firmaron esta pretensión, más que repetir un slogan que ya tiene más de medio siglo, y que, sabemos, la Iglesia no puede aceptar.

- También se pidió la elección popular de los obispos. ¿Resulta “antidemocrático” dejar esta decisión sólo al Papa?

P. Laurent Touze: ¡El Papa no decide por sí solo! Sigue un largo proceso de consultas, en el país del obispo que nombra y luego en Roma. En los últimos siglos la Iglesia ha logrado en numerosos países garantizar la propia libertad en la decisión de los obispos, sin tener que someterse sólo a los jefes de estado, a criterios políticos y no pastorales.

No me parece que sea un progreso el hecho de transformar la elección de obispos en una elección política sometida a sondeos o a manipulaciones. Lo que me parece fundamental es que el proceso de nombramiento permita al pueblo de Dios tener unos pastores fieles y valientes.

Por Carmen Elena Villa



 

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Foro


¿La organización política es autónoma de la religión?
 
Por Stefano Fontana*

ROMA, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Hay un problema del que los cristianos no pueden sustraerse y al que deben dar una respuesta: la organización de la vida en esta tierra, que al final lleva a la síntesis política, ¿es autónoma de la religión o más bien es insuficiente para fundarse y mantenerse a sí misma? De la respuesta a esta pregunta depende la relación que se quiere instaurar entre la política y la fe religiosa, entre el mundo con sus lógicas y el cristianismo. Se puede decir también, con san Agustín, que se trata de establecer la relación entre la “ciudad de Dios” y la “ciudad del hombre”.

A lo largo de la historia se han intentado encontrar diversas soluciones a este problema, y el gran filósofo e historiador Étienne Gilson había escrito en 1952 un libro precisamente para analizar las principales de estas soluciones. Este libro fue reimpreso por el editor Cantagalli de Siena [en España por Rialp en 1965, n.d.t.] con el título original “Las metamorfosis de la ciudad de Dios”. Se sabe que el eje de la balanza puede tender más a un lado o a otro, una vez a favor de la ciudad del hombre, otra vez a favor de la ciudad de Dios. Sin embargo, a lo largo de la historia se propuso una solución con la pretensión de estar perfectamente equilibrada. El autor de esta propuesta fue Dante Alighieri, y Gilson presenta esta solución en el capítulo IV de su libro. Puede ser interesante, por tanto, examinar la propuesta de Dante para ver después que piensa de ella Gilson. Es un ejercicio útil también para hoy, porque también hoy muchos cristianos consideran que la política y la religión son dos realidades autónomas e independientes cada una en su ámbito. ¿Pero es verdaderamente así?

Según Dante el poder político no recibe su propia existencia del espiritual, sino solo una luz que le ayuda espiritualmente en el ejercicio de su autoridad. La Iglesia está fundada sobre Cristo, el poder político se funda en cambio sobre el derecho. El primero tiene como objetivo la salvación del alma, el segundo tiene como objetivo la salud del cuerpo. El plano temporal es así plenamente autónomo. El poder espiritual puede ayudarlo a alcanzar sus fines, pero no le confiere su autoridad. Hay un plano natural de la existencia universal de los hombres que se basta a sí mismo. Es por tanto también plenamente laico: todos los hombres forman parte de él en base a su naturaleza humana, sean ellos de una o de otra religión. La naturaleza es autónoma de la gracia, aunque en su interés está el aprovechar los beneficios de la gracia. Dante adoptó por tanto por primera vez la noción de un plano político autónomo y suficiente en su orden, dotado de una naturaleza propia, de un propio fin último y de medios autónomos para alcanzarlo. También hoy, de hecho, muchos afirman que somos todos hombres antes de ser cristianos o de otras religiones. Con frases parecidas se quiere entender que el plano humano y natural es él mismo fuente de plena humanización y que la unión entre los hombres no tiene en sí necesidad de la religión. Hay como una Iglesia temporal, que es el género humano, autónomo en si ordenamiento, y hay después una Iglesia religiosa guiada por el Papa y animada por Cristo.

En apoyo de su tesis, Dante traía sobre todo dos argumentos. El primero es que el imperio, o lo que es lo mismo, la organización del plano político sin la religión cristiana, existía antes que el cristianismo. Él se refería, naturalmente, sobre todo al imperio romano, el cual era tendencialmente universal. Por tanto – decía – el plano político es capaz de permanecer en pie por sí solo. El segundo era que la razón humana, mediante la filosofía de Aristóteles, en su época plenamente asimilada en el mundo occidental sobre todo a través de santo Tomás de Aquino, daba la impresión de ser plenamente capaz de alcanzar por sí sola todas sus propias verdades. Esto daba la idea de que la razón era autónoma de la fe y que fuese capaz de guiar con sus fuerzas la actuación política del emperador.

Solo que ambos argumentos no se sostienen verdaderamente, como observa Gilson, como buen historiador del pensamiento occidental que era. San Agustín, por ejemplo, en De civitate Dei había criticado muchísimo las leyes y costumbres deterioradas del imperio romano, afirmando que el derrumbe del imperio se debía precisamente a la inmoralidad reinante. Esto demostraba que sin la llegada del cristianismo, el cual construyendo “buenos cristianos” construía también “buenos ciudadanos”, la razón y la moral naturales no habrían conseguido construir la ciudad terrena. Sobre el segundo argumento: “¿estamos seguros de que el triunfo de Aristóteles en la Edad Media fue puramente filosófico y racional?”. Buena pregunta, esta. Sin que la fe cristiana purificase los errores presentes en la filosofía de Aristóteles, ¿habría nacido la gran filosofía medieval? Como se ve, se puede dudar de que la razón pueda conseguirlo sola.

¿Qué decir entonces de la propuesta de Dante? Es verdad que el plano político es autónomo del religioso y que es capaz de alcanzar por sí solo sus fines últimos? Para aceptar este planteamiento hay que aceptar que el hombre tiene dos fines: uno temporal y uno sobrenatural. Dante dice precisamente esto, pero desde el punto de vista cristiano, se trata de un error. Él, no reconociendo el hecho de que el hombre tiene una única vocación, “malentendía el principio fundamental, que bien lejos de suprimir la autonomía de un orden inferior cualquiera, su subordinación jerárquica consigue el efecto de fundarlo, de llevarlo a la perfección, en pocas palabras, de garantizar su integridad y de mantenerlo. La naturaleza informada por la gracia es más perfectamente naturaleza. La razón natural iluminada por la fe se vuelve más íntegramente razonable. Aceptando la jurisdicción espiritual y religiosa de la Iglesia, el orden social y político se hace más feliz y más sabio en el plano temporal”. Si por tanto Dante se había equivocado, no podemos dejar de plantearnos, con Gilson, la pregunta más intrigante que hay hoy, pero difícilmente eludible por parte de quien quiera llegar hasta el fondo de las cosas: “Puede haber una Iglesia sin que haya unidad política en la tierra, pero ¿puede haber una unidad política de la tierra sin que se de el reconocimiento, por parte de lo temporal, de la autoridad directa de lo espiritual, no sólo en el campo moral, sino también en el campo político?”.

Escribía santo Tomás de Aquino: “En materia espiritual conviene obedecer al Papa, en material temporal es mejor obedecer al príncipe, pero mejor aún al Papa, que ocupa el vértice de los dos órdenes”. Según Gilson esto significa que “lo espiritual no está subordinado a lo temporal. El príncipe, que tiene autoridad sobre lo temporal, no tiene autoridad alguna en el campo espiritual; pero lo temporal está subordinado a lo espiritual. El Papa, que tiene autoridad sobre lo espiritual, tiene también por tanto autoridad sobre lo temporal, en la misma medida en que esto depende de lo espiritual. La fórmula es simple y es suficiente aplicarla para ver que ésta comporta un significado preciso: El Papa no es soberano político, de ningún pueblo de la tierra, pero tiene autoridad soberana sobre el modo en que todos los pueblos llevan a cabo su política”.

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*Stefano Fontana es director del Observatorio Internacional “Cardenal Van Thuan” sobre la Doctrina Social de la Iglesia (http://www.vanthuanobservatory.org).

[Traducción del italiano por Inma Álvarez]


 


 

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Testimonio


Los refugiados iraquíes han renovado a la Iglesia en Siria
Testimonio del arzobispo maronita de Damasco, monseñor Samir Nassar
DAMASCO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha compartido con ZENIT el arzobispo maronita de Damasco (Siria), monseñor Samir Nassar, con el título "Gracias a los refugiados iraquíes".



 

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Siria ha facilitado la acogida de los refugiados iraquíes. Miles de ellos han venido, sobre todo a Damasco, y siguen viniendo centenares de ellos para huir de la muerte y la violencia que sufren desde 2003. Las agencias de las Naciones Unidas organizan su éxodo hacia otros cielos mas clementes... Mientras reciben su visa, estos refugiados se quedan en Damasco, en ocasiones dos o tres años, y a veces más.

Estos cristianos bien formados, fervorosos y practicantes se refugian en la fe y la esperanza cristiana. Llenan nuestras iglesias, dinamizan nuestras parroquias y refuerzan la fe cristiana en Siria, ofreciendo un nuevo aliento a nuestras parroquias

Los refugiados iraquíes participan asiduamente en la misa cada día a pesar de que vienen desde lejos, a pie o con el transporte público.

Al pedir la confesión antes de la comunión, estos refugiados han acelerado el regreso al confesionario que ahora experimenta colas de espera.

Su devoción por los santos y la veneración de la Virgen ha relanzado las fábricas de velas y los nichos de los santos tanto dentro como fuera de las iglesias se han iluminado día y noche.

Sus hijos son numerosos en las clases de catecismo y de primera comunión. Los jóvenes se comprometen en los coros de las diferentes iglesias y liturgias.

La guerra ha extendido rápidamente la informática en Irak. Estos refugiados llegados a Damasco tienen mucha familiaridad con Internet y la web. Han puesto su conocimiento de manera generosa al servicio de parroquias y comunidades. De este modo, gracias a ellos, nuestras parroquias se han dotado de websites, instrumento de vanguardia al servicio de la evangelización a escala universal.

Movidos por una profunda piedad, se acumulan a docenas, dos o tres veces por semana, para hacer la gran limpieza de la catedral y de la plaza de la Iglesia hasta que reciban su visa. Antes de viajar, aseguran el relevo en esta actividad.

Participan en las vigilias de oración, la Adoración eucarística, las peregrinaciones y las procesiones en las calles de Damasco durante la Semana Santa y sobre todo en el mes de mayo. Su dinamismo espiritual atrae a otras comunidades, uno de nuestros sacerdotes da una mano en la parroquia caldea.

A pesar de su pobreza y su condición de vida precaria, son generosos y saben compartir. Basta verles a la salida de las misas dar ayuda con alegría, una sonrisa y lágrimas.

Viven los momentos más íntimos en el silencio ante el Santísimo Sacramento, cara a cara con el Señor. Durante horas, lloran la muerte de sus seres queridos y se preguntan por el futuro. Y tratan de comprender el porqué.

Llegan en gran número al arzobispado, cada semana, para despedirse antes de viajar hacia lo desconocido, y en ocasiones separados: los padres a Australia, los hijos a Canadá... Incluso en el exilio no pueden vivir en familia. Un desagarre aún más doloroso.

Estos refugiados iraquíes de paso en Damasco son misioneros ambulantes que han dejado su huella en la Iglesia en Siria, que les ve pasar y se pregunta por su propio futuro.

El Sínodo de los cristianos de Oriente fue una oportunidad y una esperanza, que sin embargo no ha podido detener el éxodo. A estos refugiados misioneros desperdigados por los cuatro rincones del mundo sólo les une la oración e Internet, pues les han desgajado sus raíces y viven el crepúsculo de su Iglesia. ¿Ofrecerán estos refugiados iraquíes, con su vitalidad religiosa, ofrecer un nuevo aliento a las Iglesias de Occidente que les acogen.



 

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Espiritualidad


Evangelio del domingo: Un camino de alegría
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org) - Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, primero de Cuaresma (Mateo 4, 1-11), 13 de marzo, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.



 

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Antes de la escucha de la Palabra de Dios, antes de las ofrendas, antes de la comunión, la misa tiene un comienzo humilde: recordarnos que somos pecadores. No es una humillación que te aplasta, sino que es la que te permite recomenzar. La liturgia de cuaresma comienza con una afirmación impopular, que es quizás la que nos ha colgado a los cristianos el sambenito de tener una fe oscurantista. La afirmación es que necesitamos convertirnos porque somos indigentes. El salmo responsorial del primer domingo de cuaresma dice preci­samente: "Reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado" (Sal 50). Y sin embargo si el pecado (y todos nuestros fracasos y limitaciones) tuviese la palabra última y fatal, eso sería lo triste.

        Eso del pecado y eso de ser pecadores, no es un "tic" cristiano, sino una realidad patente. El cristiano le pone nombre, lo reconoce, y le ofrece una solución, pero el pecado no es invención del Cristianismo. Pensemos en la generosa gama de corrupciones, inmoralidades, violaciones, robos, homicidios, injusticias, depravaciones... Pensemos en todos esos sucesos que llenan hoy día las páginas luctuosas. Estas cosas son pecado, pero no existen porque los cristia­nos las cataloguemos como tales, sino justamente al revés: porque se dan por eso las llamamos pecado y las ponemos un nombre.

        No obstante, si sólo llegásemos a denominar nuestro fracaso, nuestros fallidos intentos de ser felices sin ofender, sin manchar, sin machacar, el Cristianismo sería cruel por advertirnos anticipadamente de un mal que no tiene cura, de algo que realmente no tiene solución. Pero este es precisamente el núcleo del acontecimiento cristiano: que la salvación, la felicidad, la superación de todo pecado, de todo fracaso y de toda muerte se llama Jesucristo.

        Por eso el salmo 50 continúa diciendo: "Crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme... devuélveme la alegría de tu salvación". Efectivamente, el mensaje de la cuaresma cristiana no es la condena a un terrible paredón, sino precisa­mente la más grande, la más inesperada y la más inmerecida de las amnistías.

        Comienza la cuaresma. Es el desierto de todas nuestras tentaciones en donde se nos salva de la soledad librándonos de nuestras seducciones funestas. Comienza un tiempo de penitencia, de ayuno y de oración, para prepararnos a la acogida renovada de la Luz pascual que viene a iluminar todas nuestras oscuridades, la acogida de la salvación del Hijo de Dios en cuyas heridas todas las nuestras han sido curadas, la acogida de la victoria del Resucitado que viene a triunfar sobre todas nuestras muertes. Por eso, paradójicamente... la cuaresma es camino de alegría.

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Documentación


Audiencia del Papa a la Asociación “Pro Petri Sede”
 

 

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 11 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los miembros de la Asociación benéfica Pro Petri Sede, durante la audiencia que les concedió con motivo de su peregrinación a Roma.

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Queridos amigos,

Os acojo con alegría esta mañana con ocasión de la peregrinación que os conduce a la sede de Pedro para reforzar vuestra vida cristiana y para renovar vuestro compromiso al servicio de las muchas personas a las que la Asociación Pro Petri Sede socorre con gran generosidad.

Con toda la Iglesia, acabamos de entrar en el tiempo de Cuaresma. Este tiempo privilegia la peregrinación interior hacia Aquel que es “Luz del mundo”. En efecto, necesitamos dejarnos iluminar por Cristo para que, a nuestra vez, sintiendo la urgencia de nuestra responsabilidad hacia los pobres del tiempo presente, dirijamos hacia ellos nuestra mirada que nos vuelve a dar confianza y que aclara la perspectiva de la eternidad beata. De hecho cada uno está llamado a la salvación ofrecida por la victoria de Cristo sobre todo mal que oprime al hombre. El tiempo de la Cuaresma es el tiempo del ayuno, de la oración y del compartir (cfr. Mt 6, 1-18). Contribuyendo a luchar contra la pobreza, compartiendo y con la limosna, nos acercamos a los demás. Como sabéis, el don no es nada sin el amor que lo anima y los vínculos fraternos que teje. Actuando así con caridad, expresamos la verdad de nuestro ser pues hay más alegría en dar que en recibir (cfr. Hch 20, 35), y manifestamos la unidad del doble mandamiento del amor. De hecho, compartiendo con nuestro prójimo, experimentamos, a través de la alegría recibida, que la plenitud de la vida viene del amor de Dios. Así la limosna nos acerca a Dios y nos invita a la conversión.

La generosa ofrenda que hoy traéis al Sucesor de Pedro le permite ir en ayuda de las poblaciones tan duramente probadas en estos últimos tiempos, en especial las de Haití. El servicio de la caridad pertenece a la naturaleza misma de la Iglesia. Es una expresión viva de la solicitud de Dios por todos los hombres. Aportando la ayuda material indispensable, la Iglesia puede ofrecer también la atención del corazón y el amor del que las personas probadas tienen tanta necesidad. Os doy las gracias por tanto calurosamente en nombre de ellos por el apoyo que ofrecéis en la lucha contra lo que envilece y degrada la dignidad de toda persona “creada a imagen de Dios”.

¡Queridos amigos, que podáis ser en todas partes testigos luminosos y eficaces de la esperanza que el amor de Dios infunde! Confiando a cada uno de vosotros y a vuestras familias, como también a los miembros de vuestra Asociación, a la intercesión de la Beata Virgen María, a san Pedro y a los santos de vuestros países, os imparto de todo corazón la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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