12.03.11

 

Muy confiado parece el P. Manel Pousa ante la que se le puede venir encima. En la presentación del libro sobre su vida que tuvo lugar ayer en la Ciudad Condal, el sacerdote ha asegurado que ya hay día y hora para su encuentro con el cardenal y arzobispo de Barcelona, S.E.R Dr Lluís Martínez Sistach. El purpurado tiene intención de hablar con su sacerdote acerca de las lindezas que aparecen en esa obra.

Es hasta cierto punto normal que Pousa crea que en esta ocasión no ocurrirá nada distinto a lo que pasó hace tres años, cuando el cardenal le llamó tras el escándalo que algunos nos encargamos de difundir. El sacerdote concedió una entrevista al Periódico de Catalunya en la que confesó haber pagado abortos. No un aborto, no: ¡¡ABORTOS!!, en plural. En la línea habitual del arzobispo de Barcelona, que no se enfrenta abiertamente a la progresía eclesial ni por un casual, el tema se despachó con una nota del arzobispado en la que se aseguraba que Pousa no pretendía actuar en contra de lo que dictamina la Iglesia. Pero nada se decía sobre si era o no verdad que había pagado abortos. Hoy ya está confirmado, por el propio libro, que al menos ha pagado uno.

El problema que tienen el P. Manel Pousa y el cardenal Sistach, es que ahora el escándalo ha cruzado nuestras fronteras. Diversos medios de información religiosa de fuera de España (p.e CNA) ya han recogido la noticia. En Roma también están pendientes de lo que ocurre. Así que el arzobispo de Barcelona no puede hacer como la otra vez, resolviendo la cuestión con una palmadita en la espalda de Pousa y un “no seas tan travieso, pillín“. No, aquí hay materia gravísima que amerita una denuncia ante la Congregación para el Clero e incluso ante la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Pero, y esto es bien conocido, en Roma están bastante cansados de que muchos obispos no hagan lo que es su deber y les lleguen casos que podrían haber sido resueltos perfectamente en las diócesis de procedencia. Sin ir más lejos, es lo que ha ocurrido con el tema del P. Nicolás Alessio, que ha sido suspendido por su archidiócesis sin necesidad de que Roma interviniera. Alessio, hasta donde sabemos, no ha pagado abortos ni ha “casado” religiosamente a parejas gays. Así que somos muchos los que nos preguntamos cómo explicaría el cardenal Sistach, experto canonista, una ausencia de sanción canónica en quien sí ha cometido esos delitos.

En todo caso, el cardenal es soberano en su diócesis. Hará lo que estime oportuno hacer. Y si lo que haga no nos convence a muchos fieles, si Pousa sigue ejerciendo el sacerdocio después de todo lo que estamos viendo y leyendo, podemos apelar a Roma. Lo que está claro es que esto no se va a quedar así. Los fieles no vamos a admitir que haya sacerdotes abortistas y “casadores” de gays y lesbianas. No hay nada que dialogar. O el P. Pousa se arrepiente de lo que ha hecho y rectifica públicamente, o tendrá que ser sancionado. Se acabó la impunidad.

Luis Fernando Pérez