12.03.11

Quijote y Sancho

 

Retomamos los Mythbuster. En esta ocasión con una falsa atribución muy extendida. Supongo que ya es sabida, simplemente quiero compartir el material acumulado, y que si algún lector posee más datos, pueda ponerlos en común.

El significado es conocido y preciso. En el María Moliner se dice:

«Expresión con que se da a un entender que, si alrededor de cierta actividad, se promueven protestas o críticas, eso es señal de que esa actividad produce efecto»

Eso sí, sobra el Sancho. Que no aparece en El Quijote, como muchas veces se apunta, es un hecho. Ahora con las ediciones electrónicas es fácil de comprobar, quizá antes era tema para expertos. Es lógico que cuele, por que le pega, pero ni lo dijo el Quijote, ni en ninguna otra obra de Cervantes. Ni tampoco en derivadas tipo Quijote de Avellaneda, o Vida de don Quijote y Sancho de Unamuno, ni siquiera de El regreso de don Quijote de Chesterton.

También busqué en El Conde Lucanor, porque tenía tonillo de consejo a Petronio. Tampoco.

Certificado dónde no aparece quedaba la tarea de buscar su procedencia y su primera aparición.

Ángel Padín se atribuye la consulta a Lázaro Carreter y Francisco Rico, y divulgó la presunta respuesta de los académico de la lengua que se lo asignaban a Azaña. Era la época en la que izquierda y derecha, competían por ver quien conseguía sacar al infausto presidente de la II República de la mediocridad. No he encontrado la referencia, pero la atribución a Azaña procede de una novela de Ricardo León, Cristo en los infiernos (1941). Lázaro Carreter hubiese aportado la cita precisa.

Un lector de Amando de Miguel encontró la hasta ahora más antigua cita de la expresión, en una necrológica sobre Rubén Darío en El Imperial (6 de febrero de 1916):

En ese obituario se cuenta que Rubén Darío, cada vez que se encontraba con una injuria, decía: «Ladran, señal de que cabalgamos».

Sin embargo, la pista más antigua en español y que apunta a su probable origen en Goethe, la aporta Arturo Ortega en su blog:

En español, la referencia más antigua conocida se encuentra en la edición de agosto de 1903 de la Revista «Nuestro Tiempo»; en el artículo «Los dos catolicismos», de Edmundo González Blanco, dice:

«El perro, empleando la comparación de Goethe, quisiera acompañarnos desde el establo; pero el eco de sus ladridos nos prueba que cabalgamos».

El poema de Goethe al que se refiere dice (traducción de Arturo):

 

Kläffer (1808)

Wir reiten in die Kreuz und Quer
Nach Freuden und Geschäften;
Doch immer kläfft es hinterher
Und bellt aus allen Kräften.
So will der Spitz aus unserm Stall
Uns immerfort begleiten,
Und seines Bellens lauter Schall
Beweist nur, daß wir reiten.

Ladrador (1808)

Cabalgamos por el mundo
En busca de fortuna y de placeres
Mas siempre atrás nos ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos

 

Por arte, no de magia, hemos pasado de un orgulloso origen castizo a una importación más. A partir de ahora, sólo «ladran, luego cabalgamos», sin Sancho.

Buen fin de semana, y si alguien tiene noticias más recientes, soy todo oídos.