Miguel del Campo, seminarista

"Llega Dios, y te cambia los planes"

"Jesucristo enamora, no hay que tener miedo"

Manuel Robles, 18 de marzo de 2011 a las 19:33
 

(Manuel Robles).- En la Provincia Eclesiástica de Oviedo, los seminaristas tampoco son tan abundantes como antaño. En Oviedo son cuatro los candidatos al sacerdocio que viven en el Seminario Mayor.

León es el seminario que más seminaristas tiene porque cuenta con dos seminarios. El de San Froilán, que es el diocesano, que viene funcionando desde 1606, con 6 seminaristas. Luego está el seminario misionero Redemptoris Mater, "Virgen del Camino", con 17 jóvenes de diversos países, que echó a andar en el año 2007. El seminario de Santander cuenta con seis seminaristas mayores que se preparan para ser sacerdotes. En Astorga solamente están tres seminaristas, pero que viven en Coruña, Getafe y Madrid, aunque sigan perteneciendo a la diócesis asturicense.

Miguel del Campo es un seminarista de Oviedo, de 32 años, quería ser profesor de inglés, luego estudió forestales, le gusta el comic, la música, la ornitología, la montaña y toda actividad que lleve consigo la creatividad. Le costó decidirse por el sacerdocio, pero al final ingresó en el Seminario de Oviedo, y dentro de un año, será ordenado diácono y al siguiente sacerdote.

-¿Por qué quieres ser sacerdote?

-Yo tenía mis planes, mi proyecto de vida, que era formar una familia. Una familia con sentido cristiano, pero no había pensado ser sacerdote. Pero sin que te lo esperas llega Dios y te cambia los planes. La primera reacción fue huir, no querer enterarme de la llamada. Siempre pensé que había gente mucho mejor que yo, ¿por qué tenía que llamarme a mí?. Después de pensar en esto hablé con un sacerdote amigo y vi que ese era mi camino, seguir la llamada. Ahora lo que pido es que no me deje de la mano.

¿Cómo debe ser hoy un sacerdote, según tu visión de la vida?

Un hombre de oración, entregado a Dios, cercano, trabajador, humilde, buen cristiano, con los pies en la tierra pero mirando al cielo, portador de esperanza, instrumento de la paz de Dios, misionero, amante de la Iglesia, que no critique si no es para construir, profeta, profundo conocedor de la Palabra de Dios, conciliador, respetuoso con todos los movimientos de la Iglesia...discípulo de Jesús, santo, ¿sigo?

¿Qué es lo más costoso de la vida del seminario para un joven?

Lo que más me cuesta en el seminario es lo que más me costaba fuera: madrugar. La vida dentro del seminario, en contra de lo que pueda parecer, se vive con mucha normalidad. Si fuera del seminario tienes problemas para relacionarte, dentro seguramente también los tengas; si te cuesta estudiar te costará también en el seminario. No sé, supongo que a unos les costarán unas cosas y a otros otras.

¿Cómo evangelizar hoy a los jóvenes de nuestro tiempo?

Pidiéndoselo al dueño de la mies y mostrando a los jóvenes el verdadero rostro de Dios. Todos los que no creíamos en Dios era porque no le conocíamos. La imagen que nos ha llegado a muchos jóvenes de mi generación de Dios era falsa. A veces, en lugar de revelar, se ha velado la figura de Dios. Jesucristo enamora, no hay que tener miedo.

Ahora es tiempo de salir a anunciar el Evangelio; no va a venir nadie a llamar a la puerta de la Iglesia diciendo que quiere ser cristiano. Estamos acostumbrados a un modelo que hoy claramente no funciona. La responsabilidad es de los cristianos. Hoy es un buen momento para empezar.

¿Qué destacarías tú del Papa Benedicto XVI?

Es una persona brillantísima. Es cierto que no es un hombre tan carismático, sobre todo si lo comparamos a su antecesor, Juan Pablo II. Una vez escuché algo que me encantó y que puede contestar un poco a la pregunta: Antes la gente iba al Vaticano a ver al Papa; ahora le van a escuchar.

¿Qué estáis haciendo en el seminario para la JMJ de Madrid?

A estas alturas lo que estamos haciendo es animar y promover en nuestras parroquias la participación. Dos compañeros están más metidos en equipos de trabajo, haciendo muchas cosas sin ruido, pero trabajando mucho. Y sobre siguiendo las indicaciones de los que dirigen el asunto. Todavía nos queda mucho por preparar.

También el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, en su Carta semanal ha hablado de la importancia que tiene el Seminario en la vida de la diócesis.

El arzobispo de Oviedo, ha recordado a todos sus diocesanos, que el sacerdocio es un don, no un derecho ni una conquista. Para que Dios nos de este regalo hay que pedirlo. Y son los niños, jóvenes, familias, ancianos y enfermos los beneficiarios de este don que Dios concede a su pueblo.