ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 6 de abril de 2011

Beatificación de Juan Pablo II

El hombre y el Papa que fue Juan Pablo II

Especial

Paul Bhatti pide al Papa que apoye a los cristianos de Paquistán

Santa Sede

Nuevo llamamiento del Papa por la paz en Libia y Costa de Marfil

El Papa invita a leer “Historia de un alma”, de Teresita de Lisieux

Las cien fuentes del Vaticano, símbolo del Agua Viva

El Papa nombra nuevo obispo para Mar del Plata

La piedad popular puede ser instrumento de la nueva evangelización

Santa Sede y CELAM promueven comités de promoción parroquial de la familia

Reportaje

150 años de la muerte del venerable Noailles

Uruguay: oposición al aborto ¿cuestión sólo de religión?

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: santa Teresa del Niño Jesús y la ciencia del amor


Beatificación de Juan Pablo II


El hombre y el Papa que fue Juan Pablo II
Habla el postulador de la causa del papa polaco (II)
ROMA, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Karol Wojtyla fue un gran intelectual, un Papa joven y valiente, acostumbrado a las dificultades, que había vivido bajo un régimen totalitario y que no buscaba ser “políticamente correcto”, aunque siempre un hombre de diálogo.

También fue el Papa que hizo de su aceptación de la enfermedad una catequesis viviente, un hombre que vivía la mortificación voluntaria al modo carmelita, que clamó contra la guerra y contra el aborto.

En la segunda parte de esta entrevista a ZENIT, monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II, no rehuye ninguna pregunta sobre el papa polaco. Tampoco en cuanto a la cuestión de los abusos por parte del clero, o el caso Maciel.

La tercera parte se publicará en el servicio de mañana jueves.

- A causa de esta condición mística se encontraba un poco solo respecto a los demás, porque era un comunicador...

Monseñor Oder: El encuentro con el Señor es siempre un camino en solitario. Está claro que estamos sostenidos por la Iglesia, por los hermanos en la fe, pero después cada uno de nosotros debe recorrer este camino solo. Su relación era personal e individual, muy profunda. Las personas que lo asistieron cuentan a menudo que tenían la clara percepción de de encontrarse frente a un momento, por decir de alguna manera, de raptus místico, en el cual él se encontraba en un diálogo tan profundo con el Señor que la única cosa que se podía hacer era darse la vuelta y dejarlo vivir ese momento.

- ¿En ese diálogo había algo que supusiese una cruz para Juan Pablo II? Hablaba mucho del sufrimiento y de la solidaridad. ¿Había cosas que lo preocupaban desde este punto de vista?

Monseñor Oder: Un hombre con una sensibilidad tan grande como la suya no podía quedarse indiferente ante los sufrimientos del mundo. Y nosotros lo hemos constatado; estaba muy atento a cualquier cosa que sucediese en el mundo. No tenía miedo de alzar la voz y decir las cosas que no correspondían al modo de pensar común. Por ejemplo, su apasionado llamamiento a la paz en la vigilia del conflicto del Golfo, cuando dijo: “Yo pertenezco a la generación que conoce la guerra”. Fueron palabras muy fuertes. Con seguridad, un pensamiento que no se adaptaba a lo “políticamente correcto”...

Seguramente siempre ha tenido en el corazón como una gran preocupación, el silencioso genocidio que ocurre con el aborto. La pregunta sobre la riqueza de la vida humana desde la concepción, seguramente sí ha sido un dolor constante en su vida...

- ¿Juan Pablo II se les "coló" a las autoridades polacas, a todo el aparato? ¿No habían comprendido? Porque si le hubiesen comprendido le habrían puesto fuera de juego, ¿o no?

Monseñor Oder: Lo temían. Hay indicios en la documentación del Servicios Secretos que hablan de la peligrosidad de Karol Wojtyla. Era peligroso porque era un intelectual sublime, un hombre de diálogo, desde el punto de vista moral no se le podía atacar. Exactamente por esta razón era peligroso. Porque era un hombre de una pieza, una pieza de hombre de Dios, un hombre de diálogo, de apertura, intelectualmente absolutamente preparado, superior y lo temían, sí. Creo que, como siempre, el Señor es más grande que ellos. El maligno hacía sus cuentas y Dios las suyas propias. Karol Wojtyla no pasó desapercibido a la atención de los comunistas

Claro que quizás, temían más al cardenal Wyszyński, porque era un hombre distinto, incluso en el modo de actuar frente a las autoridades. Y también que la Providencia llevó la historia de Juan Pablo II de esta manera.

Recuerdo, cuando fue elegido, la incomodidad de los periodistas que no sabían como transmitir la noticia, que por otra parte era vital para Polonia. Fue una de las muchas noticias que dieron durante el informativo. Debían darla.

Recuerdo también el primer viaje que hizo. Fue una cosa sorprendente: no sabían como invitarlo, quien debía invitar. Estaba invitado por la Iglesia pero también era un huésped del Gobierno. Encontraron una estratagema diplomática para que todo funcionase, porque en cualquier caso, como polaco podía volver. Quiso volver y volvió llevando verdaderamente la levadura de la revolución del espíritu. En aquel primer viaje se veía como los medios de comunicación polacos fueron instrumentalizados. Si nos fijamos en las grabaciones se ve sólo un primer plano del Papa o algún anciano, sin ninguna señal de los millones de personas que rodeaban al Pontífice. Ningún rostro joven, ni tampoco familias.

- Cuando Juan Pablo II asumió el Pontificado, en la Iglesia había una serie de problemas que parecían casi sin solución: por un lado estaba la teología de la liberación, por el otro el cisma lefebvriano. Y al final de su Pontificado se realizaron muchísimos pasos para unir a la Iglesia y resolver estos problemas...

Monseñor Oder: Sí, seguramente fue un Papa que aportó, providencialmente, energía a su ministerio petrino, era un Papa joven. Era también un Papa acostumbrado a vivir una situación de enfrentamiento con la hostilidad: la Iglesia en Polonia enfrentada al comunismo. Un Papa de gran preparación intelectual y cultural, científica, un Pontífice de gran sensibilidad incluso estética, atento a muchos valores.

Supo darle frescura a la Iglesia, haciendo siempre referencia a la frescura que dio el Concilio Vaticano II. Es el Papa que actualizó, que llevo adelante el pensamiento del Vaticano II. Y en este sentido dio muchos pasos, llevó a cabo muchas actividades que pudieron reafirmar un poco la barca de la Iglesia.

- Desde el inicio hasta el fin de su Pontificado se ve que se ha dado un enorme paso hacia adelante en este sentido.

Monseñor Oder: Seguramente una renovación de la fe, del entusiasmo evangélico.

- “Soy Papa porque soy obispo de Roma”. ¿Cómo vivió este aspecto?

Monseñor Oder: Se sentía obispo de Roma, y lo repetía muy a menudo, “Yo soy Papa porque soy obispo de Roma”. Y esto significó su elección para el establecimiento de su pontificado. Mantuvo siempre un interés particular por su diócesis. Signo de este interés fueron sus visitas pastorales que realizó siempre.

- Hay dos momentos en ellos que he visto casi enfadarse al Santo Padre: en una entrevista para defender a la familia y contra la mafia en Sicilia. ¿Fue porque estaba en juego la vida en ambos casos?

Monseñor Oder: Seguramente, por la vida, pero también porque es la verdad sobre el hombre. Era un Papa que estableció su pontificado en una clave muy humanista, en el sentido evangélico. Su primera encíclica, Redemptor hominis, da un perspectiva justa de como comprender la centralidad del hombre, que sin embargo tiene a Cristo mismo en el centro de su existencia; un humanismo cristiano, por tanto. Su preocupación por la vida humana en todas sus dimensiones partía del concepto cristiano que tenía sobre la vida, por la que el Salvador había dado la suya.

- Hay una santidad y una paternidad. Él habló de esta paternidad. Me he preguntado siempre si un día se dará la beatificación del padre de Wojtyla, porque es una figura paterna extraordinaria que verdaderamente marcó a su hijo.

Monseñor Oder: Absolutamente. Mirando esta familia se ve como el Señor ha trabajado desde siempre. Juan Pablo II decía siempre que este fue su primer maestro de espiritualidad, la primera guía en la vida espiritual, el primer seminario que hizo. Seguramente tenía la imagen de este padre, de este militar, soldado, que se arrodillaba y rezaba por la noche ante el icono de la Virgen. Son cosas que quedan en el corazón de un joven. Un hombre que acompañó a su hijo de la mano en peregrinación a Czestochowa. Lo inició a la oración. Pero también estaba la figura de su hermano, este hermano, Edmund, también él fue una persona poco común. Se dedicó completamente al servicio de la caridad, pagando después en primera persona.

- Fue él quien quiso la beatificación de los padres de Teresa de Lisieux. En su familia tenía sentido que los esposos puedan ser beatificados...

Monseñor Oder: Es difícil para mí decirlo, pero con seguridad tenía un ejemplo extraordinario en la vida. De todos modos, dio claros signos de estar verdaderamente convencido de la verdad confirmada en el Concilio Vaticano II, es decir de la vocación a la santidad de todos los cristianos, y con sus beatificaciones y canonizaciones, que recorren todo el tejido de la Iglesia, dio un signo tangible de que es posible para todos.

- ¿Cómo vivió hacia el final del pontificado? Porque al principio no se sabía mucho de los problemas de los sacerdotes pedófilos, de los abusos... Si para un cristiano esto es muy grave, Como debe ser para un Papa...

Monseñor Oder: Sólo hace falta recordar su reacción cuan salió a la luz el problema, convocó a todos los obispos americanos a Roma para afrontar la situación. Cuando se puso en su conocimiento estas situaciones dolorosas, se involucró y estaba determinado a dar una respuesta adecuada.

Fue él quien promulgó las nuevas reglas que tenían que ver con este tipo de crímenes, como instrumento jurídico para resolver estas situaciones.

- Para un Papa debe ser tremendo, una cosa dentro de casa. No es el comunismo, el enemigo externo...

Monseñor Oder: Usted mismo ha dado la respuesta. Debemos recordar, por tanto, que ciertas situaciones, con su gravedad y extensión, se conocieron sólo con el tiempo. De ciertas situaciones no tenía conocimiento, o al menos de toda su profundidad y gravedad.

Ante situaciones de una cierta gravedad se le veía personalmente afectado por la necesidad de tomar decisiones y medidas, actuaba verdaderamente como un creyente: como sacerdote ayunaba, oraba y se mortificaba. Son estos los instrumentos que se tienen para hacer frente a situaciones que no dependen de nosotros, pero a las que podemos responder sólo aumentando el bien que se opone a la realidad del mal.

- Cuando era anciano los sacrificios de su vida eran evidentes, pero los de su juventud no son muy conocidos. ¿Nos puede decir algo más, aparte del ayuno y los sacrificios que ha mencionado?

Monseñor Oder: El sufrimiento causado por la enfermedad fue un aspecto que al final de sus días se volvió casi el icono de su pontificado, pero no era la única dimensión de la mortificación en su vida.

Desde joven fue iniciado en la espiritualidad carmelita. Estaba fascinado por el Carmelo, tanto que cuando era todavía joven pensó en una vocación carmelita. Estaba fascinado por san Juan de la Cruz, por santa Teresa, por santa Teresita, y por tanto las prácticas de penitencia personal estaban presentes en su vida. Esto era un aspecto que nadie conocía, que hemos sabido sólo en el contexto del proceso, y recuerdo que impresionó a muchos cuando este hecho salió a la luz. Y sí. Ha sido un signo de su profunda fe, de su vida espiritual.

- ¿Qué hechos han salido a la luz en este sentido?

Monseñor Oder: Fueron las personas más cercanas a él, que tenían un contacto diario con el Papa, las que se dieron cuenta de ciertas situaciones.

- A propósito de sufrimiento, he sabido recientemente que ya siendo obispo de Cracovia escribió una carta a los enfermos para confiarles a ellos, a su intercesión, su episcopado. Es realmente una clave para este pontificado. El Papa enfermo que no sólo participa d la cruz, sino que se apoya en esta comunión de la Iglesia.

Monseñor Oder: Absolutamente sí, pero esto es el sentido cristiano también del sufrimiento. No sólo confió a los enfermos su ministerio como obispo en Cracovia. En el periodo en el que se desarrollaron los trabajos del Concilio Vaticano II, pedía a los enfermos un apoyo para que se obtuvieran buenos resultados del Concilio. Los hacía participar en este evento extraordinario. Creo que la Carta “Salvifici doloris”, da una perspectiva de la visión de Juan Pablo II, del sentido cristiano del sufrimiento, cuando habla de la participación personal en los sufrimientos de Cristo, también cuando habla del Evangelio del buen Samaritano, que está escrito en torno a esta realidad del sufrimiento.

- Y quiso, además, esta fundación del “Buen Samaritano” para los enfermos de SIDA...

Monseñor Oder: Es necesario recordar que, por lo que respecta al mundo del sufrimiento, es él que ha creado el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

- Aquí viene otra cuestión dolorosa... salió a la luz todo el caso del padre Maciel, de los Legionarios de Cristo. Él lo supo. Y salió a la luz al final de su pontificado...

Monseñor Oder: Hemos realizado todas las investigaciones que, naturalmente, estaban dirigidas a profundizar en este caso tan doloroso para la Iglesia, que efectivamente explotó, prácticamente, después de la muerte de Juan Pablo II. Se debe, sin embargo, recordar que las investigaciones se realizaron durante el pontificado. Y, por tanto, de estas investigaciones que habíamos desarrollado en base a la documentación, se puede excluir cualquier participación personal del Santo Padre en este asunto, en el sentido en que, efectivamente, lo que sabía en el momento de su muerte no era más de lo que sabía todo el mundo.

- Fue un poco “escandaloso”, en el sentido en que en un mundo en que todos tienen miedo de la vejez, de no ser eficientes, el Papa Juan Pablo II llevó hasta el fin su enfermedad, sin esconderla en ningún momento. Y ver después la multitud de personas que hicieron cola en la Vía de la Conciliación para verlo... ¿Cuál fue el aspecto que más le impresionó de Juan Pablo II?

Monseñor Oder: Su incapacidad de hablar, cuando se quedó mudo, cuando no podía decir nada más, pero sencillamente perseveraba, permanecía, expresaba su cercanía, su amor, su “aquí estoy” delante del Señor, sin esconderse, y en ese momento, verdaderamente, ha ofrecido los ejercicios espirituales más grandes, sin decir nada, simplemente como testigo. Y ha sido una forma muy serena de llevar adelante esta realidad que forma parte de la experiencia humana. Podemos considerarla una perspectiva de la vida cristiana; también el sufrimiento y la muerte forman parte de la vida, naturalmente, como un viaje. Con este testimonio, con su “no avergonzarse”, ha devuelto la esperanza a muchos, y sobre todo la dignidad a las personas que a menudo son marginadas, escondidas y encerradas, casi como una vergüenza porque son portadores de enfermedades, de vejez.

Vivimos en una civilización que quiere, de alguna manera, exorcizar la muerte, como en los Estados Unidos, donde hay toda una industria para embellecer la muerte, tanto que casi no parece muerte. Él fue adelante con estos signos de sufrimiento, de la muerte que se estaba acercando, dando a entender que se trata de una etapa de la vida.

[Entrevista realizada por Anita S. Bourdin y Sergio Mora. Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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Especial


Paul Bhatti pide al Papa que apoye a los cristianos de Paquistán
Entrega a la comunidad de San Egidio la Biblia personal del hermano muerto
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Paul Bhatti, hermano de Shahbaz, el ministro para las Minorías Religiosas de Paquistán asesinado el pasado 2 de marzo, se encontró este miércoles con el Papa Benedicto XVI al término de la Audiencia general en la Plaza de San Pedro.

Shahbaz Bhatti fue asesinado en Islamabad con 30 disparos de pistola por haberse opuesto a la ley sobre blasfemia y haber defendido a Asia Bibi, una mujer cristiana condenada en base a esta regulación por presuntos insultos al profeta Mahoma.

Al encontrarse con el Papa, su hermano le pidió que “siga apoyando el empeño de los cristianos paquistaníes por el respeto de sus derechos”, afirma L'Osservatore Romano.

Paul Bhatti fue nombrado recientemente consejero especial del Primer Ministro de Paquistán para las minorías religiosas, con poderes ejecutivos, como si fuese un Ministro.

“Es una cuestión que afecta a todos los paquistaníes porque está en juego el futuro pacífico del País, a través de la oposición a toda forma de intolerancia, de violencia y de terrorismo”, declaró.

En su opinión, “el problema principal para los cristianos hoy en Paquistán es la interpretación excesivamente restrictiva de la llamada ley sobre la blasfemia”. “Por nuestra parte no hay, obviamente, voluntad alguna de faltar el respeto a la religión islámica”. “La interpretación de la ley no debe, por tanto, provocar nunca víctimas inocentes entre los cristianos”.

En este contexto, es fundamental “llevar adelante un diálogo claro, franco, abierto, pero en la verdad y en respeto recíproco”. Al mismo tiempo, Bhatti ha pedido a Occidente que “haga oír más su propia voz para contribuir a construir un Paquistán verdaderamente apaciguado”.

“No he dudado en perdonar a los asesinos”, afirmó, refiriéndose al homicidio de su hermano. “Para un cristiano es un paso necesario, aunque no borra el dolor. Pero pido que se haga justicia”.

Comparte este pensamiento el Gran Imán de Lahore, Khabior Azad, amigo personal de Shahbaz Bhatti y sostenedor de la colaboración entre cristianos y musulmanes en Paquistán.

El imán aseguró al Papa “el compromiso de proseguir el diálogo que el homicidio de Shahbaz no debe interrumpir”, observando que “el apoyo del Pontífice al movimiento de diálogo interreligioso es decisivo”.

En una entrevista en Radio Vaticano, Paul Bhatti habló de los desafíos que le esperan en el ejercicio de su nueva función, empezando por la ley sobre la blasfemia, que “últimamente ha sido usada o interpretada subjetivamente por la gente, para fines personales”.

Otro desafío importante es la “discriminación religiosa, que está creciendo día a día”. “No porque los fieles no puedan convivir entre sí, sino porque hay una campaña de odio creada por una base terrorista que sigue usando la religión”.

“Debemos combatir este odio – añadió –. Si no lo hacemos, estas víctimas seguirán existiendo. No se trata sólo de mi hermano: en Paquistán todos los días hay bombas que explotan y personas que son asesinadas”.

San Egidio

Como “signo de esperanza y de perdón”, Paul Bhatti ha donado la Biblia personal de su hermano a la Comunidad de san Egidio, que la colocó en el memorial de los mártires de nuestros días, en la iglesia romana de San Bartolomé en la isla Tiberina.

Ayer martes, la Comunidad organizó en Roma una oración en memoria de Shahbaz Bhatti. En su homilía, monseñor Joseph Coutts, obispo de Faisalabad y nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Paquistaní, presente en la Audiencia general de hoy miércoles, recordó que “la misión de Shahbaz era promover ña paz, la armonía, el amor y la comprensión en un país que experimenta la intolerancia en nombre de la religión”, informa AsiaNews.

La Comunidad de San Egidio organizó también ayer una conferencia para recordar a Shahbaz Bhatti, en la que participaron Paul Bhatti, monseñor Coutts, el gran imán de la mezquita Badshahi de Lahore, el ministro de Exteriores italiano Franco Frattini, el fundador de la Comunidad, Andrea Riccardi, y el director del diario Avvenire, Marco Tarquinio.

Paul Bhatti refirió que muchos, incluso familiares, habían sugerido a Shahbaz que dejara el cargo o que se protegiese por las amenazas recibidas. “Nos respondió que había confiado su vida en las manos de Jesús y que no pretendía negociar su propia fe”.

Frattini lo definió como “un mártir de la fe” que trabajó “para interpretar – no abrogar – la ley sobre la blasfemia, para que acaben los abusos” ligados a esta norma.

Para el gran imán de la mezquita de Lahore, Shahbaz Bhatti fue “un embajador de paz en el mundo”. El suyo ha sido “un asesinato contra la humanidad”, denunció.

Monseñor Coutts habló de un proyecto ideado por Bhatti: dar vida, en Islamabad, a un centro para el diálogo interreligioso rodeado de lugares de oración distintos según la fe, pero que permitiese después “que todos se encontraran en un único edificio, en el centro respecto a todos los demás. Y debía estar abierto, todos habrían podido entrar”.

Promover el diálogo interreligioso es tarea del Gobierno, recordó, y gracias a Shahbaz Bhatti “se han movido los primeros pasos en esta dirección”.

Se han encontrado con Paul Bhatti durante su visita a Roma también el vicepresidente de la Cámara Rocco Buttiglione y una delegación de parlamentarios italianos de la Asociación Amigos de Paquistán.

Buttiglione expresó a Bhatti su solidaridad y cercanía por la desaparición de su hermano, a quien fue de los primeros en definir como mártir de la fe y de los derechos humanos, y renovó su compromiso de apoyar los esfuerzos para tutelar a las minorías y a la comunidad cristiana en Paquistán.   

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Santa Sede


Nuevo llamamiento del Papa por la paz en Libia y Costa de Marfil
El cardenal Turkson no ha podido entrar aún en el país ivoriano
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI lanzó hoy un nuevo llamamiento por el fin de la violencia en Libia y Costa de Marfil, durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro.

“Continúo siguiendo con gran aprensión los dramáticos acontecimientos que las queridas poblaciones de Costa de Marfil y de Libia están viviendo en estos días”, afirmó el Pontífice.

Benedicto XVI aseguró su oración por las víctimas y su cercanía “a todos aquellos que están sufriendo”.

“¡La violencia y el odio son siempre una derrota!”, añadió, dirigiendo “un nuevo y encarecido llamamiento a todas las partes en causa, para que se ponga en marcha la obra de pacificación y de diálogo, y se eviten ulteriores derramamientos de sangre”.

Cardenal Turkson

Expresó su deseo, también, de que el cardenal Peter Kowdo Turkson, presidente del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, pueda entrar por fin en Costa de Marfil para llevar su solidaridad a este país africano.

Según confirmó ayer la agencia vaticana francesa I. MEDIA, el cardenal Turkson, enviado por el Papa la semana pasada a Costa de Marfil para llevar ayuda a la población de parte de la Santa Sede, no ha podido aún entrar en el país.

El purpurado partió de Roma el pasado 1 de abril con destino a Abiyán, la capital ivoriana, pero a causa de los combates en la ciudad, permaneció bloqueado varios días en Accra (Ghana), y tuvo que volver ayer de vuelta a Italia.

La noticia fue confirmada por el nuncio apostólico en Abiyán, monseñor Ambrose Madtha, quien se declaró “decepcionado” al saberlo.

“Todo el mundo le espera”, prosiguió, añadiendo que tanto el presidente saliente Laurent Gbagbo como el presidente electo reconocido por la comunidad internacional Alassane Ouattara, "querían encontrarse con él”.

 


 

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El Papa invita a leer “Historia de un alma”, de Teresita de Lisieux
Presenta la vida de la santa especialmente como guía para los teólogos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI recomendó hoy a los fieles “redescubrir ese pequeño-gran tesoro” de la autobiografía de santa Teresita del Niño Jesús, Historia de un alma.

El Pontífice dedicó su catequesis en la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, a presentar la vida y enseñanzas de esta joven santa francesa, a la que Juan Pablo II proclamó Doctora de la Iglesia en 1997.

El papa polaco la definió como “experta de la scientia amoris", una afirmación sobre la que profundizó Benedicto XVI.

La “pequeña Teresa”, afirmó, “no ha dejado de ayudar a las almas más sencillas, los pequeños, los pobres, los que sufren, y que le rezan, pero también ha iluminado toda la Iglesia, con su profunda doctrina espiritual”.

La “ciencia del amor”, Teresa “la expresa principalmente en el relato de su vida, publicado un año después de su muerte bajo el título de Historia de un alma”, afirmó el Papa, invitando a todos a “redescubrir este pequeño-gran tesoro, ¡este luminoso comentario del Evangelio plenamente vivido!”.

Historia de un alma, prosiguió, “¡es un maravillosa historia de Amor, relatada con tal autenticidad, sencillez y frescura que el lector no puede sino quedar fascinado!”.

El Papa narró los principales hechos de la vida de la santa, desde su nacimiento en Alençon (1873), pasando por su temprana orfandad de madre, su experiencia de las gracias divinas, su entrada en el Carmelo y su muerte, con sólo 24 años de edad (1897).

Por los ateos

Para Teresa, explicó, ser religiosa “significa ser esposa de Jesús y madre de las almas”.

La última etapa de su vida estuvo marcada por la enfermedad y por la experiencia de la prueba espiritual. Ella “tiene la conciencia de vivir esta gran prueba para la salvación de todos los ateos del mundo moderno, llamados por ella 'hermanos'”, afirmó.

“También nosotros con santa Teresa del Niño Jesús, debemos poder repetir cada día al Señor, que queremos vivir de amor a Él y a los demás, aprender en la escuela de los santos a amar de una forma auténtica y total”, afirmó.

Teresa “es uno de los 'pequeños' del Evangelio que se dejan llevar por Dios en la profundidad de su Misterio”.

En particular, la propuso como guía “para los que, en el Pueblo de Dios, desarrollan el ministerio de teólogos”, pues “con la humildad y la caridad, la fe y la esperanza, Teresa entra continuamente en el corazón de las Sagradas Escrituras que contiene el Misterio de Cristo. Y esta lectura de la Biblia, nutrida por la ciencia del amor, no se opone a la ciencia académica”.

“La ciencia de los santos, de hecho, de la que ella habla en la última página de Historia de un alma, es la ciencia más alta”, añadió.

Otro de los rasgos de la santa es su confianza total en Jesús: “Sí lo siento, incluso si tuviese sobre la conciencia todos los pecados que se pueden cometer, iría con el corazón destrozado por el arrepentimiento, a lanzarme en los brazos de Jesús, porque sé cuanto ama al hijo pródigo que vuelve a Él”, escribía Teresita.

Así “Teresa nos indica a todos nosotros que la vida cristiana consiste en vivir plenamente la gracia del Bautismo en el don total de sí al Amor del Padre, para vivir como Cristo, en el fuego del Espíritu Santo, Su mismo amor por los demás”, concluyó.


 

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Las cien fuentes del Vaticano, símbolo del Agua Viva
Presentado un estudio artístico y arqueológico en el Museo vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 abril de 2011 (ZENIT.org).- Un libro de casi 300 páginas con ilustraciones y estupendas fotografías dedicadas a “Las cien fontanas (99+1) del Vaticano” fue presentado hoy en el Museo Vaticano.

Casi un álbum que nos hace entrar en el mundo de la belleza. Serán tres volúmenes y todos ellos como el primero concluyen con la fontana número 100 dedicada a San José.

El primer volumen llamado ‘Fontanas en los bulevares y en el bosque’  “es una obra que en su apertura fue dedicada a Benedicto XVI y que a través de sus valiosas enseñanzas el Señor sacia al pueblo cristiano con el ‘agua de la Sabiduría’ “.

Los otros conferenciantes fueron el ingeniero Pier Carlo Cuscianna, a cargo del libro; el arquitecto Paolo Portoghesi, director de los servicios técnicos; y el arqueólogo Giandoménico Spinola, todos ellos relacionados con la restauración de las fontanas.

“Decir agua es decir vida – recordó el purpurado, porque – en las Sagradas escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento el agua es símbolo no solamente de vida pero también de vida eterna”.

Y el cardenal citó diversas frases de las Escrituras que emplean el agua en cuanto  un símbolo, como las palabras de Jesús: “Quien beberá del agua que le daré no tendrá sed por la eternidad”. O en el libro del Apocalipsis: “A quien tiene sed le daré de beber gratuitamente en la fuente del agua de la vida”.

También para tal simbología –prosiguió-  en el Vaticano y en particular en sus jardines no podían faltar las impetuosas fontanas. Éstas durante los siglos fueron siembre objeto de una particular atención”.

Y explicó que con la nueva gran fontana de San José inaugurada el 5 de julio del año pasado “el número de las fontanas vaticanas llegó a una cifra símbolo de plenitud: 100”. La fontana fue donada por los Patrons of the Arts in de Vatican Museums al Papa Benedicto XVI, cuyo nombre de bautismo justamente es José. 

El libro concluyó el cardenal “es fruto de una serie de competencias profesionales que revelan de este modo un patrimonio artístico escondido a las personas de la ciudad de Roma. Un tesoro de civilización y de arte y de famosos autores como Francisco Borromini; Carlo Maderno y Juan Vasanzio”.

Acabada la presentación su eminencia ha hablado del rol de la belleza en la vida del hombre “porque la belleza no es otra cosa que el esplendor de la verdad. La naturaleza de nuestra concepción racional pero también nuestra fe es expresión de quien la creó. Desde una piedra, desde el elemento más discreto hasta la cumbre de lo creado que es el hombre, todo es reflejo de la belleza divina”.

Y precisó que “especialmente para el hombre de  hoy, no pensemos que éste sea diverso de aquel de hace mil años atrás, diverso quizás en su sensibilidad pero en la sustancia del hombre está el amor hacia la verdad y la belleza”. Y como ejemplo recordó que “todos los  hombres aman la verdad, uno puede incluso no estar dispuesto a decirla, pero quiere que todos la digan”.

El arqueólogo Giandomenico Spínola recordó que las aguas y fontanas simbolizan el prestigio, la belleza pero también la meditación. Que en el Vaticano nacieron en el 1600 con el acueducto que traía el agua desde el lago de Bracciano a 60 kilómetros de Roma.

Y que “estas fontanas con una gran variedad de temas y de sujetos reproducen un mundo ideal”. Añadió que entre los méritos de la obra está el de “lograr insertar las fontanas individualmente en un conjunto arquitectónico”.

El ingeniero Pier Carlo Cusciani consideró que la finalidad de la obra es de completar una laguna: “En los libros publicados sobre los jardines vaticanos faltaba un estudio sobre este patrimonio y que a medida que las fontanas van siendo restauradas son documentadas por el libro”. Por ello sea el restauro de las fontanas que la edición de los próximos dos libros llevarán al menos tres años de trabajo.

Además de las explicaciones técnicas como la del sistema de medición laser scanner, fue proyectado un audiovisual sobre el tema.

“Algunas de estas fontanas –precisó tienen un carácter y una importancia histórica, monumental y artística, mientas otras son más recientes, y otras inéditas y poco visibles”.

El arquitecto Paolo Portoghesi “en cuanto viejo romano” indicó que se siente como “el libro es fruto de una pasión colectiva” y que las fontanas “son como un intento de sublimar el agua más allá de sus funciones vitales”.

Para el arquitecto “Roma cristiana heredó esta vocación relacionada con las fontanas” y describió a los acueductos como “los vasos sanguíneos de la Ciudad Eterna”.

Desde el jueves además habrá una exposición en la Galería Paolo Antonacci de Roma, con fotos en formato grande que Francesca Pompei hizo para el libro. También se expusieron doce acuarelas sobre las fontanas de la pintora Grazia Viva. 

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El Papa nombra nuevo obispo para Mar del Plata
Últimos nombramientos pontificios
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha hecho hoy público el nombramiento del argentino monseñor Antonio Marino, hasta ahora obispo auxiliar de La Plata, como nuevo obispo de Mar del Plata.

Monseñor Antonio Marino, 69 años, es original de Buenos Aires y licenciado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Era obispo auxiliar de La Plata desde el año 2003.

La diócesis de Mar del Plata es sufragánea de La Plata, y está situada en la provincia de Buenos Aires. Es una zona marítima de gran interés turístico en Argentina. La diócesis fue erigida en 1957.

El Papa ha nombrado también nuevos obispos en Bangladesh, Papúa-Nueva Guinea y Estados Unidos.

En el primer caso, se trata de monseñor Moses Costa, hasta ahora obispo de Dinajpur, que pasa a ocupar la sede de Chittagong. Bangladesh cuenta sólo con cinco diócesis y una archidiócesis, Dhaka.

En Papúa-Nueva Guinea, el Papa ha nombrado al sacerdote Rolando Santos, actualmente superior provincial de los padres Lazaristas en Filipinas, Papúa e Islas Salomón, como nuevo obispo de Alotau-Sideia.

Esta diócesis es relativamente reciente, pues fue erigida en 1946, y depende jurisdiccionalmente de la archidiócesis de Port Moresby. Monseñor Santos se convierte en el cuarto obispo de su historia.

El Papa ha nombrado también hoy un nuevo obispo auxiliar para Cincinnati (Estados Unidos). Se trata del sacerdote Joseph R. Binzer, hasta ahora párroco de la Saint Louis Parish. El obispo electo era vicario general de la archidiócesis desde 2007.

Nombramientos de abril

En días anteriores, la Santa Sede había hecho públicos varios nombramientos en Ghana, Australia, Francia y Sudáfrica

En Ghana, el Papa nombró como nuevo obispo de Navrongo-Bolgatanga al sacerdote Alfred Agyenta, el cual estudió en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y en la Universidad católica de Lovaina, y era actualmente profesor de Sagrada Escritura del seminario mayor St. Victor de Tamale.

Agyenta es el cuarto obispo de esta diócesis, erigida en 1956 y sufragánea de la archidiócesis de Cape Coast.

En Australia, se ha hecho público el nombramiento episcopal de otro sacerdote, William Wright, como obispo para Maitland-Newcastle. Wright, estadounidense de nacimiento, era párroco en la archidiócesis de Sydney.

En Francia, el Papa nombraba a otro sacerdote, monseñor François Fonlupt, hasta ahora vicario episcopal de Clermont, como nuevo obispo de Rodez, en sustitución de monseñor Bellino Ghirard. Fonlupt era actualmente responsable del Institut théologique d’Auvergne.

Por último, en Sudáfrica, se hacía público el nombramiento del sacerdote Peter Holiday, párroco en Johannesburgo, como nuevo obispo de Kroonstad.

El obispo electo es una vocación tardía, pues trabajó en una imprenta durante trece años, antes de entrar en el seminario. Ordenado sacerdote en 1992, era actualmente administrador de la catedral y vicario para las vocaciones.

En la Curia

Dentro de la Curia Romana, el Papa hacía hoy público el nombramiento del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, como nuevo miembro del Consejo pOntificio para los Textos Legislativos.


 

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La piedad popular puede ser instrumento de la nueva evangelización
Se reúne en el Vaticano la Comisión Pontificia para América Latina
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- La piedad popular, purificada de sus desviaciones, puede ser un importante instrumento para la nueva evangelización de América Latina.

Este es el tema sobre el que debaten los miembros de la Comisión Pontificia para América Latina, reunidos desde ayer en Roma en sesión plenaria, y que el viernes próximo serán recibidos en audiencia por el Papa Benedicto XVI.

Según informó Radio Vaticano, el objetivo de esta reunión es el de reflexionar “sobre la importancia de la piedad popular en América Latina haciendo un balance de lo que ha significado durante estos cinco siglos”.

El propósito es que, “a través de la misión continental, se la proteja, promueva y purifique como un válido y eficaz instrumento de encuentro personal y comunitario con el Señor”, para que “Jesucristo, camino, verdad y vida sea reconocido, aceptado, amado y vivido en la historia personal de todos los bautizados y conduzca a una vida sacramental más plena”.

Por ello, uno de los objetivos de los debates es reconocer la “incidencia de la piedad popular en el proceso de evangelización del continente”, pero también “identificar las desviaciones que se han presentado y que es necesario corregir”.

La Comisión pretende elaborar unas recomendaciones pastorales concretas para todos los obispos de América Latina, “para que la piedad popular –considerada por Benedicto XVI como el precioso tesoro de América Latina- sea valorada e impulsada como instrumento válido e ineludible en el proceso de nueva evangelización”.

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Santa Sede y CELAM promueven comités de promoción parroquial de la familia
Mensaje final del encuentro celebrado en Bogotá
BOGOTÁ, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- La Santa Sede y representantes del Consejo Episcopal para Latinoamérica y el Caribe (CELAM) han animado a crear comités para la promoción y defensa de la vida a nivel de las diócesis y las parroquias.

Es una de las conclusiones recogidas en el mensaje de los participantes en el Encuentro de Pastoral de Familia y Vida celebrado entre el 29 y el 31 de marzo en Bogotá, Colombia, en colaboración entre el Consejo Pontificio para la Familia y el CELAM.

En el encuentro, en el que participaron el cardenal Ennio Antonelli, y el obispo Jean Laffitte, respectivamente presidente y secretario de ese Consejo vaticano, se reconoció que la familia y la vida “pasan por una situación de verdadera emergencia, debido a fuerzas que la distorsionan y la alejan del proyecto original de Dios”.

“Si bien en muchos países existen legislaciones que apoyan la vida, sigue siendo muy elevado el número de los abortos a nivel mundial”, constatan los participantes en este encuentro en el mensaje final.

“Ante esto renovamos nuestro compromiso de seguir trabajando con fe, esperanza y dedicación en el servicio que prestamos a la humanización de la sociedad mediante la promoción y defensa de la institución familiar y del don de la vida”.

Por este motivo, los representantes del Vaticano y del CELAM animan a “la creación de comités para la promoción y defensa de la vida a nivel de las diócesis y las parroquias”. 

“En nuestro Encuentro se reafirmó que la familia es verdadero sujeto de evangelización y apostolado para anunciar, celebrar y servir la Buena Nueva del matrimonio, la familia y la vida”.

“Esto nos compromete a ayudar pastoralmente a las familias para que, desde la pedagogía de la santidad y del amor, frutos de un encuentro vivo con Jesucristo, y mediante su testimonio como familias cristianas, sean un foco de irradiación de una nueva educación para descubrir las maravillas de Dios, sobre todo en el amor esponsal del hombre y la mujer al que fue confiada la vida”, añade el mensaje final.

En el encuentro, los participantes se comprometieron “a renovar e intensificar nuestro acompañamiento pastoral a las familias”.

Para ello, se han establecido en la reunión “nuevas formas de colaboración entre las Comisiones Episcopales Nacionales para la Familia y la Vida, el Departamento de Familia y Vida del  CELAM así como con el Consejo Pontificio para la Familia”.

“Con este fin estimulamos el fortalecimiento de la catequesis de iniciación cristiana, la preparación para la vida conyugal y familiar destacando la educación para el amor que permita reconocer el verdadero significado de la sexualidad, la seria preparación al matrimonio, la formación permanente de los cónyuges después del matrimonio, la constitución de asociaciones de familia para tener una presencia activa en el seno de la sociedad, y una pastoral familiar de procesos más que de actividades aisladas, que elabore proyectos a largo plazo con visión y esperanza”.

Los participantes invitan “especialmente a los obispos, sacerdotes y diáconos y agentes de pastoral familiar y de la vida a redescubrir la belleza de la institución familiar, del don de los hijos y la alegría en el compromiso de difundir el esplendor de esta verdad, especialmente mediante su testimonio de adhesión al Evangelio, para subrayar la relación entre Palabra de Dios, matrimonio y familia cristiana”.

Asimismo expresan “toda la gratitud de la Iglesia hacia los esposos y las familias que ofrecen un ejemplo creíble y atrayente de empeño en su santificación, haciendo espiritual y humanamente fecundas sus actividades a través de su participación en la vida de la gracia, especialmente en la Eucaristía y en la reconciliación sacramental”. 

A las familias desunidas y heridas por la vida, a los que sufren la prueba de la división, de la separación o del divorcio, los representantes de la Iglesia expresan “nuestra profunda cercanía y manifestar nuestra convicción de que el Señor tiene para ellos un amor particular y que no deja de ofrecerles los tesoros infinitos de su misericordia”.
 

Es posible leer el mensaje final en http://www.celam.org/nueva/Celam/detalle.php?id=NzI=

Más información en:

--Perspectivas para la pastoral familiar en América Latina

--Mensaje del Papa al encuentro de pastoral familiar del CELAM

--Matrimonio y vida, retos actuales en América Latina según el Papa



 

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Reportaje


150 años de la muerte del venerable Noailles
La Sagrada Familia de Burdeos conmemora a su fundador
ROMA, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- 2011 es un año particular para toda la familia espiritual de Pedro Bienvenido Noailles. El 8 de febrero de 1861, hace 150 años, la historia de la Sagrada Familia de Burdeos marcó un hito importante.

Todo había comenzado en el Seminario de Issy, cerca de París –informa a ZENIT la hermana María del Carmen Leach Albert, de esta familia espiritual--. Allí, cuando era joven seminarista, Pedro Bienvenido Noailles entregó su vida.

“Como todo joven soñó pero sus sueños tenían la solidez de su fe, su esperanza era fuerte como una roca y su amor quería abarcar el mundo –comenta la hermana Leach--. Pronto lanzó la nave, comenzó un rumbo, que nunca recorrió solo. Como ocurre a veces en los inicios, consciente de sus límites, sintió la duda, pero Jesús en la Eucaristía manifestó su aprobación bendiciendo de modo visible la nueva fundación”.

“Lanzarse al mar es un riesgo, pero él nunca puso límites. Tampoco buscó el sosiego del puerto, ni la seguridad de la tierra firme y formó un equipo, una comunidad, una familia formada por personas de todos los ambientes y vocaciones. Las necesidades de quienes surcan un mar en tempestad son inmensas, acogió toda clase de colaboradores”, añade la cronista.

Han pasado 150 años, desde aquel 8 de febrero de 1861 en que Pedro Bienvenido Noailles llegó a su plenitud. La heroicidad de sus virtudes fue declarada el 8 de febrero de 1988.

La familia espiritual, según sus posibilidades, “responde a toda clase de llamadas, intentando vivir el espíritu de 'sólo Dios'”. Participa así en la misión de la Iglesia: “Hoy nos abrimos a una nueva visión del mundo, a un modo nuevo de relacionarnos con Dios, con la humanidad y con toda la creación”, señala la hermana Leach.

El venerable Noailles, a los veinte años, descubre la profundidad de la misericordia divina. Nacido en Burdeos, en 1793, en plena Revolución, crece en una familia numerosa y unida. Es un joven brillante que triunfa y puede aspirar a una brillante carrera. Pero llega un momento en el que Dios hace irrupción en su vida. ¿Qué ha pasado para que este joven indiferente a toda dimensión religiosa tome la firme decisión de hacer de Dios el centro de toda su vida?

La certeza absoluta del amor divino le llevará al seminario de Issy, cerca de París. Pocos días antes, una gracia especial de discernimiento y total disponibilidad le ayuda a romper sus últimas resistencias. En el seminario, vive la llamada a la santidad que ha recibido desde el bautismo. Se siente atraído por la Sagrada Familia de Nazaret, “dulce imagen de la Trinidad”, y, en el diálogo con Jesús, María y José, va concretando su experiencia de Dios.

Poco a poco, descubre los aspectos fundamentales de su identidad cristiana, que se resumen en una frase: "Buscar a 'solo Dios' en todas las cosas, como Jesús, María y José”. Es el núcleo en torno al cual se constituye el carisma de fundador que recibe de Dios.

Fiel a la inspiración divina, concibe el proyecto de una sociedad, amplia y abierta, que dará cabida a hombres y mujeres de toda condición, y con vocaciones diferentes en la Iglesia: religiosas apostólicas y contemplativas, mujeres consagradas seculares, personas casadas y solteras, jóvenes, sacerdotes.

Ordenado sacerdote el 5 de junio de 1819, en París, el padre Noailles vuelve a Burdeos, donde comienza su ministerio en la parroquia de santa Eulalia. Inicia el “Catecismo de Perseverancia”, en el que reúne a numerosos grupos de jóvenes y de personas adultas.

La vasta asociación concebida en el seminario se concreta el 20 de mayo de 1820 cuando, abierto a la voluntad de Dios y animado por su arzobispo, reúne en comunidad a tres jóvenes llamadas a consagrarse al Señor, y a responder a las necesidades de su tiempo en este nuevo camino.

Durante cuarenta años, en medio de toda clase de vicisitudes, el padre Noailles estará al frente de la Sagrada Familia, como fundador y padre espiritual.

A su muerte, el 8 de febrero de 1861, la Sagrada Familia no será la única en llorar su pérdida. Toda una corriente de simpatía y veneración invade la ciudad de Burdeos. Un impresionante cortejo de personas de toda clase y condición lo acompañó hasta la catedral, donde tuvieron lugar las exequias.

La fama de santidad que había rodeado al padre Noailles durante su vida, siguió propagándose después de su muerte. El 8 de febrero de 1988, la Iglesia confirmó la santidad de su vida declarándolo “venerable”, un primer paso hacia la beatificación.

Su santidad, afirma la página web de la Sagrada Familia de Burdeos, “es una santidad en lo cotidiano, que no consiste en la realización de hechos extraordinarios o prodigiosos”.

Una santidad en la que lo extraordinario es el deseo constante de conformar su vida a la de la Sagrada Familia. Jesús, María y José "que no amaban, no buscaban, no querían más que a 'solo Dios'".

Para saber mas: http://www.sfb.pcn.net/?



 


 

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Uruguay: oposición al aborto ¿cuestión sólo de religión?
El parlamento discutirá próximamente un proyecto de ley para despenalizar este delito
MONTEVIDEO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Para la senadora Mónica Xavier, una de las principales promotoras del proyecto de ley del aborto en Uruguay "quienes en el marco de una sociedad laica y democrática profesan una religión, no deben confundir pecado con delito", así lo dijo en declaraciones al diario Últimas Noticias en días pasados.

Así lo aseguró al defender el proyecto de ley de despenalización del aborto, que en los próximos días será presentado por el Frente Amplio, coalición de izquierda ante el parlamento uruguayo. El proyecto busca que ésta practica deje de ser un delito en tres causas: razones económicas, de violación o falta de edad para enfrentar la maternidad. El tema ha levantado ampollas estos días en la opinión pública uruguaya, sin embargo, ¿se trata sólo de una cuestión religiosa?

Veto presidencial

El 11 de noviembre de 2008 el Parlamento de este país aprobó un proyecto de ley de “Salud sexual y reproductiva”, que establecía, bajo ciertas circunstancias la llamada “interrupción del embarazo”, durante las doce primeras semanas como un derecho de la mujer. En este proyecto establecía los deberes del médico, marcaba plazos para la presentación de la objeción de conciencia de parte de los profesionales de la salud y modificaba los artículos del código penal referidos al “delito de aborto”, estableciendo una amplia, aunque no total, despenalización de esta práctica.

Sin embargo, tres días después, el entonces presidente Tabaré Vázquez, oncólogo y radioterapeuta, quien se declara ateo y comunista, vetó capítulos y artículos que se referían al tema, y envió al parlamento un mensaje en el que fundamentaba su decisión, con referencias a datos científicos, derechos establecidos en la Constitución de la República y compromisos asumidos por Uruguay con la firma de convenciones de derechos humanos, entre ellos Pacto de Costa Rica.

“Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar”, dijo el hoy ex presidente. “Sin embargo en los países en los que se ha liberalizado el aborto éstos han aumentado. En Estados Unidos en los diez primeros años se triplicó y la cifra se mantiene. La costumbre se instaló”, ejemplificó Vásquez. “Lo mismo sucedió en España”, concluyó.

El entonces mandatario aseguró que el verdadero grado de civilización de una cultura “mide cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio ya no es el valor del sujeto en función de sino los afectos que suscita en los demás o de la utilidad que presta sino en el valor que resulta de su mera existencia”.

Pero a comienzos de año, dos legisladores del oficialista Frente Amplio, el diputado Álvaro Vega (Movimiento de Participación Popular) y la senadora Mónica Xavier (Partido Socialista), presentaron varios proyectos a favor de la despenalización del aborto, el cual podría darse por la sola voluntad de la mujer, durante las primeras 12 semanas o incluso después en caso de que el feto presente malformaciones o Síndrome de Down.

“El proyecto en sí no tiene de fondo nada diferente a lo que es otro intento más de legalizar la destrucción de los concebidos no nacidos”, dijo a ZENIT Gustavo Ordoqui, presidente del Instituto Arquidiocesano de Bioética Juan Pablo II en Montevideo.

“Las diferencias entre proyectos en pugna están en el periodo de tiempo en que se autoriza el aborto y hasta que semana lo que es irrelevante a los fines del homicidio que se pretende legalizar”, aseguró Ordoqui.

Objeción de conciencia institucional

El proyecto de Xavier, como se le conoce, presenta serias trabas al tema de la objeción de conciencia. Entre las instituciones que quedarían obligadas por ley a practicar abortos se encuentran asociaciones mutuales católicas y evangélicas. La ley les ofrece la posibilidad de contratar a un tercero para que preste esos servicios fuera de la institución, pero a costo de la misma.

“Es necesario que la sociedad y la ley reconozcan el derecho de las instituciones a regirse de acuerdo a sus principios y valores fundacionales, como ya lo ha hecho el Parlamento Europeo”, dijo a ZENIT monseñor Heriberto Bodeant, obispo de Melo (oriente de Uruguay) y portavoz de la Conferencia Episcopal Uruguaya.

El prelado había declarado a un medio de prensa que pagar para que otro realice un acto contrario a la moral, lo hace aún más culpable que quien lo realiza materialmente, de modo que esa solución “no es aceptable para las instituciones católicas”.

La paradoja del invierno demográfico

Igualmente, Uruguay es un país que presenta un alarmante descenso demográfico muy diferente al del resto de América Latina. En el último censo, realizado en 2004, la población alcanzaba los 3.241.003 habitantes, con una tasa anual media de crecimiento del 3,2‰ con respecto al censo de 1996 donde la población era de 3.163.763 habitantes. La baja tasa de crecimiento en el periodo 1996-2004 es aún inferior a la registrada entre los censos 1985-1996 de 6,4‰. “Ese descenso se debe a una disminución progresiva de la fecundidad y a la emigración de muchos uruguayos”, dijo monseñor Bodeant.

Por su parte, el profesor Ordoqui señaló que “es un ámbito en el que quedan en evidencia claras incoherencias de este gobierno que por un lado fomenta el aborto y por otro, manifiesta la preocupación de que faltan “gurises” siendo este el termino que utiliza nuestro presidente”.

“La tasa de crecimiento demográfico en nuestro país”, indicó el profesor Ordoqui, “decrece día a día sin que se haya adoptado ninguna medida de protección para las familias con hijos. Aun considerando el tema solo desde el punto de vista económico no se ha sabido ver en los hijos el factor de desarrollo económico del país”.

Para los obispos uruguayos resulta “paradójico que, mientras se quiere alentar el número de nacimientos, ante el invierno demográfico de nuestra nación, y se habla de recurrir a ciudadanos de otros países para poblar nuestro suelo uruguayo, se impulsen leyes para diezmar nuestra población”, así lo afirma un comunicado de la Conferencia Episcopal Uruguaya publicado, luego de la asamblea que tuvieron entre el 21 y 25 de marzo pasados.

Al margen de la Iglesia

Varios han sido los pronunciamientos en contra de la Iglesia por querer oponerse a la ley del aborto en Uruguay. El pasado martes 29 de marzo el diario Ultimas Noticias recogió expresiones de los autores de los proyectos de ley ante el comunicado de los Obispos.

"Los que estamos tratando de que la interrupción del embarazo no sea delito, sin interferir en las religiones, reclamamos que no interfieran en disposiciones legales", dijo Mónica Xavier, quien aseguró que la Iglesia católica no debe "adjudicarle concepciones que distan mucho de los principios humanistas que defiendo" y le pidió "no seguir generando confusión".

Por su parte para el doctor Ordoqui, la opinión pública en Uruguay ha querido abordar el tema del aborto como “un tema de religión”, con el fin de “acaparar la aceptación de los no católicos y generar controversias dentro de este ámbito” un hecho que resulta “literalmente absurdo pues todos sabemos que no es un tema de religión”.

“Prueba de ello es que el ex presidente Vásquez haya sido quien haya vetado el proyecto de ley hace casi tres años por motivos netamente científicos”, concluyó.

Por Carmen Elena Villa 

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: santa Teresa del Niño Jesús y la ciencia del amor
Hoy en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Santo Padre dirigió a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, durante la Audiencia General, continuando el ciclo de Doctores de la Iglesia.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

hoy querría hablaros de santa Teresa de Lisieux, Teresa del Niño Jesús y del Rostro Santo, que vivió en este mundo sólo 24 años, a finales del s.XIX, llevando una vida muy sencilla y oculta, pero que después de su muerte y de la publicación de sus escritos, se convirtió en una de las santas más conocidas y amadas. La “pequeña Teresa” no ha dejado de ayudar a las almas más sencillas, los pequeños, los pobres, los que sufren, y que le rezan, pero también ha iluminado toda la Iglesia, con su profunda doctrina espiritual, hasta tal punto que el Venerable Juan Pablo II, en 1997, quiso darle el título de Doctora de la Iglesia, añadiéndolo el título de Patrona de las Misiones, que ya le otorgó Pío XI en 1939. Mi amado Predecesor la definió como “experta de la scientia amoris" (Novo Millennio ineunte, 27). Esta ciencia, que ve resplandecer en el amor toda la verdad de la fe, Teresa la expresa principalmente en el relato de su vida, publicado un año después de su muerte bajo el título de Historia de un alma. Es un libro que tuvo enseguida un enorme éxito, fue traducido a muchas lenguas y difundido en todo el mundo. Quisiera invitaros a redescubrir este pequeño-gran tesoro, ¡este luminoso comentario del Evangelio plenamente vivido! Historia de un alma, de hecho, ¡es una maravillosa historia de Amor, relatada con tal autenticidad, sencillez y frescura ante la que el lector no puede sino quedar fascinado!. Sin embargo, ¿cuál es este Amor que ha colmado toda la vida de Teresa, desde la infancia hasta su muerte? Queridos amigos, este Amor tiene un Rostro, tiene un Nombre, ¡es Jesús!. La santa habla continuamente de Jesús. Recorramos, entonces, las grandes etapas de su vida, para entrar en el corazón de su doctrina.

Teresa nació el 2 de enero de 1873 en Alençon, un ciudad de Normandía, en Francia. Era la última hija de Luis y Celia Martin, esposos y padres ejemplares, beatificados los dos el 19 de octubre de 2008. Tuvieron nueve hijos, de estos cuatro murieron en edad temprana. Quedaron cinco hijas, que se hicieron religiosas todas. Teresa, a los 4 años, quedó profundamente afectada por la muerte de su madre (Ms A, 13r). El padre junto a las hijas, se trasladó entonces a la ciudad de Lisieux, donde se desarrolló toda la vida de la santa. Más tarde Teresa, sufriendo una enfermedad nerviosa grave, se curó gracias a una gracia divina, que ella misma definió como “la sonrisa de la Virgen” (ibid., 29v-30v). Recibió la Primera Comunión, vivida intensamente (ibid., 35r), y puso a Jesús Eucaristía en el centro de su existencia.

La “Gracia de la Navidad” del 1886 marcó el punto de inflexión, lo que ella llamó su “completa conversión” (ibid., 44v-45r). De hecho, se curó totalmente de su hipersensibilidad infantil e inició una “carrera de gigante”. A la edad de 14 años, Teresa se acercó cada vez más, con gran fe, a Jesús Crucificado, y se tomó muy en serio el caso, aparentemente desesperado, de un criminal condenado a muerte e impenitente (ibid., 45v-46v). “Quería a toda costa impedirle que fuese al infierno”, escribió la Santa, con la certeza de que su oración lo habría puesto en contacto con la Sangre redentora de Jesús. Es su primera y fundamental experiencia de maternidad espiritual: “Tanta confianza tenía en la Misericordia Infinita de Jesús”, escribió. Con María Santísima, la joven Teresa ama, cree y espera con “un corazón de madre” (cfr PR 6/10r).

En noviembre de 1887, Teresa va de peregrinación a Roma junto a su padre y a su hermana Celina (ibid., 55v-67r). Para ella, el momento culminante es la Audiencia del Papa León XIII, al que pide el permiso de entrar, con apenas 15 años, en el Carmelo de Lisieux. Un año después, su deseo se realizó: se hace carmelita, “para salvar las almas y rezar por los sacerdotes” (ibid., 69v). Al mismo tiempo, comienza la dolorosa y humillante enfermedad mental de su padre. Es un gran sufrimiento que conduce a Teresa a la contemplación del Rostro de Jesús en su Pasión (ibid., 71rv).

De esta manera, Su nombre de religiosa -sor Teresa del Niño Jesús y del Rostro Santo- expresa el programa de toda su vida, en la comunión con los Misterios centrales de la Encarnación y de la Redención. Su profesión religiosa, en la fiesta de la Natividad de María, el 8 de septiembre de 1890, es para ella un verdadero matrimonio espiritual en la “pequeñez” del Evangelio, caracterizada por el símbolo de la flor: “¡Qué bella fiesta la Natividad de María para convertirme en la esposa de Jesús!” -escribe-. Era la pequeña Virgen Santa de un día, que presentaba su pequeña flor al pequeño Jesús (ibid., 77r). Para Teresa, ser religiosa significa ser esposa de Jesús y madre de las almas (cfr Ms B, 2v). El mismo día, la santa escribió una oración que indica la orientación de su vida: pide al Jesús el don de su Amor infinito, de ser la más pequeña, y sobre todo pide la salvación de todos los hombres: “Que ningún alma se condene hoy” (Pr 2). De gran importancia es su Oferta al Amor Misericordioso, hecha en la fiesta de la Santísima Trinidad de 1985 (Ms A, 83v-84r; Pr 6): una ofrenda que Teresa comparte enseguida con sus hermanas siendo ya vicemaestra de novicias.

Diez años después de la “Gracia de Navidad”, en 1896, llega la “Gracia de Pascua”, que abre el último periodo de la vida de Teresa, con el inicio de su pasión profundamente unida a la Pasión de Jesús; se trata de la Pasión del cuerpo, con la enfermedad que la condujo a la muerte a través de grandes sufrimientos, pero sobre todo se trata de la pasión del alma, con una muy dolorosa prueba de la fe (Ms C, 4v-7v). Con María al lado de la Cruz de Jesús, Teresa vive ahora la fe más heroica, como luz en las tinieblas que le invaden el alma. La Carmelita tiene la conciencia de vivir esta gran prueba para la salvación de todos los ateos del mundo moderno, llamados por ella “hermanos”. Vivió, entonces, más intensamente el amor fraterno (8r-33v): hacia las hermanas de su comunidad , hacia sus dos hermanos espirituales misioneros, hacia los sacerdotes y todos los hombres, especialmente los más alejados. ¡Se convierte en una “hermana universal”!. Su caridad amable y sonriente es la expresión de la alegría profunda cuyo secreto nos revela: “Jesús, mi alegría es amarte a Ti” (P 45/7). En este contexto de sufrimiento, viviendo el más grande amor en las más pequeñas cosas de la vida cotidiana, la santa lleva a su total cumplimiento, su vocación de ser el Amor en el Corazón de la Iglesia (cfr Ms B, 3v).

Teresa murió la noche del 30 de septiembre de 1897, pronunciando las sencillas palabras: ¡Dios mío, os amo!”, mirando el crucifijo que apretaba con sus manos. Estas últimas palabras de la santa son la clave de toda su doctrina, de su interpretación del Evangelio. El acto de amor, expresado en su último aliento, era como la respiración continua de su alma, como los latidos de su corazón. Las sencillas palabras: Jesús, te amo” son el centro de todos sus escritos. El acto de amor a Jesús la introduce en la Santísima Trinidad. Ella escribió: “Ah, tú lo sabes, Divino Jesús, Te amo,/ El espíritu de Amor me inflama con su fuego, /Y amándote a Ti, me atraigo al Padre” (P 17/2).

Queridos amigos, también nosotros con santa Teresa del Niño Jesús, debemos poder repetir cada día al Señor, que queremos vivir de amor a Él y a los demás, aprender en la escuela de los santos a amar de una forma auténtica y total. Teresa es uno de los “pequeños” del Evangelio que se dejan llevar por Dios en la profundidad de su Misterio. Una guía para todos, sobre todo para los que, en el Pueblo de Dios, desarrollan el ministerio de teólogos. Con la humildad y la caridad, la fe y la esperanza, Teresa entra continuamente en el corazón de las Sagradas Escrituras que contiene el Misterio de Cristo. Y esta lectura de la Biblia, nutrida por la ciencia del amor, no se opone a la ciencia académica. La ciencia de los santos, de hecho, de la que ella habla en la última página de Historia de un alma, es la ciencia más alta: “Todos los santos la han entendido y en particular, quizás, aquellos que llenaron el universo con la irradiación de la doctrina evangélica. ¿No es quizás, por la oración que los Santos Pablo, Agustín, Juan de la Cruz, Tomás de Aquino, Francisco, Domingo y tantos otros ilustre Amigos de Dios obtuvieron esta ciencia divina que fascina a los genios más grandes?” (Ms C, 36r). Inseparable del Evangelio, la Eucaristía es para Teresa el Sacramento del Amor Divino que desciende hasta el extremo para levantarnos hasta Él. En su última Carta, la Santa escribe estas sencillas palabras sobre la imagen que representa Jesús Niño en la Hostia consagrada: “¡No puedo temer a un Dios que por mí se ha hecho tan pequeño! (…) ¡Yo lo amo! ¡De hecho, Él no es más que Amor y Misericordia!”(LT 266).

En el Evangelio, Teresa descubre sobre todo la Misericordia de Jesús, hasta el punto de afirmar: “¡Él me ha dado su Misericordia infinita, a través de esta contemplo y adoro las demás perfecciones divinas! (…) Y entonces todas me parecen radiantes de amor, la Justicia misma (y quizás mucho más que cualquier otra), me parece revestida de amor”(Ms A, 84r). Así se expresa también en las últimas líneas de la Historia de un alma: “Apenas hojeo el Santo Evangelio, enseguida respiro el perfume de la vida de Jesús y sé hacia donde correr... No es al primer lugar, sino al último al que me dirijo... Sí lo siento, incluso si tuviese sobre la conciencia todos los pecados que se pueden cometer, iría con el corazón destrozado por el arrepentimiento, a lanzarme en los brazos de Jesús, porque sé cuanto ama al hijo pródigo que vuelve a Él” (Ms C, 36v-37r). “Confianza y Amor” son por tanto el punto final del relato de su vida, dos palabras que como faros, han iluminado todo su camino de santidad, para poder guiar a otros sobre su mismo “pequeño camino de confianza y amor”, de la infancia espiritual (cf Ms C, 2v-3r; LT 226). Confianza como la del niño que se abandona en las manos de Dios, inseparable por el compromiso fuerte, radical del verdadero amor, que es el don total de sí mismo, para siempre, como dice la santa contemplando a María: “Amar es dar todo, y darse a sí mismo” (Perché ti amo, o Maria, P 54/22). Así teresa nos indica a todos nosotros que la vida cristiana consiste en vivir plenamente la gracia del Bautismo en el don total de sí al Amor del Padre, para vivir como Cristo, en el fuego del Espíritu Santo, Su mismo amor por los demás.

[En español dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los de las diócesis de Alcalá de Henares y Plasencia, al grupo de Religiosas Siervas de María, que celebran el cincuenta aniversario de su consagración religiosa, así como a los demás fieles provenientes de España, Argentina, México y otros países latinoamericanos. A ejemplo de santa Teresita del Niño Jesús, invito a todos a descubrir en la lectura orante de la Biblia, en participación fructuosa en la Eucaristía y en la contemplación del Crucificado la ciencia del amor misericordioso que impregna el misterio de Cristo. Muchas gracias.

[Llamamiento final]

Continúo siguiendo con gran aprensión los dramáticos acontecimientos que las queridas poblaciones de Costa de Marfil y de Libia están viviendo en estos días. Auguro, además, que el cardenal Turkson, a quien había encargado que se dirigiese a Costa de Marfil para manifestar mi solidaridad, pueda entrar pronto en el país. Rezo por las víctimas y por todos aquellos que están sufriendo. ¡La violencia y el odio son siempre una derrota! Por esto dirijo un nuevo y encarecido llamamiento a todas las partes en causa, para que se ponga en marcha la obra de pacificación y de diálogo y se eviten ulteriores derramamientos de sangre.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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