26.04.11

 

Andrés Torres Queiruga es un teólogo importante. Su obra es amplia y su influencia en multitud de fieles, sacerdotes incluidos, es innegable. Recientemente fue entrevistado por “A Sentinela", el programa de la Iglesia en la Television autonómica gallega. Precisamente en Galicia, su tierra natal, Queiruga es un totem capaz de suscitar adhesiones eclesiales de alto rango cuando se ha sugerido que la Iglesia Católica puede pronunciarse sobre su teología. Y es que semejante figura cumbre de la teología de finales del siglo XX y principios del XXI tiene una cierta tendencia a no ajustarse a la doctrina católica. Por ejemplo, niega que Cristo resucitara tal y como lo dicen los evangelios y tal y como lo sostiene la Iglesia.

Así vemos que mientras que el Papa Benedicto XVI, a una pregunta sobre la resurrección de nuestro Señor, responde que “el sepulcro está vacío. Es decir, Jesús no abandonó su cuerpo a la corrupción, nos ha enseñado que también la materia está destinada a la eternidad, que resucitó realmente, que no ha quedado perdido. Jesús asumió también la materia, por lo que la materia está también destinada a la eternidad“, Queiruga dice, a la pregunta de un periodista, que si se encuentra el cuerpo de Cristo crucificado será el día más feliz de su vida.

Hasta donde yo sé, todo lo que la Iglesia ha hecho respecto a Torres Queiruga fue retirarle de la docencia en facultades y seminarios católicos. Pero también sé que el arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio, se ha opuesto a que se condenen públicamente sus ideas heterodoxas. No porque esté de acuerdo con él sino, al menos así lo creo, porque se teme que haya una reacción del sector eclesial cercano al teólogo gallego. Hasta ahora lo ha logrado, pero queda por ver si antes o después asistiremos a una nota de la comisión episcopal para la doctrina de la fe de la CEE o a una notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede.

Ayer Religión Digital publicó la entrevista que su director, José Manuel Vidal, ha realizado a don Andrés. Es acerca de su último libro, “Repensar el mal". Como ya he escrito recientemente sobre las afirmaciones de Queiruga en dicha obra, no tiene sentido que vuelva a hacerlo ahora. Eso sí, no puedo por menos que sonreir ante la coincidencia entre lo afirmado por Queiruga en la entrevista con uno de los puntos del post que escribí ayer para parodiar las tesis que los progres quieren que se impongan para que la Iglesia y la fe católica sea más atrayente al mundo. Decía yo: “La Buena Nueva consiste, a partir de ya, en que todo el mundo se salvará. Da igual qué religión profeses. Dios te va a salvar de todas formas“. Y dice el teólogo gallego:

-¿Dios no condena a nadie?

-¡A nadie!

-¿Ni a Hitler? Se decía antes que a Hitler por lo menos…

-No. Hay una frase que digo que tiene copyright: Dios, como consiste en amor, consiste en estar amando. Luego Dios no sabe, ni puede, ni quiere hacer otra cosa que no sea amar. En él no hay más que amor y salvación. Por eso, el libro en el que empecé a desarrollar este pensamiento, lo titulé Recuperar la salvación.
De Dios sólo nos llega salvación: Dios no castiga. Nosotros podemos negarnos a acoger su amor, pero pensar que Dios nos castiga, a pesar de las frases de la Biblia, que hay que entenderlas como formas de expresarse, es un error.

El problema, una vez más, no es que haya un teólogo que predique algo contrario a la fe de la Iglesia. El drama es que desde la Iglesia no se dice públicamente que su teología no es católica. Entre los comentarios publicados en Religión Digital, encontramos este:

Osoro, sacerdote

Gracias José Manuel Vidal por la entrevista a Queiruga, la he leido y visto y escuchado atentamente, me ha gustado mucho, es una vos profética en la iglesia de nuestra España de hoy. Como antiguo alumno de Queiruga sigo sus pasos y su obra, he bebido de su fuente y de su teología desde hace muchos años. Gracias

Y este:

Juan, sacerdote, Madrid

Genial, profesor Queiruga, lástima que se pierda la riqueza del debate teológico y se quiera imponer el pensamiento de unos pocos. Si fuera por ellos, no hubiese nacido la Iglesia. pero que no nos mueva el odio, sino el ejemplo de Jesús, que no buscaba la perdición sino la salvación de todos.

No tenemos manera de comprobar que dichos comentaristas sean en verdad sacerdotes, pero no hace falta. Sabemos muy bien que, efectivamente, son muchos los curas que han asumido las tesis teológicas de este presbítero gallego. Y en buena lógica, su teología asomará de una u otra manera en sus homilías, de manera que miles y miles de fieles se verán impregnados de ella. Ante esa realidad, ¿cómo cabe calificar la actitud de los pastores que se niegan a que la Iglesia se pronuncie públicamente sobre la teología de Queiruga? Y voy más allá, ¿cómo podemos calificar la actitud de los pastores que quieren que se produzca dicho pronunciamiento pero no fuerzan las cosas por miedo a no enfrentarse con sus otros colegas de episcopado? ¿Acaso la colegialidad consiste en mirar para otro lado ante el error con tal de no quedar mal con los demás?

Ahí dejo esas preguntas. Que otros den las respuestas.

Luis Fernando Pérez Bustamante