9.05.11

¿Sacerdocio femenino?

A las 1:07 AM, por Eleuterio
Categorías : General
 

Resulta curioso que la técnica, de vez en cuando, responda a ciertas preguntas. Por ejemplo, al intentar guardar este artículo en el ordenador no sé la razón de que pase tal cosa pero el caso es que no deja hacerlo con signos de interrogación. Así la pregunta ¿Sacerdocio femenino? queda convertida, para ser guardado el texto, en “Sacerdocio femenino” convirtiendo, por arte de birlibirloque, en afirmación lo que era pregunta.

Pues eso es lo que muchos hacen en casos, por ejemplo y precisamente, como el de sacerdocio femenino: de preguntarse si es posible pasan, sin solución de continuidad, a afirmarlo y, acto seguido, quedarse tan panchos. Y a otra cosa, mariposa.

De vez en cuando algunos, que no saben a qué acogerse para causar malestar se miran y se sacan un conejo de la chistera. Cuando no es el celibato es, como ahora mismo, la cuestión de si la mujer puede, o no, ser sacerdote, de la Iglesia católica. Y dicen que sí, por supuesto, que faltaría más y que hasta dónde vamos a llegar si eso no es así.

¿Dan razones para eso?

Piensan que sí: que si hay pocas vocaciones, que si sería necesario que la mujer recibieran el Sacramento del Orden para cubrir tal vacío sacerdotal, y así.

También se aduce, muchas veces, que lo que aquí pasa es que la Iglesia católica discrimina a la mujer y que, por eso mismo, se niega a permitir que la misma reciba el Orden sacerdotal. Pues bien, esto también es radicalmente falso porque, según parte del contenido del “Monitum” de fecha 10 de julio de 2002 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y poniendo como ejemplo a la Virgen María, se dice allí que el hecho de que la Madre de Dios “no recibiera la misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial muestra claramente que la no admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad ni una discriminación hacia ellas”. Por tanto, ni discriminación ni menoscabo de la dignidad de la mujer (cosa que, por cierto, ya había quedado más que demostrada en 1988 con la “Mulieris dignitatem”, Carta Apostólica del beato Juan Pablo II).

Pero, en realidad, les importa poco lo que diga, al respecto, la Iglesia católica porque, en verdad, lo que les interesa es ser modernos y hacer uso de lo que llamó Sta. Teresa, la “loca de la casa” que no es otra que la imaginación.

Y es que, además de lo apuntado arriba, como no podía ser menos dado lo peliagudo del tema, la Esposa de Cristo ha dicho más que suficiente al respecto, al menos, en dos documentos que son, a saber, la Declaración sobre la cuestión de la admisión de las mujeres al sacerdocio ministerial de título Inter insigniores de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (1976) y la Carta Ordinatio Sacerdotalis , del beato Juan Pablo II, relativa a la “ordenación sacerdotal reservada sólo a los hombres”.

Como es fácil de entender no vamos a traer aquí, vía copia y pega, los textos citados. Sin embargo, con dos apuntes debería ser más que suficiente para que se disipasen las dudas que, al parecer, algunos manifiestan y, sobre todo, para que, de una vez por todas, dejasen de incordiar al respecto del tema del imposible sacerdocio de las mujeres.

Por una parte, el primer documento dice, entre otras muchas cosas, que “Las mujeres que manifiestan el deseo de acceder al sacerdocio ministerial están ciertamente inspiradas por la voluntad de servir a Cristo y a la Iglesia. Y no es sorprendente que en un momento en que las mujeres toman conciencia de las discriminaciones de las que han sido objeto, algunas de ellas deseen el sacerdocio ministerial. Sin embargo no hay que olvidar que el sacerdocio no forma parte de los derechos de la persona, sino que depende del misterio de Cristo y de la Iglesia. El sacerdocio no puede convertirse en término de una promoción social. Ningún progreso puramente humano de la sociedad o de la persona puede de por sí abrir el acceso al mismo: se trata de cosas distintas.

Por otra parte, el beato Juan Pablo II, daba por finiquitado el tema de la ordenación de mujeres diciendo que “Declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.

¿Qué es lo que no se entiende?

Eleuterio Fernández Guzmán