9.05.11

Tradicionalistas versus progresistas según el Papa

A las 3:22 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Papas, Benedicto XVI
 

Benedicto XVI lo tiene claro: contraponer tradición y progreso en la liturgia católica es inadecuado, un error, una concepción torpe. Según el Papa la auténtica liturgia vive de una relación correcta y constante entre “sana traditio” y “legitima progressio”. Por eso quienes defienden a ultranza cualquiera de estos “extremos”, con una actitud exclusiva y excluyente, traicionan el más profundo espíritu católico.

Cuando Joseph Ratzinger llegó al trono de San Pedro en 2005 los “progresistas”, dentro y fuera de la Iglesia, pusieron el grito en el cielo. Para ellos el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe era el modelo más acabado del “conservadurismo”. Los “tradicionalistas” exultaron, por fin podrían contar con un Papa que cambiara las cosas a su favor. Seis años después parece haber desilusión en ambas partes. Porque Benedicto XVI resultó ser un pontífice autónomo, el líder de la unidad en tiempos de división, un pastor cuyo programa de gobierno es la prudencia, el sano equilibrio.

Un ejemplo de este pensamiento es el discurso que pronunció el viernes último ante miembros del Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo, con motivo del 50 aniversario de su fundación. En su mensaje el obispo de Roma defendió tanto la tradición como la reforma introducida por el Concilio Vaticano II. Aquí unos interesantes extractos (texto completo aquí):

En la vigilia del Concilio aparecía cada vez más viva en el campo litúrgico la urgencia de una reforma. La fuerte exigencia pastoral que animaba al movimiento litúrgico requería que se favoreciese y suscitase una participación más activa de los fieles en las celebraciones litúrgicas a través del uso de las lenguas nacionales, y que se profundizase en el tema de la adaptación de los ritos en las diversas culturas, especialmente en tierra de misión.

Se revelaba clara, desde el principio, la necesidad de estudiar de modo más profundo el fundamento teológico de la Liturgia, para evitar caer en el ritualismo o favorecer el subjetivismo, el protagonismo del celebrante, y para que la reforma estuviese bien justificada en el ámbito de la revelación y en continuidad con la tradición de la Iglesia.

La liturgia de la Iglesia va más allá de la “reforma conciliar”, cuyo objetivo no era principalmente el de cambiar los ritos y los gestos, sino más bien renovar las mentalidades y poner en el centro de la vida cristiana la celebración del misterio pascual de Cristo. Desgraciadamente, también por nosotros pastores y expertos, la Liturgia fue tomada más como un objeto a reformar que no como un sujeto capaz de renovar la vida cristiana.

La liturgia vive de una relación correcta y constante entre “sana traditio” y “legitima progressio”. Con ambos términos, los padres conciliares quisieron consignar su programa de reforma, en equilibrio con la gran tradición litúrgica del pasado y el futuro. No pocas veces se contrapone de manera torpe tradición y progreso. En realidad, los dos conceptos se integran: la tradición es una realidad viva, por ello incluye en sí misma el principio del desarrollo, del progreso. Es como decir que el río de la tradición lleva en sí también su fuente y tiende hacia la desembocadura.

El Papa que habló de “hermenéutica de la continuidad”, que liberalizó el rito de la misa tridentina en latín según los textos previos a 1965, que abrió el camino al diálogo con la Fraternidad San Pío X (coloquialmente llamados “lefebvristas”) es también el Papa que evidencia los motivos del Concilio y considera a la reforma litúrgica como fundamental para la Iglesia. En tan solo un discurso Benedicto XVI borró de un plumazo los prejuicios sobre su persona, aunque esto –tal vez- no deje contentos a muchos.

Serafines susurran.- Que cuando nos referimos en este espacio al encuentro de blogueros de una semana atrás en El Vaticano, mencionamos un comentario del director de la sala de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, a nuestro Sacro&Profano. Compartimos ahora esas palabras:

La primera reflexión es un ¡gracias! Me impactó lo afirmado por el amigo Beltramo, que habló en el panel precedente, cuando decía que había recibido positivamente mi comunicación que buscaba explicar el sentido de las palabras del Santo Padre a propósito de los condones y había buscado difundirla rápidamente. Por lo tanto estoy muy agradecido del servicio de ayuda, de colaboración, de difusión que a través de los blog es realizada para explicar y presentar correctamente el pensamiento del Santo Padre.

En toda sinceridad, debo decir que en el blog Sacro&Profano del amigo Beltramo cada tanto encuentro algunas cosas que me parecen confusas. Entonces: esta es la realidad de la vida, encuentro alguna cosa confusa pero encuentro en él una gran ayuda a difundir los elementos de clarificación. Es decir: debemos tener un sentido muy real y concreto de lo que es la comunicación, nos ayudamos mutuamente en un camino en el cual buscamos juntos dar mensajes que aproximan a la objetividad y a la verdadera utilidad.

Al padre Lombardi agradezco no sólo que nos siga sino, sobre todo, su valoración positiva a este blog. La crítica también se agradece y el empeño desde esta trinchera es ofrecer la menor cantidad de “informaciones confusas” posibles.

En los últimos días las repercusiones del “Vatican Blog Meeting 2011” invadieron el internet. A los amigos de Sacro&Profano les dejo dos audios, el primero incluye nuestra participación durante el encuentro y el segundo es una entrevista que compartimos con otros dos blogueros en la Radio Vaticana:

AUDIO panel de blogueros en encuentro del Vaticano (02.05.2011)

AUDIO entrevista en la Radio Vaticana (03.02.2011)