10.05.11

¿Por qué no te callas, Cayo?

A las 11:39 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Sociedad siglo XXI

 

La izquierda española lleva en sus genes el anticlericalismo de baja estofa. Salvo excepciones que confirman la regla, los “rojos” de este país no pueden disimular lo mucho que les disgusta la cruz y la Iglesia. La llegada de Zapatero a la dirección del PSOE y al gobierno sirvió, entre otras cosas, para que la gente de Izquierda Unida se quedara sin discurso propio y diferenciado en buena parte de las cuestiones que tienen que ver con la ingeniería social. Con un presidente de extrema izquierda en ese área, es complicado intentar ser más radical. Pero está visto que puestos a decir burradas, en la izquierda saben cómo superarse los unos a los otros.

El actual coordinador de Izquierda Unida no ha tenido mejor idea que pedir que el Estado dedique a crear empleos el dinero que da a la Iglesia. Según la asociación Europa Laica -que vive por y para atacar a la Iglesia- la cantidad asciende a la cifra de 10.000 millones de euros al año. En realidad, el dinero que recibe la CEE llega de la casilla que los españoles pueden marcar voluntariamente en su declaración de la Renta. Y hablamos de un monto que suele rondar los 250 millones de euros.

¿De dónde sacan entonces los de Europa Laica la otra cifra? Pues sobre todo del dinero que el Estado dedica al concierto económico de las escuelas privadas, que en su mayor parte son de titularidad católica. Ahora bien, lo cierto es que al Estado le cuesta mucho menos una plaza escolar en la escuela concertada que en la escuela pública. De hecho, si se pusiera fin a dicho concierto y el erario tuviera que asumir el incremento exponencial de alumnos en la escuela pública, la deuda crecería en una cantidad importante. Es decir, los colegios católicos le ahorran un dinero importante al Estado. Eso no es discutible. Es un hecho.

Además, dudo que haya un solo español que desconozca la vital importancia que tiene la labor social de la Iglesia en este momento de crisis económica. ¿Qué ocurriría si Cáritas dejara de hacer lo que hace? ¿acaso Izquierda Unida convertiría sus sedes en comedores, albergues, centros de día, etc? ¿quizás Izquierda Unida dedicaría el dinero que recibe de nuestros impuestos para pagar recibos de luz, de agua, de alquiler, de etc, de las familias que no tienen ingresos? ¿podría explicarnos el señor Cayo Lara cuánto le costaría al Estado hacerse cargo de la labor social de la Iglesia? De hecho, ¿podría el Estado hacer tal cosa?

La realidad es que Cayo Lara ha demostrado ser un bocazas. Ni siquiera entro en lo absurdo de pensar que el dinero público vale para solucionar el problema del paro vía contratación directa de parados -¿a qué actividad económica productiva se dedicarían?-, porque hablar de economía con un comunista es como hablar de pastoral sacramental con un ateo. Lo cierto es que la mejor inversión que puede hacer cualquier gobierno es fomentar la labor social de la Iglesia. En medio de una crisis como la actual, todo el dinero que se dedique a ese apartado es poco. Y nadie sabe atender también a los necesitados como las organizaciones caritativas de la Iglesia, que llevan siglos haciendo lo mismo.

En el fondo, lo que de verdad molesta a esa izquierda anticlerical de altos vuelos político es que la Iglesia haga de verdad aquello que ellos son incapaces de hacer con sus políticas económicas. A saber, dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Mientras ellos causan los problemas, la Iglesia ayuda a paliar las consecuencias. Lo menos que cabría pedirles es que mantuvieran la boca cerrada.

Luis Fernando Pérez Bustamante