Carta semanal del arzobispo de Oviedo con motivo de las próximas elecciones

Mons. Sanz Montes: «¿Hay un voto católico?»

 

El Arzobispo de Oviedo dedica su última carta semanal a realizar una serie de reflexiones que desde el punto de vista cristiano, inciden en los próximos comicios municipales y autonómicos que se celebrarán el domingo 22 de mayo. Mons. Jesús Sanz se pregunta retóricamente en su carta si existe un voto católico -puesto que es evidente que la Iglesia no se presenta a las elecciones- para poder reafirmar con el beato Juan Pablo II y la doctrina social de la Iglesia que ésta «no propone sistemas o programas políticos, ni manifiesta preferencias por unos o por otros con tal de que la dignidad humana sea debidamente respetada y promovida».

11/05/11 10:39 AM


 

(InfoCatólica) Mons. Sanz recuerda que la Iglesia no tiene partido, ni está detrás de ninguna sigla electoral, aunque destaca que “no hay neutralidad cuando evaluamos la cercanía o la lejanía de sus programa o actuaciones, respecto a nuestra manera de entender la justicia y los derechos de las personas” en el marco de la doctrina social de la madre Iglesia, que es “experta en humanidad”.

En el texto, que ha sido distribuido entre las parroquias de Asturias y publicado en los medios oficiosos diocesanos, pide que “se interpreten las diversas realidades” propuestas por las fuerzas políticas o realizadas en los últimos años “a la luz de la fe y de la tradición eclesial”, al tiempo que solicita limpieza y claridad en la campaña electoral para “proponer lo que se desea llevar a cabo como un servicio al bien común”, saliendo al paso de las problemáticas que “condicionan la vida real de miles de ciudadanos”.

Dificultades y criterios

Mons. Sanz recuerda que ha llegado el momento de evaluar la gestión de aquellos que en los últimos años han empleado “la mentira como herramienta y el ataque visceral como talante”, con ejemplos bien recientes en “donde la mentira irresponsable ha ahondado una crisis económica que afecta a un incontable número de personas y familias”. El arzobispo afirma que se trata de elegir a quienes “creíblemente” gestionen los recursos públicos para defender la vida y la familia, la educación sin manipulaciones “al servicio de una ideología”; defiendan a quienes carecen de empleo y vivienda, combatan la violencia y sus causas, alienten a los jóvenes y protejan la atención social a los ancianos, dentro de una convivencia “culturalmente plural”.

Cristiano y político

El texto finaliza alabando la noble dedicación de las personas a la política como servicio real a los otros, y señala con claridad que “el perfil cristiano del político también existe”, aún cuando no viva “con total coherencia las exigencias de nuestra fe. Y a él miramos cuando en lo que propone hacer o en lo que da cuenta de lo ya hecho, son reconocibles nuestros valores cristianos”.