Informe del Consejo Nacional de Derechos Humanos de Egipto

Culpan de los ataques contra cristianos egipcios a las fuerzas de seguridad y a los líderes radicales islámicos

 

El Consejo Nacional de Derechos Humanos egipcio ha atribuido los ataques de musulmanes a cristianos del sábado pasado en El cairo a la ausencia de las fuerzas de seguridad y la influencia de líderes radicales islámicos. La muerte de algunos de los heridos graves ha elevado la cifra de víctimas mortales a quince. El gobierno egipcio ha asegurado que va a proceder a la reapertura de iglesias que fueron cerradas durante el régimen de Hosni Mubarak.

12/05/11 11:49 AM


 

(Efe/InfoCatólica) Según un informe publicado hoy por el diario Al Ahram, un comité de investigación de este consejo aseguró que, en un ochenta por ciento, los enfrentamientos confesionales del barrio cairota de Imbaba estuvieron originados por la falta de agentes de seguridad. Asimismo, apuntó que la extendida presencia de armas entre los ciudadanos contribuyó al estallido de los choques.

Desde la revolución egipcia que desembocó en la renuncia del presidente Hosni Mubarak, el 11 de febrero, los aparatos de seguridad, símbolo de la represión contra los ciudadanos, se desmoronaron y hasta ahora no han vuelto a recuperar plenamente su actividad. Esta situación ha provocado un aumento significativo de la criminalidad y ha facilitado, entre otras cosas, el desarrollo del tráfico de armas.

Los enfrentamientos del sábado se produjeron después de que se difundieran informaciones sobre la retención de una cristina conversa al islam en la iglesia de San Mena, en el corazón de este barrio popular, que llevaron a un grupo de musulmanes enfurecidos a intentar asaltar el templo.

Además, según el informe, que ha sido entregado a la junta militar que dirige el país y al Gobierno, los líderes de las corrientes islámicas radicales están también detrás de los choques, que, supuestamente incitaron para causar una tensión sectaria.

En el texto, que no identifica ningún supuesto responsable, se asegura, asimismo, que los incidentes ocurrieron de una manera "criminal y organizada" con el objetivo de difundir la tensión y el caos.

La cifra de muertos en los enfrentamientos aumentó ayer a quince, después de que murieran tres personas en los hospitales, según Al Ahram, que revela que otras catorce personas han sido detenidas por su implicación en los sucesos. Por otro lado, el primer ministro egipcio, Esam Sharaf, ha pedido a un nuevo comité de justicia nacional que prepare dentro de un plazo de treinta días un proyecto de ley que criminalice todo tipo de discriminación entre los ciudadanos y otro que unifique las reglas para la construcción de templos cristianos y musulmanes.

El consejo de ministros anunció, además, en un comunicado difundido en su página web en Facebook que se van a abrir las iglesias que han sido cerradas durante el antiguo régimen de Hosni Mubarak, después de estudiar cada caso.

Asimismo, insistió en la prohibición de las manifestaciones frente a los templos y en la aplicación de las leyes que prohíben el uso de eslóganes religiosos en las campañas electorales.