"Urge la vuelta a la fe y a la verdad de la familia cristiana"

Rouco apuesta por la "renovación moral y espiritual" para salir de la crisis

Preside la misa de San Isidro, a la que asistieron Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón

Redacción, 15 de mayo de 2011 a las 13:45

 

El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, ha manifestado este domingo en la Colegiata, que San Isidro "vuelve a alumbrar para Madrid la esperanza que perdurará y dejará huellas beneficiosas para las personas, las familias y la sociedad madrileña", según ha informado mediante un comunicado el Arzobispado de Madrid.

Además, Rouco ha considerado necesaria "la renovación moral y espiritual" para salir de las crisis personales y sociales, en un acto celebrado con motivo de la festividad de San Isidro Labrador, Patrono de Madrid.

A la misa han asistido la presidenta y candidata del Partido Popular a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde y candidato del PP a la Alcaldía, Alberto Ruiz Gallardón, además de los Obispos Auxiliares de Madrid, Fidel Herráez y Juan Antonio Martínez Camino.

En la homilía, el Cardenal ha recordado que "la fiesta de San Isidro Labrador, Patrono de Madrid, es siempre fiesta de la Iglesia y fiesta del pueblo madrileño". Además, ha asegurado que la fecha del 15 de mayo, "la viene situando el calendario de la Iglesia Universal, desde hace siglos, en el tiempo litúrgico de la Pascua".

El arzobispo de Madrid, ha evocado la figura del Santo, y ha señalado que "fue un hombre de fe recia y sencilla, saboreada en la oración diaria y cuidada y alimentada en la devoción ferviente al Santísimo Sacramento de la Eucaristía".

Por eso, a su juicio, San Isidro Labrador "es un buen modelo y ejemplo de vida" para nuestro tiempo, para los "madrileños de la segunda década del siglo XXI" y "para los jóvenes del Tercer Milenio, tan complejo y complicado en todos los órdenes de la vida".

"Para salir de nuestras crisis y sufrimientos individuales y sociales las familias rotas, los niños a los que no se les deja nacer, el paro, los jóvenes buscando trabajo y anhelando horizontes claros para su futuro, la violencia en sus más variadas expresiones: doméstica, ciudadana, el terrorismo, etc., son necesarias ciertamente enérgicas y justas medidas humanas, económicas, sociales, políticas y culturales; pero también es necesaria, y con urgencia, una renovación moral y espiritual de las conciencias según el modelo de nuestro Patrono San Isidro Labrador", ha manifestado.

Por eso, "urge la vuelta a la fe, a la verdad de la familia cristiana y del don de la vida, al compromiso del amor fraterno que debe de impregnar todo el ambiente personal, familiar, social y político de nuestra convivencia".

El arzobispo ha concluido su homilía "confiando su oración a la intercesión de San Isidro Labrador y de Santa María de la Cabeza, co-patrones de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud". (RD/Ep)