ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 20 de mayo de 2011

Beatificación de Juan Pablo II

Ese abrazo entre Wojtyla y el rabino Toaff

La historia del mosaico de la Virgen de la plaza de San Pedro

Santa Sede

Católicos y musulmanes debaten sobre valores educativos comunes

Cáritas celebra 60 años de trabajo con los pobres

Jornadas Mundiales de la Juventud

"Descubre tu camino", feria vocacional de la JMJ

El espíritu de la liturgia

El uso de misales y hojas en la Santa Misa

Mundo

Italia: profundo dolor del cardenal Bagnasco por el sacerdote pedófilo

La Iglesia condena la masacre de Petén (Guatemala)

Maria Clara del niño Jesús será beatificada mañana

La Última Cima y Marcelino Pan y Vino, Pez de plata 2011

Reportaje

República Centroafricana: Desde Córdoba con amor

Foro

Evangelio del domingo: Acompañados en el camino


Beatificación de Juan Pablo II


Ese abrazo entre Wojtyla y el rabino Toaff
Di Segni: “Entre ellos había un feeling especial”
ROMA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Del diálogo, de los jóvenes y de la comunicación, pero Wojtyla fue también el papa de la primera visita oficial a una sinagoga. “No, señorita, ahí se equivoca”: el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, bromea con la presentadora en el concierto organizado el 18 de mayo por Roma Capitale como clausura de los actos por la beatificación de Juan Pablo II. Sube al palco del Auditorium della Conciliazione para contar el particular feeling con el judaísmo instaurado por el papa polaco durante su mandato.

“Si queremos ser precisos – prosigue Di Segni –, el primer Pontífice en absoluto en visitar una sinagoga fue Pedro”. Entre el público, entre miles de espectadores, una delegación judía compuesta, entre otros, por el presidente de la Unión de las Comunidades Judías italianas Renzo Gattegna y por el asesor de la Comunidad Judía de Roma Ruben Della Rocca en representación del presidente, Riccardo Pacifici.

Artistas famosos, y testigos “especiales” del vínculo vivido con Wojtyla durante el pontificado que duró 27 años – como por ejemplo el ex portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls o el postulador monseñor Slawomir Oder – se alternan en el palco para recorrer los momentos más importantes, los cambios y “borrón y cuenta nueva” que este pontífice entregó para siempre a la historia.

Como aquella vez, el 13 de abril de 1986, cuando Juan Pablo II cruzó el umbral del Templo de Roma. Di Segni, entonces joven ministro del culto, recuerda así el acontecimiento: “existía la sensación de vivir un momento histórico”. Y tanta había sido la sorpresa “también porque no era poca la perplejidad por los problemas procedimentales a resolver. En otras palabras, había que crear todo”. Y por otra parte, no había preparación: nunca había habido precedentes de esta trascendencia.

“Se cuenta en una inscripción – prosigue Di Segni para explicar que era una novedad absoluta ese encuentro entre el Papa y el ex rabino jefe de Roma, Elio Toaff, hoy de 96 años –, que yo entonces canté, pero puedo aseguraros que no corresponde a la realidad. De hecho – ironiza el rabino muy a su estilo, dando a entender su poca capacidad para el canto – no llovió ese día”. Inolvidable el abrazo entre los dos hombres, en el que se recogían tantas palabras no dichas para deshacer otras tantas incomprensiones. “Entre ellos había un feeling especial”, comenta Di Segni.

El propio Toaff, en su obra “Pérfidos judíos, hermanos mayores" (Mondadori) escribe: “Entramos juntos en el Templo. Pasé entre el público silencioso, en pie, como en un sueño, el Papa a mi lado, detrás cardenales, prelados y rabinos: una comitiva insólita, y ciertamente única en la historia de la Sinagoga. Subimos a la Tevá y nos volvimos hacia el público. Y entonces estalló el aplauso. [de nuevo] irrefrenable cuando [el Papa] dijo: “Sois nuestros hermanos predilectos, y en cierta forma, se podría decir, nuestros hermanos mayores”.

Y no por casualidad el nombre de Toaff es uno de los tres – junto al del entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI, y del cardenal Stanisław Dziwisz, actual arzobispo de Cracovia pero durante cuarenta años al servicio de Wojtyla como su secretario particular – publicados en el testamento espiritual del pontífice polaco “como prueba ulterior de un vínculo que va más allá de la oficialidad. Una simpatía sustancial que lleva a la amistad allí donde el perfil doctrinal puede crear problemas”.

El rabino puntualiza por tanto el sentido de la palabra "diálogo" que muchos observadores han utilizado para contar, con la visita de Wojtyla al Gueto, la ruptura de ciertas rigideces del pasado: “En esos años el diálogo entre judaísmo y cristianismo estaba ya bien planteado, pero se trataba sobre todo de un diálogo entre eruditos y teólogos. Un diálogo al que faltaba el aspecto humano, y Wojtyla fue capaz de captar esa necesidad”.

En resumen, concluye Di Segni, “este Papa supo romper el hielo y hoy todos nos damos cuenta de que su gesto ha cambiado para siempre la atmósfera de nuestras relaciones”.

Por Mariaelena Finessi, traducción de Inma Álvarez

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La historia del mosaico de la Virgen de la plaza de San Pedro
Juan Pablo II lo quiso como muestra de agradecimiento
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Unos días después del treinta aniversario del atentado que Juan Pablo II sufrió el 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, el prefecto emérito de la Congregación para los Obispos, el cardenal Giovanni Battista Re, explica la asombrosa historia de la colocación, en la plaza de San Pedro, de un mosaico que representa a la Virgen Mater Ecclesiae –Madre de la Iglesia- como muestra de agradecimiento del papa polaco por la protección de María.

La imagen, de más de 2,5 metros, fue instalada en una fachada del Palacio apostólico situado a la derecha de la Basílica de San Pedro entre noviembre y diciembre de 1981, unos seis meses después del atentado.

En la base de este mosaico de la Virgen con el Niño, que millones de personas vieron por televisión el pasado 1 de mayo durante la transmisión de la beatificación del papa, se representó el escudo de Juan Pablo II con su lema Totus tuus.

“Cuando Juan Pablo II regresó al Vaticano tras su primera hospitalización en el políclínico Gemelli, los responsables del Gobernatorato evaluaron la posibilidad de colocar un signo visible en la plaza de San Pedro, en el lugar donde el papa recibió el disparo, para recordar una página dolorosa de la historia de la Iglesia pero también para testimoniar un signo de protección celestial”, explica el cardenal Re.

Juan Pablo II expresó inmediatamente su intención: “en recuerdo del atentado, deseó que se colocara una imagen de la Virgen en un lugar bien visible”.

“Estaba convencido de que la Virgen María lo había protegido –añade el cardenal Re-. No tenía, pues, mejor manera de recordar ese 13 de mayo”.

El papa Juan Pablo II confesó también que él ya había observado esta “falta” en la plaza de San Pedro, donde la estatua de Cristo estaba rodeada de los apóstoles y de numerosos santos diseminados por la columnata pero “no había ninguna imagen de la Virgen”.

En realidad, sí que hay una imagen de la Virgen, informa el cardenal Re, pero se encuentra encima de la puerta de bronce y por eso no es visible para todos.

El cardenal Re, entonces asesor de la Secretaría de Estado, explica que él fue encargado de trabajar en ello con el presidente de la Comisión permanente para la protección de los monumentos históricos y artísticos de la Santa Sede, monseñor Giovanni Fallani, y con el director de los Museos del Vaticano, Carlo Pietrangeli.

Monseñor Fallani encontró una solución: colocar el mosaico en una ventana que ya existía, una propuesta que les pareció a todos “viable”, dado “un complejo arquitectónico que muchos han considerado intocable”.

“Pero sobre todo el proyecto complació al papa, que nos exhortó a seguir adelante”, prosigue el purpurado.

Después llegó la elección del mosaico: “Juan Pablo II hizo saber que le gustaría mucho una representación de la Virgen como Madre de la Iglesia” porque la Virgen “siempre ha estado unida a la Iglesia” y “especialmente cercana en los momentos difíciles de su historia”.

Juan Pablo II dijo que “estaba personalmente convencido de que el 13 de mayo, la Virgen María había estado presente en la plaza de San Pedro para salvar la vida del papa”.

La representación de una Virgen con el Niño situada en la Basílica de San Pedro y titulada Mater Ecclesiae sirvió de modelo para este mosaico.

Se hicieron, sin embargo “algunos retoques” en la representación del Niño Jesús, así como en el color, “para que fuera más visible a larga distancia”.

El 8 de diciembre de 1981, fiesta de la Inmaculada Concepción, Juan Pablo II “antes de recitar el Ángelus, bendijo la imagen mariana, signo de protección celestial al soberano pontífice, a la Iglesia y a quien se encuentre en la plaza de San Pedro”.

Y el cardenal Re concluye: “Después, en el pavimento de la plaza, una placa de mármol con el escudo del papa” se colocó en el “lugar preciso” donde fue alcanzado por la bala.

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Santa Sede


Católicos y musulmanes debaten sobre valores educativos comunes
Segundo coloquio entre la Santa Sede y el RIIFS de Jordania
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Cristianos y musulmanes pueden convivir en escuelas y universidades porque comparten una serie de valores en el campo de la educación. Es la cuestión que han debatido estos días en Roma una delegación del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y otra del Royal Institute for Interfaith Studies (RIIFS), de Ammán (Jordania).

La Santa Sede hizo público hoy un comunicado conjunto tras las reuniones (18-19 de mayo), que son de carácter bianual. En él, se explica que ambas delegaciones llegaron a una serie de conclusiones comunes sobre la importancia de la escuela en el diálogo interreligioso.

La primera es que cristianos y musulmanes “comparten valores humanos básicos como el carácter sagrado de la vida humana, la dignidad humana y los derechos fundamentales inalienables que derivan de ella.

Respecto a los valores religiosos, concuerdan ambas delegaciones que “algunos son comunes” entre ambas confesiones, mientras que otros “son específicos de cada comunidad”. Por ello “es importante señalar lo que es común e identificar las diferencias”.

“El respeto de las diferencias es, de hecho, una condición importante para un diálogo auténtico”, añade el comunicado.

En tercer lugar, la Santa Sede y el RIIFS coinciden en que la educación, la religiosa en particular, “no debería formar identidades en antagonismo, sino al contrario, al mismo tiempo que ayuda a los jóvenes a estar bien arraigados en su propia identidad religiosa, debería favorecer la formación de identidades abiertas a las demás”.

En este sentido, coinciden en que las escuelas, universidades e instituciones educativas constituyen un “espacio privilegiado”, en el que “niños y jóvenes cristianos y musulmanes estudian juntos”.

“Estas experiencias deben ser conservadas y alentadas, pues ofrecen también la ocasión de crear amistades fuertes y duraderas”, añade el comunicado.

El encuentro estuvo presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, y por el director del RIIFS, Kamel Abu Jaber.

En él se estudiaron tres temas por separado, expuestos por ambas delegaciones desde las perspectivas cristiana e islámica: Valores humanos educativos, Valores religiosos y educativos, y Por una acción común en la educación sobre valores humanos y religiosos compartidos.

Ambas delegaciones han acordado volver a reunirse dentro de dos años.

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Cáritas celebra 60 años de trabajo con los pobres
Asamblea General en Roma
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los miembros de Caritas Internationalis de todo el mundo enviarán representantes a la 19º Asamblea Genera, que se desarrollará en la Domus Mariae de Roma del 22 al 27 mayo, para celebrar el 60º aniversario de la fundación de la Confederación.

Los más de 300 delegados adoptarán también decisiones sobre proyectos para reforzar el servicio que prestan ayudando a los pobres y en representación de estos.

Caritas Internationalis fue fundada en 1951 por 13 organizaciones católicas de acción caritativa para coordinar mejor la obra humanitaria de la Iglesia, recibiendo el apoyo de monseñor Giovanni Battista Montini, que en 1963 se convirtió en el Papa Pablo VI.

Desde entonces, la confederación Cáritas creció hasta alcanzar los 165 miembros, que se dedican a los sectores de ayuda humanitaria y desarrollo social de las Conferencias Episcopales de todo el mundo.

En 2004 como recuerda un comunicado difundido este viernes desde la Sala Stampa de la Santa Sede, el Papa Juan Pablo II le concedió a la Cáritas la personalidad canónica jurídica pública, ya sea a la Cáritas nacional y a la diocesana que son el órgano oficial de caridad de los obispos, ya sea en reconocimiento de los grandes servicios que la Confederación desarrolla desde hace décadas para el bien de la Iglesia entera y de la humanidad.

Los miembros de Cáritas ayudan, de hecho, a millones de personas pobres a mejorar sus propias condiciones de vida mediante programas internacionales divididos en varios sectores: desde la reducción de los riesgos de las catástrofes al socorro y a la reconstrucción, de la consolidación de la paz a la mitigación de los efectos del clima y a la seguridad alimentaria, de la asistencia sanitaria a la instrucción.

El Presidente de Caritas Internationalis, el cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, afirmó que esta organización tiene el inmenso privilegio de estar en el corazón de la Iglesia y de su ciclo de amor vivificante. “Celebramos 60 años de respuesta, a través de nuestra fe y de acciones prácticas, al sufrimiento humano en un mundo injusto”.

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Jornadas Mundiales de la Juventud


"Descubre tu camino", feria vocacional de la JMJ
Participarán movimientos, organizaciones e instituciones
MADRID, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- En el parque madrileño del Retiro, tendrá lugar este verano, durante la Jornada Mundial de la Juventud, la tradicional feria vocacional en la que los movimientos, organizaciones e instituciones de la Iglesia universal expondrán sus diversas llamadas, misión y carismas.

En la feria, en el privilegiado ambiente de este parque tan céntrico y bien comunicado, uno de los principales pulmones de la capital, se instalarán unos ochenta puestos --en el Paseo de Coches, donde todos los años se celebra la Feria del Libro--, en los que estarán representadas las más diversas ofertas vocacionales de la Iglesia.

La Exposición Vocacional 2011 tiene como objetivo facilitar a los jóvenes asistentes a la JMJ que conozcan de primera mano muchos de los caminos vocacionales abiertos en la Iglesia y alentar en los jóvenes la búsqueda de lo que Dios espera de cada uno de ellos.

También es una oportunidad para que familias religiosas, movimientos, asociaciones de fieles y otras instituciones eclesiales de todo el mundo puedan presentarse, a través de personas que viven esa vocación, a los centenares de miles de participantes de la JMJ presentes en Madrid.

En esta Exposición Vocacional habrá representaciones de, entre otros, Francia, Noruega, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Guatemala, Chile o Perú.

Benedicto XVI el pasado domingo, con ocasión de la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones subrayó: “También hoy, cuando la voz del Señor corre el riesgo de ser ahogada en medio de tantas voces, cada comunidad eclesial está llamada a promover y cuidar las vocaciones al
sacerdocio y a la vida consagrada”.

“Los hombres siempre tienen necesidad de Dios, también en nuestro mundo tecnológico, y siempre habrá necesidad de pastores que anuncien su palabra y que hagan encontrar al Señor en los Sacramentos”, concluyó el papa.

Iniciativas en Córdoba

Por otra parte, el segundo fin de semana de mayo, se celebró en Montoro, Córdoba, la tradicional fiesta de las cruces de mayo. En la feria, participan personas, grupos e instituciones montando una cruz, adornada con flores y plantas y todo tipo de ornamentos, según la creatividad de cada uno, y a todos los que pasan a visitarla se les ofrece un refrigerio preparado por los voluntarios, cuyo importe sirve para subvencionar obras caritativas o el sostenimiento de estas organizaciones. Al final el público premia las cruces más artísticas, creativas o que más le han gustado.

Este año, como novedad, varios jóvenes han participado en las cruces de mayo de Montoro montando su Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud.

La Cruz de estos jóvenes voluntarios ganó el cuarto premio de entre las veinte Cruces que participaron en el concurso. La Cruz de los Jóvenes contó con la colaboración directa de uno de los sacerdotes del pueblo, Rafael Rabasco Ferreira, que cocinó un arroz para los visitantes.

Esta iniciativa se llevó a cabo para obtener fondos con los que acoger y hospedar a los más de cien jóvenes de la JMJ que llegarán a Montoro, en la diócesis de Córdoba, antes de partir hacia Madrid para ver al Papa.

El día 15 de junio, concluye el plazo de inscripción a la JMJ de Madrid 2011 y, a tan sólo tres semanas del cierre, la Delegación de Juventud de Córdoba ha lanzado la Campaña “Cinco Pasos”, que sintetiza en cinco pasos lo que hay que hacer para quedar inscritos en la JMJ.

Mientras tanto, los jóvenes cordobeses se preparan a recibir la cruz y el icono de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 que llegarán a esta diócesis el 6 de junio y permanecerán hasta el 12.

La Delegación de Juventud ha colgado en la página www.cordobaespera.com una catequesis y oraciones preparatorias para este evento y en la misma se explican también los cinco pasos para inscribirse en la JMJ.

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El espíritu de la liturgia


El uso de misales y hojas en la Santa Misa
Columna de teología litúrgica dirigida por Mauro Gagliardi
Por Paul Gunter, O.S.B.*

ROMA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El uso de los misales por parte de los fieles laicos, al menos en los principales países europeos, se practica desde hace más de dos siglos. En los países que conocieron persecuciones religiosas, la posesión de tales libros representaba, para los opositores de la fe católica, una prueba suficiente de adhesión al “papismo”.

Entre 1788 y 1792 aparecieron traducciones en italiano de la Misa, tanto del rito ambrosiano como del romano, con el añadido de explicaciones sobre las principales fiestas, contenidas dentro de una guía a la oración para los fieles devotos. Hechos similares tuvieron lugar en Francia y en Alemania y se desarrollaron rápidamente, inspirados por las iniciativas litúrgicas de Prosper Guéranger, en el siglo XIX. El uso de pequeños misales favoreció un apego a la liturgia que introdujo a aquellos que sabían leer en los meandros de la liturgia celebrada en latín. Los misales a menudo incluían los textos de las vísperas del domingo, que se convirtieron en práctica de muchas parroquias especialmente en Francia, en los Países Bajos y en Alemania. Durante el siglo XX, estos subsidios fueron enriquecidos progresivamente con material catequético sobre el año litúrgico, comentarios a la Sagrada Escritura y textos eucológicos.

Actualmente, en las celebraciones según la “forma extraordinaria” (o de san Pío V), los misales se consideran un requisito previo, no sólo como medio de participación en el conocimiento de los textos eucológicos, que a menudo son intencionalmente leídos en silencio, sino, más importante aún, como instrumentos para seguir los textos de la Escritura, como también de algunos ritos particulares ligados a ciertos días. Estos contienen una versión abreviada de las rúbricas del Misal del altar y proporcionan una colección de textos e ilustraciones de arte sacro que apoyan la oración y ayudan a reducir las inevitables distracciones.

En el contexto de la “forma ordinaria” (o de Pablo VI), el fin de los misales de cara a la participación en la Misa es menos claro. A pesar de que muchas personas [sobre todo fuera de Italia, ndt] decidan tener uno, quizás inspirados en el ejemplo del pasado, la hermenéutica de la participación ha cambiado. Este cambio ha influido en los fieles hasta el punto de que muchos de ellos han dejado simplemente de usarlos. A pesar de ello, el misal sigue siendo de ayuda para los sordos y para aquellas situaciones particulares en las que la proclamación de los textos es incomprensible.

La mayoría de los católicos se ha dado cuenta de que el movimiento litúrgico del siglo XX ha luchado por la reforma de la liturgia. Pocos han apreciado el hecho de que, cuando la Sacrosanctum Concilium (SC) ha invocado la reforma de la liturgia, lo hizo pidiendo que la reforma fuese acompañada de la promoción del culto litúrgico (cf. n. 1). Con este objetivo, era necesario que la liturgia comunica efectivamente lo que celebra, para que las mentes y los corazones de quienes toman parte en ella fuesen capaces de articular lo que era promovido. Esta hermenéutica sustenta la directiva de SC 11: “los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente”.

Después del Vaticano II, los pequeños misales perdieron mucho de su papel en la promoción de la vida litúrgica, dado que los fieles aprendieron las partes aprendieron las partes de la celebración que les correspondían y a recitarlas juntos “de forma comunitaria” (SC 21). Las lecturas son proclamadas ahora en voz alta y con el apoyo de sistemas de amplificación, desde un ambón dirigido hacia la asamblea. Muchos de quienes seguían antes los textos sobre los misales, se convirtieron en los pioneros del n. 29 de SC, porque, siendo ahora lectores, han descubierto una nueva y “sincera piedad”, al encontrarse ejerciendo una verdadera función litúrgica. El clero, animado por SC 24, ha comenzado a predicar de un modo ideal sobre la Escritura proclamada, con el resultado que desde los sermones se ha pasado a las homilías, arraigadas en la predicación litúrgica y destinadas a hacer accesible la palabra de Dios proclamada. En consecuencia, en la medida en que se hacían familiares con los ritos, los fieles necesitaban cada vez menos leer material de apoyo, que les diese indicaciones estructurales. Ellos habían mayormente dejado de lado los misales. Irónicamente, sin embargo, el uso de misales y de folletos va a volver a empezar, pues las parroquias deberán pronto utilizar las nuevas traducciones de la tercera edición del Misal Romano.

Es desalentador que muchas parroquias se hayan servido durante tantos años de folletos preparados de semana en semana. El desorden generado por ellos no sólo disminuye fuertemente el valor de un espacio armónico de recogimiento dentro del edificio sagrado; sino que ellos mismos se presentan a menudo mal redactados. Algunos editores de folletos añaden estrofas de cantos del todo irrelevantes respecto a los textos litúrgicos. La confianza depositada en estos cantos ha ayudado ciertamente a evitar enfrentarse con el reto, que se presenta de forma muy intensa, respecto al hecho de que hoy se canta de todo, pero se han perdido o descartado textos de las antífonas de entrada y de comunión. Además, la dignidad reconocida a las Escrituras no se valora de hecho cuando la asamblea gira la página del folleto, quizás a medias de la segunda lectura.

Queda por ver si la renovación en la publicación de los misales para la “forma ordinaria”, a la luz de las próximas traducciones nuevas, inaugurará un nuevo interés hacia un uso difundido de ellos a largo plazo. Lo que es cierto es que estas publicaciones necesitan empaparse del espíritu de la liturgia y promover la conformidad con lo q ue la Iglesia pide de nosotros, en esta renovada oportunidad para una auténtica catequesis sobre la Misa, ofrecida por las sugerencias procedentes de las nuevas traducciones. Para que los fieles sean reconducidos a una verdadera “plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas”(SC 14), es necesario aquellos a quienes se han confiado las mejoras del nuevo Misal “aprendan al mismo tiempo a observar las leyes litúrgicas”(SC 17). Entonces, los misales pequeños y cualquier otro material suplementario, resplandecerá como faro de unidad, es decir, de una liturgia celebrada, fielmente reformada y promovida de tal forma que se enseñe “tanto bajo el aspecto teológico e histórico como bajo el aspecto espiritual, pastoral y jurídico”(SC 16).

[Traducción y reducción del original inglés realizada por Mauro Gagliardi; versión española realizada por Inma Álvarez]

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* Paul Gunter, O.S.B. Es profesor en el Pontificio Instituto Litúrgico de Roma y Consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.

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Mundo


Italia: profundo dolor del cardenal Bagnasco por el sacerdote pedófilo
Riccardo Seppia, arrestado por pedofilia y ofrecer estupefacientes
ROMA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “Profundo dolor”: estos son los sentimientos expresados el pasado jueves por el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en la homilía realizada en el santuario de Nuestra Señora de la Guardia, en Génova, en ocasión de la Jornada de Santificación Sacerdotal, refiriéndose al párroco de Sestri Ponente.

Se trata de Riccardo Seppia, arrestado el pasado 13 de mayo por pedofilia y ofrecer drogas. Según las informaciones de las oficinas de prensa, algunas de sus presuntas víctimas han confesado, ante los magistrados milaneses, haber mantenido relaciones sexuales completas con el sacerdote. Estas declaraciones están siendo verificadas por la fiscalía de Génova.

Apenas se hizo pública la noticia, la curia arzobispal realizó un comunicado en el que expresaba la “plena confianza” del cardenal Bagnasco en las investigaciones de los magistrados, además de su “cercanía fraternal a las eventuales víctimas y sus familiares” y “una renovada solidaridad a la comunidad cristiana que está siendo tan dolorosamente probada”.

Además se destacaba que, “en conformidad con la disciplina canónica y en particular con las directrices de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se dispone, con respecto al sacerdote, la suspensión de todo ministerio pastoral y de todo acto sacramental, además de la revocación inmediata de la facultad de escuchar las confesiones sacramentales”.

En su homilía, el purpurado habló del “dolor por todas las formas del pecado y del mal que, si realmente ha sido cometido por nuestro hermano, desfigura la belleza del alma, escandaliza las almas, y hiere el rostro de la Iglesia”.

“Nuestro dolor -continuó- es tan profundo por lo imprevisto e inesperados, porque nada parecía presagiarlo. Queremos encomendar a la Virgen a todos los que han sufrido el escándalo en cualquier modo, y comunicarles nuestra humilde y sincera cercanía”.

Per crucem ad lucem, dice la fe pascual: y nosotros creemos-Pastores y fieles- que la prueba y los sentimientos de dolor nos conducirán a reflexiones importantes sobre el camino de conversión necesario para todos, y que interpela sin descanso a todos los discípulos de Cristo, todos los verdaderos ministros de Dios”.

“Como hijos dóciles – prosiguió el arzobispo de Génova – pidamos a la Virgen María que podamos tener todos la valentía de la verdad, de escrutarnos en lo profundo para cantar las obras del Señor, porque el amor del Señor es fiel y eterno, como dice el salmo que hemos apenas rezado: Él no nos abandona nunca, está siempre con nosotros si Le hacemos sitio en nuestro corazón”.

“Pero también – destacó – para reconocer las sombras que hemos de excluir, los dobleces que hay que afrontar, se ha de cuidar la sensibilidad espiritual para que no disminuya, la oración cotidiana como dice la Iglesia, la confesión sacramental regular y frecuente -lugar de libertad y de regeneración-, la vida fraternal” para “ayudarnos en la fidelidad a la vocación sin reticencias, y llegar a ser santos”.

“Aquí, a los pies de la Gran Madre de Dios, queremos hacer nuestras las palabras del beato Juan Pablo II que se confío a sí mismo, su sacerdocio, a Ella con las palabras de san Luis María Grignion de Montfort: Totus tuus o Maria!”, concluyó.

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La Iglesia condena la masacre de Petén (Guatemala)
Monseñor Fiandri pide “soluciones de fondo” a la crisis de esta región
CIUDAD FLORES, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org El Observador).- Mediante un comunicado del vicariato apostólico de Petén, en Guatemala, el obispo vicario de esta región, monseñor Mario Fiandri, junto con la Asamblea de Formación, han hecho sentir la palabra de la Iglesia católica sobre la masacre de 27 personas en la finca “Los Cocos”, del Municipio de La Libertad en la provincia del Petén.

Los cuerpos de 27 jornaleros fueron descubiertos en la finca el pasado domingo, acribillados a balazos y decapitados, y la masacre se atribuye a un grupo de narcotraficantes que se denominado “los zetas”, con base en México.

Tras manifestar el “profundo horror y rechazo, indignación y vergüenza” que siente la Iglesia por la masacre”, monseñor Fiandri y la Asamblea de Formación del vicariato de Petén, han hecho una petición de cuatro puntos, “a la luz de la fe cristiana y del sentido común”:

En primer lugar piden que las autoridades guatemaltecas investiguen los hechos y castiguen a los culpables. Asimismo, “que el estado de sitio –ratificado por el Congreso—se aplique, correctamente, en el marco de la Ley”.  También piden que la Oficina de Guatemala del la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos “pueda vigilar dicho estado de sitio como ya lo hizo en la Alta Verapaz”.

La segunda petición es que no se busquen soluciones simplistas “sino que se toquen las raíces estructurales y profundas que tienen a Petén y a su pueblo en esta situación tan difícil”. Los miembros del vicariato de Petén exigen “soluciones de fondo y permanentes, por la vía del diálogo constructivo y la participación ciudadana”.

Que la población de Petén no entre en crisis y que conserve “la mayor cordura, serenidad y responsabilidad posibles”, afirma el comunicado.  En palabras de monseñor Fiandri, “es necesaria la unión de todos y la colaboración con las fuerzas del orden público, así como la denuncia de cualquier abuso”.

Finalmente, conminan a los “autores intelectuales y materiales de esta horrenda masacre y de todas las violencias y las muertes diarias que provocan tanto sufrimiento a nuestro pueblo, que cesen de matar, y busquen y vuelvan a encontrar la imagen de Dios que tienen grabada en su corazón y que lleguen al arrepentimiento y a la conversión, recordando el mandamiento que Dios ha dado una vez y que vale para siempre: ¡No matarás!”.

Al finalizar el comunicado, monseñor Fiandri y la Asamblea de Formación proponen a la población de Petén, “como signo de repudio al mal y de la esperanza de la victoria del bien” poner en cada casa, automóvil o incluso en las solapas, un lazo, listo o moña de color blanco. 

De igual forma hacen una invitación especial a los fieles católicos a llevar a cabo una campaña de oración por la paz en Petén durante lo que resta del mes de mayo “con las tradicionales devociones y súplicas a la Virgen María y con la oración en familia, superando toda tentación al miedo y al aislamiento, y manteniéndonos unidos y firmes en la vivencia y el compromiso de la fe”.

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Maria Clara del niño Jesús será beatificada mañana
Cofundadora de las Hermanas Hospitalarias del la Inmaculada Concepción
LISBOA, viernes 20 de mayo de 2010 (ZENIT.org) “Esta es realmente mi gente”, decía la hermana María Clara del niño Jesús (1843 – 1899) cuando se refería a los más pobres.

Mañana sábado será beatificada en una ceremonia presidida por el cardenal patriarca de Lisboa, José da Cruz Policarpo y concelebrará el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos en representación del Papa Benedicto XVI.

Su padre espiritual, el sacerdote Raimundo dos Anjos Beirão al ver el sufrimiento de los jóvenes y desamparados en el centro “Nuestra Señora de la Rosa”, en Lisboa, donde él era el capellán, decidió fundar la congregación de las Hermanas Hospitalarias del la Inmaculada Concepción encontró así una gran sintonía con Libaina, quien posteriormente tomó el nombre de la hermana María Clara.

Así nació esta obra conocida con la sigla de CONFHIC y que tiene como carisma la hospitalidad, la acogida y el hospedaje de los más pobres y necesitados. Su espiritualidad es la vivencia de las Bienaventuranzas en el ejercicio de las obras de misericordia. Recibió aprobación del papa beato Pío XI en 1876.

Al morir la hermana María Clara, la Congregación ya estaba presente en Portugal, India, Angola y Guinea-Bissau con 101 casas y 995 hermanas.

Las más de mil hermanas que se encuentran en 13 países trabajan en misiones, hospitales, colegios, guarderías, orfanatos, residencias de ancianos, educación especial, minusválidos, centros parroquiales, marginación, catequesis y pastoral a todos los niveles

ZENIT entrevistó a la hermana Musela Nunes, miembro de la congregación de las Hospitalarias de la Inmaculada Concepción, sobre la vida y las virtudes de la hermana María Clara.

- ¿Cómo discernió la hermana María Clara su vocación a la vida consagrada? 

H. Musela Nunes: Libania, el nombre de pila de la hermana Maria Clara creció en el seno de una familia cristiana, donde los valores evangélicos se enseñaban y atesoraban. Aprendió de sus padres el amor a Dios, al prójimo, cómo amar y vivir la caridad hacia los más necesitados. A muy tierna edad perdió a su madre y antes de perder a su padre, ella y su hermana menor, fueron enviadas a una institución real dirigida a los niños huérfanos de la nobleza.

En esta ocasión ella profundizó su relación con Cristo, con la ayuda de las hijas de la caridad de San Vicente de Paul. El ejemplo de estas hermanas la llevó a cuestionarse sobre su propia vocación. Su hermana menor abrazó la vida contemplativa y al poco tiempo ella también decidió seguir a Jesús y servir a los más necesitados al igual que sus padres y maestros lo hicieron. El padre Raimundo dos Anjos Beirão, su director espiritual, era muy sensible a los pobres y necesitados y su ayuda fue crucial para que ella siguiera este sueño.

- ¿Cómo optó por la vida contemplativa – activa?

H. Musela Nunes: Ella provenía de una familia noble. Después de las hermanas de la Caridad fueron expulsadas de Portugal, ella se fue a vivir con los marqueses de Valada, buenos amigos de su familia. Pero su corazón joven no estaba aferrado a una vida de lujo ni a mucho entretenimiento. Su corazón parecía decir lo que dijo san Agustín: "Mi corazón anduvo inquieto hasta que descansó en ti". Ella tomó una decisión de unirse a una pobre y pequeña congregación donde comenzó su vida religiosa.

- ¿Cuál fue su mayor virtud?

H. Musela Nunes: con quienes la hacían sufrir, ella siempre los perdonaba. Era capaz de hacer todas estas cosas por la gran fe en Dios y en su divina misericordia. Su confianza en la divina providencia la hicieron seguir adelante con firmeza.

- ¿Cómo era su carácter?

H. Musela Nunes: Era activo, primario que ella lo supo manejar con su fe y caridad. Estaba completamente enraizada en Cristo y por eso fue capaz de superar sus debilidades. Ella vio que todo venía de las manos de Dios.

- ¿Cuál es el testimonio de Maria Clara hoy?

H. Musela Nunes: Ella llevó una vida de entrega, de estar centrada en el otro, muy comprometida en hacer el bien a todo el que lo necesitaría, bien sea de manera explícita o implícita.

Vivió en un tiempo de crisis y desafíos igual que los nuestros. Sus iniciativas encontraron la respuesta justa a las situaciones que la hacían sufrir.

Era un gran deseo ir al rescate de quien sufría o experimentara cualquier tipo de necesidad.

Su ejemplo nos motiva a vivir más intensamente la misericordia y el cuidado con quienes sufren a través del ejercicio de la hospitalidad.

Por Carmen Elena Villa

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La Última Cima y Marcelino Pan y Vino, Pez de plata 2011
La ceremonia de entrega de premios se celebró ayer en Roma
ROMA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La española La Última Cima y la mexicana Marcelino Pan y Vino fueron galardonadas ayer con dos de los cinco Peces de Plata que otorga el Festival Internacional del Cine Católico Mirabile Dictu, que se celebra estos días en Roma (Italia).

La Última Cima de Juan Miguel Cotelo, que se centra en la vida del sacerdote español Pablo Domínguez, muerto a los 42 años mientras descendía del monte Moncayo, último pico que le faltaba alcanzar, recibió el premio al mejor Documental.

Por su parte, José Luis Gutierrez, director de Marcelino pan y vino (México), remake del célebre film, cuyo héroe principal era un niño huérfano enamorado de Jesús, recibió el Pez de Plata al mejor director.

El premio a la mejor película recayó en Duns Scoto, de Fernando Muraca (Italia), la historia del filósofo medieval John Duns, llamado “Scoto” porque era escocés, que vivió a caballo entre los siglos XIII y XIV.

Por otro lado, el Pez de Plata al mejor cortometraje fue otorgado a Kavi, de Gregg Helvey, una película que afronta el tema de la explotación de menores en un campo de trabajo en India.

El premio al mejor actor protagonista lo recibió Adriano Braidotti (Italia), en el papel de Duns Scoto.

Por último, hubo un premio a la carrera que fue concedido al actor Remo Girone, nacido en Eritrea y naturalizado en Italia. Girone ha interpretado una de las películas finalistas, God’ Mighty Servant, sobre Pío XII.

El II Festival Mirabile Dictu se celebra hasta mañana sábado en el Auditorio de la Vía della Conciliazione, bajo el auspicio del Consejo Pontificio de la Cultura. El premio de “El Pez de Plata” se inspira en el primer símbolo cristiano.

Este año se presentaban 746 películas a concurso, de las que se proyectaron unas 25 y de las que finalmente llegaron tres por cada categoría. Entre las finalistas estaban God Mighty Servant de Markus O. Rosenmüller (historia de Sor Pascualina y el papel que jugó en la vida de Pío XII) y Nine Days that Changed the World (sobre la primera visita a Polonia de Juan Pablo II).

Las películas del festival del cine de inspiración católica Mirabile Dictu (Bello para contar) tienen un elemento común: la promoción universal de los valores morales y de los modelos positivos. Fue ideado por la directora de cine Liana Marabini, la cual afirma que el objetivo es “evangelizar a través del arte y la cultura”.

Por otro lado, la Fundación CapaxDei, dedicada al arte sacro, premió fuera de concurso a dos películas presentadas durante el festival: La città invisibile (2010) de Giuseppe Tandoi, historia de amor ambientada en la ciudad de L’Aquila destruida por el terremoto, y L’uomo del grano de Giancarlo Baudena (2009), biografia de Nazareno Strampelli (1866-1942), científico que logró aumentar la productividad del trigo, avanzando en la lucha contra el hambre.

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Reportaje


República Centroafricana: Desde Córdoba con amor
El "obispo de los pobres" en Bangassou recibe la ayuda de sus paisanos
CÓRDOBA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El "obispo de los pobres" de Bangassou Juan José Aguirre, que lleva más de treinta años como misionero comboniano en la República Centroafricana, recibió un cargamento de ayuda de su diócesis de procedencia, Córdoba (España).

En noviembre pasado, salieron los contenedores solidarios rumbo a Bangassou, tras un trabajo de dos meses de recolecta y preparación, informa en una nota enviada a ZENIT la diócesis de Córdoba.

Miguel Aguirre, de la Fundación Bangassou, informó que, en su viaje a esta población centroafricana, tuvo la oportunidad de descargar los contenedores, lo que fue “una auténtica fiesta” para sus habitantes.

En ese momento, explica, “se paraliza todo el trabajo cotidiano y todo el mundo: cocineros, enfermeros, cooperantes, curas y religiosas acudieron a ayudar a descargar y distribuir las mercancías” comenta monseñor Aguirre. Tras la jornada de descarga, los camiones volvieron a Bangui, la capital. Todos los voluntarios estaban expectantes ante las ayudas que llegaban para sus misiones.

Desde la Fundación agradecen la colaboración de la diócesis de Córdoba con el proyecto de Bangassou que presta ayuda a huérfanos, enfermos, estudiantes, mamás, leprosos, ancianos, etc.

Juan José Aguirre, que lleva más de treinta años en esta misión africana, nacido en 1954, estudió en el colegio La Salle, y aunque tenía intención de ir a la universidad para hacerse médico, en 1971, tras leer una frase en el Evangelio de San Marcos, decidió dedicarse al ministerio sacerdotal, en la congregación de los misioneros combonianos.

Se formó en teología, filosofía y antropología (esta última en París), siendo ordenado sacerdote en 1980. Inició su misión en la República Centroafricana, en uno de los países más pobres de la tierra, aunque con cuantiosos recursos naturales, rodeado de países conflictivos, en especial Sudán, y víctima del actual neocolonialismo de gobiernos y multinacionales.

El padre Aguirre fue enviado a la región oriental del país, con capital en Bangassou. Una región tan grande como Andalucía, que carecía prácticamente de carreteras, infestada por todo tipo de enfermedades.

En una sus periódicas visitas a Córdoba, su tierra natal, contó a su paisanos su múltiples vivencias y peripecias. De ahí nació la Fundación Bangassou. Años más tarde, es ordenado adjunto al obispo de Bangassou, y en 2000 obispo de la misma diócesis.

Monseñor Aguirre preside la Fundación Bangassou, fundación cordobesa, que financia proyectos en países en vías de desarrollo, educativos, sanitarios y de promoción social.

En una entrevista al diario Córdoba, el obispo explicaba: "La primera sensación que me queda es la de tener una retaguardia muy sólida, que piensa mucho y trabaja por la misión de Bangassou. No te sientes solo porque alguien piensa en los tuyos, en la gente de mi diócesis, una población enorme extendida en un radio de 900 kilómetros en el centro mismo de África".

En la República Centroafricana la esperanza de vida es de 48 años, el 18% de la población es seropositiva, sobre todo, la franja de los 15 a los 35 años, y de cada cuatro enfermos de sida en Bangassou tres son mujeres. "Al enfrentarme a este llanto, Dios me dice "consoladlo y dadle la dignidad con la que han sido creadas estas personas", explicaba.

La Fundación Bangassou ha editado folletos para la población de la diócesis --en francés y en sango--, explicando cómo se evita el contagio del sida. CajaSur pagó una primera edición y, dados los buenos resultados, una ONG de la Conferencia Episcopal de EE.UU. financió una segunda.

En la leprosería de Bangondé se hacen análisis de sangre para que las personas conozcan si son seropositivos o no. El Colegio de Médicos de Córdoba ayudó a poner en marcha este laboratorio. El hospital Reina Sofía de Córdoba, en colaboración con el laboratorio alemán Buelinger, facilita gratuitamente bolsas con tiras reactivas que, de una forma muy rápida, detectan la enfermedad.

Otro proyecto de la fundación es la construcción de una casa para enfermos terminales de sida: "Las familias intentan cuidar a estos enfermos terminales, verdaderos Cristos crucificados de esta pandemia inmisericorde. Pero luego se cansan y los dejan apagarse a cámara lenta, como en una pesadilla infame, sin medicación ni cuidado específico alguno. La vida se les va lentamente  hasta que se quedan en los huesos. Una manera indigna de morir", explica el obispo.

Un ingeniero de Florencia, Italia, se ha ofrecido a hacer el proyecto e ir a realizarlo con un grupo italiano. El centro, dice el obispo, se podrá llamar "Da ti nguía" (la casa de la alegría).

"En nombre de los hijos de Verónica, muerta hace tres meses, de Chantale, que era responsable de la coral de la catedral durante mi ordenación episcopal, y que ahora está reducida a un saco de huesos, de François o de Cristina, la madre de Armelle y Rosina que se quedarán huérfanas de aquí a poco, en nombre sobre todo de los que sobrevivirán a la plaga, de los que prolongarán su vidas gracias a vuestra ayuda, os doy las gracias y os prometo mi sencilla oración", dice el obispo en la página web de la fundación.

También se ocupan de niños de la calle: Con la ayuda de una señora llamada Aude (viuda con tres niños y ocho adoptados) y el grupo de sus colaboradores de la Asociación de Huérfanos de Bangassou, se intenta seguir a los huérfanos en situación más desesperada, van a buscarlos al mercado, donde duermen de noche o bajo los soportales de los comercios, y los llevan al orfanato o les buscan una familia cristiana que los acoja.

Gracias a bienhechores de Córdoba, de Antequera y al Ayuntamiento de Antequera, se ha podido construir el orfanato. En él hay cuarenta niños internos. Una misionera laica francesa les enseña a teñir los tejidos para venderlos.

"Ayer vino a verme una mujer con su bebé de 4 meses en los brazos. Se llamaba Veronique. Delgada como una cerilla, la boca llena de llagas blancas, las famosas "cándidas" características del Sida en fase terminal. El bebé estaba también muy delgado y la boca llagada. Venía con sus otros 4 hijos de 2-4-6 y 10 años. '¿ Pero quién te dejó así, vida mía ¿ Si té estas pudriendo por momentos?' No me respondió. Sólo me miraba con sus ojos grandes como platos", relata el "obispo de los pobres.

Otro servicio de la solidaridad cordobesa es la acogida, asistencia, escolarización y enseñanza de trabajos a huérfanos que no viven en el orfanato. Son huérfanos que viven con sus abuelas, con sus tíos o con sus hermanas. Hacemos un seguimiento de estos huérfanos para ver en qué casas y en que condiciones viven. Para este proyecto reciben colaboración de Córdoba y de Antequera especialmente.

"Les rehacemos sus casas, les ayudamos para que puedan hacer venta ambulante de caramelos, cigarrillos o de plásticos y a los que son un poco mayores les hacemos que aprendan la albañilería y a las niñas cursos de costura para aprender a coser y a hacer jerséis, punto con lana y con agujas que nos llegan del colegio Almanzor en Córdoba", explica el obispo de Bangassou.

Los huérfanos han empezado junto con la cooperante francesa de 24 años, Carolina, los proyectos de autopromoción: huerto de verduras, pintura de camisetas y foulards, preparación de bolsas para la compra recogiendo los sacos vacios plastificados de cemento, lavándolos y decorándolos o finalmente, el proyecto de venta de mandioca.

Para saber más: www.fundacionbangassou.com

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Foro


Evangelio del domingo: Acompañados en el camino
 
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

OVIEDO, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del quinto domingo de Pascua (Juan 14.1-12), 22 de mayo, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm arzobispo de Oviedo.

* * *

Fueron tres años de andar de acá para allá. Personas encontradas, palabras pronunciadas, signos y milagros realizados. Cuántas cosas en aquel vaivén del camino de la vida entre Jesús y sus discípulos. El relato evangélico de este domingo, narra el entrañable momento en el que ya se vislumbra la despedida. Y como todo adiós, cuando éste se da entre personas que se han querido, que han sido vulnerables a su recíproco amor, produce una resistencia, la amable rebelión de no querer aceptar una separación insufrible. Ese “no perdáis la calma” en labios de Jesús sale al paso de la comprensible zozobra, miedo quizás, de la gente que más ha compartido con el Señor su Persona y su Palabra.

Toda la vida del Señor, fue una manifestación maravillosa de cómo llegar hasta Dios, cómo entrar en su Casa y habitar en su Hogar. La Persona de Jesús es el icono, la imagen visible del Padre invisible. Y esto es lo que tan provocatorio resultaba a unos y a otros: que pudiera uno allegarse hasta Dios sin alarde de estrategias complicadas, sin exhibición de poderíos, sin arrogancias sabihondas: que Dios fuera tan accesible, que se pudiera llegar a El por caminos en los que podían andar los pequeños, los enfermos, los pobres, los pecadores... Y esto será en definitiva lo que le costará la vida a Jesús.

Ya no es un Rostro tremendo el de Dios, que provoca el miedo o acorrala en una virtud hija de la amenaza y de la mordaza. Ya no es un Rostro tremendo el de Dios, que provoca el miedo o acorrala. Quien cree en Jesús, cree en su Padre. El camino de Jesús, es el camino de la bienaventuranza, el de la verdad, el de la justicia, el de la misericordia y la ternura. Pero tal revelación no se reduce a un manifestar imposibles que nos dejarían tristes por su inalcanzabilidad. Jesús no sólo es el Camino, sino también el Caminante, el que se ha puesto a andar nuestra peregrinación por la vida, vivirlo todo, hasta haberse hecho muerte y dolor abandonado.

Jesús no se limitó a señalarnos “otro camino” sino que nos abrazó en el suyo, y en ese abrazo nos posibilitó andar en bienaventuranzas, en perdón y paz, en luz y verdad, en gracia. El es Camino y Caminante... más grande que todos nuestros tropiezos y caídas, mayor que nuestras muertes y pecados. Los cristianos no somos gente diferente, ni tenemos exención fiscal para la salvación, sino que en medio de nuestras caídas y dificultades, en medio de nuestros errores e incoherencias, queremos caminar por este Camino, adherirnos a esta Verdad, y con-vivir en esta Vida: la de Quien nos abrió el hogar del Padre haciendo de nuestra vida un hogar en la que somos hijos ante Dios y hermanos entre nosotros.

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