Prosigue el congreso de Cáritas en El Escorial

«Sólo la globalización de la solidaridad podrá atemperar los efectos de la globalización económica»

La movilización ciudadana, herramienta de transformación social

Cáritas, 21 de mayo de 2011 a las 17:35

 

(Cáritas).- Los profesores Cristina Calvo y Joaquín García Roca, que han intervenido como ponentes en las sesiones del VII Congreso Hispano-Latinoamericano y del Caribe de Teología sobre la Caridad que se celebra en la localidad madrileña de El Escorial, han coincidido a la hora de proponer un nuevo modelo de caridad transformadora que permita ofrecer marcos de actuación a favor de la dignidad y los derechos sociales las personas más vulnerables ante los efectos de la actual crisis.

En su exposición desarrollada en la tarde de ayer bajo el título "Don y reciprocidad en la práctica de la caridad", Cristina Calvo, asesora regional de Cáritas América Latina y profesora de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, señaló, a la luz de los rasgos del contexto de la actual crisis, el escenario de complejidad que supone abordar la realidad presente y que conlleva "la exigencia de un nuevo desarrollo del pensamiento".

Para ello, la ponente se refirió a la dinámica de la Caritas in Veritate, en la que se da una dialéctica entre tradición y nuevas perspectivas del pensamiento de la complejidad.

En este sentido, Cristina Calvo apostó por un nuevo paradigma económico, que integre teoría y práctica bajo los principios de gratuidad y reciprocidad, y que permitan asumir los retos para el presente milenio.

"Nuestro tiempo necesita franquear la barrera entre la caridad y la trasformación social y hermanar ambos extremos, en un momento en el que la cultura del cambio vive un profundo ocaso y un periodo de extinción", ha afirmado esta mañana el profesor de la Universidad de Valencia, Joaquín García Roca, durante el desarrollo de la segunda ponencia del Congreso, dedicada al tema "Caridad transformadora".

Para este experto "será la caridad quien salve a la cultura del cambio, como la fuerza dinámica capaz de mantener viva la pulsión personal y colectiva a favor del cambio necesario y deseable. Será la caridad quien deberá impedir que el espíritu reformista actual se convierta en componendas o en relativismo desencantado. La caridad será quien evite que la impotencia se instale en el camino de la humanidad al no abandonar nunca la necesidad de asumir la apertura al futuro y la capacidad para trascender lo dado".

En este sentido, García Roca apeló a "la tarea educativa de Caritas" ante ese desafío. "La pedagogía de la caridad -señaló-- no se conforma con el grito indignado, sino que lo radicaliza como hábito del corazón, que no deja nada en su sitio. De ahí que la educación de los sentimientos es la puerta de entrada a la trasformación, que incluye el conocimiento, la ética y la política".

Se refirió, asimismo, a la dimensión de la transformación personal como premisa del cambio, ya que "no se puede conocer el hambre del mundo y permanecer insensible; no se puede ser sensible y permanecer inactivo; no se puede conocer el horror de una catástrofe, injusticia o desamor y mirar hacia otra parte; no se puede conocer el atropello de la dignidad que causan las privaciones y precariedades de la vida humana y quedar indiferente".

El profesor García Roca subrayó que "hay un ejercicio de la caridad que seduce y atrae: seduce y atrae romper el destino de la exclusión y abrir la conciencia a posibilidades inauditas; seduce y atrae el sentido comunitario, por el cual hemos visto cómo los pobres ayudan a los pobres; seduce y atrae ver cómo las casa se abren para compartirlas con las víctimas del terremoto; seduce y atrae captar en el interior de los bosques las huellas de quien pasó derramando su belleza; seduce y fascina el compromiso por la justicia, aquellos que son bienaventurados porque tienen hambre y sed de justicia.

Con acento ciertamente premonitorio, el ponente apeló a la movilización ciudadana como herramienta de transformación social. "¿Qué son, sino, frenos de emergencias, los movimientos sociales que se convocan en Dakar para proponer alternativas mundiales a la crisis, las redes internacionales que gritan a favor de la tasa Tobin y del comercio justo?, se preguntó". Para García Roca "el grito por eliminar el hambre está más cerca de la razón que los análisis del Banco Mundial". Por ello, "la vigilancia social y la agitación pública constituyen un capítulo esencial de la resistencia colectiva ante las injusticias y la humillación de la pobreza.

En esa misma línea, ha propuesto que "cuando el planeta tierra está herido y cuestiona las condiciones mismas de reproducción de la vida, es necesario construir mancomunadamente la casa común de la humanidad, por encima de razas, de patrias y de credos; cuando las nuevas tecnologías comprimen el tiempo y el espacio, es necesario recrear mancomunadamente los patrimonios espirituales para un mundo interconectado; cuando el capitalismo desplaza a millones de personas, como la espuma amarga de un sistema inhumano, es necesario reconocernos mancomunadamente como seres humanos".

Y ha añadido: "Estos escenarios de la participación son el nuevo domicilio de la caridad trasformadora, que nos obliga a recrear aspectos fundamentales de una pastoral de la caridad: el régimen atencional a qué presta atención quiénes son los sujetos del cambio y los actores de la trasformación social; cómo se realiza la acción colectiva y las posibles alianzas". Por esta razón, "la acción caritativa ha de afrontar los conflictos sociales, defender los derechos humanos, protestar conjuntamente".