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Servicio diario - 30 de mayo de 2011

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Santa Sede

Benedicto XVI: la sociedad necesita un “renovado anuncio de esperanza”

“Ser católicos quiere decir ser marianos”, asegura el Papa

Benedicto XVI rezó por la beatificación del cardenal Wyszynski

Observatorio jurídico

Debate planetario sobre el matrimonio

Jornadas Mundiales de la Juventud

La hostelería madrileña, volcada con la JMJ

Mundo

Nuevo asesinato de un sacerdote en México

Diálogo anglicano-católico: aprender del otro más que intentar convencer

Entrevistas

Devolver la humanidad a los niños con síndrome Down (Parte 2)

Documentación

Audiencia al Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización

Conclusiones de la primera reunión ARCIC III entre anglicanos y católicos

Audiencia a los miembros de la Marianische Männer-Congregation


Santa Sede


Benedicto XVI: la sociedad necesita un “renovado anuncio de esperanza”
“Ser cristiano no es un traje para vestir en privado o en las ocasiones importantes”
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- En una sociedad como la de hoy, a menudo marcada por la secularización, la Iglesia tiene el deber de ofrecer a los hombres “un renovado anuncio de esperanza”.

Lo afirmó hoy el Papa Benedicto XVI al recibir en audiencia a los participantes en la Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, instituido por él el año pasado, dando “un principio operativo” a la reflexión que había hecho durante mucho tiempo “sobre la necesidad de ofrecer una respuesta particular al momento de crisis de la vida cristiana”.

“El término "nueva evangelización” recuerda la exigencia de una renovada modalidad de anuncio, sobre todo para aquellos que viven en un contexto, como el actual, en el que los desarrollos de la secularización han dejado pesadas huellas también en países de tradición cristiana”, observó el Papa en su discurso.

“Subrayar que en este momento de la historia la Iglesia está llamada a realizar una nueva evangelización, quiere decir intensificar la acción misionera para corresponder plenamente al mandato del Señor”.

En el contexto actual, reconoció, “la crisis que se experimenta lleva consigo los trazos de la exclusión de Dios de la vida de las personas” y “de una generalizada indiferencia hacia la misma fe cristiana, hasta el intento de marginarla de la vida pública.”.

“Se asiste al drama de la fragmentación que no consiente tener una referencia de unión; además se verifica, a menudo, el fenómeno de personas que desean pertenecer a la Iglesia, pero que son fuertemente influenciados por una visión de la vida que contrasta con la fe”.

“Anunciar a Jesucristo, único Salvador del mundo, parece ser hoy más complejo que en el pasado; pero nuestro deber es idéntico como en los albores de nuestra historia”, reconoció el Papa. “La misión no ha cambiado, así como no deben cambiar el entusiasmo y la valentía que empujaron a los Apóstoles y a los primeros discípulos”.

“El Espíritu Santo que los alentó a abrir las puertas del cenáculo, haciéndoles Evangelizadores, es el mismo Espíritu que mueve hoy a la Iglesia en un renovado anuncio de esperanza a los hombres de nuestro tiempo”.

La nueva evangelización, indicó, “deberá hacerse cargo de encontrar los caminos para hacer más eficaz el anuncio de la salvación, sin el cual, la existencia personal permanece en su contradicción y privada de lo esencial”.

“También en quien permanece el lazo con las raíces cristiana, pero vive la difícil relación con la modernidad, es importante hacer comprender que el ser cristiano no es una especie de traje que ponerse en privado o en ocasiones particulares, sino algo vivo y totalitario, capaz de asumir todo lo hay de bueno en la modernidad”.

En este contexto, el Papa pidió “un proyecto que sea capaz de ayudar a toda la Iglesia y a las distintas Iglesias particulares, en el compromiso de la nueva evangelización”, en el que “la urgencia por un renovado anuncio se haga cargo de la formación, en particular de las nuevas generaciones”, y “se conjugue con la propuesta de signos concretos para hacer evidente la respuesta que la Iglesia pretende ofrecer en este especial momento”.

Dado que “el estilo de vida de los creyentes necesita una genuina credibilidad, tanto más convincente cuanto más es dramática la condición de aquellos a los que se dirigen”, el Papa concluyó con las palabras de la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de Pablo VI: “Será sobre todo mediante su conducta, mediante su vida, como la Iglesia evangelizará al mundo, es decir, mediante un testimonio vivido de fidelidad a Jesucristo, de pobreza y desapego de los bienes materiales, de libertad frente a los poderes del mundo, en una palabra de santidad”.

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“Ser católicos quiere decir ser marianos”, asegura el Papa
Al recibir a los miembros de su congregación mariana de Ratisbona
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI afirmó que el catolicismo implica una actitud mariana, este sábado al recibir en el Vaticano a una delegación de la congegación mariana Mariä Verkündung (María Anunciada) de Ratisbona (Alemania).

“La catolicidad no puede existir sin un comportamiento mariano”, aseguró, recordando “que ser católicos quiere decir ser marianos, que esto significa el amor por la Madre, que en la Madre y por la Madre encontramos al Señor”.

El Papa señaló que “María es la gran creyente” y ha indicado a todos “el camino de la fe, la valentía de encomendarnos a este Dios que se da en nuestras manos, la alegría de ser sus testigos; y después su determinación a permanecer firme cuando todos huyeron, la valentía de estar de parte del Señor cuando parecía perdido, y hacer propio el testimonio que ha conducido a la Pascua”.

También expresó su alegría por el hecho de que “todavía hoy hay hombres, que junto a María, aman al Señor, que a través de María, aprenden a conocer y a amar al Señor, y, como Ella, dan testimonio del Señor en las horas difíciles y en las felices, que están con Él bajo la Cruz y que continúan viviendo alegremente la Pascua junto a él”.

Hablando de su propia experiencia en el Vaticano, dijo que “a través de las visitas ad limina de los obispos, experimento constantemente cómo las personas -sobre todo en América Latina, pero también en el resto de continentes -pueden encomendarse a la Madre, pueden amar a la Madre, y a través de la Madre, después, aprenden a conocer, a comprender y a amar a Cristo”.

También confesó que experimenta “cómo la Madre continúa encomendando el mundo al Señor”.

Los miembros de la congregación mariana María Anunciada viajaron hasta el Vaticano para celebrar con el Papa el setenta aniversario de su ingreso en esa congregación.

Sobre ese hecho, Benedicto XVI indicó que “la admisión en la Congregación mariana mira al futuro y no es simplemente un hecho pasado”.

“Es por eso, que 70 años después es una fecha del “hoy”, una fecha que indica el camino hacia el “mañana”, añadió, expresando su agradecimiento y alegría.

De aquel momento histórico, recordó que “eran tiempos oscuros, estaba la guerra” y que poco después de ser admitido en la congregación, ésta fue dispersada, pero aseguró que “se quedó como “fecha interior” de la vida”.

Benedicto XVI también hizo una breve referencia a la mariología que se enseñaba en las universidades alemanas después de la guerra, indicando que “era un poco austera y sobria” y añadió que cree que hoy no ha “cambiado mucho ni tampoco mejorado”.

Finalmente agradeció el testimonio de los hombres que perteneciendo a una congregación mariana, “camino abierto por los jesuitas en el siglo XVI”, “continúan demostrando que la fe no pertenece al pasado, sino que se abre siempre a un “hoy” y sobre todo, a un “mañana””.

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Benedicto XVI rezó por la beatificación del cardenal Wyszynski
En el 30 aniversario de su muerte
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).– El Papa rezó este domingo por la beatificación del cardenal polaco Stefan Wyszynski, fallecido hace treinta años.

Dirigiéndose a los polacos en su lengua tras rezar el Regina Caeli desde la ventana del Palacio Apostólico vaticano ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI evocó el aniversario del fallecimiento del purpurado, “Primado del milenio”.

“Invocando el don de su beatificación, aprendamos de él el total abandono en la Madre de Dios. Su confianza expresada con las palabras “Todo lo he confiado a María”, sea para nosotros un modelo especial”, dijo.

La fase diocesana de la causa concluyó en Varsovia y los documentos se han entregado a la Congregación romana para las Causas de los Santos.

En su testamento espiritual, Juan Pablo II citó insistentemente al “Primado del milenio”.

El cardenal Wyzsynski fue, excepcionalmente, primado de Polonia de 1948 a 1981, es decir durante casi todo el periodo comunista.

Fue creado cardenal por Pío XII en el consistorio del 12 de enero de 1953. Ese mismo año fue encarcelado. Hasta 1957 las autoridades no le permitieron recibir el birrete cardenalicio en Roma.

Falleció el 28 de mayo de 1981. El papa Wojtyla, doce días después de sobrevivir al atentado del 13 de mayo, le llamó por teléfono in extremis y se le oyó decir: “Santo padre, bendígame”. Tras conocer la noticia del atentado, el cardenal Wyszynski había ofrecido su vida a Dios por el papa.

Se le considera el “Primado del milenio” por haber organizado las celebraciones del milenario del bautismo de Polonia (966-1966). Preparando esta celebración, fue el iniciador de una “gran novena de años”.

Se puede decir que el purpurado tenía tres amores: Dios -y la Madre de Dios-, su patria -Polonia- y el hombre. “Si el hombre está verdaderamente arraigado en Dios -decía-, debe amar al hombre”.

Consideraba la patria como la “familia de familias” que constituyen la sociedad. Le gustaba repetir “Quiero más a Polonia que a mi corazón, todo lo que hago por la Iglesia, lo hago también por mi país”.

Durante los acuerdos de Gdansk entre los trabajadores de los astilleros y el Gobierno, dijo que hubiera querido hacer más para evitar la escalada de violencia.

Se sentía responsable de no haber llegado, habría querido poner en peligro su integridad para evitar esas decenas de muertos.

También fue famoso por la carta a los obispos alemanes de 1965, por la que otorgaba el perdón a la Iglesia de Alemania.

Por esta carta, el Gobierno comunista le hizo sufrir mucho, pero muchos ven en ella los cimientos de una nueva Europa, sin fronteras.

Cuando murió llovió mucho y la gente decía que el cielo también lloraba.

Por Anita S. Bourdin

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Observatorio jurídico


Debate planetario sobre el matrimonio
Muchos países se “blindan” contra el “matrimonio homosexual”
Por Rafael Navarro-Valls

MADRID, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).-Ofrecemos una nueva contribución en nuestra sección Observatorio Jurídico, sobre libertad, cuestiones relacionadas con los derechos humanos y su relación con la antropología y la fe cristianas, que dirige el español Rafael Navarro – Valls, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, y secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

* * * * *

Las grandes contiendas jurídicas no son simplemente nacionales: son planetarias. Así ocurrió, por ejemplo, con los debates en torno a la codificación. Y así está ocurriendo ahora con la nota de heterosexualidad del matrimonio.

La tensión se percibe entre dos tendencias opuestas. La primera es lo que en términos de derecho internacional se llama “efecto dominó”. Es decir, la propensión expansiva de una institución jurídica, cuando es adoptada por un sistema político de cierta influencia sobre otros. La especial gravedad de que España aceptara – con fuertes oposiciones, todo hay que decirlo, por parte de los órganos jurídicos españoles de mayor relieve – el llamado matrimonio entre personas del mismo sexo, radicó en que produjo como reacción que algún país latinoamericano (por ejemplo Argentina, o, más limitadamente en el estado de Mexico D.F., que representa tan sólo el 8% de la población de la república de México) alteraran profundamente la estructura configurativa del matrimonio, aceptando el matrimonio entre homosexuales. En otros países (Chile, Ecuador, Perú etc) solamente se planteó a nivel político o jurídico, pero sin cambios apreciables en la configuración del matrimonio.

Junto a esta tendencia expansiva, la adopción por algunos sistemas jurídicos del matrimonio entre personas del mismo sexo, ha producido una reacción contraria. Lo que he llamado en alguna ocasión “efecto blindaje”, esto es, la defensa del matrimonio heterosexual a través de la constitucionalización de la nota de heterosexualidad. El último ejemplo en Europa de esta tendencia ha sido Hungría. Hace menos de un mes (25 de abril) se aprobó en el Parlamento húngaro por 262 votos contra 44 (bastante más de los dos tercios exigidos) una nueva Constitución, que elimina los últimos residuos comunistas de la antigua de 1990. En lo que respecta al matrimonio, expresamente se establece la protección de la “institución del matrimonio, considerado como la unión natural entre un hombre y una mujer y como fundamento de la familia”. Anteriormente, la Constitución polaca de 1997 (artículo 18) definió el matrimonio exclusivamente como “la unión entre un hombre y una mujer”. En fin, la constitución de Lituania (1992) establece que “el matrimonio debe ser efectuado con el consentimiento mutuo y libre del hombre y la mujer”, definiendo su Código civil el matrimonio como “ el acuerdo voluntario entre un hombre y una mujer".

¿Cuál de ambas tendencias progresa con mayor rapidez ? Contra lo que pudiera creerse, la realidad es que existe un equilibrio inestable modelado por reacciones y contra-reacciones que dibujan, en mi opinión, un panorama más cercano a la defensa del matrimonio heterosexual que al avance del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Prescindiendo de la algarabía mediática de uno u otro signo, conviene circunscribirnos a los hechos. Un rápido “tour d´horizon” probablemente avalará lo que digo. Volviendo a Europa, la verdad es que si Países Bajos (2001), Bélgica (2003), España (2004), Noruega (2009), Suecia (2009) y Portugal (2010) han regulado el matrimonio entre personas del mismo sexo, la corriente mayoritaria se muestra concesora de diversos efectos a las uniones civiles de personas del mismo sexo, pero no demasiado receptiva a transformar esas uniones en verdaderos matrimonios. Ya hemos visto la tendencia de los países del Este de Europa a constitucionalizar la nota de heterosexualidad. En otros países europeos (Francia, Italia, Alemania etc), aunque el debate se plantea con mayor o menor intensidad, la posición de los órganos legislativos o jurisprudenciales mantiene una posición de equilibrio que no se inclina hacia la concesión “tout court” del estado matrimonial a las uniones civiles. Así, por ejemplo, en febrero de este mismo año, el Consejo Constitucional francés consideró que la prohibición del matrimonio homosexual, tal y como lo recoge el Código Civil, es conforme a la Constitución francesa.

Latinoamérica es un ámbito jurídico en el que las reacciones se producen con rapidez ante modelos distintos. Un ejemplo. Acabo de regresar de México, donde he debido viajar por cuestiones académicas a varios estados. El único de ellos en que se ha aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo es Ciudad de México. La reacción fue inmediata. Los estados de Jalisco, Morelos, Sonora, Tlaxcala y Guanajuato plantearon ante la Corte Suprema cuestión de inconstitucionalidad. Aunque esta declaró constitucionales los matrimonios aprobados en Ciudad de México (naturalmente sin imponerlos a los demás estados), inmediatamente el Congreso del estado de Baja California reformó el artículo 7 de la Constitución estatal, definiendo el matrimonio exclusivamente como “la unión entre un hombre y una mujer”. Esta tendencia a “blindar” las constituciones estatales está encontrando eco en algunos otros estados mexicanos, centroamericanos y sudamericanos.

En Estados Unidos, el matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido a nivel estatal por seis Estados: Massachusetts (2004), Connecticut (2008), Iowa, Vermont, New Hampshire y Distrito de Columbia (estos cuatro en 2009). Sin embargo, como reacción ante la tendencia expansiva, antes o después de esas fechas, más de 20 estados alteraron sus constituciones para definir el matrimonio como una unión entre hombre y mujer. Es decir, para blindarse frente a la tendencia expansiva.

Hace unos días, Obama ha cursado órdenes al Departamento de Justicia para que deje de apoyar ante los tribunales la ley federal aprobada en 1996 durante la Administración Clinton, en la que se define el matrimonio como la unión legal entre un hombre y una mujer. Esta “ley de defensa del matrimonio” (DOMA) , por la que ningún estado está obligado a reconocer como matrimonio una relación entre personas del mismo sexo reconocida como matrimonio en otro estado, se aprobó en su momento una amplia mayoría bipartidista en ambas cámaras del Congreso. La reacción ha sido inmediata. El presidente de la Cámara de Representantes anunció que iba a reunir a un grupo de asesoramiento legal formado por miembros de ambos partidos para defender la DOMA. “Es de lamentar –dijo– que la Administración Obama haya abierto esta cuestión tan polémica en un momento en que los americanos quieren que sus líderes se centren en el empleo y en los problemas económicos. La constitucionalidad de esta ley debe ser decidida por los tribunales, no por el presidente de modo unilateral, y esta decisión de la Cámara quiere garantizar que la cuestión se afrontará de modo conforme con la Constitución”.

El balance final es que de los 192 países reconocidos ante la ONU (más 10 de facto, no integrados oficialmente en dicha organización) solamente reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo un total de 10 países, más algunos estados aislados de México y Estados Unidos. Entre ellos, no se cuenta ningún país asiático y ninguno africano (salvo Sudáfrica), y solamente un latinoamericano, y parte de otro. Comparando la demografía de ese pequeño grupo de países con la de todo el planeta que rechaza el modelo de matrimonio entre personas del mismo sexo, la anomalía jurídica está todavía localizada. Desde luego es una localización con tendencia a la expansión, pero al parecer la mayoría de la corriente sanguínea del organismo jurídico tiende a defenderse, buscando otras fórmulas que equilibren la concesión de algunos efectos a las uniones entre personas del mismo sexo con el derecho de mantener en su real configuración las instituciones jurídicas, entre ellas el matrimonio como unión entre hombre y mujer.

Desde luego, la prevalencia del sentido común y jurídico en esta importante materia exige –en especial a los juristas – esa cualidad tan propia de los hombres dedicados a la defensa de la justicia que consiste en mantener la firmeza de una roca en las convicciones, moderándola con la flexibilidad de un junco en sus aplicaciones.

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Jornadas Mundiales de la Juventud


La hostelería madrileña, volcada con la JMJ
Seis millones de comidas y un sistema de bonos
MADRID, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los jóvenes que acudan a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la tercera semana de agosto disfrutarán de la red de hostelería de la Comunidad de Madrid, gracias a un acuerdo con las asociación hostelera Fehrcarem (Asociación de Cadenas de Restauración Moderna).

Fehrcarem ha llegado a un acuerdo con la Asociación La Viña que reúne a centenares de bares y restaurantes independientes. La colaboración de ambos, así como de otras cadenas, creará una red de locales de restauración para dar de comer a los peregrinos y voluntarios de la JMJ de Madrid.

La participación de bares y restaurantes que no pertenecen a estas asociaciones también está abierta y se espera que todo aquel local interesado en formar parte de la red se sume a ella. El amplio respaldo de la hostelería madrileña permitirá que los beneficios de la prestación de este servicio se repartan entre pequeñas y medianas empresas, una iniciativa que beneficia a la golpeada economía española en un momento de crisis y desempleo.

En la actualidad Fehrcarem está formada por los grupos Rodilla, Autogrill, Grupo Areas, Brutus, Buffalo Grill, Comess Group, Le Pain Quotidien, Cafestore, The Eat Out Group, Mc Donald’s, Select Service Partner, Grupo Restalia (100 Montaditos), Telepizza, Casual Brand, Grupo Barril, Abades, Beer and Food y Vips.

Estas empresas colaborarán en función de su localización y tipo de servicio que puedan ofrecer.

Los participantes en la JMJ que hayan solicitado manutención en su inscripción – se prevé que sean cerca de 400.000 – recibirán un talonario de bonos de comida que podrán canjear en cientos de restaurantes asociados de la comunidad de Madrid.

De esta manera establecimientos independientes y cadenas de restauración, repartidas por toda la región de Madrid, se verán implicados en la alimentación de los cientos de miles de asistentes a la JMJ.

La red hostelera de Madrid repartirá en torno a seis millones de comidas durante la tercera semana de agosto.

El suministro de la alimentación a los peregrinos se adaptará en todo momento a las actividades preparadas para los mismos. Durante las mañanas de los días 16 al 19 de agosto, los jóvenes asistirán a las catequesis de obispos de todo el mundo, en diversos municipios de la comunidad de Madrid.

Los alrededores de los lugares de catequesis contarán con numerosos locales que ofrecerán el ‘menú del peregrino’ a los jóvenes, de modo que éstos puedan comer sin desplazarse ni hacer colas.

Los jóvenes tendrá la opción de elegir diferentes estilos de comida y de menús entre los restaurantes asociados También se cuenta con las necesidades de grupos especiales como los celiacos o los diabéticos entre la selección de restaurantes elegidos.

Por otra parte, en las tardes de esos mismos días, el centro de Madrid será testigo de numerosos actos culturales y de multitudinarios actos como la misa de inauguración o el via crucis. En previsión de una masiva afluencia de peregrinos Fehrcarem instalará una serie de puntos de distribución en la calle, como carpas y camiones, para evitar la saturación de los locales.

La modalidad de suministro de la alimentación elegida para esta JMJ supone un planteamiento innovador frente a pasadas ediciones, que se basaban en la comida servida en ‘picnic’. Se combina así una adecuada prestación de servicio al peregrino con una promoción de la capacidad, calidad y profesionalidad de la hostelería madrileña.

Aún así, ambas partes trabajan constantemente por aumentar la red de establecimientos que puedan ofrecer el ‘menú del peregrino’ y por asegurar la adecuada información de los asistentes afirman los organizadores de la JMJ.

Fin de semana en Cuatro Vientos

Los principales actos del fin de semana de la JMJ se desarrollarán en el aeródromo de Cuatro Vientos. La multinacional ARAMARK será la encargada de distribuir en el mismo recinto del aeródromo más de 1,5 millones de comidas a los asistentes que hayan solicitado la manutención en su inscripción. 125 camiones se encargarán de transportar la comida al recinto, que será distribuida por más de 950 personas, en las carpas que se habilitarán para atender a los asistentes.

Los dos acuerdos de manutención de la JMJ fueron asignados tras las propuestas recibidas en sendos concursos en los que participaron más de 25 empresas.

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Mundo


Nuevo asesinato de un sacerdote en México
Era párroco en la ciudad fronteriza de Tijuana
TIJUANA, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org - El Observador).- El arzobispo de Tijuana, monseñor Rafael Romo Muñoz, anunció este fin de semana la muerte violenta del padre Salvado Ruiz Enciso, párroco de la parroquia del Divino Rostro de Jesús, en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos.

Mediante un comunicado de prensa, el arzobispo Romo Muñoz expresó dolor y consternación por este nuevo atentado contra la vida de los sacerdotes y contra la integridad de la Iglesia.

“Condenamos la manera brutal con que le quitaron la vida, y confiamos en las autoridades para que los responsables sean llevados ante la justicia”, expresó monseñor Romo Muñoz en el comunicado de prensa.

Según el comunicado, el padre Salvador Ruiz Enciso era un hombre "sencillo y entregado a su ministerio
En las comunidades en donde desempeñó su sacerdocio se le recuerda con cariño y como hombre de Dios, íntegro en su conducta”.

"Todos los que lo conocimos y tratamos, siempre valoramos su sencillez y su carácter reservado, y al mismo tiempo solidario. Una persona seria, muy discreta; de bajo perfil, no le gustaba hacer labores protagónicas, pero era una persona de convicciones firmes", comentó el padre Antonio Díaz Fonseca, de la parroquia de Cristo Rey en los Mochis, Sinaloa, compañero del padre Salvador Ruiz Enciso.

El padre Salvador Ruiz Enciso nació en Guadalajara, Jalisco el 18 de marzo de 1956.  Se formó en el seminario de Culiacán.  Fue ordenado sacerdote en la misma ciudad episcopal.  Desde 1998 se encontraba ejerciendo su ministerio en la arquidócesis de Tijuana.

Desde hace 2 años era el párroco de la parroquia del Divino Rostro de Jesús.

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Diálogo anglicano-católico: aprender del otro más que intentar convencer
La ARCIC III se compromete con el "ecumenismo de recepción"
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El diálogo entre la Iglesia católica y la comunión anglicana se desarrollará en los próximos años intentando hacer avanzar la unidad “aprendiendo de nuestros compañeros, más que pidiéndoles que aprendan de nosotros”.

La Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC) se ha comprometido a hacer propio el llamado ecumenismo de recepción, en la primera reunión de su tercera fase, celebrada del 17 al 27 de mayo en el monasterio italiano de Bose.

Un comunicado del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos publicado este sábado indica que “en la consideración del método que será usado por el ARCIC III, la Comisión se apoyó en la aproximación del ecumenismo de recepción.

El ecumenismo de recepción se basa en nosotros mismos y en la conversión interior, más que en el intento de convencer a los demás.

Para el Consejo Pontificio, “anglicanos y católicos pueden ayudarse recíprocamente a crecer en la fe, en la vida y en el testimonio cristiano si están abiertos y dispuestos a dejarse transformar por la gracia divina mediada por los unos y los otros”.

Discernir la enseñanza ética

Los debates del encuentro se centraron en la Iglesia como comunión local y universal y en cómo, en la comunión, la Iglesia local y universal logra discernir la justa enseñanza ética.
ARCIC III ha elaborado un programa de trabajo que analiza la Iglesia, sobre todo a la luz de su ser radicada en Cristo en el misterio pascual.

“Este acento puesto en Jesucristo, humano y divino -considera el Consejo Pontificio- permite a la Comisión el lanzamiento creativo de una mirada a la relación entre la Iglesia local y universal en la comunión”.

Los representantes de la Iglesia católica en este diálogo explicaron que la Comisión intentará desarrollar una interpretación teológica de la persona, de la sociedad humana y de la nueva vida de gracia en Cristo.

“Esto será la base sobre la que proceder, con el estudio de cómo la enseñanza ética justa se determina a nivel universal y local”.

ARCIC III basará su análisis en las Escrituras, la tradición y la razón, y también aprovechará el trabajo precedente de la Comisión.

Además, la Comisión “examinará algunas cuestiones particulares para explicar como nuestras dos comuniones se comportan en la toma de decisiones de naturaleza moral y como áreas de tensión entre anglicanos y católicos pueden ser resueltas aprendiendo los unos de los otros”.

Las reuniones también permitieron a la Comisión reflexionar sobre el modo en el que presentar el trabajo de su fase anterior en su totalidad, con comentarios adecuados, para favorecer su recepción.

La Comisión está formada dieciocho teólogos procedentes de todo el mundo (diez anglicanos y ocho católicos).

Co-presidida por el arzobispo David Moxon (arzobispo anglicano de la diócesis de Nueva Zelanda) y por monseñor Bernard Longley (arzobispo católico de Birmingham), su próxima reunión está prevista para el año 2012.

45 años dialogando

El diálogo entre anglicanos y católicos comenzó oficialmente en 1966, propuesto por Pablo VI y por el arzobispo de Canterbury Michael Ramsey. Tras una fase preparatoria, se constituyó la Comisión conjunta (ARCIC) en 1968.

La primera fase del diálogo (ARCIC I) duró de 1970 a 1981, dirigida por el obispo anglicano Henry McAdoo, y el católico monseñor Alan Clark. En esta fase se habló sobre doctrina eucarística, autoridad y ministerio ordenado, llegando a la declaración conjunta de Windsor.

La segunda fase (ARCIC II) comenzó en 1983 y duró hasta este año, liderada por los obispos anglicanos Mark Santer, Frank Griswold y Peter Carnley, y los obispos católicos monseñor Cormac Murphy O'Connor y monseñor Alexander Joseph Brunett.

En esta fase se habló sobre doctrina de la salvación, comunión, magisterio y el papel de la Virgen María. En 2007, la Comisión aprobó el documento “Creciendo juntos en la Unidad y en la Misión”.

Sin embargo, el diálogo oficial fue suspendido por el papa Juan Pablo II en 2003, tras la consagración episcopal de Gene Robinson, un homosexual que mantenía una relación carnal.

Posteriormente, las dificultades aumentaron con la aprobación de la ordenación de mujeres, especialmente para cargos episcopales.

Otro de los acontecimientos sobresalientes de esta segunda fase fue la publicación, por parte del Papa Benedicto XVI, de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, el 9 de noviembre de 2009.

Tras su última reunión, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos destacó que lo que une a católicos y anglicanos es mayor que lo que los separa.

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Entrevistas


Devolver la humanidad a los niños con síndrome Down (Parte 2)
La autora Clara Lejeune-Gaymard habla de la cura del síndrome Down
Por Carrie Gress

WASHINGTON, D.C. lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Si una parte del dinero que se ha gastado en el diagnóstico y en el aborto de los niños con síndrome Down se hubiera invertido en investigación, ya podríamos tener la cura, dice la autora francesa Clara Lejeune-Gaymard.

En esta entrevista con ZENIT, Lejeune-Gaymard, autora de “Life is a Blessing: A Biography of Jerome Lejeune”, habla en su libro sobre su padre, el científico francés que descubrió el origen del síndrome Down, recientemente publicado en inglés por The National Catholic Bioethics Center.

La Parte 1 de esta entrevista se publicó el pasado viernes.

Muchos investigadores mantienen distancias con aquellos cuya vida afecta a su trabajo. Su padre parecía tener un enfoque distinto. ¿Cómo era su relación con los pacientes y sus familias?

Lejeune-Gaymard: Cuando él se convirtió en doctor, su primer trabajo fue en un hospital donde él vio a un niño con síndrome Down.

Entonces fue cuando decidió que quería saber por qué tenían una cara especial y todo lo demás. Se podría decir que esta fue realmente su vocación. Realmente quería encontrara una manera de tratarlos y a esto dedicó su investigación.

El hizo este descubrimiento porque amaba a estos niños y a sus familias y quería ayudarles.

No fue consecuencia de este descubrimiento el querer cuidar a los niños de síndrome Down, sino que fue al revé, porque él quería cuidar a estos niños, realizó este descubrimiento. Y esto explica su relación con ellos.

Después de su muerte, su familia creó una fundación para continuar su trabajo, especialmente el de encontrar una cura para el síndrome Down. ¿Qué hace esta fundación y cómo trabaja?

Lejeune-Gaymard: Mi padre quiso crear esta fundación cuando todavía estaba vivo, porque él sabía que tendría que retirarse y quería que su investigación continuase. Al principio fue su proyecto.

El día antes de morir, fui a verlo y me dijo que estaba muy triste por sus pacientes, porque ellos no entenderían que los había tenido que dejar. Dijo: “los estoy abandonando y ellos no van a entender porque ya no estaré con ellos nunca más”.

Yo le contesté: “Ellos lo entenderán. Lo entenderán mejor que nosotros”.

Y me dijo: “No, ellos no lo entenderán mejor, pero si más profundamente”. Y después de esto, cuando él murió, nosotros pensamos que podríamos hacer algo más por ellos.

Después de año y medio pusimos en marcha una fundación dedicada al la investigación y tratamiento no sólo del síndrome Down sino también de otros síndromes de enfermedades mentales de origen genético.

Creamos un centro en Francia de investigación genética y tenemos un comité que distribuye las ayudas a los diferentes grupos que están en todo el mundo.

Hemos fundado 60 proyectos con 32 equipos en los Estados Unidos, y estamos en proceso de comenzar una fundación en los Estados Unidos que se encargará de más investigación y tratamiento.

El tratamiento real no existe en la actualidad, ya que los investigadores están trabajando en solucionar este problema genético. El patrimonio genético de los niños es correcto, simplemente se repite como un disco rallado. Mi padre siempre decía que un niño con síndrome Down es más niño que otros; es cómo si no estuviese acabado del todo. Así que si ese gen pudiese ser silenciado el niño podría ser normal.

Y este es realmente el futuro de la medicina, reparar el código genético. Por tanto no es descabellado que podamos tratarlos algún día.

La dificultad estriba en que se gasta mucho dinero en realizar el diagnóstico y en matarlos, hasta tal punto que si pudiéramos tener sólo un 10% de este dinero para investigación, podríamos ya haber conseguido la cura.

Su padre fue amigo de Juan Pablo II, sirviendo muchos años como miembro de la Academia Pontificia de Ciencias y como el primer presidente de la Academia Pontificia para la Vida. ¿Cómo era su relación?

Lejeune-Gaymard: Él no diría que fue un amigo cercano del Papa. Pero así fue en verdad.

La historia comenzó cuando fue elegido para la Academia Pontificia de Ciencias por Pablo VI, no Juan Pablo II. Pero cuando este llegó a Papa, le pidió a mi padre que acudiese allí porque quería saber todo sobre la clonación, investigación en embriones, etc...

Así que desayunaron juntos y desde entonces él le llamaba cada vez que necesitaba explicaciones particulares. Comían juntos cada seis meses.

En 1981, el 13 de mayo, mi padre comió con mi madre y con el Papa. Después cogieron un taxi para ir al aeropuerto, volaron a casa y cuando aterrizaron, se enteraron de que el Papa estaba entre la vida y la muerte porque le habían disparado. Ellos fueron los últimos con los que estuvo antes de ir a la plaza.

Mi padre, aquella tarde, sufrió unos dolores inexplicables, tanto que fue hospitalizado durante tres días. Experimentó sufrimientos similares a los del Papa y una fiebre que desembocó en piedras en el riñón.

Nunca le gustó hablar de la conexión entre su enfermedad y la del Papa, pero ésta realmente existió.

Antes de que mi padre muriese, recibió un telegrama del Papa que decía que esperaba que se encontrase mejor. Cuando él murió, el domingo de Pascua, llamamos para decirle al Papa que mi padre había muerto.

Teníamos un buen amigo, el ex ministro de justicia de Francia, que nos llamó aquel día porque al ver en la televisión, la bendición del Papa, notó que el Papa parecía muy triste. Dijo, “creo que Jerome ha muerto”.

Cuando Juan Pablo II vino a Francia en 1997, quiso visitar y rezar ante la tumba de mi padre.

En ese momento, flanqueados por muchos guardias y miembros de seguridad, nos dejaron estar presentes a nuestra familia.

Tuve que negociar para que se permitiese estar presente a personas discapacitadas, ya que mi padre no entendería que el Papa viniese sin dar permiso a sus otros niños, los discapacitados, de estar allí también.

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En la web de ZENIT:

Parte 1: www.zenit.org/article-32687?l=english

En la red:

"Life is a Blessing": www.ncbcenter.org/NetCommunity/SSLPage.aspx?pid=191&nccsm=21&__nccspID=991

Foundation Lejeunehttp://lejeuneusa.org/

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Documentación


Audiencia al Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización
Al término de su primera Asamblea Plenaria
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los miembros del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, a quienes recibió al término de su primera Asamblea Plenaria, en la SalaClementina del Palacio Apostólico.

* * * * *

Señores cardenales,

venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,

queridos hermanos y hermanas,

cuando el pasado 28 de junio, en las primeras vísperas de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo anuncié querer instituir un Dicasterio para la promoción de la nueva evangelización, daba un principio operativo a la reflexión que había llevado desde mucho tiempo sobre la necesidad de ofrecer una respuesta particular al momento de crisis de la vida cristiana, que se está comprobando en muchos países, sobre todo de antigua tradición cristiana. Hoy, con este encuentro, puedo constatar con placer que el nuevo Consejo Pontificio se ha convertido en una realidad. Doy las gracias a monseñor Salvatore Fisichella por las palabras que me ha dirigido, presentándome los trabajos de vuestra primera Plenaria. Un saludo cordial a todos vosotros con el aliento por la contribución que daréis al trabajo del nuevo Dicasterio, sobre todo de cara a la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que, en octubre de 2012, afrontará precisamente el tema Nueva evangelización y transmisión de la fe cristiana.

El término "nueva evangelización” recuerda la exigencia de una renovada modalidad de anuncio, sobre todo para aquellos que viven en un contexto, como el actual, en el que los desarrollos de la secularización han dejado pesadas huellas también en países de tradición cristiana. El Evangelio es siempre nuevo anuncio de la salvación realizada por Cristo para hacer a la humanidad partícipe del misterio de Dios y de su vida de amor y abrirla a un futuro de esperanza fiable y fuerte. Subrayar que en este momento de la historia la Iglesia está llamada a realizar una nueva evangelización, quiere decir intensificar la acción misionera para corresponder plenamente al mandato del Señor. El Concilio Vaticano II recordaba que “los grupos en que vive la Iglesia cambian completamente con frecuencia por varias causas, de forma que pueden originarse condiciones enteramente nuevas" (Decr. Ad Gentes, 6). Con amplitud de miras, los Padres conciliares vieron en el horizonte el cambio cultural que hoy es fácilmente comprobable. Precisamente esta situación cambiada, que ha creado una condición inesperada para los creyentes, requiere una atención especial por el anuncio del Evangelio, para dar razón de la propia fe en situaciones diferentes del pasado. La crisis que se experimenta lleva consigo los trazos de la exclusión de Dios de la vida de las personas, de una generalizada indiferencia hacia la misma fe cristiana, hasta el intento de marginarla de la vida pública. En décadas pasadas todavía era posible encontrar un sentido cristiano general, que unía el común sentir de generaciones enteras, crecidas a la sombra de la fe que había plasmado la cultura. Hoy, desgraciadamente, se asiste al drama de la fragmentación que no consiente tener una referencia de unión; además se verifica, a menudo, el fenómeno de personas que desean pertenecer a la Iglesia, pero que son fuertemente influenciados por una visión de la vida que contrasta con la fe.

Anunciar a Jesucristo, único Salvador del mundo, parece ser hoy más complejo que en el pasado; pero nuestro deber es idéntico como en los albores de nuestra historia. La misión no ha cambiado, así como no deben cambiar el entusiasmo y la valentía que empujaron a los Apóstoles y a los primeros discípulos. El Espíritu Santo que los alentó a abrir las puertas del cenáculo, haciéndoles Evangelizadores (cfr Hch 2,1-4), es el mismo Espíritu que mueve hoy a la Iglesia en un renovado anuncio de esperanza a los hombres de nuestro tiempo. San Agustín afirma que no se debe pensar que la gracia de la evangelización se haya extendido sólo a los Apóstoles y que con ellos esta fuente de gracia se ha agotado, sino que “esta fuente se deja ver cuando fluye, no cuando deja de fluir... De tal modo que la gracia a través de los Apóstoles alcanzó a los demás, que fueron enviados a anunciar al Evangelio...incluso, llega a llamar en estos últimos días, a todo el cuerpo de la su Hijo Unigénito, es decir su Iglesia difundida sobre toda al tierra” (Sermón 239,1). La gracia de la misión necesita a nuevos evangelizadores capaces de acogerla, para que el anuncio salvífico de la Palabra de Dios no disminuya nunca, en las condiciones cambiantes de la historia.

Existe una continuidad dinámica entre el anuncio de los primeros discípulos y el nuestro. En el transcurso de los siglos la Iglesia no ha dejado nunca de proclamar el misterios salvífico de la muerte y resurrección de Jesucristo, pero este mismo anuncio necesita hoy, un renovado vigor para convencer al hombre contemporáneo, a menudo distraído e insensible. La nueva evangelización, por esto, deberá hacerse cargo de encontrar los caminos para hacer más eficaz el anuncio de la salvación, sin el cual, la existencia personal permanece en su contradicción y privada de lo esencial.

También en quien permanece el lazo con las raíces cristiana, pero vive la difícil relación con la modernidad, es importante hacer comprender que el ser cristiano no es una especie de traje que ponerse en privado o en ocasiones particulares, sino algo vivo y totalitario, capaz de asumir todo lo hay de bueno en la modernidad. Espero que en el trabajo de estos días podáis diseñar un proyecto que sea capaz de ayudar a toda la Iglesia y a las distintas Iglesias particulares, en el compromiso de la nueva evangelización; un proyecto donde la urgencia por un renovado anuncio se haga cargo de la formación, en particular de las nuevas generaciones, y se conjugue con la propuesta de signos concretos para hacer evidente la respuesta que la Iglesia pretende ofrecer en este especial momento. Si, por una parte, la comunidad entera está llamada a revigorizar el espíritu misionero para dar el anuncio nuevo que los hombres de nuestro tiempo esperan, no se podrá olvidar que el estilo de vida de los creyentes necesita una genuina credibilidad, tanto más convincente cuanto más es dramática la condición de aquellos a los que se dirigen. Y es por esto que queremos hacer nuestras las palabras del Siervo de Dios el Papa Pablo VI, cuando a propósito de la Evangelización afirmaba: “Será sobre todo mediante su conducta, mediante su vida, como la Iglesia evangelizará al mundo, es decir, mediante un testimonio vivido de fidelidad a Jesucristo, de pobreza y desapego de los bienes materiales, de libertad frente a los poderes del mundo, en una palabra de santidad”, (Exhortación Ap. Evangelii nuntiandi, 41).

Queridos amigos, invocando la intercesión de María, Estrella de la Evangelización, para que acompañe a los portadores del Evangelio y abra los corazones de los que escuchan, os aseguro mi oración por vuestro servicio eclesial y os imparto la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Conclusiones de la primera reunión ARCIC III entre anglicanos y católicos
Celebrada la semana pasada en el monasterio de Bose
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el comunicado final, hecho público el pasado sábado por la Santa Sede, sobre la primera reunión de la tercera fase del diálogo ecuménico oficial entre anglicanos y católicos, que concluyó el pasado viernes 27 de mayo en el monasterio italiano de Bose.

* * * * *

La Comisión Internacional anglicana-católica ha concluido el primer encuentro de su nueva fase de diálogo (ARCIC III) en el monasterio de Bose (17-27 de mayo de 2011). La Comisión co-presidida por el arzobispo David Moxon (arzobispo anglicano de la diócesis de Nueva Zelanda) y por S.E Monseñor Bernard Longley (arzobispo católico de Birmingham), está formada dieciocho teólogos provenientes de distintos contextos, de todo el mundo [1]. En respuesta al Programa propuesto por el Papa Benedicto XVI y por el arzobispo Rowan Williams en su Declaración Común del 2006, los debates se centraron en: la Iglesia como Comunión local y universal y como, en la comunión, la Iglesia local y universal alcanza a discernir la justa enseñanza ética. Siempre conforme al Programa, la Comisión ha reexaminado el modo en el que el compromiso a favor del objetivo común de la recomposición de la plena comunión en la fe y en la vida sacramental, [2] debe ser hoy entendido y llevado adelante y ha reflexionado sobre el modo en el que presentar el trabajo de ARCIC II en su totalidad con comentarios adecuados, con el fin de favorecer su recepción.

Al abordar las cuestiones antes mencionadas, una parte del tiempo se dedicó a la presentación de la historia y de los resultados conseguidos por el ARCIC a los nuevos miembros de la Comisión, que ha podido además beneficiarse de los que han sido miembros de sus fases precedentes. Los miembros han trabajado, ya sea en sesiones plenarias que en pequeños grupos, elaborando programas para el desarrollo de las tareas que derivan del mandato de la Comisión. En los próximos años, la Comisión examinará el modo en el que el objetivo de los diálogos es actualmente percibido y comprendido y como tal objetivo informará al proceso total de diálogo. En la consideración del método que será usado por el ARCIC III, la Comisión se apoyó en la aproximación del ecumenismo de recepción [3], que intenta hacer avanzar el ecumenismo aprendiendo de nuestros compañeros, más que pidiéndoles que aprendan de nosotros. El ecumenismo de recepción se basa en nosotros mismos y en la conversión interior, más que sobre el intento de convencer a los demás. Anglicanos y católicos pueden ayudarse recíprocamente a crecer en la fe, en la vida y en el testimonio cristiano si están abiertos y dispuestos a dejarse transformar por la gracia divina mediada por los unos y los otros. ARCIC se compromete a hacer propio el ecumenismo de recepción que plantea. Pretende encontrar el modo de consultar a los miembros de sus iglesias a muchos niveles, poco a poco que madurará su trabajo. ARCIC III presentará todos los documentos de ARCIC II, junto a las aclaraciones basadas sobre las respuestas ya recibidas, para que sean recibidas por las autoridades de ambas comuniones y sean estudiadas en todos los niveles de la vida eclesial. ARCIC III ha decidido tratar los dos temas principales en un único documento. Ha elaborado un programa de trabajo que analiza la Iglesia, sobre todo a la luz de su ser radicada en Cristo en el misterio pascual. Este acento puesto en Jesucristo, humano y divino, permite a la Comisión, el lanzamiento creativo de una mirada a la relación entre la Iglesia local y universal en la comunión. La Comisión intentará desarrollar una interpretación teológica de la persona, de la sociedad humana y de la nueva vida de gracia en Cristo. Esto será la base sobre la que proceder, con el estudio de como la enseñanza ética justa se determine a nivel universal y local. ARCIC III basará, firmemente, tal análisis sobre las Escrituras, sobre la tradición y sobre la razón y aprovechará el trabajo precedente de la Comisión. Examinará algunas cuestiones particulares para explicar como nuestras dos comuniones se comportan en la toma de decisiones de naturaleza moral y como áreas de tensión entre anglicanos y católicos pueden ser resueltas aprendiendo los unos de los otros. ARCIC III se prepara para llevar adelante su trabajo con el conocimiento de que lo que nos une es mayor de lo que nos divide. El trabajo de los miembros de la Comisión fue reforzada por la posibilidad de compartir la vida litúrgica y espiritual de los hermanos y de las hermanas del Monasterio de Bose, cuya misión ecuménica y cuya oración constante han provisto de un contexto favorable para el ARCIC. LA comisión fue alentada por la visita del obispo de la diócesis local y del obispo responsable del ecumenismo en la diócesis dela Italia del norte. Esta organizará sus textos y proseguirá su trabajo siguiendo todo todo lo que se ha propuesto, en preparación en la próxima reunión prevista para el 2012.

APÉNDICE

MIEMBROS DE ARCIC III

Co-presidentes:

S.E. Mons. Bernard Longley, Arzobispo de Birmingham, Inglaterra

El arzobispo David Moxon, obispo de Waikato y arzobispo de las diócesis de Nueva Zelanda

Católicos

el Rev.do Robert Christian OP, Angelicum, RomaS.E. Mons. Arthur Kennedy, obispo auxiliar, Archidiócesis de Boston, Massachusetts, USA

el Prof. Paul D. Murray, Durham University, Inglaterra. Profesora Janet E. Smith, Sacred Heart Major Seminary, Detroit, Michigan, USA

el Rev.do Vimal Tirimanna CSsR, Alphonsianum, Roma

el Rev.do Dom Henry Wansbrough OSB, Ampleforth Abbey, Inglaterra

Sor Teresa Okure SHCJ, Catholic Institute of West Africa, Port Harcourt, Nigeria

el Rev.do Adelbert Denaux , Decano; Tilburg School of Theology, Utrecht, Países Bajos

Anglicanos
la Doctora Paula Gooder, Birmingham, Inglaterra

el obispo Christopher Hill, obispo de Guildford, Inglaterra

el Rev.do Mark McIntosh, University of Durham, Inglaterra.

El obispo Nkosinathi Ndwandwe, obispo Suffragan of Natal, Southern Area, Sudáfrica, África, el obispo Linda Nicholls, obispo de Trent-Durham, Diócesis de Toronto, Canadá, el Rev.do Michael Poon, Trinity Theological College, Singapur (ausente).

el Rev.do Canon Nicholas Sagovsky, Londres, Inglaterra

el Rev.do Peter Sedgwick, St Michaels College, Llandaff, Galles

el Rev.do Charles Sherlock (consultor), Bendigo, Australia.

El trabajo de la Comisión asistido por dos co-secretarios, monseñor Mark Langham (Consejo Pontificio para la promoción del unidad de los cristianos) y canónigo Alyson Barnett-Cowan (Anglican Communion Office), y por el canónigo Jonathan Goodall, el Secretario para el ecumenismo del arzobispo de Canterbury.

___________________________

1 Para la lista de miembros, ver el apéndice.

2 Declaración común de 1996 del Papa Pablo VI y el arzobispo Michael Ramsey.

3 cf Receptive Ecumenism and the Call to Catholic learning: Exploring a way for Contemporary Ecumenism., ed. Paul D. Murray., OUP 2008

[Traducción del original en inglés por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Audiencia a los miembros de la Marianische Männer-Congregation
El pasado sábado en el Vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió a los miembros de una delegación de la Marianische Männer-Congregation “Mariä Verkündung" (Sodalicio Mariano) de Ratisbona (Alemania), a quienes recibió en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico Vaticano.

* * * * *

Querido Señor Presidente,

¡queridos compañeros!

Un cordial "Vergelt’s Gott" [“Dios os lo pague”], por su visita, por el don, por el eco de haber sacado del cajón una fecha olvidada de mi vida. Es una fecha que no es “pasado” simplemente: la admisión en la Congregación mariana mira al futuro y no es simplemente un hecho pasado. Es por eso, que 70 años después es una fecha del “hoy”, una fecha que indica el camino hacia el “mañana”. Os estoy agradecido por haber “sacado” esta fecha y estoy muy contento por ello. Le agradezco de corazón a usted, querido presidente, sus amables palabras que vienen del corazón y al corazón van. En ese momento, entonces, eran tiempos oscuros, estaba la guerra. Hitler había sometido un país detrás de otro, Polonia, Dinamarca, los estados del Benelux, Francia y en abril de 1941 -justo en esta época, hace 70 años- había ocupado Yugoslavia y Grecia. Parecía que el continente estuviese en las manos de este poder, que al mismo tiempo, ponía en duda el futuro del cristianismo. Nosotros fuimos admitidos en la Congregación, pero poco después comenzó la guerra contra Rusia; el seminario fue disuelto, y la Congregación -antes de que fuese reunida, que consiguiese reunirse- fuera dispersada a los cuatro vientos. Asó lo que no se consideró como “fecha exterior” de la vida, sin embargo se quedó como “fecha interior” de la vida, porque siempre ha estado claro que la catolicidad no puede existir sin un comportamiento mariano, que ser católicos quiere decir ser marianos, que esto significa el amor por la Madre, que en la Madre y por la Madre encontramos al Señor.

Aquí, a través de las visitas “ad limina” de los obispos, experimento constantemente como las personas -sobre todo en América Latina, pero también en el resto de continentes -pueden encomendarse a la Madre, pueden amar a la Madre, y a través de la Madre, después, aprenden a conocer, a comprender y a amar a Cristo; experimento como la Madre continúa encomendando el mundo al Señor; después de la guerra y creo que hoy no haya cambiado mucho, ni tampoco mejorado – la mariología que se enseñaba en las universidades alemanas era un poco austera y sobria. Creo que hemos encontrado la esencia. En este tiempo, nos dirigían a Guardini y al libro de su amigo, el párroco Josef Weiger, "Maria, Mutter der Glaubenden", el párroco (Maria, Madre dei credenti), que se refiere a las palabras de Isabel: “¡Beata tú que has creído!” (cfr. Lc 1,45). María es la gran creyente. Ella ha retomado la misión de Abraham de ser creyente y ha concretado la fe de Abraham en la fe en Jesucristo, indicándonos, de esta manera, a todos nosotros, el camino de la fe, la valentía de encomendarnos a este Dios que se da en nuestras manos, la alegría de ser sus testigos; y después su determinación a permanecer firme cuando todos huyeron, la valentía de estar de parte del Señor cuando parecía perdido, y hacer propio el testimonio que ha conducido a la Pascua.

Estoy contento de oír que en Baviera hay casi 40 mil compañeros; que todavía hoy hay hombres, que junto a María, aman al Señor, que a través de María, aprenden a conocer y a amar al Señor, y, como Ella, dan testimonio del Señor en las horas difíciles y en las felices, que están con Él bajo la Cruz y que continúan viviendo alegremente la Pascua junto a él. Os agradezco a todos vosotros que mantengáis en alto este testimonio, para que sepamos que hay hombres católicos bavareses que son compañeros , que recorren este camino abierto por los Jesuitas en el siglo XVI, y que continúan demostrando que la fe no pertenece al pasado, sino que se abre siempre a un “hoy” y sobre todo, a un “mañana”.

"Vergelt’s Gott für alles" [Dios os lo pague], y ¡Dios os bendiga a todos vosotros! Gracias de corazón.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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