ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 31 de mayo de 2011

Publicidad

¡ZENIT TIENE UN SISTEMA DE PUBLICIDAD ONLINE!

¿Desea anunciar un nuevo libro, un congreso, una peregrinación, un encuentro o retiro, una página web, un DVD, un CD, una campaña, en el amplísimo y selecto mundo de los lectores de ZENIT...?

¡Publique su anuncio en los espacios publicitarios en nuestro sitio Web y/o en los servicios de ZENIT vía correo electrónico!

Podrá llegar a los centenares de millares de visitantes de nuestro sitio Web y a más de 500.000 lectores en todo el mundo, 250.000 de ellos suscritos a los servicios vía correo electrómico en español.

¡Tarifas promocionales!

Para proponer su anuncio son suficientes pocos minutos, basta seguir los pasos que se indican en el enlace:

http://ads.zenit.org/spanish

Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish


Santa Sede

Benedicto XVI: la Iglesia debe recuperar su propia tradición musical

La música hace reflexionar al Papa sobre la fidelidad de Dios

Croacia: El viaje de Benedicto XVI, bajo el signo de la familia en Europa

Benedicto XVI subraya la importancia de las catequesis prematrimoniales

Jornadas Mundiales de la Juventud

El cardenal Rouco pronostica un “nuevo Pentecostés” en Madrid 2011

España: Apoyo de los príncipes de Asturias a la Jornada Mundial de la Juventud

Mundo

SIDA. La persona, en el centro de todo tratamiento

Vietnam: Demolición del antiguo monasterio del Carmelo de Hanoi

Actualidad

La música sacra debe llevar a la nostalgia de lo trascendente

Foro

Comunicaciones sociales y nueva evangelización

Documentación

Carta del Papa al Pontificio Instituto de Música Sacra

Audiencia de Benedicto XVI a un grupo de obispos de India


ANUNCIOS


Santa Sede


Benedicto XVI: la Iglesia debe recuperar su propia tradición musical
El Papa festeja los cien años del Pontificio Instituto de Música Sacra.
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- En ocasión de las celebraciones por el centenario de fundación del Pontificio Instituto de Música Sacra, Benedicto XVI envió una carta al Gran Canciller del Instituto, el cardenal Zenon Grocholewski, que la leyó el 26 de mayo pasado a la apertura del congreso internacional de música sacra que se extendió hasta este miércoles.

En el texto el Papa recuerda que pasaron cien años desde cuando el papa Pío X fundó la Escuela Superior de Música Sacra, elevada veinte años después por Pío IX a Pontificio Instituto.

“Esta importante efeméride es motivo de alegría para todos los cultivadores de la música sacra, pero más en general para cuantos, a partir naturalmente de los Pastores de la Iglesia, dan peso a la importancia de la Liturgia, de la que el canto sacro es parte integrante”, escribió refiriéndose al aniversario.

El Instituto, explicó el Papa, depende de la Santa Sede y “forma parte de la singular realidad académica constituida por las Universidades Pontificias romanas”, al ser relacionado de manera especial al Ateneo Sant’Anselmo y a la Orden Benedictina.

Para captar claramente la identidad y la misión, ha observado, “es oportuno recordar que el Papa san Pío X lo fundó ocho años después de haber emanado el Motu proprio Tra le sollecitudini, del 22 de noviembre de 1903, con el que llevó a cabo una profunda reforma en el campo de la música sacra, volviendo a la gran tradición de la Iglesia contra las influencias ejercidas por la música profana, especialmente operística”.

Esta intervención magisterial “necesitaba para su realización en la Iglesia universal, de un centro de estudio y de enseñanza que pudiese transmitir de modo fiel y cualificado las líneas indicadas por el Sumo Pontífice, según la auténtica y gloriosa tradición que se remonta a san Gregorio Magno”. 

En los últimos cien años el Instituto ha “asimilado, elaborado y transmitido los contenidos doctrinales y pastorales de los Documentos pontificios, como también del Concilio Vaticano II, concernientes a la música sacra, para que puedan iluminar y guiar la obra de los compositores, de los maestros de capilla, de los liturgistas, de los músicos y de todos los formadores en este campo”.

Continuidad

El Pontífice por lo tanto ha querido subrayar “un aspecto fundamental” que le es muy querido”: como desde San Pio X hasta hoy “a pesar de la natural evolución, la sustancial continuidad del Magisterio sobre la música sacra en la Liturgia”.

En particular, ha observado Pablo VI y Juan Pablo II, a la luz de la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium, quisieron reafirmar el fin de la música sacra, es decir, "la gloria de Dios y la santificación de los fieles" y los criterios fundamentales de la tradición.

Entre éstos, el Papa recordó “el sentido de la oración, de la dignidad y de la belleza; la plena adhesión a los textos y a los gestos litúrgicos; la implicación de la asamblea y, finalmente, la legítima adaptación a la cultura local, conservando al mismo tiempo la universalidad del lenguaje; la primacía del canto gregoriano, como modelo supremo de música sacra, y la sabia valoración de las demás formas expresivas, que forman parte del patrimonio histórico-litúrgico de la Iglesia, especialmente, pero no solo, la polifonía; la importancia de la schola cantorum, en particular en las iglesias catedrales”.

Benedicto XVI reconoció que a veces estos elementos “se consideraron expresiones de una concepción que respondía a un pasado que superar y descuidar, porque limitaba la libertad y la creatividad del individuo y de las comunidades”. 

“Pero tenemos que preguntarnos siempre de nuevo: ¿quién es el auténtico sujeto de la Liturgia? La respuesta es sencilla: la Iglesia. No es el individuo o el grupo el que celebra la Liturgia, sino que es ante todo acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad” comentó.

Como recordó el Papa en su discurso al Pontificio Instituto Litúrgico el 6 de mayo, la liturgia, y en consecuencia la música sacra "vive de una relación correcta y constante entre sana traditio y legitima progressio”, teniendo bien presente que estos dos conceptos se integran mutuamente porque “la tradición es una realidad viva, que por ello incluye en sí misma el principio del desarrollo, del progreso”.

Todo esto, escribió el Papa al cardenal Grocholewski “forma, por así decirlo, el "pan cotidiano" de la vida y del trabajo del Pontificio Instituto de Música Sacra”.

“Sobre la base de estos sólidos y seguros elementos, a los que se añade una experiencia ya secular, os animo a llevar adelante con renovado ímpetu y compromiso vuestro servicio en la formación profesional de los estudiantes, para que adquieran una seria y profunda competencia en las diversas disciplinas de la música sacra”, concluyó.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


La música hace reflexionar al Papa sobre la fidelidad de Dios
El mal pesa, admitió, pero Dios no abandona
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “Aunque la humanidad siente el peso de la maldad que existe en el mundo, Dios no nos abandona. Él nunca nos traiciona ni nos olvida”, dijo Benedicto XVI.

El Papa realizó esta reflexión el pasado viernes, después de un concierto ofrecido en su honor por el presidente de Hungría, Pál Schmitt. El concierto celebraba la presidencia húngara del Concilio dela Unión Europea y el bicentenario del nacimiento del músico húngaro Ferenc Liszt.

El Pontífice realizó varias reflexiones sobre la música, deteniéndose en particular para hablar de la composición del Salmo 13.

Dijo que el fragmento interpretado durante el concierto daba “una idea de la calidad y profundidad de la fe (del compositor)”.

“Es un Salmo en el que el que está rezando se encuentra en dificultades, el enemigo lo rodea, lo ataca, y Dios parece ausente, parece haberlo olvidado”, explicó el Pontífice. “Y la oración se vuelve angustiosa frente a esta situación de abandono: '¿Hasta cuando, Señor?' repite el salmista unas cuatro veces”.

El Papa destacó que este estribillo “se repite de una manera casi martilleante por el tenor y el coro en la parte central: es el grito del hombre y de la humanidad, que siente el peso del mal que existe en el mundo”.

La música, dijo, “nos transmite esta sensación de peso, de angustia. Pero Dios no nos abandona. El Salmista lo sabe y también Liszt, como hombre de fe, lo sabe”.

“De la angustia nace una oración llena de confianza que conduce a la alegría: 'Mi corazón exultará en tu salvación... cantaré al Señor, que me ha ayudado'”, citó Benedicto XVI.

Destacó como la música se transforma al hacer esta proclamación: “el tenor, el coro y la orquesta elevan un himno de confianza en Dios, quien nunca traiciona, nunca olvida, nunca nos deja solos”.

Citando la reflexión del compositor con respecto a su Missa Solemnis, contó que Liszt decía que él “oraba” más que “componía”, observó el Papa: “Creo que podemos decir lo mismo de este salmo: el gran músico húngaro lo rezó más que componerlo, o mejor, él rezó antes de componerlo”.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Croacia: El viaje de Benedicto XVI, bajo el signo de la familia en Europa
Visita el país balcánico por tercera vez, por primera como Papa
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El viaje de Benedicto XVI a Croacia tendrá lugar bajo el signo de la familia en Europa, y de la santidad.

En este 19º viaje, Benedicto XVI se dirigirá a Zagreb, el próximo sábado 4 de junio, y el domingo 5, cuando la candidatura de Croacia para entrar en la Unión Europea sea aceptada, y cuando la Iglesia en Croacia festeja su Jornada nacional de las Familias sobre el tema “Unidos en Cristo”.

Por ello, el Papa será acompañado no solamente por su secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y por su nuevo sustituto, monseñor Giovanni Angelo Becciu, sino también por el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, cardenal Ennio Antonelli, y por el secretario general del Sínodo, monseñor Nikola Eterovic, el croata más cercano a Benedicto XVI.

Será la tercera visita de Joseph Ratzinger a esta nación, pero la primera como Papa. Juan Pablo II hizo tres visitas al país (1994, 1998, 2003) más que a ninguna otra nación del Este europeo, con excepción de Polonia.

El país, subrayó el padre Lombardi ha siempre agradecido su rápido reconocimiento por parte de la Santa Sede desde el momento en que se independizó de la ex-Yugoslavia, en junio de 1991.

Ahora se cumple, explicó el portavoz vaticano, el 20º aniversario de su independencia, mientras se prepara para entrar en la Unión europea, por lo cual, en el discurso del Papa, “habrá ciertamente alusiones a la cultura, a la tradición, a la identidad del pueblo croata y a sus expectativas ante su entrada en la Unión Europea”.

El Papa será recibido en el aeropuerto de Zagreb por el presidente Ivo Josipovic, elegido en enero de 2010, a quien visitará en su palacio presidencial. Josipovic es un compositor reconocido: la música será un punto de encuentro.

Dos grandes encuentros esperan en seguida al Papa. En el teatro nacional, se encontrará a primera hora de la tarde con representantes de la sociedad, de la cultura, responsables religiosos cristianos y de otras confesiones.

Al anochecer, el Papa se encontrará con los jóvenes en la plaza mayor de Zagreb – en la que hay un aforo de 50.000 personas. Tras el discurso de acogida, de dos lecturas bíblicas, y del testimonio de dos jóvenes, el Papa se dirigirá a los presentes. La velada terminará con una nota de interioridad , con la adoración del Santísimo Sacramento: después de Colonia 2005, Benedicto XVI alienta así la vida de oración personal de los jóvenes.

El domingo, el Papa presidirá la misa en el hipódromo de Zagreb, que tiene capacidad para 300.000 personas: será la Jornada nacional de las Familias.

A primera hora de la tarde, el Papa se dirigirá a la catedral de Zagreb para rezar las vísperas con los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los consagrados y los seminaristas.

Después se recogerá en oración ante la tumba del beato cardenal Alois Stepinac, defensor de la libertad religiosa en Croacia, beatificado por Juan Pablo II en su viaje de octubre de 1998. Durante el periodo comunista, esta tumba recibía flores todos los días.

El padre Lombardi le evocó como “un gran pastor de la Iglesia croata, obispo y mártir, que murió a causa de las enfermedades contraídas en prisión”, y como “la figura dominante en el ambiente de este encuentro”.

Las otras grandes figuras que el Papa podría evocar son el joven Ivan Merz, beatificado por Juan Pablo II, y el jesuita Roger Joseph Boskovic, un gran hombre de ciencia.

El éxito del P. Roger Joseph Boskovic (1711-1787), en el dominio de las ciencias – matemáticas, física, astronomía, hidrografía, arquitectura y filosofía – dio la vuelta al mundo. Viajó prácticamente por toda Europa, y dejó huella en muchos países, donde fue honrado por sus competencias científicas como socio o miembro de diferentes Academias de las Ciencias de París, Bolonia, Londres, e incluso San Petersburgo.

Ivan Merz (1896-1928), fue definido por Juan Pablo II como un “apóstol de los jóvenes de hoy”: fue beatificado en su ciudad natal, Banja Luka, el 22 de junio de 2003. Este joven laico croata nació cuando Banja Luka estaba ocupada por el Imperio austro-húngaro, en una familia liberal.

Comenzó sus estudios en la Academia Militar de Wiener Neustadt, que pronto abandonó a causa de la corrupción que allí reinaba, para emprender estudios universitarios en Viena. Pero en 1916 fue reclutado por el ejército y enviado al frente, donde pasó la mayor parte de los años 1917 y 1918.

A finales de la Primera Guerra Mundial, asistió, en Banja Luka, al nacimiento del nuevo Estado yugoslavo.

En 1919-20, se dirigió de nuevo a Viena, donde estudió filosofía, y después, en octubre de 1920, partió a París, donde siguió cursos en la Sorbona, después en el Instituto católico, preparando su doctorado sobre “La influencia de la liturgia en los escritores franceses”, que presentó en la Universidad de filosofía de Zagreb en 1920. Aprobó en seguida el examen que le permitió enseñar lengua y literatura francesa y alemana, convirtiéndose en profesor en el Colegio arzobispal de Zagreb, hasta su muerte en 1928.

“Ivan Merz puede servir de modelo para los ciudadanos de una futura Europa unida por las raíces cristianas comunes”, subrayó entonces el Vaticano.

La última visita de Benedicto XVI será al arzobispo de Zagreb, monseñor Josip Bozanic, antes de partir hacia el aeropuerto, donde se despedirá de las autoridades y del país.

El Papa hablará en italiano, aunque con algunas frases en croata. El Evangelio de la misa será cantado en eslavo antiguo.

Por Anita Sanchez-Bourdin, traducción del francés por Inma Álvarez

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Benedicto XVI subraya la importancia de las catequesis prematrimoniales
Al recibir a los obispos indios en visita “ad limina”
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI destacó que la Palabra de Dios consuela y cambia a los creyentes, individualmente y en comunidad.

Lo hizo en su discurso dirigido este lunes al tercer grupo de obispos de India, recibidos estos días en el Vaticano, en audiencias separadas, con motivo de su visita ad limina.

“La Palabra de Dios, no sólo consuela sino que también cambia a los creyentes, individualmente y en comunidad, para avanzar en la justicia, reconciliación y la paz entre ellos mismos y la totalidad de la sociedad”, indicó.

Refiriéndose en concreto a las familias de las diócesis indias, destacó que son “iglesias domésticas”, “ejemplos del amor mutuo, respeto y apoyo que debe animar las relaciones humanas en todos sus ámbitos”.

“En la medida en que estos no descuiden la oración, mediten las Escrituras, y participen plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, ayudarán a alimentar este “amor incondicional” entre ellos y en la vida de sus parroquias, y serán fuente de una gran bien para la comunidad en general”, afirmó.

Durante su visita, los obispos de India transmitieron al Papa los grandes retos que amenazan con minar la unidad, la armonía y la santidad de la familia, y el trabajo que debe hacerse para construir una cultura de respeto al matrimonio y a la vida familiar.

Como respuesta, Benedicto XVI apuntó la importancia de las catequesis, especialmente las prematrimoniales.

“Una catequesis profunda que invite, especialmente a aquellos que se preparan para el matrimonio, alimentará en gran medida la fe de las familias cristianas y los asistirá para que puedan dar un testimonio vivo y vibrante de la sabiduría ancestral de la Iglesia con respecto al matrimonio, la familia y el uso responsable del don de Dios que es la sexualidad”, dijo.

Por otra parte, el Pontífice señaló que “entre las responsabilidades más importantes de los obispos, la proclamación del Evangelio prevalece”.

Y destacó que es una fuente de satisfacción que la proclamación de la Palabra de Dios produzca un rico fruto espiritual en las Iglesias locales de la India.

En especial valoró “la diseminación de pequeñas comunidades cristianas en las que los fieles se reúnen para rezar, meditar las Escrituras y apoyarse fraternalmente”.

Benedicto XVI animó a los obispos de la India a “asegurar que la plenitud de la Palabra de Dios que nos llega a través de las Sagradas Escrituras y la tradición apostólica de la Iglesia, se ponga a disposición de aquellos que buscan profundizar su conocimiento y amor al Señor y la obediencia a su voluntad”.

“Cada esfuerzo debe hacer hincapié en que cada individuo o grupo de oración, por su misma naturaleza, nace y vuelve a la fuente de la gracia que se encuentra en los sacramentos de la Iglesia y en su vida litúrgica entera”, añadió.

Valoró las “semillas de la Palabra de Dios” que se siembran actualmente en la India y destacó “los impresionantes signos de la caridad de la Iglesia en muchos ámbitos o actividades sociales, un servicio que está a cargo de sus sacerdotes y religiosos”.

En concreto se refirió a las escuelas, agencias para la promoción de microcréditos, clínicas, orfanatos, hospitales e “innumerables proyectos cuyo objetivo es la promoción de la dignidad humana y del bienestar, asistiendo a los más pobres y a los más débiles, a los marginados y a los mayores, los abandonados y los sufrientes, ayudándolos a todos”.

Y añadió: “Que los fieles a Cristo de India sigan asistiendo a aquellos que están en necesidad de las comunidades que los rodean, sin distinción”.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Jornadas Mundiales de la Juventud


El cardenal Rouco pronostica un “nuevo Pentecostés” en Madrid 2011
La acogida a los peregrinos será “espléndida”, asegura el arzobispo de Madrid
MADRID, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “La Jornada Mundial de la Juventud de Madrid tendrá una naturaleza especialmente misionera y en ella se dará un fuerte impulso al compromiso apostólico de los jóvenes bajo el signo de la nueva evangelización que Benedicto XVI ha relanzado”, subraya el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, en una entrevista exclusiva que publica mañana 1 de junio la revista Palabra.

El cardenal Rouco pronostica –en un adelanto de la entrevista enviado por la revista a ZENIT- que “el número de jóvenes que se moverá por Madrid entre el 15 y el 21 de agosto estará entre el medio millón y el millón”, aunque “en los grandes actos centrales de la JMJ se superará con mucho ese número”.

El cardenal explica en la entrevista que, a tenor de los últimos cálculos, “hemos solicitado añadir al espacio del aeródromo de Cuatro Vientos un terreno contiguo que nos permitirá completar el aforo”, pues  “nuestra gran responsabilidad al organizar la JMJ es que todo el que venga pueda participar en esos dos grandes actos centrales”.

Añade que “las familias de los barrios más populares de Madrid son las que están respondiendo mejor a la acogida de peregrinos en sus casas”.

Frente a quienes sugieren que los frutos de la JMJ no son duraderos, el arzobispo de Madrid señala que “esa afirmación no responde a la verdad” y que, por ejemplo, de las JMJ  “ha surgido en estas dos últimas décadas una nueva juventud en la Iglesia”.  

Anticipa que los abundantes frutos de la JMJ “se  van a ver superpotenciados en la Jornada de Madrid: en vocaciones; en la formación espiritual, cultural e intelectual de los jóvenes; en el campo de la familia y de la universidad;  y se traducirá también en la potenciación de las nuevas realidades eclesiales, que estarán muy presentes aquí”.

El cardenal Rouco confiesa también que “todos los días, constantemente”, acude al beato Juan Pablo II para que eche una mano desde arriba, “porque si hay alguien que comprende bien el asunto que nos traemos entre manos es él”.

Y aprovecha para hacer un nuevo llamamiento a los jóvenes de modo que, una vez superados los lógicos agobios del fin de curso escolar, “se inscriban cuanto antes en la JMJ y así ayuden a que otros jóvenes puedan venir”.

El cardenal pronostica también que la acogida de los peregrinos “será espléndida, tanto por parte de los católicos madrileños como por parte de la sociedad y del pueblo de Madrid” , y se manifiesta completamente seguro de la buena acogida al Papa:  “No tengo ninguna preocupación al respecto; tampoco sobre esa otra acogida de carácter espiritual a través de la oración escondida”.

Indica por último que la inminente declaración de san Juan de Ávila como doctor de la Iglesia contribuirá a que los jóvenes españoles conozcan mejor la enorme figura de este patrono de la JMJ.

Concluye afirmando que si “tras la JMJ de Santiago se habló del comienzo de una nueva etapa en la relación de la Iglesia con los jóvenes de Europa y del mundo”, después de la JMJ de Madrid se hablará de otro nuevo Pentecostés en la Iglesia.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


España: Apoyo de los príncipes de Asturias a la Jornada Mundial de la Juventud
Audiencia al cardenal Rouco, benefactores y organizadores
MADRID, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Este lunes por lamañana, los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, recibieron a los representantes de la Fundación Madrid Vivo y a miembros del Comité Organizador de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

La Fundación Madrid Vivo es una de las fundaciones  que están colaborando para que la JMJ sea una realidad.

Los príncipes de Asturias mostraron su apoyo e ilusión ante este gran acontecimiento de importante proyección internacional y trascendencia social. Además manifestaron estar muy pendientes de todos los preparativos de la Jornada Mundial, que, según los organizadores, los implicados “siguen con la ilusión de estar viviendo la antesala de una ocasión única para España”.

En la audiencia, el cardenal de Madrid y presidente del comité organizador de esta JMJ  Antonio María Rouco Varela, habló de la “generación de la esperanza”, refiriéndose a los muchos jóvenes que vendrán a la Jornada procedentes de todo el mundo, y descubrirán en ella una visión esperanzadora y llena de alegría de la vida, donde la “civilización del amor” no es una utopía.

Los organizadores hicieron entrega a los príncipes de Asturias de unas camisetas de la JMJ para sus hijas, y un reloj de la Jornada para cada uno.

No es la primera vez que el príncipe Felipe muestra su apoyo a la Jornada Mundial de la Juventud.

Con motivo de la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela, en noviembre pasado, el príncipe de Asturias resaltó ante el papael honor de celebrar en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud. Tambiénel día de la beatificación de Juan Pablo II, el príncipe de Asturias se despidió del Papa con un “Santo padre: ¡le esperamos en Madrid!”.

Unos 400.000 jóvenes de 182 países se han inscrito hasta la fecha en la Jornada Mundial de Madrid.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Mundo


SIDA. La persona, en el centro de todo tratamiento
Monseñor Zimowski: “Hay una enfermedad social y moral”
ROMA, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Más solidaridad por parte de los países ricos con respecto a los más pobres que no tienen acceso a los medicamentos, asunción de responsabilidad de cada uno en las relaciones de naturaleza sexual y mayor cercanía a los enfermos de SIDA que viven la vergüenza de la estigmatización.

Esta era la petición de expertos, médicos y representantes eclesiales que se reunieron en Roma, el 27 y 28 de mayo, para debatir sobre el VIH, su difusión en el mundo, y las hipótesis de lucha adoptadas en los cinco continentes.

Son sesenta millones los contagiados por el virus en los últimos treinta años, más de treinta millones de muertos por la enfermedad en el mismo periodo, 2 millones y 600.000 los infectados en 2009 y un millón y 800.000 los fallecidos.

Son las cifras sobre la difusión de la infección, signo de una emergencia ante la que la Iglesia ha hecho, y continua haciendo, mucho por encontrar una respuesta a través de 117.000 estructuras sanitarias que comprenden desde un escaso dispensario en la jungla hasta un policlínico de vanguardia en las grandes ciudades.

“Sería, sin embargo, ridículo limitarnos a considerar los aspectos “numéricos”, aunque importantes, de esta obra de asistencia”, explica en el transcurso de la conferencia el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado vaticano.

“Una parte esencial de la contribución ofrecida por la Iglesia en esta lucha, de hecho, está en el plano de construcción de aquel “capital invisible”, sin el cual quedaría privada de una eficacia duradera y de las mejores redes de asistencia sanitaria”.

Se refiere a la importancia que reviste la educación, impartida por la Iglesia católica, en la superación de los prejuicios para que se pueda tratar a los contagiados por el virus “como a personas dotadas de una dignidad inalienable”.

“La infección del VIH/SIDA -dijo monseñor Zygmunt Zimowski, del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios- no pude ser reducida sólo a una patología somática inmunitaria, que hay que tratar con antiretrovirales. Es una enfermedad social y moral que exige un tratamiento a todos los niveles”.

“El SIDA revela un desorden profundo, antropológico y moral, que tiene que ver no sólo con el comportamiento sexual de la persona que transmite el virus -aclaró Zimowski-, sino con el tipo de relaciones interpersonales implicadas en la difusión de la epidemia”. Un comportamiento, como el que tienen las personas que transmiten la infección, caracterizado por la “irresponsabilidad”.

“Hasta que este desorden no reciba atención por parte de los responsables de las luchas contra la epidemia del SIDA”, sosteniendo la tesis de que la demanda era una elección privada y como tal no está sujeta a juicios de los demás, “la epidemia -recuerda el presidente del dicasterio vaticano- permanecerá en la población”.

Al contrario, la prevención de la transmisión sexual del virus “se hace en una perspectiva y en el contexto de una lucha total y global -concluye-, no limitada, por tanto, al también importante aspecto médico-sanitario”.

De la misma opinión es Stefano Vella, director del departamento del Fármaco en el Instituto Superior de Sanidad: “El futuro está en la integración de los tratamientos -explica- Es necesario pensar en la salud en términos globales, en la base tiene que estar la voluntad de combatir la desigualdad de los tratamientos”. Porque si es verdad, como recuerda también el responsable europeo para la Sanidad y la Política de los Consumidores John Dalli, que hoy más de seis millones de personas reciben el tratamiento con antiretrovirales para la infección de VIH y además es verdad que lucha no está terminada.

“Hay 10 millones de personas esperando el tratamiento -aclara Michael Sidibè, Secretario general adjunto de la ONU y Director ejecutivo de UnAids- y su vida depende de un hilo”. Es verdad que hay un descenso de contagios pero “no es el momento de la autocomplacencia, y si estamos destruyendo la trayectoria de la epidemia se debe a un cambio en la propagación de la enfermedad”, ya que apunta “a la mejora de las prácticas sociales y al papel de los valores y de la familia”.

Responsables de este cambio son sobre todo los jóvenes, capaces de “negociar su sexualidad de manera responsable”, como también la investigación científica además de una inversión mayor. “Hace menos de diez años -explica Sidibè- podíamos contar con 400 millones de dólares, hoya hablamos de 70 millones de dólares”.

De aquí que se solicite, desde la mesa de la conferencia, a los países industrializados un renovado empuje de solidaridad hacia los estados cuyas poblaciones no consiguen acceder ni siquiera a los tratamientos primarios, necesarios para salvar la vida y no morir, por estos dólares que faltan, de malaria o de tuberculosis.

En esta nota triste, el cardenal Bertone recuerda un fragmento del telegrama que el Beato Juan Pablo II dirigió a los participantes a la Conferencia “La Iglesia católica y el reto del VIH/SIDA” del 1999, donde Wojtyla, hablando de las víctimas de la infección, hizo un llamamiento “a la generosidad fraterna de tantos hombres y mujeres de buena voluntad movidos por el ejemplo del Buen Samaritano a socorrer, con medios adecuados, a estos enfermos, haciéndose cargo de ellos” del mejor modo y más humano posible”.

Por Mariaelena Finessi. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Vietnam: Demolición del antiguo monasterio del Carmelo de Hanoi
Queja del arzobispo Pedro Nguyen Van Nhon
HANOI, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).– El Servicio de Salud de la ciudad de Hanoi y el hospital San Pablo han iniciado los trabajos de demolición del monasterio del Carmelo.

El arzobispo de Hanoi, monseñor Pedro Nguyen Van Nhon, y las religiosas de San Pablo han dirigido una queja por ello a las autoridades este mes de mayo, informa Eglises d'Asie, la agencia de Misiones extranjeras de París.

Numerosas webs vietnamitas, la mayoría de ellas católicas, han publicado imágenes de un edificio coronado por una cruz donde cuelga un cartel de “aviso de obras”.

El edificio se está demoliendo para permitir la construcción, en ese espacio, de un pabellón anexo al hospital San Pablo.

Según un comunicado del arzobispado de Hanoi con fecha del 25 de mayo, dirigido a los sacerdotes y a los fieles de la archidiócesis, el edificio que se está destruyendo estaba al parecer abandonado pero es el que ocupó en su día la comunidad del Carmelo de Hanoi.

Para tratar este tema, la oficina de Asuntos Religiosos de Hanoi organizó una reunión el pasado 26 de mayo, en la que representantes de las autoridades locales, de la archidiócesis, de la catedral y de las religiosas de San Pablo de Chartres expusieron sus opiniones “en un clima de franqueza, armonía y respeto mutuo”.

La Federación de estudiantes católicos de Vietnam se ha unido a la protesta del arzobispado de Hanoi por la destrucción de los edificios del Carmelo de Hanoi.

Esta agrupación estudiantil afirma tener informaciones según las cuales el Gobierno se dispone a expoliar a la congregación de religiosas de San Pablo de Chartes algunos de sus antiguos establecimientos caritativos de Hanoi.

La Federación criticó esta medida, que considera contraria a los intereses económicos y al desarrollo armónico de Vietnam.

La presencia de un Carmelo en Hanoi se remonta a 1895, cuando, a petición del vicario apostólico de Tonkin-Occidental monseñor Gendreau, un grupo de religiosas del Carmelo de Saigon, establecido 34 años atrás, fue a fundar el Carmelo a la capital.

Inicialmente se instalaron en un edificio situado en el complejo catedralicio, y en la década de los años 1920 cambiaron de residencia. En 1954, con la llegada de los comunistas, las monjas salieron de la ciudad.

Por su parte, las religiosas de San Pablo de Chartres llegaron a Hanoi en 1883. Desempeñan destacadas actividades en los ámbitos hospitalario, caritativo y educativo, y han fundado numerosos establecimientos en la ciudad.

Los dos más conocidos son la escuela Santa María, abierta en 1895, y la clínica San Pablo, que no ha dejado de ampliarse desde su creación en 1920.

En 1954, con el cambio de régimen, el Estado confiscó la mayoría de estos establecimientos. El hospital San Pablo continuó funcionando bajo la tutela pública, conservando su nombre y algunos signos religiosos inscritos en piedra (como por ejemplo, cruces).

Actualmente, la comunidad de religiosas de San Pablo en Hanoi está creciendo de nuevo y el convento donde habitan se les ha quedado pequeño.

Por eso las hermanas han pedido autorización para ampliar su casa, pero las autoridades se la han denegado porque ellas no quieren renunciar a sus derechos de propiedad sobre los bienes confiscados por el Estado.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Actualidad


La música sacra debe llevar a la nostalgia de lo trascendente
Entrevista al cardenal Zenon Grocholewski
ROMA, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La música sacra tiene que llevar a vivir algo de trascendente, diversa de la completa banalidad de los cantos que no se adaptan a la oración y que son simplemente ruido.

Así lo afirma el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica y gran canciller del Pontificio Instituto de Música Sacra, en una entrevista concedida a ZENIT con motivo del Congreso Internacional celebrado recientemente en Roma por el centenario del Instituto.

- ¿Cómo se armoniza la música sacra con las nuevas tendencias?

Cardenal Grocholewski:El problema no es fácil, se trata por una parte unir la tradición de la Iglesia, y por otra, de dar posibilidades a las nuevas contribuciones musicales. Por ello Pío X fundó el Instituto, para estudiar la problemática. Aquí estudian personas de todo el mundo para formar a la gente y sensibilizarla sobre el papel de la música sacra.

- ¿Cómo se integra la música sacra en la liturgia?

Cardenal Grocholewski:La música sacra es parte integrante de la liturgia y por lo tanto tiene que ser una oración que expresa este momento. No es un accesorio, es algo esencial. En este congreso en el que hablaron más de cien personas de los más variados ambientes, dieron una contribución para entender como conciliar la tradición con elementos nuevos que podemos agregar.

Hoy observamos una completa banalidad de estos cantos que no se adaptan a la oración, che son simplemente ruido. La liturgia necesita también de silencio.

Por otra parte, el canto es oración coherente con lo que se sucede con la eucaristía. En realidad en el pasado grandes músicos realizaron composiciones estupendas referentes a la misa, como Giovanni de Palestrina. Todos hicieron muchas cosas estupendas aptas a la oración.

- ¿Hoy sería quizás necesario volver a tener un poco más de música sacra en las iglesias?. 

Cardenal Grocholewski:Sí, habría que reforzar la comprensión de la música sacra. Hay nuevas composiciones, muchas veces las he oído en las iglesias, completamente nuevas pero muy bellas.

Por ejemplo el año pasado estuve en Marsella, donde había celebrado para unos juristas en una iglesia que había estado destinada a la demolición porque no habían fieles.

Llegó un nuevo sacerdote y, hoy en día, los domingos está repleta. Entre otras cosas por su canto y oración. Son sus composiciones. Este sacerdote antes de entrar en el seminario cantaba en los cabaret de París, después fue se convirtió y se ordenó sacerdote.

Y tengo que decir que me he quedado fascinado de como sus composiciones expresan la oración. Esto es oración y esa iglesia se llena.

A la salida le pregunté a la gente y muchos me decían que venían desde lejos “porque aquí se reza, el sacerdote predica y le entendemos, y hay una hermosa música”.

- Usted habló de sacralidad. ¿Qué es la sacralidad?

Cardenal Grocholewski:La sacralidad se expresa en la medida en la que se manifiesta la oración, en cuanto es nostalgia por algo, en la medida que expresa transcendencia. Pienso que sea muy importante. .Hoy por ejemplo algunas músicas modernas que escuchamos, digamos en televisión, no tienen nada de trascendental, son pura diversión sobre la tierra, no hay nostalgia de nada.

Claro, no es fácil de definir, no es una cosa física, material, si bien hay una sensibilidad en la Iglesia que sabe reconocer cuando una cosa es sacra o no lo es.

- En alguna oportunidad un prelado decía que la música en la liturgia nos lleva a vivir lo que será el Paraíso. ¿Qué nos da la música sacra?

Cardenal Grocholewski: Muchas cosas bellas sobre al música sacra escribió monseñor Ratzinger, antes de ser Papa. Ahora ha salido publicada una opera omnia de Ratzinger y en Italia salió un volumen justamente sobre la liturgia, con unas doscientas páginas sobe la música sacra. Tengo que confesar que son cosas muy bonitas. Con razón, Benedicto XVI subraya que la música sacra tiene que llevarnos a otro mundo, llevarnos a una nostalgia de lo trascendente.

No es solamente ruido, que nos saca fuera de la realidad. El Papa dice que cuando se pierde este horizonte trascendente de la vida humana, todo se reduce a lo terreno, mismo la música y la profundidad del pensamiento. La música tiene que abrir espacio a lo trascendental.

- Hay un cierto consenso en la Iglesia que el órgano es el instrumento más sacral, sin excluir los otros.

Cardenal Grocholewski:Pienso que sí, que cuando uno entra en una iglesia el órgano crea una atmósfera, da una cierta plenitud. En muchas iglesias modernas incluso importantes se busca conservar el órgano.

- A los párrocos especialmente más jóvenes le daría algún consejo?

Cardenal Grocholewski: Pienso que hay que sensibilizar la gente a la música sacra, aquella que es oración. Claramente en cada parroquia no es posible crear un lindo coro. Entre tanto es necesario sensibilizar a la gente sobre aquello que es la sacralidad del canto que se interpreta en la iglesia.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Foro


Comunicaciones sociales y nueva evangelización
 
Por monseñor Juan Del Río Martín*

MADRID, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los Medios de Comunicación Social (MCS) significan hoy, ante todo, un fenómeno cultural y social, que configura la sociedad moderna y, en mayor medida, la futura. Constituyen un campo inmenso, que va desde los medios clásicos de prensa, radio, televisión, hasta los nuevos instrumentos técnicos como es Internet. Los MCS han alcanzado tal importancia que, para muchos, son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales.

Representa uno de los grandes retos para la Iglesia, y por sus enormes posibilidades aparece como uno de los escenarios de la nueva evangelización que es abordado en los Lineamenta para el próximo Sínodo de los Obispos: “no existe lugar en el mundo que no pueda ser alcanzado…por el influjo de la cultura de los medios de comunicación y de la cultura digital, cada vez más se estructura como el “lugar” de la vida pública y de la experiencia social… En tal contexto, la nueva evangelización exige a los cristianos la audacia de estar presentes en estos “nuevos areópagos”, buscando los instrumentos y los caminos para hacer comprensibles, también en estos lugares ultramundanos, el patrimonio de educación y de sabiduría custodiado por la tradición cristiana” (nº 6).

El mensaje de Benedicto XVI para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales a celebrar el próximo día 5 de junio lleva por título: “Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital”. El Papa ha querido centrar su atención en el fenómeno característico de nuestro tiempo como es la propagación de la comunicación a través de las redes sociales en Internet. Alguno puede verse sorprendido por el tema elegido y preguntarse: ¿qué puede decir la Iglesia sobre esta nueva tecnología de difusión de la información?

Los primero que se debe reconocer es que las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma y por lo tanto estamos ante una vasta trasformación cultural. La era digital no es sólo un modo de difundir conocimientos e información, sino que es sobre todo una nueva manera de pensar y aprender, ampliando incalculablemente el horizonte de relaciones humanas y de los lazos de comunión entre las personas.

Internet es un medio de comunicación con una enorme potencialidad para seguir evangelizando y llegar a cualquier rincón del mundo. Si la Iglesia hubiese sido timorata cuando apareció la imprenta de Gutenberg, la historia de la evangelización sería hoy muy distinta. Por eso, la Iglesia debe hacerse presente y encontradiza ahora, en el ciberespacio, con los hombres y mujeres del siglo XXI. “Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos…sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio”.

De ahí, que no debería olvidarse de que Internet es un medio, no un fin en sí mismo y que, como cualquier instrumento, puede ser utilizado para lo bueno y para lo malo. Por ello, se deberá usar de un modo informado y disciplinado, con propósitos moralmente buenos. Los padres deberían supervisar el uso que sus hijos hacen de Internet. Los educadores e instituciones de niños y jóvenes tendrían que proporcionar programas educativos y formativos, con vistas al uso inteligente de Internet, no abarcando sólo la parte técnica, sino enseñando a adquirir una capacidad para evaluar los contenidos de modo informado y sagaz.

La difusión de esta cultura trae consigo indudable beneficios conocidos por todos. Sin embargo, no debe ocultarse los riesgos del fomento de una concentración egocéntrica sobre sí mismo y sólo en las necesidades individuales. Por eso mismo, Benedicto XVI se pregunta: “¿Quién es mi prójimo en este nuevo mundo?...el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida” Además, En esta cultura predomina lo efímero, lo inmediato la apariencia, dando como resultado una sociedad incapaz de tener memoria de sí misma y de futuro. Surge pues, la gran cuestión: ¿Puede el hombre empapado de esta sabiduría digital creer propiamente en el anuncio de la verdad salvadora de Cristo? ¿Siente el hombre de Internet, de las redes sociales, de los bloggers la necesidad de ser salvado? ¿Cómo hacer la propuesta cristiana en ese mundo?

Para responder a estas grandes cuestiones, la nueva evangelización requiere la capacidad de saber dar razón de la propia fe. Sólo a través de hombres tocados por Dios, Dios puede retornar a los hombres. Debemos partir de la credibilidad de nuestra vida de creyentes y de nuestra convicción de que la gracia actúa y transforma hasta el punto de convertir el corazón y las culturas. También el hombre cibernético tiene ansia de verdad y de autenticidad que no lo colma las redes, sino que necesariamente tiene que venir de Alguien que está fuera y que tiene poder para superar cualquier mundo virtual. Por ello dice el Papa: “La verdad de Cristo es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales”

-------

*Monseñor Juan del Río Martín es el arzobispo castrense de España

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Documentación


Carta del Papa al Pontificio Instituto de Música Sacra
Por el centenario de su fundación
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la Carta que el Papa Benedicto XVI ha dirigido al Pontificio Instituto de Música Sacra, con motivo del centenario de su fundación, y que ha sido hecha pública hoy por la Santa Sede.

* * * * *

Al venerado Hermano
cardenal Zenon Grocholewski
Gran Canciller del Pontificio Instituto de Música Sacra

Han transcurrido cien años desde cuando mi santo predecesor Pío X fundó la Escuela Superior de Música Sacra, elevada a Pontificio Instituto tras veinte años por el Papa Pío XI. Esta importante efeméride es motivo de alegría para todos los cultivadores de la música sacra, pero más en general para cuantos, a partir naturalmente de los Pastores de la Iglesia, dan peso a la importancia de la Liturgia, de la que el canto sacro es parte integrante (cfr Conc. Ecum. Vat II, Const. Sacrosanctum Concilium, 112). Estoy por tanto particularmente contento de expresar mis verdaderas felicitaciones por este evento y de formularle a Usted, venerado Hermano, al Director y a toda la comunidad del Pontificio Instituto de Música Sacra mis votos cordiales.

Este Instituto, que depende de la Santa Sede, forma parte de la singular realidad académica constituida por las Universidades Pontificias romanas. De modo especial, está vinculado al Ateneo San Anselmo y a la orden benedictina, como atestigua también el hecho de que su sede didáctica esté colocada, desde 1983, en la abadía de San Girolamo in Urbe, mientras que la sede legal e histórica sigue estando en Sant’Apollinare. Al cumplirse el centenario, el pensamiento va a todos aquellos – y solo el Señor les conoce perfectamente – que cooperaron de alguna forma en la actividad de la Escuela Superior, antes, y después del Pontificio Instituto de Música Sacra: desde los Superiores que se sucedieron en su dirección, a los ilustres profesores, a las generaciones de alumnos. A la acción de gracias a Dios por los múltiples dones concedidos, se acompaña el reconocimiento por cuanto cada uno ha dado a la Iglesia, cultivando el arte musical al servicio del culto divino.

Para captar claramente la identidad y la misión del Pontificio Instituto de Música Sacra, es oportuno recordar que el Papa san Pío X lo fundó ocho años después de haber emanado el Motu proprio Tra le sollecitudini, del 22 de noviembre de 1903, con el que llevó a cabo una profunda reforma en el campo de la música sacra, volviendo a la gran tradición de la Iglesia contra las influencias ejercidas por la música profana, especialmente operística. Esta intervención magisterial necesitaba, para su realización en la Iglesia universal, de un centro de estudio y de enseñanza que pudiese transmitir de modo fiel y cualificado las líneas indicadas por el Sumo Pontífice, según la auténtica y gloriosa tradición que se remonta a san Gregorio Magno. En el arco de los últimos cien años, esta Institución ha por tanto asimilado, elaborado y transmitido los contenidos doctrinales y pastorales de los Documentos pontificios, como también del Concilio Vaticano II, concernientes a la música sacra, para que puedan iluminar y guiar la obra de los compositores, de los maestros de capilla, de los liturgistas, de los músicos y de todos los formadores en este campo.

Un aspecto fundamental, particularmente querido para mí, deseo poner de relieve a este propósito: cómo desde san Pío X hasta hoy se percibe, a pesar de la natural evolución, la sustancial continuidad del Magisterio sobre la música sacra en la Liturgia. En particular, los Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, a la luz de la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium, quisieron reafirmar el fin de la música sacra, es decir, "la gloria di Dio y la santificación de los fieles" (n. 112), y los criterios fundamentales de la tradición, que me limito a recordar: el sentido de la oración, de la dignidad y de la belleza; la plena adhesión a los textos y a los gestos litúrgicos; la implicación de la asamblea y, finalmente, la legítima adaptación a la cultura local, conservando al mismo tiempo la universalidad del lenguaje; la primacía del canto gregoriano, como modelo supremo de música sacra, y la sabia valoración de las demás formas expresivas, que forman parte del patrimonio histórico-litúrgico de la Iglesia, especialmente, pero no solo, la polifonía; la importancia de la schola cantorum, en particular en las iglesias catedrales. Son criterios importantes, que hay que considerar atentamente también hoy. A veces, de hecho, estos elementos, que se encuentran en la Sacrosanctum Concilium, como, precisamente, el valor del gran patrimonio eclesial de la música sacra o la universalidad que es característica del canto gregoriano, se consideraron expresiones de una concepción que respondía a un pasado que superar y descuidar, porque limitaba la libertad y la creatividad del individuo y de las comunidades. Pero tenemos que preguntarnos siempre de nuevo: ¿quién es el auténtico sujeto de la Liturgia? La respuesta es sencilla: la Iglesia. No es el individuo o el grupo el que celebra la Liturgia, sino que es ante todo acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad. La Liturgia, y en consecuencia la música sacra, "vive de una relación correcta y constante entre sana traditio legitima progressio, teniendo bien presente que estos dos conceptos – que los Padres conciliares claramente subrayaban - se integran mutuamente porque “la tradición es una realidad vive, que por ello incluye en sí misma el principio del desarrollo, del progreso” (Discurso al Pontificio Instituto Litúrgico, 6 de mayo de 2011).

Todo esto, venerado Hermano, forma, por así decirlo, el "pan cotidiano" de la vida y del trabajo del Pontificio Instituto de Música Sacra. Sobre la base de estos sólidos y seguros elementos, a los que se añade una experiencia ya secular, os animo a llevar adelante con renovado ímpetu y compromiso vuestro servicio en la formación profesional de los estudiantes, para que adquieran una seria y profunda competencia en las diversas disciplinas de la música sacra. Así, este Pontificio Instituto seguirá ofreciendo una contribución válida para la formación, en este campo, de los pastores y de los fieles laicos en las diversas Iglesias particulares, favoreciendo también un adecuado discernimiento de la calidad de las composiciones musicales utilizadas en las celebraciones litúrgicas. Para estas importantes finalidades podéis contar con mi solicitud constante, acompañada por el particular recuerdo en la oración, que confío a la intercesión celestial de la Beata Virgen María y de santa Cecilia, mientras, augurando copiosos frutos de las celebraciones centenarias, de corazón le imparto a usted, al director, a los profesores, al personal y a todos los alumnos del Instituto una especial Bendición Apostólica.

En el Vaticano, 13 de mayo de 2011

BENEDICTUS PP. XVI

[Traducción del italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Audiencia de Benedicto XVI a un grupo de obispos de India
Con motivo de su visita “ad Limina”
CIUDAD DEL VATICANO, martes 31 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió ayer lunes a un grupo de obispos procedentes de la India, a quienes recibió con motivo de su visita ad Limina Apostolorum.

* * * * *

Queridos hermanos obispos,

os ofrezco una cálida bienvenida en la ocasión de vuestra visita ad Limina Apostolorum, un momento particular de gracia y un signo de la comunión que existe entre la Iglesia en India y la Sede de Pedro. Deseo agradecer al arzobispo Maria Callist Soosa Pakiam, por los devotos sentimientos y la promesa de oraciones que ha realizado en vuestro nombre y en el de todos aquellos a los que servís. Por favor, llevad mi afectuosos saludos a los sacerdotes, religiosos y religiosas, y a los laicos que se confían a vuestro pastoral cuidado.

El Concilio Vaticano II nos recuerda que, entre las responsabilidades más importantes de los obispos, la proclamación del Evangelio prevalece (cf. Lumen Gentium, 25). Para la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, proclamar la palabra de Dios que actúa en el corazón de los creyentes (cf. 1Tes 2,13), y crece constantemente con la escucha, la celebración y el estudio de esta palabra (cf. Verbum Domini, 3). Es una fuente de satisfacción que la proclamación de la Palabra de Dios produzca un rico fruto espiritual en vuestras Iglesias locales, especialmente en la diseminación de pequeñas comunidades cristianas en los que los fieles se reúnen para rezar, meditar las Escrituras y apoyarse fraternalmente. Os animo, a través de vuestros sacerdotes y con la ayuda de líderes laicos cualificados, a segurar que la plenitud de la Palabra de Dios que nos llega a través de las Sagradas Escrituras y la tradición apostólica de la Iglesia, se ponga en disposición de aquellos que buscan profundizar su conocimiento y amor al Señor y la obediencia a su voluntad. Cada esfuerzo debe hacer hincapié en que cada individuo o grupo de oración, por su misma naturaleza, nace y vuelve a la fuente de la gracia que se encuentra en los sacramentos de la Iglesia y en su vida litúrgica entera. Ni se puede olvidar que la Palabra de Dios, no sólo consuela sino que también cambia a los creyentes, individualmente y en comunidad, para avanzar en la justicia, reconciliación y la paz entre ellos mismos y la totalidad de la sociedad. A través de vuestro personal estímulo y supervisión, que las semillas de la Palabra de Dios que se siembran actualmente en vuestras iglesias locales den fruto abundante para la salvación de las almas y el crecimiento del Reino de Dios.

En la fidelidad al nuevo mandamiento de amar al prójimo como el Señor nos amó a nosotros (cf. Jn 13,34), los cristianos de todas las épocas y lugares, se han esforzado en servir a sus semejantes y desinteresadamente amarlos con todo su corazón. Después de todo, el amor es el don de Dios para la humanidad, es su promesa y nuestra esperanza (cf. Caritas en Veritate, 2). Este amor desinteresado encuentra su expresión práctica en el servicio a,los demás y a la comunidad en general. En esta perspectiva, estoy encantado de destacar los impresionantes signos de la caridad de la Iglesia en muchos ámbitos o actividades sociales, un servicio que está a cargo de sus sacerdotes y religiosos. A través de su testimonio de caridad cristiana, las escuelas de la Iglesia preparan a la gente joven de todas las confesiones y de ninguna, para construir una sociedad más justa y pacífica.

Las agencias de la Iglesia han sido el medio para la promoción de microcréditos, ayudando a los pobres a ayudarse a sí mismos. Además, promueven la misión de la Iglesia en el ámbito de la salud y la misión caritativa, a través de clínicas, orfanatos, hospitales e innumerables proyectos cuyo objetivo es la promoción de la dignidad humana y del bienestar, asistiendo a los más pobres y a los más débiles, a los marginados y a los mayores, los abandonados y los sufrientes, ayudándolos a todos, porque la dignidad es inherente al ser humanos, y no por un motivo distinto al del amor de Cristo que nos empuja (cf. 2Cor. 5,14). Os animo a perseverar en este testimonio positivo y práctico, fieles al mandamiento del Señor y por el bien de nuestros hermanos y hermanas más pequeños. Que los fieles a Cristo de India sigan asistiendo a aquellos que están en necesidad de las comunidades que los rodean, sin distinción de raza, etnia, religión o status social, y con la convicción de que hemos sido creados a la imagen de Dios y que todos merecemos el mismo respeto.

Como don del “amor incondicional” de Dios que da un sentido más profundo a nuestras vidas (cf. Spe Salvi, 26), la caridad es el primero que experimentamos en la familia. El Sínodo reciente sobre la Palabra de Dios, nos recuerda que la Iglesia, por su proclamación del Evangelio, revela a las familias cristianas su verdadera identidad de acuerdo con el plan de Dios (cf. Verbum Domini, 85). Familias en vuestras diócesis, que son “iglesias domésticas”, son ejemplos del amor mutuo, respeto y apoyo que debe animar las relaciones humanas en todos sus niveles. En la medida en que estos no descuiden la oración, mediten las Escrituras, y participen plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, ayudarán a alimentar este “amor incondicional” entre ellos y en la vida de sus parroquias, y serán fuente de una gran bien para la comunidad en general. Muchos de vosotros de los que habéis hablado habéis mencionado los grandes retos que amenazan con minar la unidad, la armonía y la santidad de la familia, y el trabajo que debe hacerse para construir una cultura de respeto al matrimonio y a la vida familiar. Una catequesis profunda que invite, especialmente a aquellos que se preparan para el matrimonio, alimentará en gran medida la fe de las familias cristianas y los asistirá para que puedan dar un testimonio vivo y vibrante de la sabiduría ancestral de la Iglesia con respecto al matrimonio, la familia y el uso responsable del don de Dios que es la sexualidad.

Con estos pensamientos, queridos hermanos obispos, os encomiendo a todos a la intercesión de María, Madre de la Iglesia, y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Asegurándoos mis contínuas oraciones por vosotros y por los que se os han confiado en vuestro cuidado pastoral, os imparto mi Bendición Apostólica como prenda de gracia y de paz en el Señor Resucitado.

[Traducción del original en inglés por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


ANUNCIOS


Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish

* * * * * * * * * * * * * * * *

La Virgen María - Refugio Y Camino Seguro - Gratis
AVE MARIA, GRATIA PLENA, DOMINUS TECUM, BENEDICTA TU IN MULIERIBUS...

FIAT MIHI SECUNDUM VERBUM TUUM!

"...Nosotros queremos proclamar muy alto, nuestra certeza de que LA RESTAURACIÓN DEL REINO DE CRISTO POR MARÍA no podrá dejar de realizarse, de manera que, por su poderosa intercesión y su auxilio constante, se realice por fin el Reino de Cristo, "Reino de Verdad y de Vida, Reino de Santidad y Gracia, Reino de Justicia, de Amor y de Paz".
S.S. Pío XII - 17 de Septiembre de 1958.

Pater Noster, Adveniat Regnum Tuum. FIAT VOLUNTAS TUA Sicut In Caelo ET IN TERRA.

http://www.fiat-fiat-fiat.com/fiatpages/MARIA%20VIRGEN%20REINA%20Y%20MADRE%20PRIMERA%20PARTE.pdf

arriba

* * * * * * * * * * * * * * * *

Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish