Ángel Galindo, decano de la Facultad de Teología de la UPSA

"Europa dejaría de ser Europa si perdiera las raíces cristianas"

"La Iglesia tiene que trabajar unida para dar respuesta a las exigencias del mundo actual"

Jesús Bastante, 06 de junio de 2011 a las 18:54

 

(Jesús Bastante).- "Europa dejaría de ser Europa si perdiera las raíces cristianas". Ángel Galindo, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, la "universidad de la Conferencia Episcopal". Durante la entrevista, Galindo habla del presente y el futuro de la teología católica y de la universidad. "A los profesores de Teología -sostiene- la orientación católica no nos impide ser plurales y dinámicos, hacer que nuestra Facultad satisfaga la demanda del momento, dé respuesta a los interrogantes nuevos".

-La Universidad de la Conferencia Episcopal...

-Efectivamente, la Conferencia Episcopal es la propietaria desde el año 1640. Bueno, los obispos, porque la Conferencia Episcopal surge con el Concilio Vaticano II.
La universidad tiene autonomía, aunque además de ser católica, sea una universidad eclesiástica, lo que quiere decir que se rige por los acuerdos Iglesia-Estado. En España hay cuatro universidades católicas que son eclesiásticas: Navarra, Comillas, Deusto y la nuestra. Todas ellas tienen un régimen especial, distinto al del CEU o cualquier otra universidad de orientación católica, que tampoco tienen que ver con las que son de inspiración cristiana...

-O sea que distinguimos entre las de inspiración, las católicas y las eclesiásticas, que son las únicas que se rigen por los acuerdos... Bienvenido, Ángel. Estás en tu casa.

-Muchas gracias a ti, Jesús, y a la institución, por la oportunidad que me dais de comunicar lo que somos.

-Sí: Vamos a conocer un poco qué es la Universidad Pontificia de Salamanca, y luego más en concreto tú ámbito profesional, que es la Facultad de Teología.
Pero la UPSA no es sólo el edificio de Salamanca. Hay bastantes más.

-Claro. Cualquier universidad moderna tiene una sede principal y luego otras muchas. Y se caracteriza por la preparación del alumnado de cara a la profesión, y se mide por los títulos que extiende y las ofertas que hace. Eso lo puede hacer desde la sede, de Salamanca, pero también, en nuestro caso, lo podemos hacer desde Madrid, Oviedo, Santiago...Y hasta los Ángeles, de California. Nuestra universidad no es un seminario; significa universalidad.
De hecho y por esa razón, la universidad pontificia de Salamanca puede tener en estos momentos en torno a diez mil alumnos. Aunque no todos están en Salamanca.

-Lo cual es una pena, porque el edificio es precioso, y la ciudad, para pasear... y para vivir.
-La sede ideológica y de pensamiento es Salamanca, pero la escuela está compuesta por muchos investigadores y profesores que no viven en Salamanca.

-¿Qué hubiera sido de la Iglesia, incluso de la actual, sin un maestro como Francisco de Vitoria?
-Es el padre del pensamiento jurídico universal, del derecho internacional...de muchas cuestiones de gran trascendencia. Hay cosas que están copiadas directamente de él y de otros autores de su época.

-Es fascinante pasear y subir las escaleras de la universidad. Entre su arquitectura se respira conocimiento, a diferencia de otros edificios más modernos, de universidades más actuales. Como si estuviera impregnado en las paredes.
-Como dice un compañero mío, las piedras transmiten sabiduría.

-Yo creo que es así (risas).
-La UPSA fue suprimida en el siglo XIX y estuvo algunos años sin existir. Hasta 1940... Pero la tradición clásica, que viene de antaño, ya pronto va a cumplir su centenario.

-Me has contado que vuestra universidad tiene aproximadamente diez mil alumnos. ¿Y la facultad de Teología?
-...Unos mil doscientos, repartidos por unos treinta centros: Compostela, California, Murcia, Almería, toda Extremadura y toda Galicia, Pamplona, Oviedo, Zaragoza, León...y lo que me deje. Son 28 centros en concreto, más los tres de Madrid. Cada año estamos dando más o menos 84 títulos de bachillerato, que así es como llamamos a la finalización de los estudios eclesiásticos. No hay ninguna facultad más que conceda tantos títulos de bachillerato además de todos los cursos de licenciatura y de las más de cuarenta tesis que estaremos siguiendo en este momento, con los doctorados. Cada año no pueden matricularse muchos más de seis doctores, porque es importante que nuestros profesores dirijan cada tesis con calidad y seriedad.
Aunque una facultad moderna, aunque sea la de Teología, no es un seminario. Es una facultad al servicio de la diócesis española, pero extendida. Con el Plan Bolonia, facultades pequeñitas, como la de Salamanca, ahora pueden tener alumnos a distancia.

-Algún día hablaremos de cómo afecta ese plan a las universidades católicas. Ahora lo que sí me interesa es el número de alumnos presenciales que tenéis: mil doscientos en la Pontificia de Salamanca. Sean o no la mayoría de ellos sacerdotes, porque imagino que también habrá muchos laicos, parece que la Teología ha dejado de estar relegada. ¿Está ahora de moda, después de todo?
-Por lo que se refiere a los alumnos de los centros afiliados, que son los que se corresponden con los seminaristas, sí que son en su mayoría religiosos. Sin embargo, la mayor parte de los alumnos de los institutos de ciencia religiosa son seglares, que se preparan para dar clase de Religión o para cualquier otra acción catequética que requiera una idoneidad. Y ahí se nota que hay un gran deseo de conocer la Teología. Aunque, en lo que se refiere a España, creo que aún no es suficiente; que hay que seguir impulsando el conocimiento de la ciencia teológica. No hay más que ver que en Latinoamérica, sólo siguiendo uno de nuestros másteres, hay más de trescientos alumnos. Y son seglares, que pertenecen al mundo de la política y las ciencias de la información...
Ahora también, junto con una institución del Vaticano, estamos promoviendo un proyecto que relacione la Teología con el mundo de la empresa.

-...Para que luego digan que la Teología es un saber etéreo, que no entra en la realidad. ¡Si estás hablando de política, comunicación, actuación social y empresas!
-Es cierto que sobre todo en Europa y a partir de la socialdemocracia y del laicismo se está tendiendo a anular la religión católica. Pero también está comprobado que en muchos países existe un interés parlamentario por buscar las raíces religiosas, por la Teología.

-Para acabar de entender lo que es Europa, se esté o no de acuerdo con las actuales jerarquías: la creación de Europa no puede entenderse sin el cristianismo.
-Yo hablo desde el punto de vista científico, no tanto desde el magisterial: Europa dejaría de ser Europa si perdiera las raíces cristianas, que son las raíces grecolatinas... Raíces que tienen, incluso, su parte árabe (que no musulmana, preciso distinguir). Gracias a ellas conserva su identidad y, por lo tanto, si por desgracia las pierde, quedará esclavizada ideológicamente. O bien por la forma de pensar puramente anglosajona, liberal, de la Escuela de Chicago, o bien por otras propuestas que vengan de Oriente.

-Lo que está claro es que vivimos en una sociedad que, afortunadamente, tiene una Historia: de pensamiento, de construcción social... Ha ido evolucionando, pero negar las raíces de nuestra sociedad, incluso de nuestra democracia, sería de necios.
-Por eso yo, concretando la respuesta a tu pregunta inicial, soy optimista respecto al interés que en España y en Europa continúan despertando la Teología y las respuestas de la religión católica. Hay mucho que hacer y tenemos que trabajar todos juntos, aunque diferenciados por las características de cada facultad y cada universidad... Porque estamos en una relación de comunión, no de enfrentamiento, tenemos que dar respuesta a las exigencias del mundo actual de forma unitaria.

-Y siempre pudiendo discutir y debatir.
-Sí, sí, eso hace crecer. San Pablo habla de los diferentes carismas, y de lo importante de que los carismas estén al servicio de lo común.

-...como todas las partes de un mismo cuerpo.
¿Qué planes de futuro tiene la Facultad de Teología? Hemos visto que estáis lanzando seminarios, cursos... El patrimonio cultural de la Iglesia, Arqueología bíblica... ¿Estáis ampliando horizontes en ese sentido?
-La universidad hoy en día es muy dinámica...nos vamos abriendo. En las universidades católicas y sobre todo en la Facultad de Teología, la orientación marcada no nos impide conseguir ser plurales. Con esto quiero decir que se puede presentar un posgrado a la sociedad, a la comunidad universitaria, impartirlo durante cuatro años y, una vez agotadas las personas que accedieron a él, crear otro posgrado, igual pero distinto, más nuevo, que dé respuesta a los interrogantes más actuales, que se corresponda con la demanda.
Nos regimos por la sapiencia cristiana: nuestra base es el quinquenio, los cinco años de preparación del Bachillerato. Y después vienen los grados y los posgrados, antiguas licenciaturas. Pero además, como universidad católica, podemos tener título propio, título pontificio y título oficial reconocido por el ministerio.
Ahora la Facultad de Teología, en este sentido, está ofertando un máster en Sagrada Escritura, otro de Patrimonio Cultural, otro de Iniciación a la Pastoral Teológica... Son cosas científicas, pero a la vez muy sencillas: cómo leer las Sagradas Escrituras, cómo conocer los sacramentos, cuáles son las instituciones cristianas... Hay que animarse a tratar estos temas.

-Y más dentro de este mundo que está en continuo cambio, en el que parece que sólo puedes mostrar estas cosas encerrado, porque de lo contrario vas a parecer un bicho raro...
-También ahora tengo la suerte de dirigir uno, no exactamente en la Facultad de Teología, sobre mediación familiar. Lo creamos hace unos veinte años, pero con las nuevas leyes autonómicas, lo hemos vuelto a adaptar a los intereses europeos. Tiene validez civil y a nosotros nos importa mucho, porque la Iglesia tiene que reflexionar sobre las problemáticas familiares. El que le sigue será un proyecto de mediación penal.

-Resulta muy interesante por lo que hablábamos antes: que la política no se queda en el aire, y baja a la familia, a la política, a las empresas, a los hospitales... y también a las prisiones.
Es un soplo de aire fresco poder contar a nuestros oyentes y lectores que la Teología no es sólo hablar de ángeles...y demonios.

-Por supuesto que no (risas)... Tiene mucho más, aunque también hay que hablar de ángeles. La Teología responde muy bien a los tres oficios que tiene la Iglesia: el sacerdotal, el profético (que hoy sería el mundo de la enseñanza) y el del servicio, el de la caridad. No puede dedicarse sólo al primer oficio...

-Ángel Galindo también es mucho más que el decano de la Facultad de Teología de la UPSA. Ha traído unos cuantos libros suyos, de investigaciones... Y la revista de teología y pastoral que dirige, Corintios XIII, que se hace en colaboración con Cáritas, ¿no?
-Es de Cáritas. Cáritas tiene tres revistas: una es de divulgación, otra más de acción y documentación social, y ésta es teológico-pastoral: intenta reflexionar sobre las cuestiones de la caridad desde la antropología y la teología. Me propusieron ser el director y ya llevo cuatro años. Creo que es una revista buena, orientada a la reflexión de los agentes de la pastoral, y metida en la acción, como estamos diciendo.

-Eso, porque de entre todo lo muchísimo que se le puede reconocer a Cáritas, lo que salta a la vista es que está metida en el barro como nadie.
-Gracias a su acción caritativa hoy en día se están resolviendo en España muchos problemas. Y estoy muy ilusionado con trabajar con Cáritas este fin de semana próximo, en el congreso de El Escorial.

-Además este año, que es el año europeo del voluntariado y estamos en un contexto de crisis... y de propuestas para desdramatizarla, es vital que haya una voz tan asentada como la de Cáritas.
-Lo que desde la revista queremos que se entienda es que la acción social que Cáritas está realizando sólo tiene sentido desde el horizonte evangélico que tiene delante: que Jesucristo dijo que tratáramos a las personas dignamente porque todos somos iguales.

-Como el mensaje que los obispos han lanzado para el día del Corpus Christi: la eucaristía como vinculación sacramental y el ministerio de la caridad son importantísimos para la Iglesia.
Tienes un montón de publicaciones. ¿Cuáles son las últimas?

-La última es sobre algo de lo que ya hemos hablado, la teología de la familia. Ya desde el beato Juan Pablo II, gracias a su impulso, además de sobre el matrimonio, se está reflexionando sobre la teología de la familia.
También dirijo la revista Familia, y se nos ocurrió entonces convertir ese contenido en libro.

-Con colaboradores de mucho prestigio: José Ramón Flecha, Pedro Ignacio Fraile...y otros muchos profesionales del ámbito sociológico.
León XIII es un personaje fundamental para entender tanto la doctrina de la Iglesia como su aplicación a las propuestas cristianas del S.XX.
-Claro está. Por eso, con motivo de su centenario, además de un congreso, hicimos este otro libro. León XIII y su tiempo se enmarca dentro de una de mis partes preferidas de la Teología, la doctrina social de la Iglesia. Es otro libro de colaboración que ya tiene varios años y que hemos trabajado mucho en los másteres. A mí me ilusiona mucho tener una aportación en un libro que luego, en las clases, resulta tan productivo e interesante.

-Sí, además de ese sentimiento de permanencia que tenemos todos los que escribimos al pensar que alguien puede ir a una biblioteca a ojear un libro nuestro...
-No he traído el más característico, que es el Manual de moral socioeconómica, publicado en una colección de la HOAC de las que tanto éxito están teniendo en España y Latinoamérica.

-Estamos terminando, pero no quiero que nos vayamos sin hablar de un tema que de alguna manera llevamos tocando toda la entrevista: la vinculación de lo teológico con el mundo. En esta época de crisis en la que algunos se están empezando a plantear cambiar con cierta seriedad parte de las estructuras sociales que no funcionan, para ser más responsables con el mundo que nos toca y con el que vamos a dejar, ¿cómo es la presencia cristiana?Coordinas con Marta de la Cuesta un libro sobre la RSC (Responsabilidad social cooperativa): el papel de las empresas y de lo económico ante la resolución de un problema que agreda la dignidad de la persona.
¿Cuál es el papel del que quiere ser de verdad socialmente responsable? ¿Hay alguna posibilidad de que las empresas no utilicen esta RSC sólo para lavarse la cara, y sí hagan un compromiso creíble, cierto y perdurable en el tiempo?

-Hace unos años la RSC no existía. Ha habido que ponerle un marco y hacer que fuera reconocida por la sociedad. Pero hay empresas que la utilizan como marketing y no como verdadero compromiso ético. Para que todas logren ser viables, para mí es muy importante que se fusionen con otros proyectos. Por ejemplo, la promoción de los microcréditos, de los fondos éticos... Yo pertenezco a uno, de un gran banco, donde cinco asesores éticos vamos viendo qué empresas son las que cumplen la RSC, para que los clientes inviertan en ellas y saquen su dinero de aquellas que son corruptas, porque promueven la fabricación de armas u otros elementos inmorales, del ámbito de la ecología, del sexo, etc.

-Es cierto que, cuando ingresamos nuestro dinero en un banco, nos preocupamos de nuestra propia rentabilidad, pero no de hacia dónde revierte eso... Hasta que se nos clava en el corazón alguna película que nos descubre estas cuestiones, como El jardinero fiel o Diamantes de sangre.
Sólo ahí es cuando nos preguntamos cómo podemos vender armas, pagar bombas de racimo, consentir que los niños sean soldados sin reventar... Pero no nos terminamos de preocupar. Y, en ese sentido, la RSC y las personas que estáis metidas en los fondos éticos podéis informarnos sobre qué estamos financiando sin saberlo.
-Es muy importante. Yo suelo decir a los alumnos que, si invertimos a través de los bancos en una empresa que potencie la carrera de armamentos, somos corresponsables moralmente de lo que se haga con esas armas. Por lo tanto, ya que podemos decirlo al banco dónde queremos que invierta y dónde no, hagámoslo. Porque siempre pueden darse las paradojas de salir con una pancarta de "No a la guerra de Irak" y luego tener dinero invertido en la fábrica de armas X. A veces lo desconocemos, pero otras lo sabemos.
Es lo que Juan Pablo II llamaba "el empresario indirecto", y Benedicto XVI también habla de cómo la ética y la caridad a veces son manipuladas por el mundo empresarial.

-Si te parece, un día, dentro de un tiempo, podemos hacer una entrevista sobre este tema, porque creo que es muy serio, interesante y necesario de conocer. La ética de las empresas también acaba en uno mismo, que es el que las financia, al fin y al cabo.
-Claro. Lo que pasa es que en este mundo se pasa de todo, más aún de lo importante. Hay que caer en la cuenta de que cada individuo, cada familia, puede reorientar personalmente la sociedad, si se pone de acuerdo con los demás. Así vamos creando la sociedad participativa, la sociedad civil (que no la forman sólo los sindicatos)... Porque, de lo contrario, una sociedad vertical puede hacer mucho mal.

-Eso es, porque aunque las decisiones estén globalizadas, si somos corresponsables, podemos ir cambiando pequeñas cosas.
Ángel, muchísimas gracias. Nos hemos quedado sin tiempo pero hemos tenido una conversación muy interesante.

-Gracias a vosotros, ha sido un gusto. Tanto yo como todos los profesores de la Facultad de Teología estamos disponibles para futuras invitaciones. Todo lo que podamos aportar... Contaros lo que pensamos, lo que estamos haciendo...

-Muchas gracias. Este es un espacio de debate plural y abierto en el que todos, con respeto, tenemos el derecho y la obligación de participar. Seguiremos dando altavoz a todo el que tenga algo que decir.