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Servicio diario - 8 de junio de 2011

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Santa Sede

El Papa pide a los esposos cristianos el testimonio de la fidelidad conyugal

Encuentro entre el Papa y el director ejecutivo de UNODOC

Colombia: El Papa nombra obispo de Bucaramanga al padre Sánchez Cubillos

Pentecostés: Benedicto XVI recibirá a 1.400 gitanos en el Vaticano

Mundo

España: Emotiva despedida al sacerdote asesinado en Cartagena

Juan de Palafox se añade a los numerosos santos de Puebla (México)

La Iglesia ortodoxa rusa publica un documento sobre la cristianofobia

El Magnificat: una oración para tiempos nuevos

Actualidad

Cardenal Cordes: Juan Pablo II no quería “protestantizar” la Iglesia

Análisis

La última ocurrencia de los extremistas pakistaníes: prohibir la Biblia

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: “Juntos en Cristo”


Santa Sede


El Papa pide a los esposos cristianos el testimonio de la fidelidad conyugal
Es la “primera educación a la fe” para los hijos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI recordó hoy a las familias cristianas que el primer testimonio que están llamadas a dar es el de la fidelidad de los esposos.

Como es su costumbre, quiso dedicar esta Audiencia General a reflexionar sobre los momentos más importantes de su reciente viaje apostólico a Croacia, ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El Papa recordó que precisamente la clausura de la Jornada Nacional de las Familias era su principal objetivo en este viaje apostólico.

“Ha sido muy importante para mí, confirmar en la fe sobre todo a las familias, que el Concilio Vaticano II llamó 'iglesias domésticas'”, afirmó el Papa, recordando que Juan Pablo II, que visitó tres veces Croacia, “dio una gran importancia al papel de la familia en la Iglesia”.

“Con este viaje, he querido dar continuidad a este aspecto de su Magisterio”, afirmó Benedicto XVI.

“En la Europa de hoy, las naciones de sólida tradición cristiana tienen una especial responsabilidad en la defensa y promoción del valor de la familia fundada sobre el matrimonio, que es, por tanto, decisiva, tanto en el ámbito educativo como en el social”.

Este mensaje, subrayó, “tenía una particular relevancia para Croacia, que, rica en patrimonio espiritual, ético y cultural, se prepara para entrar en la Unión Europea”.

Recordando sus propias palabras en la Misa celebrada con las familias en el Hipódromo de Zagreb, el Papa destacó que la primera misión de los esposos es la de ser fieles uno al otro.

“En nuestros días, mientras por desgracia se constata la multiplicación de las separaciones y de los divorcios, la fidelidad de los cónyuges se ha convertido en sí misma un testimonio significativo del amor de Cristo”, afirmó.

Este amor “permite vivir el matrimonio para lo que es, es decir, la unión de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman, y se ayudan durante toda la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad”.

Es más, subrayó, la primera educación a la fe “consiste exactamente en el testimonio de esta fidelidad al pacto conyugal; de ella los hijos aprenden sin palabras que Dios es amor fiel, paciente, respetuoso y generoso”.

Después quiso recordar también la Vigilia con los jóvenes celebrada el pasado sábado en la plaza Jelačić.

“Allí me pude encontrar con la nueva generación croata, y percibí toda la fuerza de su fe joven, animada por un gran empuje hacia la vida y su significado, hacia el bien, la libertad, se puede decir que hacia Dios”, reconoció el Papa.

“A ellos les repetí la pregunta que Jesús hizo a sus primeros discípulos: '¿Qué buscáis?', pero les he dicho que Dios los busca a ellos antes y con más ahínco con el que ellos le buscan a Él”, subrayó.

También citó la celebración en la catedral con los sacerdotes, obispos, seminaristas y religiosos croatas, donde pudo venerar la tumba del cardenal beato Alojzije Stepinac.

“A la luz de su testimonio, animé a los obispos y presbíteros en su ministerio, exhortándoles a la comunión y a la misión apostólica; replanteé a los consagrados la belleza y la radicalidad de su forma de vida; invité a los seminaristas, novicios y novicias, a seguir con alegría a Cristo que les ha llamado por su nombre”.

Por último, se refirió a su encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo político, académico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplomático y con los líderes religiosos, reunidos en el Teatro Nacional de Zagreb.

Allí subrayço que “la más profunda vocación de Europa, que es la de custodiar y renovar un humanismo que tiene raíces cristianas y que se puede definir como 'católico', es decir universal e integral”.

El humanismo católico “pone en el centro la conciencia del hombre, su apertura trascendente y al mismo tiempo, su realidad histórica, capaz de inspirar proyectos políticos diversificados pero que convergen en la construcción de una democracia sustancial, fundada sobre los valores éticos radicados en la misma naturaleza humana”.

“Mirar a Europa desde el punto de vista de una nación de antigua y sólida tradición cristiana, que es parte integrante de la civilización europea, mientras se prepara para entrar en la Unión política, ha hecho sentir nuevamente la urgencia del reto que interpela hoy a todos los pueblos de este continente: la de no tener miedo de Dios, del Dios de Jesucristo, que es Amor y Verdad, y que no le quita nada a la libertad, sino que la restituye a sí misma y le da el horizonte de una esperanza fiable”, concluyó.

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Encuentro entre el Papa y el director ejecutivo de UNODOC
Mayor sinergia en el campo de la prevención de las drogas
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Al término de la Audiencia general de hoy, el Papa Benedicto XVI se encontró con Yury Fedotov, director ejecutivo de UNODOC, la agencia de la ONU para luchar contra la droga y el crimen.

Teniendo presente las crecientes colaboraciones de UNODOC con las organizaciones religiosas, y reconociendo el importante papel en la promoción de sociedades sin crímenes y sin droga, Fedotov afirmó que con sus mil millones de fieles, la Iglesia católica “se encuentra en una posición privilegiada para difundir entre la gente mensajes clave para prevenir el crimen y el uso de estupefacientes”.

La audiencia con el Papa – refiere un comunicado de UNODOC relanzado por Radio Vaticano – ha representado por tanto una ocasión para intensificar la sinergia existente con la Iglesia católica, especialmente en el campo de la prevención de las sustancias estupefacientes, de la promoción de la salud, de la lucha a la criminalidad, al tráfico de seres humanos.

Estos temas han sido afrontados también durante los encuentros que, en estos días, el director ejecutivo de UNODOC ha mantenido con el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las relaciones con los Estados, y con el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”.

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Colombia: El Papa nombra obispo de Bucaramanga al padre Sánchez Cubillos
Relevos en dos diócesis brasileñas
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El Papa nombró obispo de la diócesis colombiana de Tibú al dominico Omar Alberto Sánchez Cubillos, hasta ahora superior del convento Cristo Rey de Bucaramanga (Colombia), informó este miércoles la Oficina de Información de la Santa Sede.

El obispo electo nació en Cogua, en la diócesis de Zipaquirá, el 20 de septiembre de 1963. Realizó sus estudios eclesiásticos en el Studium Generale de la orden de los predicadores en Colombia.

Se licenció en Filosofía y Ciencias Religiosas en la Universidad Santo Tomás de Bogotá y en Teología Dogmática en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino de Roma.

Se especializó en Gerencia de Instituciones de Educación Superior en la Universidad Santo Tomás de Bogotá.

Emitió su profesión religiosa solemne en 1989 y fue ordenado sacerdote en 1990. Ha sido párroco, profesor de la Universidad Santo Tomás de Bogotá, director del Centro de Educación a distancia en Villavicencio y presidente del Consejo Directivo de la Corporación Dominicana Opción Vida, Justicia y Paz.

En su orden, ha sido consejero de la provincia San Luis Bertrán, prior del convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, rector del santuario mariano nacional, superior de la Casa José de Calasanz y prior del convento Cristo Rey de Bucaramanga.

Brasil

Por otra parte, para Brasil, Benedicto XVI aceptó hoy la renuncia del obispo de Campos, presentada por monseñor Roberto Gomes Guimarães, por razones de edad, y nombró para sustituirlo al hasta ahora obispo auxiliar de Niterói, monseñor Roberto Francisco Ferrería Paz.

El obispo electo de Campos nació en 1953 en Montevideo (Uruguay) pero es ciudadano brasileño desde hace muchos años.

Estudió Filosofía en el seminario mayor de Porto Alegre y Teología en el Instituto Teológico de la arquidiócesis de São Sebastião de Río de Janeiro.

Se especializó en Historia en la Universidad de Montevideo y en Derecho Canónico en el Instituto Superior de Derecho Canónico de Río de Janeiro.

En 1989 fue ordenado sacerdote para la diócesis de Porto Alegre, donde ha ejercido su ministerio en varias parroquias, ha enseñado Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Católica y en el seminario mayor de Viamão.

Ha sido juez del tribunal eclesiástico, asistente espiritual arquidiocesano del Movimiento Encontro de Casais com Cristo, coordinador pastoral del vicariato de la cultura y vicario judicial del tribunal interdiocesano regional de segunda instancia.

También responsable para el sector del ecumenismo y del diálogo interreligioso, presidente de la comisión arquidiocesana para las comunicaciones sociales, supervisor teológico del periódico Novo Milênio y miembro del colegio de consultores.

En 2007 fue nombrado obispo auxiliar de la arquidiócesis de Niterói y titular de Accia y recibió la ordenación episcopal el 22 de febrero de 2008.

Además, el Papa aceptó la renuncia del obispo de Barra do Pirai-Volta Redonda, presentada por monseñor João Maria Messi, OSM, por razones de edad, y nombró como su sucesor a monseñor Francisco Biasin, transfiriéndolo de la sede de Pesqueira.

Monseñor Biasin nació en la localidad italiana de Arzecavalli en 1943. Estudió Filosofía y Teología en el seminario diocesano de Padua y se especializó en catequesis en los Salesianos de Milán.

Como sacerdote en Padua fue vicario de la parroquia de Fossò y asistente eclesiástico de la Acción Católica del decanato y profesor de religión en Escuelas Estatales.

Enviado como sacerdote Fidei donum a Brasil, trabajó en distintas diócesis del estado de Río de Janeiro, ejerciendo diversos cargos, entre ellos el de director espiritual y profesor de Pastoral y Teología Espiritual en el seminario interdiocesano Pablo VI en Nueva Iguazú, y el de vicario general y administrador diocesano de Itaguaí.

Volvió a Padua donde fue responsable de la Oficina misionera diocesana y director de las Obras Misioneras Pontificias de la diócesis. El 2003 fue nombrado obispo de Pesqueira.

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Pentecostés: Benedicto XVI recibirá a 1.400 gitanos en el Vaticano
Aniversario del nacimiento del beato Ceferino
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).– El Papa recibirá a unos 1.400 gitanos el sábado que viene al mediodía, anuncio el Consejo Pontificio para la Pastoral de los migrantes y los itinerantes.

Desde hace décadas, congresos pastorales organizados por este dicasterio han atraído al Vaticano a miles de gitanos.

Gitanos de distintas etnias -roms, sintis, manuches,...- llegados de toda Europa peregrinarán a Roma en Pentecostés, 150 aniversario del nacimiento del primer gitano reconocido mártir de la fe, el beato Ceferino Giménez Malla, víctima de la persecución religiosa en España en 1936.

Fue fusilado por defender a un sacerdote y por negarse a deshacerse de su rosario, tal y como le había aconsejado un amigo anarquista que le quería salvar.

El presidente del dicasterio, monseñor Antonio Maria Vegliò, recibirá a los participantes de la peregrinación el sábado 11 de junio y destacará el compromiso creciente de las personas itinerantes en el seno de la Iglesia, donde pueden, dijo, “encontrar un apoyo en su existencia, a menudo marcada por la marginación y la desconfianza”.

Cuatro testimonios, entre ellos el de un superviviente de los campos de concentración nazis, ilustrarán a Benedicto XVI la vida de los itinerantes.

Los gitanos y los papas

Pablo VI quiso encontrarse con una comunidad de gitanos el 26 de septiembre de 1965 en Pomezia, cerca de Roma. Juan Pablo II recibió a los participantes de distintos congresos en Roma y, en el gran Jubileo del año 2000, pidió perdón por los pecados cometidos por miembros de la Iglesia católica contra los gitanos.

Actualmente hay unos 36 millones de gitanos en el mundo, de los cuales 18 millones en India, su país de origen, y entre 12 y 15 millones en Europa, especialmente en el Este.

El beato Ceferino fue beatificado por Juan Pablo II en Roma el 4 de mayo de 1997. Al recibir a un grupo de gitanos franceses, declaró que “Ceferino fue un gitano admirable por su sabiduría y por la seriedad de su vida de hombre y de cristiano”, así como “un bello ejemplo de fidelidad en la fe para todos los cristianos, sobre todo para vosotros, los gitanos, que estáis cerca suyo por la nacionalidad y la cultura”.

El primer beato gitano

Ceferino Giménez Malla, conocido como El Pelé, fue un laico mártir nacido en 1861 y fallecido en 1936.

Había estado casado primero según la costumbre gitana, pero en 1874 pidió y recibió el sacramento del matrimonio en la Iglesia. No tuvo hijos biológicos, aunque adoptó a una de las sobrinas de su esposa y la trató como a una hija.

Montaba a caballo y se desplazaba de feria en feria. “Es difícil ser comerciante sin pecar”, constataba.

Sin embargo, su honestidad y sabiduría permitieron que fuera elegido, a pesar de ser analfabeto, uno de los diez concejales de la ciudad aragonesa de Barbastro.

Artífice de paz, a menudo actuaba como mediador entre sus iguales: se le llamó “el alcalde de los gitanos”. El propio obispo, monseñor Florentin Asensio Barroso, no dudó en consultarle.

Se convirtió en terciario franciscano en 1926 y también formó parte de la conferencia de San Vicente de Paúl, dedicándose a los enfermos y a los más pobres.

Al final de su vida, iba a misa cada día y participaba asiduamente en la adoración eucarística los jueves y, una vez al mes, por la noche. Enseñaba el catecismo a los niños y siempre llevaba su rosario.

Durante la persecución religiosa que precedió y acompañó la Guerra Civil española, fue arrestado por milicianos por haber defendido a un joven sacerdote.

Encarcelado, rechazó deshacerse de su rosario, lo cual le habría valido la libertad. Fue fusilado el mismo día que su obispo y ambos fueron también beatificados el mismo día.

Murió tras clamar ¡Viva Cristo Rey! Su cuerpo fue arrojado a una fosa común y nunca fue hallado.

[Por Anita S. Bourdin]

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Mundo


España: Emotiva despedida al sacerdote asesinado en Cartagena
Monseñor Lorca invita a dejar que hable la justicia de Dios
CARTAGENA, martes 7 de junio de 2011 (ZENIT.org).- La diócesis de Cartagena despidió este martes con gran conmoción al sacerdote Ricardo Muñoz Juárez, asesinado el pasado viernes 3 de junio por unos ladrones que habían entrado a robar en su casa, según las primeras investigaciones policiales.

El obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, presidió la misa exequial de este sacerdote castrense jubilado de 82 años, muy conocido y querido en la ciudad.

La ceremonia tuvo lugar a la misma hora –las diez de la mañana- y en el mismo lugar –la iglesia de la Caridad de Cartagena- donde el presbítero solía celebrar la eucaristía

Después de que el cuerpo sin vida de Ricardo Muñoz fuera velado durante toda la noche, centenares de personas, entre ellas numerosos sacerdotes, familiares –también la hermana que vivía con él y sufrió el violento robo- y amigos suyos llenaron el templo durante la misa exequial.

En la homilía, monseñor Lorca invitóaintentar vivir con esperanza estos momentos difíciles y a a dejar que hable la justicia de los hombres, pero sobre todo la justicia de Dios,que es quien realmente puede conocer el fondo y la totalidad de lo que ha acontecido.

Al final de la ceremonia, un capellán castrense leyó un semblante del fallecido y aportó un dato desconocido para muchos de los asistentes: el sacerdote, dedicado a la evangelización en el mundo militar, había publicado un libro sobre la paz.

“Ha muerto violentamente alguien que defendía la paz”, comentó a ZENIT el responsable de medios de comunicación de la vicaría de Cartagena, Joaquín Ferrando, quien, junto al sacristán de la iglesia de la Caridad, fue quien halló el cuerpo sin vida de Ricardo Muñoz el viernes por la mañana.

Muchos de los asistentes recordaban la afabilidad y la peculiar figura del sacerdote paseando por las calles en sotana. “No sé si será mi última catequesis”, respondía a los que le preguntaban por su vestimenta.

Robos con violencia

El viernes pasado, don Ricardo Muñoz no se presentó a las diez de la mañana a celebrar la misa en la iglesia de la Caridad.

Su cuerpo sin vida, con un fuerte golpe en la nuca, fue hallado en su casa, la única vivienda de un edifiio de oficinas de la calle Mayor de Cartagena, que apareció totalmente desordenada. En el robo, su hermana fue maniatada y cubierta con una manta.

La policía continúa investigando, pero por el momento no ha podido detener a los ladrones.

El pasado mes de marzo, dos ancianos sacerdotes fueron brutalmente agredidos en su casa de Barcelona, también en un violento robo.

Uno de ellos ha perdido la vista y movilidad; el otro todavía permanece ingresado en el hospital congraves problemas cerebrales.

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Juan de Palafox se añade a los numerosos santos de Puebla (México)
Siguen los festejos por el nuevo beato
PUEBLA / CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org - El Observador).- Con la beatificación de Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles y arzobispo de México, se incrementa el porcentaje de santos, beatos y venerables que han tenido relación directa con esta entidad y finalmente con México, según reporta la archidiócesis de México.

Los primeros beatos con los que contó la región fueron los tres niños indígenas mártires de Tlaxcala, que fueron beatificados por Juan Pablo II el 6 de mayo de 1990. Dos de estos tres infantes: Juan y Antonio, fueron linchados por odio al naciente cristianismo en el Nuevo Mundo hacia 1529. Ambos casos están perfectamente documentados y los dos murieron justamente en Puebla.

Otro caso relevante es el beato Sebastián de Aparicio (1502-1600), quien nació en Galicia, España, y murió en la ciudad de Puebla, donde yacen sus restos incorruptos en la Iglesia de San Francisco. Este beato logró hacer una gran fortuna en las minas de Nueva España; introdujo la carreta para aligerar la explotación de los indígenas y por consiguiente, fue uno de los pioneros en la construcción de caminos en el país. Tras haber enviudado, donó toda su fortuna, de más de 20.000 pesos, al convento de las hermanas clarisas e ingresó a la Orden Franciscana para servir a los pobres con toda humildad.

Sebastián de Aparicio fue beatificado por Pío VI el 17 de mayo de 1789 y se le considera como el patrono de los transportistas.

El ejemplo más relevante de santidad es el de san José María Yermo y Parres, sacerdote canonizado por Juan Pablo II. Nació en el Estado de México y falleció en Puebla el 20 de septiembre de 1904, tras haber fundado escuelas, orfanatos, hospitales, casas de descanso para ancianos y la familia religiosa de las “Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres”.

En Puebla también yacen los restos de la venerable María de Jesús de Tomelín del Campo (1579-1637), mejor conocida como “El Lirio de Puebla”. Los restos de esta religiosa de vida ejemplar yacen en la capilla de Santa Gemma, en Avenida 4 Oriente Nº 412, y su causa de beatificación la quería introducir el ahora beato Juan de Palafox, pero fue su sucesor Diego Osorio de Escobar, quien abrió la causa en 1735. El 21 de julio de 1785, Pío VI reconoció las virtudes de la Venerable.

Esta religiosa, a quien le atribuyen dotes de vidente, profetizó que tras la muerte del obispo de Puebla, Gutiérrez Bernardo de Quiroz, le sucedería un pastor “justo y santo” quien padecería “grandes trabajos, adversidades y contradicciones”. Se refería a Juan de Palafox quien por aquellos días ni siquiera era sacerdote.

Finalmente, Juan de Palafox, tras varios siglos de gestiones, alcanza la gloria de la beatificación y parte de sus reliquias quedarán en la catedral de Puebla y en la de México.

Por su parte, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, y el Venerable Cabildo de la Catedral Metropolitana, invitan a participar de la recepción solemne de las venerables reliquias del beato Juan de Palafox y Mendoza, virrey y arzobispo en México, el próximo miércoles 22 de junio.

El programa de este acto extraordinario será el siguiente:

9:00 horas. Inicio de la solemne procesión de las reliquias, que partirán de la Parroquia de la Santa Vera Cruz (Av.Hidalgo frente a la estación de Metro) hacia la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de México.

La procesión de las reliquias recorrerá las avenidas Hidalgo, Eje Central, 5 de Mayo y finalmente llegará al atrio del recinto, donde serán recibidas por el cardenal Rivera Carreray los venerables cabildos de Catedral y de Guadalupe.

10:00 horas. Recepción de las Venables reliquias del Beato Palafox en la Catedral de México. Apertura de la Puerta Jubilar, concesión de Indulgencia Plenaria para todos los fieles que, bajo las condiciones requeridas, ingresen por ella. Celebración litúrgica, Veneración de las reliquias. Te Deum.

10:30 horas. Mensaje del arzobispo de México.

19:30 horas. Magno Concierto de la Orquesta Sinfónica de Minería en honor del Beato Juan de Palafox y Mendoza.

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La Iglesia ortodoxa rusa publica un documento sobre la cristianofobia
Apuesta por dialogar, condenar la violencia y defender eficazmente a los cristianos
SAN PETERSBURGO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).– La discriminación religiosa sólo podrá vencerse a través de la ampliación de un diálogo que implique a los Estados, las organizaciones internacionales, las distintas confesiones y los representantes de la sociedad civil.

El sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa lo indica en un reciente documento que trata con “una profunda inquietud” el aumento de los episodios de cristianofobia en el mundo, informa L'Osservatore Romano.

Para el patriarca de Moscú, la cristianofobia “se manifiesta sobre todo cuando las diferencias religiosas se utilizan con fines políticos, principalmente por grupos extremistas cuyos objetivos son incompatibles con el bien de la sociedad en su conjunto”.

Este tipo de manifestaciones “merece una condena explícita de todas las fuerzas regulares de la sociedad, incluidos representantes de instituciones públicas y responsables religiosos”.

De ahí el llamamiento de la Iglesia ortodoxa rusa -dirigido a la comunidad internacional, a los responsables religiosos y a todas las autoridades públicas- a “elaborar mecanismos integrales y eficaces de defensa de los cristianos y de las comunidades cristianas que sufren persecuciones o restricciones en su existencia y en sus actividades religiosas”.

En este documento adoptado en San Petersburgo, el sínodo del patriarcado de Moscú recuerda los recientes acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad egipcia de Giza, donde “se quemaron iglesias cristianas y murieron fieles de la Iglesia copta durante los desórdenes de la multitud”.

El documento los considera manifestaciones de cristianofobia que “ya no pueden interpretarse como incidentes ocasionales: en ciertas regiones del mundo se trata de una costumbre”.

“Actos de vandalismo vinculados al extremismo religioso, restricciones a la libertad de culto y de creación de las propias instituciones de enseñanza, sentencias judiciales especialmente duras (hasta llegar a la pena de muerte por blasfemia): la Iglesia ortodoxa rusa enumera las discriminaciones que, en algunos países, hacen de los cristianos “ciudadanos de segunda categoría””, destaca el diario vaticano.

También observa, en los países donde la mayoría está compuesta por personas de confesión cristiana, “un laicismo rígido, incluso agresivo, que tiende a expulsar a los cristianos de la esfera pública, mientras que las declaraciones y los actos dictados por la fe cristiana, en primer lugar los que se refieren a la evaluación moral de los acontecimientos, suscitan una reacción negativa”.

El patriarcado de Moscú asegura no tener ninguna intención de inmiscuirse en los asuntos internos de los países: “el cristianismo enseña a sus fieles a obedecer la ley y a respetar los gobiernos legales”, afirma el documento.

Pero añade que los Estados, responsables de sus ciudadanos “tienen la obligación de respetar la dignidad y los derechos de todos y, en consecuencia, de garantizar la libertad de religión y la seguridad de las comunidades religiosas”.

Nadie puede ser discriminado por su fe, recuerda la Iglesia ortodoxa, y su condena se extiende también a las formas de antisemitismo y de islamofobia.

[Por Marine Soreau]

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El Magnificat: una oración para tiempos nuevos
Carta pastoral de la Conferencia Episcopal de Nicaragua
MANAGUA, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Los obispos de Nicaragua, el pasado 31 de mayo, en la fiesta de la Visitación de María, han escrito una carta pastoral sobre “El Magnificat: una oración para tiempos nuevos”, en este país centroamericano que vive un “año de oración”, decretado por la Conferencia Episcopal.

Mientras se encaminan hacia un día de ayuno nacional por Nicaragua el próximo 1 de julio, los prelados invitan a implorar a la Virgen por la situación del país, comprometiéndose a rezar el rosario personalmente, en las familias y en las comunidades.

Citan a Benedicto XVI que, en 2007, exhortaba en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida: “Permanezcan en la escuela de María. Inspírense en sus enseñanzas”.

Los obispos ofrecen una reflexión bíblica sobre el Magnificat, y exhortan a orar y meditar a la luz de “esta bella oración de la Virgen”.

El Magnificat, dicen, es como “el espejo del alma de María” (Puebla, 297), es la oración de los pobres auténticos del pueblo de Israel: “Lo primero que María nos enseña es algo tan sencillo como dejarnos mirar por Dios, sentirnos acogidos y envueltos en su ternura, en su perdón, en su amor incondicional”, “¡Descubrámonos amados por Dios como María!”, afirman.

“En Nicaragua, cada uno personalmente y todos como comunidad nacional, superemos los miedos, la indiferencia egoísta y la autosuficiencia de quien se apoya en sí mismo. Reconozcamos con gratitud que lo mejor de nuestra vida y las muchas riquezas de la cultura y de la historia de nuestra patria han sido un don gratuito de Dios, que siempre llena de bendiciones a quienes se abren a su gracia con libertad y responsabilidad”, subrayan.

Afirman los pastores que el Magnificat es el prólogo de las Bienaventuranzas proclamadas por Jesús: “Ella nos enseña que la felicidad anunciada  en el Evangelio no se basa en la avidez y la posesión de bienes materiales, ni en los goces pasajeros que nos engañan y deshumanizan, ni en la ambición desmedida de poder sobre los demás a toda costa”.

“En el Magnificat la Virgen María aparece libre de la ansiedad y la inquietud que nacen del egoísmo, del orgullo y de la búsqueda de los propios intereses. Se presenta más bien con la serenidad profunda de quien se sabe acogida y bendecida por el amor de un Dios que colma todos sus deseos. En María vemos lo que acontece cuando alguien permite que Dios intervenga en la propia vida y le cede el protagonismo de la propia existencia. Ella nos muestra hasta dónde puede llegar la acción misericordiosa de Dios, que siempre está llamando a la puerta de nuestro corazón y de nuestra sociedad para colmarnos de vida y de felicidad”, añaden.

“Como creyentes debemos vivir con serenidad y esperanza, sabiendo que nuestra vida y la historia de nuestra patria, ‘de generación en generación’, se verán bendecidas por la fidelidad amorosa de Dios. Su perdón infinito y su providencia cotidiana nos protegerán y auxiliarán en todo momento, siempre que nos esforcemos por discernir su voluntad y seguir sus caminos”, exhortan los obispos.

“Desde su experiencia personal de la gracia divina, María mira en derredor y contempla la historia”. “Ve la historia más allá de las apariencias y ve cuál es el fondo de la realidad, descubriendo quiénes para Dios están arriba y quiénes abajo, quiénes están llenos y quiénes vacíos, quiénes cerca y quiénes lejos”, escriben los obispos.

María, señalan, “no es indiferente frente a los problemas de su pueblo”. “De ella debemos aprender que es exigencia de nuestra fe conocer y comprender la realidad social y política del país, comprometernos en transformarla sabiendo que Dios se inclina siempre a favor de los pobres y denunciar con valentía todo aquello que se oponga a los valores evangélicos de la justicia, la verdad y la fraternidad”.

María, en su mirada profética, “ve a los hambrientos ya saciados, a los humildes y abatidos exaltados y a los ricos y poderosos despedidos con las manos vacías. Los soberbios de corazón, los arrogantes y orgullosos que buscan sus intereses y exigen que se rinda culto a su personalidad (Rom 1,30; 2 Tim 3,2; St 4,6; 1 Pe 5,5), se pierden y se dispersan por autodivinizarse, siguiendo sus caminos y no los de Dios. Los poderosos que ejercitan el dominio en modo despótico y autoritario consolidándose en modo prepotente y tiránico sobre los demás (Lc 22,25), actúan como si Dios no existiera y por eso Dios mismo los destrona y derriba. “Los tronos de los poderosos de este mundo son todos provisionales, mientras el trono de Dios es la única roca que no cambia y no cae” (Benedicto XVI, Rezo del Rosario, San Pedro 31.05.08)”.

Exhortan a, como discípulos de Jesús, “aprender a corregir continuamente nuestra percepción de la realidad del mundo”. A imitación de María, deben esforzarse por “ver y comprender siempre a las personas, las relaciones sociales y los procesos políticos desde la perspectiva de Dios y de su voluntad”. “A los pobres hay que respetarlos en su dignidad: debemos comprometernos en su promoción humana integral más allá del puro asistencialismo económico y hacer que sean sujetos de su propia historia”.

Y concluyen los obispos invitando a todos a orar “como María para ser como ella, hombres y mujeres contemplativos, capaces de ver con mirada de fe la realidad y de comprometernos con el Reino de Dios”.

“Iluminados interiormente por el Espíritu Santo en la oración y guiados por la Palabra de Cristo, descubrámonos siempre amados por Dios, vivamos con alegría y esperanza y colaboremos con sabiduría para construir un país más humano y desarrollado, más justo y pacífico”.

Por Nieves San Martín 

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Actualidad


Cardenal Cordes: Juan Pablo II no quería “protestantizar” la Iglesia
La “nueva evangelización” necesita a sacerdotes y laicos en su propio papel
ROMA, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El concepto de “nueva evangelización”, que pone de relieve el papel de los laicos en la Iglesia, no significó en absoluto para Juan Pablo II una “protestantización” de la Iglesia, ni una minusvaloración del papel del sacerdote, sino al contrario.

Así lo afirma el cardenal Paul Josef Cordes, que fue durante muchos años presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, y luego del Consejo Pontificio “Cor Unum”, en un artículo publicado el pasado fin de semana por L'Osservatore Romano.

En él, el purpurado explica cómo nació el concepto “nueva evangelización” en la mente de Karol Wojtyla, y cómo entendía el papa polaco que debía llevarse a cabo este esfuerzo evangelizador.

Esta “nueva evangelización” debe ser un esfuerzo de todo el cuerpo eclesial en comunión, en el que laicos y sacerdotes sepan responder a las exigencias de su vocación propia sin rivalidades ni superposiciones, y en el que haya una predicación eminentemente cristológica.

Comenzó con la cruz

“Desde la cruz de Nowa Huta ha comenzado la nueva evangelización: la evangelización del segundo milenio”. Estas palabras fueron pronunciadas en 1979, en su histórico viaje a Polonia, por Juan Pablo II, en la “ciudad sin Dios” comunista en la que la resistencia de los obreros cristianos consiguió levantar una gran cruz y una iglesia.

Sin embargo, subraya el cardenal Cordes, los episodios de Nowa Huta no se comprenden si no se sabe que, en realidad, el cardenal Karol Wojtyla había convocado en la provincia eclesiástica de Cracovia un Sínodo, que desde 1972 implicaba a toda la Iglesia local, obispos, sacerdotes y laicos, en la comprensión y actuación del Concilio Vaticano II.

Esta asamblea tenía como objetivo, subraya el cardenal Cordes, reunir al número más grande posible de fieles y sacerdotes, con gran riesgo pues el régimen comunista prohibía las organizaciones laicales católicas.

En el Sínodo, y poco después en sus primeras enseñanzas magisteriales como papa, Juan Pablo II incorporó el término “nueva evangelización” asociado al de “misión de todos los bautizados”, en el que subrayaba el papel de los laicos en ella.

Pero esto, subraya el cardenal Cordes, no significaba disminuir ni ignorar el ministerio ordenado, como algunos han querido ver en la doctrina conciliar.

Evoca su propia experiencia personal, pues en esos años el purpurado viajó mucho a Polonia, y entabló una relación de amistad con el futuro papa.

“Puedo asegurar que los católicos polacos sienten gran estima y respeto por sus propios sacerdotes”, afirmó. “Sería difamar a Karol Wojtyla si, por el énfasis puesto en la participación de todos los bautizados en la evangelización, se le quisieran imputar intenciones protestantizantes”.

Sacerdotes indispensables

En este sentido, quiso recordar la primera carta de Juan Pablo II a los sacerdotes, el Jueves Santo de 1979, en el que expresaba el dolor de las comunidades católicas que se veían privadas de sacerdotes, un dolor que presumiblemente sentían muchos tras el Telón de Acero.

“A veces sucede que se reúnen en un santuario abandonado, y ponen en el altar la estola, aún conservada, y recitan todas las plegarias de la liturgia eucarística; y en el momento que corresponde a la transubstanciación, cae sobre ellos un profundo silencio, a veces interrumpido por el llanto, ¡tan ardientemente desean escuchar las palabras que sólo los labios de un sacerdote pueden pronunciar eficazmente!”, narraba el papa polaco.

Hoy, afirma el cardenal Cordes, “es urgente afirmar la insustituibilidad de los sacerdotes”, y alega que el mayor problema no es la “mancha” a su estima provocada por los escándalos de abusos en los últimos años.

Al contrario, es mucho más grave “la cada vez más extensa indiferenciación de la figura del presbítero”, afirma, poniendo en guardia contra la extensión de la implantación, en varios países de Europa, de “unidades pastorales” en las que muchas veces el sacerdote tiene un papel secundario, y en el que el factor decisivo de la pastoral es “una administración según principios sociológicos, reduciendo las oportunidades de infundir o promover la fe a través de una relación personal, el testimonio y la confianza madurada en el tiempo”.

“El ministerio ordenado está ensombreciéndose lentamente”, advierte, subrayando la necesidad de “poner de relieve el perfil teológico del presbiterado a través de las Escrituras y el magisterio de la Iglesia”.

En este sentido, invita a releer el decreto conciliar Apostolicam actuositatem, sobre la complementación de los sacerdotes y los laicos en el apostolado, así como la Lumen Gentium.

No al clericalismo

Sin embargo, el cardenal Cordes advierte contra una reacción “también extremista” contra esta situación, mediante un clericalismo que se remite “a un concepto de santidad de tipo histórico-religioso, a través de una separación del mundo, sin tener en cuenta que la santidad de Cristo único sacerdote la da su misión en el mundo y el sacrificio de la propia vida”.

“En lugar de razonar bíblicamente, se mira al sacerdote como 'representante cultual', hombre de lo sagrado, cuyo lugar no está ante todo en el pueblo de Dios, sino que se pone frente a él como figura distinta”.

Este punto de vista “se interesa sólo a lo que distingue al sacerdote de los laicos, porque estos evidentemente se han convertido en peligrosos adversarios para el papel de los presbíteros”, un punto de vista “equivocado”, según el purpurado alemán.

“¿No son quizás los nuevos movimientos espirituales los que han dado a la Iglesia el mayor número de vocaciones en el pasado reciente, a pesar de que están fundados sobre todo por laicos y a pesar de que las posiciones de mayor responsabilidad en su interior sean llevadas por laicos?”, se pregunta.

En este tema, recuerda un estudio del propio cardenal Wojtyla en 1972 (La renovación en sus fuentes), en el que el futuro papa abordaba la cuestión, afirmando que el Concilio Vaticano II había puesto de manifiesto “la multiplicidad y la diversidad de las vocaciones dentro de la Iglesia”.

La lectura correcta es por tanto, subraya el cardenal Cordes, la de la Iglesia como un único cuerpo en el que la acción de todos sus miembros – cada uno en su estado y con una vocación propia – se complementan hacia el mismo fin.

Qué es evangelizar

Por último, el cardenal Cordes vuelve de nuevo a aquella visita histórica a Polonia en 1979, para rastrear otra de las pistas que Juan Pablo II dejaba a la Iglesia sobre la “nueva evangelilzación”.

El papa polaco “aprovechó el encuentro en Nowy Targ con los habitantes de la meseta para un gesto muy significativo”: algunos jóvenes de Oasis (un movimiento juvenil fundado en Roma en noviembre de1950 al que Juan Pablo II tenía mucho aprecio), llevaron cestos de pan llenos de Biblias.

“Él mismo distribuyó en la distribución de los libros, entonces extremadamente raros, ilustrando con este gesto que el hombre no vive sólo de pan”, recuerda el cardenal Cordes.

La naturaleza humana, reflexiona el purpurado, “tiende a dar preferencia a la realidad social y a cuanto puede ser alcanzado con las propias fuerzas. Incluso dentro de la evangelización, la atención se ha concentrado prevalentemente en elementos mundanos: justicia y paz, salvaguarda de la creación, discusiones sobre valores y derechos humanos”.

Todo esto, afirma, “ciertamente tiene que ver con el Evangelio, pero no se refiere aún a la cuestión de la fe. Incluso puede oscurecer la sustancia del mensaje divino”.

Juan Pablo II, visitando una parroquia romana en 1989, reafirmó que “en la evangelización no es suficiente proclamar los valores cristianos”, sino que “para poder hablar de evangelización, es necesario que ésta se refiera a los contenidos de la fe”, recuerda el cardenal alemán.

Seguidamente, en la encíclica Redemptoris missio de 1990, el papa remarcaba esta puntualización, al afirmar que una evangelización dirigida sólo a la transmisión de los “valores del Reino”, es decir, la paz, la justicia, la libertad y la fraternidad, corría el riesgo de “dejar de lado la persona de Jesucristo”.

Contra esta concepción, concluye el cardenal Cordes, se expresaba Juan Pablo II, recordando que “el reino de Dios no es un concepto, una doctrina, un programa sujeto a libre elaboración, sino que es ante todo una persona, que tiene el rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen de Dios invisible”.

Por Inma Álvarez

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Análisis


La última ocurrencia de los extremistas pakistaníes: prohibir la Biblia
Mientras continúan los ataques contra los cristianos, especialmente en el Punjab
ROMA, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Cuando se trata de atemorizar a la minoría cristiana, los movimientos extremistas de Pakistán no se quedan cortos de ideas. The News ha informado de esta última “idea” de la estrategia fundamentalista contra la comunidad cristiana (31 de mayo).

Como cuenta el periódico pakistaní, durante una rueda de prensa celebrada en la mezquita Masjid-e-Khizra de Lahore -capital de la conflictiva provincia de Punjab- el jefe del partido islamista radical JUI-S ( Jamiat-Ulema-e-Islam, Sami-ul-Haq Group, una escisión del JUI), Abdul Rauf Farooqi, anunció el martes 31 de mayo que había presentado un recurso en el Tribunal Supremo del Pakistán, pidiendo la prohibición de la Biblia en el país.

Para el líder del grupo fundamentalista, cercano al los movimientos jihadistas, entre los que están los talibanes, el libro sagrado del cristianismo debe ser considerado “blasfemo”, porque está contaminado de pasajes o “añadidos” altamente ofensivos y por tanto inaceptables para los musulmanes. Según Farooqi, los “añadidos” en cuestión atribuyen comportamientos inmorales a varios profetas considerados santos por el Islam y constituyen una “corrupción” de la versión original de la Biblia.

El clérigo radical ha declarado que sus colegas ulema (doctores musulmanes) quieren vengar la profanación del Corán por parte del reverendo estadounidense Terry Jones, pero sin quemar la Biblia. Después de un breve “proceso” y ayudado por otro pastor, Jones quemó públicamente, en Florida el domingo 20 de marzo, un ejemplar del Corán, provocando una lluvia de violentas protestas anticristianas en Pakistán.

“¿Pero sabemos qué dice la Biblia de los profetas del Antiguo Testamento?”, dijo Farooqi, según la información provista por el Pakistan Christian Post (3 de junio). “¿Qué hacemos si los relatos de la Biblia son llevados ante el tribunal y considerados blasfemos?¿Debemos quemar la Biblia y matar a todos los cristianos que la han leído?”.

El periódico The News pidió también la opinión del muftí Mohammad Khan Qadri, jefe de la organización Tahafuz Namoos-e-Risalat Mahaz (TNRM, jefe de la organización de alianza de varios grupos religiosos). Según el exponente musulmán, no hay dudas sobre que la Biblia ha sufrido numerosos recortes pero que, de todas maneras, un enfrentamiento abierto con el cristianismo no está en los intereses del Islam, especialmente en este momento crucial.

Las declaraciones del líder radical han conmocionado a la comunidad cristiana del país. En una entrevista con la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACS), el obispo de Lahore, monseñor Sebastián Shaw, ha sido portavoz de las fuertes preocupaciones de los fieles, todavía afectados por las violentas protestas contra la quema del Corán organizada por Terry Jones. “La gente está muy afectada por esto”, dijo el prelado (6 de junio). “Nosotros los cristianos estamos en Pakistán y tenemos el derecho de tener nuestra Biblia. Es un texto divino muy antiguo”.

Monseñor Shaw pidió además, a los fieles que mantuviesen la calma y que no cayesen en la trampa de la provocación tendida por los extremistas. “Lo que necesitamos ahora es la oración y la paciencia”, afirmó. “Si tenemos la respuesta justa, la controversia se aplacará como cualquier otra discusión que surge de repente”, quiso asegurar a su comunidad.

Para el presidente de la Comisión “Justicia y Paz” de la archidiócesis de Karachi, el padre Saleh Diego, “nuestra respuesta, como cristianos en Pakistán, que ya están en el punto de mira, no puede ser otra que la de afirmar la urgencia del diálogo y del respeto a todos los símbolos religiosos y a los libros religiosos, de todas las religiones”. “Es un movimiento que podría alimentar el odio religioso contra los cristianos. Es una amenaza a la convivencia pacífica, un ataque al corazón de nuestra fe”, declaró a la agencia Fides (3 de junio) el sacerdote, que no esconde ciertos temores. “Estos grupos radicales -destacó- quieren eliminarnos totalmente”.

Un nuevo informe, que confirma esta preocupación, publicado en días pasados por el Jinnah Institute, presidido por Sherry Rehman, es decir la diputada musulmana del Pakistan People's Party (del PPP, al poder) considerada “digna de ser asesinada” (wajib-ul-qatl) por el imán de una de las más grandes mezquitas de Karachi porque después del caso de Asia Bibi, había propuesto, en el pasado noviembre, reformar la ley antiblasfemia. La investigación, titulada “A Question of Faith” (Una cuestión de fe), esta basada en entrevistas a más de cien exponentes de la sociedad civil, de las organizaciones no gubernamentales y de las minorías, surge, de hecho, que los cristianos son ya “las primeras víctimas de las persecuciones” y de la “creciente violencia” en el país (Fides, 6 de junio).

Según la investigación, que presenta al gobierno un paquete de 23 recomendaciones, entre las que está un revisión o incluso la abolición de la ley de la blasfemia y la creación de un “ombudsman” o defensor cívico de las minorías, “la condición de los cristianos ha empeorado notablemente” en Pakistán: se sienten “ciudadanos de segunda clase” y “están discriminados en todos los sectores de la vida pública”.

El documento ha sido acogido con satisfacción por la comunidad cristiana. “Estamos totalmente de acuerdo y estamos contentos porque un instituto de este nivel y prestigio, expresión de la intelectualidad musulmana del país, ponga de relieve estos temas y hable de la persecución a los cristianos”, afirmó siempre a Fides, el director de las Obras Pontificias Misioneras en Pakistán, el padre Mario Rodrigues. “No creo que el gobierno quiera afrontar seriamente la cuestión del estatus de las minorías religiosas”, continuó el sacerdote, “pero este informe puede hacer que se mueva de alguna manera, algo nuevo en la opinión pública y en la sociedad civil de Pakistán”.

En el país, los ataques contra objetivos cristianos y las agresiones contra los miembros de la minoría se han convertido en una rutina normal. Según lo que cuenta Compass Direct News (1de junio), musulmanes armados atacaron el pasado domingo 29 de mayo en el pueblo de Lakhoki Kahna, en los alrededores de Lahore, la Numseoul Presbyterian Church, insultando a los fieles, destrozando un altar de vidrio y profanando varios ejemplares de la Biblia y una Cuz.

Una categoría concreta de cristianos ha terminado en el punto de mira de los musulmanes: las mujeres. Son muchísimas las chicas pertenecientes a la comunidad cristiana, raptadas, violadas y obligadas a convertirse al Islam para luego tener que casarse con un musulmán. Según lo que cuenta Fides (27 de mayo), el martes 24 de mayo dos hermanas cristianas -Rebecca y Saima Masih- fueron detenidas en la calle y raptadas en el distrito de Jhung, cerca de Faisalabad. Después una “conversión” al Islam, una de las dos hermanas, Saima, fue entregada como esposa a un rico empresario musulmán, Muhammad Waseem, el mismo hombre que en el pasado había declarado que quería casarse con las dos hermanas. Otro dramático caso de violencia gratuita hacia las mujeres cristianas es el de las dos enfermeras del Fatima Memorial Hospital de Lahore, Nusrat Bibi y Muneeran Bibi. Como cuenta siempre Fides (20 de mayo), las dos mujeres -acusadas injustamente de robo- fueron secuestradas y molestadas durante casi 12 horas por un funcionario musulmán en una habitación del hospital.

El reciente asesinato en Pakistán del fundador e ideólogo de Al Qaeda, Osama Bin Laden, durante un ataque nocturno realizado por un comando de incursión de las fuerzas especiales de la Marina estadounidense ha agravado considerablemente la situación. Según el responsable saliente de la sección de Asia de Caritas Internacional, el padre Bonnie Mendes, “Pakistán está en manos de los talibanes. Son cada vez más fuertes, incluso después de la muerte de Bin Laden”. “Y disfrutan -afirmó el sacerdote católico de Faisalabad a Fides (23 de mayo)- de la aprobación de muchas franjas de población: el ciudadano común, el musulmán pakistaní medio, está muy enfadado con el gobierno, con los Estados Unidos y con la OTAN, y esto favorece las acciones de los grupos talibanes”.

Por Paul de Maeyer 

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: “Juntos en Cristo”
Hoy en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de junio de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Papa Benedicto XVI ha pronunciado ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro, provenientes de Italia y del resto del mundo. El Papa Benedicto XVI ha querido hablar de su reciente Viaje Apostólico a Croacia.

* * * * *

¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy quisiera hablaros de la Visita pastoral a Croacia que realicé el sábado y domingo pasado. Un viaje apostólico breve, que se ha desarrollado enteramente en la capital Zagreb, pero a la vez rico en encuentros y sobre todo de un intenso espíritu de fe, ya que los croatas son un pueblo profundamente católico. Renuevo mi más vivo agradecimiento al cardenal Bozanić, arzobispo de Zagreb, a monseñor Srakić, presidente de la Conferencia Episcopal, y al resto de obispos de Croacia, como también al presidente de la República, por la calurosa acogida que me han brindado. Mi reconocimiento va a todas las Autoridades civiles y a todos los que han colaborado de distintas formas en tal evento, especialmente a las personas que han ofrecido por esta intención, oraciones y sacrificios.

“Juntos en Cristo”, este ha sido el lema de mi visita. Que expresa antes que nada, la experiencia de reencontrarse todos unidos en el nombre de Cristo, la experiencia de ser Iglesia, manifestada en la reunión del Pueblo de Dios alrededor del Sucesor de Pedro. Pero “Juntos en Cristo”, tenía, en este caso, una referencia concreta a la familia: de hecho, el motivo principal de mi Visita era la 1ª Jornada Nacional de las familias católicas croatas, culminada con la Concelebración eucarística del domingo por la mañana, que ha visto la participación, en la zona del Hipódromo de Zagreb, de una gran multitud de fieles. Ha sido muy importante para mí, confirmar en la fe sobre todo a las familias, que el Concilio Vaticano II llamó “iglesias domésticas” (cfr Lumen gentium, 11). El beato Juan Pablo II, que visitó tres veces Croacia, dio una gran importancia al papel de la familia en la Iglesia; así, con este viaje, he querido dar continuidad a este aspecto de su Magisterio. En la Europa de hoy, las naciones de sólida tradición cristiana tienen una especial responsabilidad en la defensa y promoción del valor de la familia fundada sobre el matrimonio, que es, por tanto, decisiva, ya en el ámbito educativo que en el social. Este mensaje tenía una particular relevancia para Croacia, que, rica en patrimonio espiritual, ético y cultural, se prepara para entrar en la Unión Europea.

La Santa Misa se celebró en el peculiar clima espiritual de la novena de Pentecostés. Como en un gran “cenáculo” a cielo abierto, las familias croatas se reunieron en oración, invocando juntos el don del Espíritu Santo. Esto me dio el modo de destacar el don y el compromiso de la comunión en la Iglesia, como también la oportunidad de animar a los cónyuges en su misión. En nuestros días, mientras por desgracia se constata la multiplicación de las separaciones y de los divorcios, la fidelidad de los cónyuges se ha convertido en sí misma un testimonio significativo del amor de Cristo, que permite vivir el matrimonio para lo que es, es decir, la unión de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman, y se ayudan durante toda la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad. La primera educación a la fe consiste exactamente en el testimonio de esta fidelidad al pacto conyugal; de ella los hijos aprenden sin palabras que Dios es amor fiel, paciente, respetuoso y generoso. La fe en el Dios que es Amor se transmite antes que nada con el testimonio de una fidelidad al amor conyugal, que se traduce naturalmente en amor por los hijos, fruto de esta unión. Pero esta fidelidad no es posible sin la gracia de Dios, sin el apoyo de la fe y del Espíritu Santo. Este es el motivo por el cual la Virgen María no deja de interceder ante su Hijo, para que -como en las bodas de Caná- renueve continuamente a los cónyuges el don del “vino bueno”, es decir de su Gracia, que permite vivir en “una sola carne” en las distintas edades y situaciones de la vida.

En este contexto de gran atención a la familia, se colocó muy bien la Vigilia con los jóvenes, realizada la noche del sábado en la plaza Jelačić, corazón de la ciudad de Zagreb. Allí me pude encontrar con la nueva generación croata, y percibí toda la fuerza de su fe joven, animada por un gran empuje hacia la vida y su significado, hacia el bien, la libertad, se puede decir que hacia Dios. ¡Fue muy bello y conmovedor escuchar a estos jóvenes cantar con alegría y entusiasmo, y después en el momento de escuchar y de rezar, recogerse en profundo silencio! A ellos les repetí la pregunta que Jesús hizo a sus primeros discípulos: “¿Qué buscáis?” (Jn 1,38), pero les he dicho que Dios los busca a ellos antes y con más ahínco con el que ellos le buscan a Él. Y esta es la alegría de la fe: descubrir que ¡Dios nos ama antes! ¡Es un descubrimiento que nos mantiene siempre discípulos, y siempre jóvenes en el espíritu! Este misterio, durante la Vigilia, que se vivió en la oración de adoración eucarística: en el silencio, en nuestro estar “juntos en Cristo”, encontró su plenitud. Así mi invitación a seguir a Jesús fue un eco de la Palabra que Él mismo dirigió al corazón de los jóvenes.

Otro momento que podemos definir de “cenáculo” fue la celebración de Vísperas en la catedral, con los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los jóvenes que se están formando en los Seminarios y en los Noviciados. También aquí, hemos experimentado nuestro ser “familia” como comunidad eclesial. En la catedral de Zagreb se encuentra la monumental tumba del beato cardenal Alojzije Stepinac, obispo y mártir. Él, en nombre de Cristo, se opuso primero a los abusos del nazismo y del fascismo y, después, al del régimen comunista. Fue aprisionado y recluido en su pueblo natal. Nombrado cardenal por el Papa Pío XII, murió en 1960 a causa de una enfermedad contraída en la cárcel. A la luz de su testimonio, animé a los obispos y presbíteros en su ministerio, exhortándoles a la comunión y a la misión apostólica; replanteé a los consagrados la belleza y la radicalidad de su forma de vida; invité a los seminaristas, novicios y novicias, a seguir con alegría a Cristo que les ha llamado por su nombre. Este momento de oración, enriquecido con la presencia de tantos hermanos y hermanas que han dedicado sus vidas al Señor, fue para mí de gran consuelo, y rezo porque las familias croatas sean siempre tierra fértil para el nacimiento de numerosas y santas vocaciones al servicio del Reino de Dios.

Muy significativo fue también, el encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo político, académico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplomático y con los líderes religiosos, reunidos en el Teatro Nacional de Zagreb. En ese contexto, tuve la gran alegría de rendir homenaje a la gran tradición cultural croata, inseparable de su historia de fe y de la presencia viva de la Iglesia, promotora, a lo largo delos siglos, de múltiples instituciones y sobre todo formadora de ilustres investigadores de la verdad y del bien común. Entre estos, recordé sobre todo al padre jesuita Ruđer Bošković, gran científico de quien este año se cumple el tercer centenario de su nacimiento. Otra vez más aparece como algo evidente para todos nosotros, la más profunda vocación de Europa, que es la de custodiar y renovar un humanismo que tiene raíces cristianas y que se puede definir como “católico”, es decir universal e integral. Un humanismo que pone en el centro la conciencia del hombre, su apertura trascendente y al mismo tiempo, su realidad histórica, capaz de inspirar proyectos políticos diversificados pero que convergen en la construcción de una democracia sustancial, fundada sobre los valores éticos radicados en la misma naturaleza humana. Mirar a Europa desde el punto de vista de una nación de antigua y sólida tradición cristiana, que es parte integrante de la civilización europea, mientras se prepara para entrar en la Unión política, ha hecho sentir nuevamente la urgencia del reto que interpela hoy a todos los pueblos de este continente: la de no tener miedo de Dios, del Dios de Jesucristo, que es Amor y Verdad, y que no le quita nada a la libertad, sino que la restituye a sí misma y le da el horizonte de una esperanza fiable.

Queridos amigos, cada vez que el Sucesor de Pedro realiza un viaje apostólico, todo el cuerpo eclesial participa, de algún modo, del dinamismo de comunión y de misión propio de su ministerio. Agradezco a todos los que me han acompañado y apoyado con la oración, obteniendo que mi visita pastoral se desarrollase óptimamente. Ahora mientras damos gracias al Señor por este gran don, le pedimos, por intercesión de la Virgen María, Reina de los Croatas, que todo lo que hay podido sembrar, dé fruto abundante, por las familias croatas, por toda la nación y por toda Europa.

[En español dijo]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos de España, Puerto Rico, Costa Rica, México, Perú, Argentina y otros países Latinoamericanos. Os invito a dar gracias al Señor por esta visita apostólica a Croacia, y a rogar, por intercesión de Santa María Virgen, que cuanto he podido sembrar en estos días genere frutos abundantes para las familias croatas, para esa noble Nación y para toda Europa. Muchas gracias.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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