El 30 de junio termina el plazo para poner la X

Por tantos que necesitan tanto

La Iglesia se financia únicamente de las donaciones que hacemos los católicos

Ildefonso Cáceres, 12 de junio de 2011 a las 10:42
 

(Ildefonso Cáceres, en La Voz digital).- Como, sin duda, todos ustedes conocen 'Por tantos' es el nombre de la campaña publicitaria que, desde hace unos años, pone en marcha la Iglesia Católica al objeto de que los contribuyentes, en la próxima declaración del Impuesto sobre la Renta, marquemos la casilla que destinará el 0,7% en favor del mantenimiento de la propia Iglesia.

Antes de continuar quiero advertirles dos cosas: primero, que el presente artículo carece de patrocinio alguno, ni la Iglesia Católica ni el Ministerio de Hacienda han subvencionado al cronista firmante; segundo, que, por si lo han olvidado, recuerden que el plazo para presentar la declaración finalizará el próximo 30 de junio. Así que, si no se han puesto a ello, vayan revisando sus cuentas que los días vuelan.

Pero volvamos al tema. Como saben el impreso de declaración del impuesto ofrece dos posibilidades, bien asignar el 0,7% de nuestra cuota íntegra al sostenimiento de la Iglesia Católica, bien asignar dicho porcentaje a diversos fines sociales previstos en el Real Decreto 825/1998, de 15 de julio. Sin duda los fines sociales son importantísimos. No en vano, entre ellos se hallan muchos programas de voluntariado de Cruz Roja. Sin embargo, la necesidad de asignar una mínima parte de nuestros impuestos a la Iglesia es vital. Desde la última revisión de los acuerdos entre el Estado y la Iglesia, esta se financia únicamente de las donaciones que hacemos los católicos, bien directamente, bien marcando la casilla de la declaración.

Hay un hecho innegable y es el enorme papel que la Iglesia católica juega en nuestro país. De hecho, hace un mes les ofrecía diversos datos en una columna que escribí a raíz de las desafortunadas declaraciones del responsable provincial del sindicato UGT, Salvador Mera, quien llamó «golfo» al Papa Juan Pablo II, el mismo día en el que era beatificado en Roma. Pero junto a aquellos apabullantes datos sobre hospitales, colegios, centros de atención y demás, la presencia de la Iglesia se hace más patente en época de crisis gracias a Cáritas, organización que, por cierto, depende única y exclusivamente de la Iglesia Católica.

Según Cáritas, solo en Jerez se ha multiplicado por tres el número de personas que a diario acuden a las distintas parroquias en demanda de auxilio económico, ayuda que, aunque nadie lo diga, también depende de que usted señale la casilla de la declaración. Dice Cáritas que no es sólo una cuestión económica, pues tras cada petición de auxilio existen depresiones, amarguras, angustia, impotencia y lágrimas. A las parroquias no van solo personas que tradicionalmente estaban desfavorecidas, sino que la crisis ha empujado a familias que hasta hace poco tenían una vida normal.

Añade Cáritas que el desempleo ha destrozado los estereotipos, y en estos años de crisis «cada vez son más las personas que han cruzado por primera vez el umbral de la pobreza y se acercan a Cáritas porque no saben dónde acudir». Por recordarles algunas cifras, sólo en Jerez Cáritas asistió en 2009 a 13.000 personas, lo que supone dos veces más que en 2008, cuando atendió a 6.245 personas. En 2010 la cifra de personas asistidas ha subido otro 30% más. Lo positivo es que los jerezanos seguimos siendo solidarios y los ingresos y donaciones han crecido de forma paralela. Cáritas ha experimentado un incremento de las ayudas prestadas por los fieles de un 189% respecto a 2007 y de un 125% respecto a 2008.

Así que no se avergüencen y crucen la casilla de la asignación tributaria a la Iglesia Católica. Tras ella existe una enorme labor, ahora más necesaria que nunca.

No obstante, permítanme que finalice explicándoles cuál es el truco: aunque Hacienda no lo diga para que no mermen sus recursos y tengan que bajar el sueldo a los políticos, en la declaración de la renta se pueden cruzar ambas casillas, la de la Iglesia y la de fines sociales. Ello no sólo no cuesta nada, sino que permite destinar un 0,7% a la Iglesia y un 0,7% a los fines sociales. El único que tal vez se cabree un poco es el propio Gobierno que deberá hacer dos repartos distintos aunque, dado lo que nos está cabreando el Gobierno a todos, tampoco pasa nada si en estas fechas lo hacemos trabajar el doble.