Campaña anual de donativos 2011

Decenas de miles de misioneros en todo el mundo cuentan hoy, para su misión y su trabajo pastoral, con las noticias de ZENIT como fuente directa y primaria de información sobre el mensaje del Papa, la vida de la Iglesia y los acontecimientos mundiales de interés para los cristianos.

Como sabe, ZENIT vive gracias al apoyo de sus lectores.

¡Ayudenos en esta campaña - Envíe su donativo hoy mismo!

Para enviar un donativo: http://www.zenit.org/spanish/donativos.html

¡Muchas gracias!

 

 


ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 13 de junio de 2011

Publicidad

¡ZENIT TIENE UN SISTEMA DE PUBLICIDAD ONLINE!

¿Desea anunciar un nuevo libro, un congreso, una peregrinación, un encuentro o retiro, una página web, un DVD, un CD, una campaña, en el amplísimo y selecto mundo de los lectores de ZENIT...?

¡Publique su anuncio en los espacios publicitarios en nuestro sitio Web y/o en los servicios de ZENIT vía correo electrónico!

Podrá llegar a los centenares de millares de visitantes de nuestro sitio Web y a más de 500.000 lectores en todo el mundo, 250.000 de ellos suscritos a los servicios vía correo electrómico en español.

¡Tarifas promocionales!

Para proponer su anuncio son suficientes pocos minutos, basta seguir los pasos que se indican en el enlace:

http://ads.zenit.org/spanish

Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish


Santa Sede

Benedicto XVI invita a dar prioridad a quienes se han alejado de la Iglesia

Nunca más rechazo ni desprecio hacia los gitanos, pide el Papa

Observatorio jurídico

La conciencia moral de Europa

Jornadas Mundiales de la Juventud

Periodistas de Portugal, Perú y España, premiados por la JMJ

Mundo

El crecimiento económico debe partir del trabajo para los jóvenes

Puerto Rico: obispo pide oración por el cese de la violencia

Cardenal Scherer: los pueblos a evangelizar están dentro de casa

Análisis

Tras la “primavera árabe”, jóvenes alejados del nacionalismo islámico

Entrevistas

La música sacra, un tesoro para la Iglesia y para la humanidad

Documentación

Benedicto XVI: El desafío, transmitir la fe a las nuevas generaciones

Audiencia a los representantes de diversas etnias de gitanos

Fe de erratas

Error en noticia sobre nombramiento


Santa Sede


Benedicto XVI invita a dar prioridad a quienes se han alejado de la Iglesia
Propuesta para las parroquias de la diócesis de Roma
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El desafío que ahora se plantea a la Iglesia, en particular en los países de antiguas raíces cristianas, consiste en mostrar la belleza del cristianismo a quienes hoy lo consideran más bien como un obstáculo para alcanzar la felicidad, considera Benedicto XVI.

Por este motivo, el pontífice explicó en la tarde de este lunes, al participar en el congreso eclesial de la diócesis de Roma, que la cercanía a los que se han alejado de la fe de la Iglesia se ha convertido en algo “más urgente que nunca”.

Hablando en una basílica de San Juan de Letrán llena hasta los topes, el pontífice explicó que la Iglesia necesita lanzar “una nueva evangelización dirigida a quienes, a pesar de que ya han escuchado hablar de la fe, han dejado de apreciar la belleza del cristianismo, es más, en ocasiones lo consideran incluso como un obstáculo para alcanzar la felicidad”.

Por eso, explicó que hoy la Iglesia debe dejar este mensaje: “La felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis el derecho de experimentar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, escondido en la Eucaristía”.

En la catedral de Roma, el Santo Padre centró su intervención en el tema del congreso eclesial: “La iniciación cristiana”, es decir, el camino que una persona sigue para entrar en la Iglesia y emprender en la vida cristiana.

La fe no debe ser presupuesta sino propuesta”

Presentó como propuesta las palabras que en una ocasión le había escrito personalmente Hans Urs von Balthasar (1905-1988), uno de los más grandes teólogos del siglo XX, quien decía:“La fe no debe ser presupuesta sino propuesta”.

“De por sí, la fe no se conserva en el mundo, no se transmite automáticamente al corazón del hombre, sino que debe ser siempre anunciada. El anuncio de la fe, a su vez, para que sea eficaz debe comenzar por un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo”, indicó.

Según constató, “los hombres se olvidan de Dios también porque con frecuencia se reduce la persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad”.

“Esta manera de pensar impide comprender la novedad radical del cristianismo, pues si Jesús no es el Hijo único del Padre, entonces tampoco Dios ha venido a visitar la historia del hombre. Por el contrario, ¡la encarnación forma parte del corazón mismo del Evangelio!”, afirmó.

Por tanto, alentó “el compromiso por una renovada estación de evangelización, que no es sólo tarea de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia. En esta hora de la historia, ¿no es quizá ésta la misión que el Señor nos encomienda: anunciar la novedad del Evangelio, como Pedro y Pablo, cuando llegaron a nuestra ciudad?”, preguntó a los presentes, párrocos, catequistas, miembros de los consejos parroquiales..., de la ciudad eterna.

“Hay adultos que no han recibido el Bautismo, o que se han alejado de la fe de la Iglesia. Es una atención hoy más urgente que nunca, que pide comprometernos con confianza, apoyados por la certeza de que la gracia de Dios siempre actúa en el corazón del hombre”, indicó, explicando que por este motivo bautiza cada año a jóvenes y adultos en la Vigilia Pascual.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Nunca más rechazo ni desprecio hacia los gitanos, pide el Papa
Durante la audiencia concedida a más de dos mil gitanos de toda Europa
ROMA, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- “¡Qué nunca más sea, vuestro pueblo, objeto de vejaciones, de rechazo y de desprecio! ¡Por vuestra parte buscad siempre la justicia, la legalidad, la reconciliación y esforzaos por no ser nunca causa de sufrimiento de otros!”. Así lo afirmó Benedicto XVI al recibir en audiencia a más de dos mil gitanos, en el 150 aniversario del nacimiento y el 75º del martirio del Beato gitano español Ceferino Giménez Malla.

El encuentro estuvo organizado por el dicasterio vaticano para los Migrantes e Itinerantes, por la fundación “Migrantes” de la Conferencia Episcopal Italiana, por la diócesis de Roma y por la Comunidad de San Egidio.

El encuentro recordó el celebrado en 1965 por Pablo VI, de quien Benedicto XVI quiso recordar sus palabras inolvidables: “Vosotros en la Iglesia no estáis al margen, sino que de alguna manera, estáis en el centro, vosotros sois el corazón de la Iglesia”.

El Aula Pablo VI se llenó de trajes vistosos y música tradicional. El Papa dirigió a los presentes un breve saludo en romaní, la lengua propia de los gitanos, que fue muy aplaudido por los presentes.

Dirigiéndose a los gitanos procedentes de toda Europa y de más de 50 ciudades italianas, el Pontífice quiso presentar la figura y el heroísmo del Beato Ceferino, el “mártir del Rosario”, que no se lo dejó arrancar de las manos “ni siquiera a punto de morir”, fusilado durante la persecución religiosa de 1936 en España.

“Hoy – afirmó el Papa – el beato Ceferino nos invita a seguir su ejemplo y nos indica también el camino: la dedicación a la oración y en particular al Rosario, el amor por la Eucaristía y por los demás Sacramentos, la observancia de los Mandamientos, la honestidad, la caridad y la generosidad hacia el prójimo, especialmente hacia los pobres”.

“Esto os hará fuertes ante el riesgo de que las sectas u otros grupos pongan en peligro vuestra relación con la Iglesia”, les dijo Benedicto XVI.

Oportunidad histórica

Poco antes, en su saludo al Papa, monseñor Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, había afirmado que “las poblaciones gitanas en Europa están viviendo una etapa nueva, que les ofrece la oportunidad de construir una vida más digna”.

“Estamos, de hecho – afirmó – en un periodo de particular cambio, en el que se advierte la urgencia de un acercamiento renovado de la Iglesia y de la sociedad hacia las poblaciones gitanas, mientras que también se hace necesaria una consolidación de la identidad gitana frente a los retos que la realidad actual comporta”.

“En el encuentro entre las diferentes culturas y mentalidades, se dan no pocos malestares, contrastes e incluso dramas. Pero el amor de Cristo nos acerca unos a otros y abate lo que nos separa y divide”.

“Jesús – prosiguió monseñor Vegliò – nos empuja a buscar nuevas vías de convivencia respetuosa, a superar toda forma de intolerancia y a ser promotores de una cultura que reconozca a todos los seres humanos – hombres, mujeres y niños - la dignidad que compete a cada uno, en el derecho y en la realidad de los hechos”.

Porrájmos”

En su discurso, el Papa recordó que “a través de los siglos habéis conocido el sabor amargo de la no acogida y, a veces, de la persecución, como sucedió en la II Guerra Mundial: miles de mujeres, hombres y niños fueron asesinados salvajemente en los campos de exterminio”.

“Fue – como decís vosotros – el Porrájmos, “La Gran Destrucción”, un drama todavía poco reconocido y del que se desconocen las proporciones, pero que vuestras familias llevan impreso en el corazón”.

El Papa recordó que durante su visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo de 2006, quiso rezar por las víctimas de las persecuciones “y me incliné frente a la lápida en lengua romaní, que recuerda a vuestros caídos”.

“¡La conciencia europea no puede olvidar tanto dolor!”, exclamó.

Entre los testimonios de gitanos que hablaron ante el Papa, destacó precisamente uno que no fue pronunciado: el de la Ceija Stojka, gitana austríaca superviviente del campo de concentración de Bergen-Belsen.

Su testimonio, que trascendió a los medios de comunicación a pesar de que la mujer se emocionó y no pudo hablar, narra su traumática experiencia de niña, del exterminio que acabó con casi toda su familia.

Contribuir a Europa

“Hoy, gracias a Dios, la situación está cambiando”, subrayó. “Muchas etnias ya no son nómadas, sino que buscan la estabilidad con nuevas expectativas frente a la vida. La Iglesia camina con vosotros y os invita a vivir según las comprometedoras exigencias del Evangelio, confiando en la fuerza de Cristo, hacia un futuro mejor”.

El Papa invitó a los presentes a “escribir juntos una nueva página de la historia para vuestro pueblo y para Europa”.

“La búsqueda de alojamiento y de un trabajo digno y de educación para los hijos son la base sobre la que construir la integración que traerá beneficios para vosotros y para toda la sociedad”, añadió, invitándoles a dar su “efectiva y leal colaboración, para que vuestras familias se inserten dignamente en el tejido civil europeo”.

“Muchos de entre vosotros son niños y jóvenes que desean educarse y vivir con los demás y como los demás. A estos los miro con particular afecto, convencido de que vuestros hijos tienen derecho a una vida mejor”.

Por último, les invitó a “participar activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia, promoviendo la actividad pastoral en vuestras comunidades”.

“La presencia entre vosotros de sacerdotes, diáconos y personas consagradas, que pertenecen a vuestras etnias, son un don de Dios y signo positivo del diálogo de las Iglesias locales con vuestro pueblo, que necesita sostener y desarrollar”, concluyó.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Observatorio jurídico


La conciencia moral de Europa
El Papa apela a un Occidente que ya no se ama a sí mismo
Por Rafael Navarro-Valls

MADRID, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).-Ofrecemos una nueva contribución en nuestra sección Observatorio Jurídico, sobre libertad, cuestiones relacionadas con los derechos humanos y su relación con la antropología y la fe cristianas, que dirige el español Rafael Navarro – Valls, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, y secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

* * * * *

Hace unos días, Benedicto XVI visitaba Croacia, un país de casi 5 millones de habitantes, de los que el 89 % son católicos. Era su primer viaje a un país balcánico. Antes, el pasado 11 de abril, al recibir al nuevo embajador croata, el Papa resaltaba sus “raíces cristianas”. Añadiendo, que su cercana entrada en la UE debería hacerse “con total respeto a su cultura y a su vida religiosa”. ¿Por qué esta advertencia?

La respuesta la dio el 4 de junio, primer día de su estancia en Zagreb, al reunirse con una amplia representación del mundo político, académico, cultural y diplomático croata. En esta ocasión volvía sobre el tema, pero esta vez desde la óptica del humanismo de base católica, que pone en el centro “la conciencia del ser humano, su apertura trascendente y al mismo tiempo su realidad histórica, capaz de inspirar proyectos políticos diversificados pero convergentes en la construcción de una democracia sustancial, basada en los valores éticos arraigados en la misma naturaleza humana".

Era una reivindicación de la conciencia “objetiva”, la basada en la búsqueda de la verdad. Su advertencia era clara. Relegar la religión y la moral al inestable mundo de la subjetividad - una concepción muy en boga en Occidente - sería un paso atrás que llevaría a Europa a la involución. Es decir, a una crisis “sin remedio”.

Permítaseme reflexionar brevemente sobre este duro juicio, desde el punto de vista jurídico. Según una difundida visión de la ley, su origen tendería a residenciarse exclusivamente en la llamada “conciencia común de la sociedad”, manifestada normalmente en la voluntad general, reflejo de esa ambigua expresión que es la opinión pública. Cuando, a través del mecanismo parlamentario, toma forma de ley, el positivismo legalista la refuerza con este doble postulado: “La ley es todo el Derecho; la ley es toda Derecho”. Por encima de esa “común opinión” no cabe la referencia a una conciencia moral superior. Una conciencia construida sobre la verdad y los valores que de ella se desprenden.

Frente a esta angosta visión, el enfoque clásico de la justicia piensa que, en la sociedad democrática, además de la ley positiva, existen otras instancias jurídicas; y que, para que el Derecho realice la verdadera justicia, no basta que la ley haya sido aprobada por la mayoría: es necesario que concuerde con patrones objetivos de justicia. Hace unas semanas, en esta misma Sección de ZENIT, hacíamos un elogio de los juicios de Nuremberg contra el nazismo. Desde luego en esos procesos hubo irregularidades. Entre otras, que en el Tribunal se sentaran representantes de la Unión Soviética, que había realizado también crímenes contra la humanidad. Pero, al rechazar la tesis de la obediencia debida a la ley nacional -socialista y a la cadena de mando cuando exige acciones contrarias a la ley objetiva, Nuremberg hizo verdadera justicia. Potenció la función ética que en la teoría clásica corresponde a la conciencia personal. Ciertamente una justicia que no siempre encontraba precedente en las leyes positivas, pero sí en ese derecho escrito en la conciencia de todo hombre. Es decir demostró que la cultura democrática occidental se fundamenta en valores jurídicos radicales, por encima de eventuales mayorías o imposiciones plebiscitarias. Esos valores jurídicos radicales son “la conciencia moral” a la que aludía el Papa en Croacia

Frente a ella, hoy se está reinventando una suerte de conciencia civil, con demasiada frecuencia desgajada de su raíz original. Al convertirse el Estado en una especie de tierra de nadie, apto para ser colonizada por cualquier ideología con vocación de cuasi-religión, la sociedad civil, una vez ideológicamente colonizada, se torna refractaria a todo otro influjo y se hace intolerante. La afirmación de que el relativismo es consustancial a la democracia supone una visión pesimista frente a las posibilidades reales de la pervivencia del sistema.

Hace unos años, el propio cardenal Ratzinger, en un debate con el presidente del senado italiano, Marcello Pera, hacía radicar los elementos de la actual crisis europea en estos factores: parálisis de las fuerzas espirituales, envejecimiento demográfico, destrucción de la conciencia moral, banalización de la dimensión religiosa del hombre. Ante otras culturas —otras religiones— Occidente renuncia a la defensa de la verdad, radicada en sus raíces cristianas. En definitiva: “Aquí hay un odio de Occidente a sí mismo, que es extraño y que solo se puede considerar como algo patológico; Occidente intenta, de manera loable, abrirse lleno de comprensión a valores externos, pero ya no se ama a sí mismo; de su propia historia ya solo ve lo que es execrable y destructivo, mientras que ya no está en situación de percibir lo que es grande y puro”.

Hoy Benedicto XVI vuelve a insistir en la necesidad de un redescubrimiento de la conciencia moral de Europa. Un lugar “de escucha de la verdad y del bien, lugar de la responsabilidad ante Dios y los hermanos en humanidad, que es la fuerza más fuerte contra cualquier dictadura”.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Jornadas Mundiales de la Juventud


Periodistas de Portugal, Perú y España, premiados por la JMJ
La cruz y el icono mariano, de Córdoba a Aragón
MADRID, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Los premios internacionales de comunicación “Centinelas del mañana”, otorgados por la fundación española Crónica Blanca (http://www.cronicablanca.org), ya tienen ganadores. Mientras tanto, la cruz y el icono mariano siguen su peregrinación por España. Fueron despedidos en Córdoba y marcharon hacia Aragón.

El jurado de los premios “Centinelas del mañana” premió los mejores trabajos periodísticos sobre la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Madrid del 16 al 21 de agosto.

Estos premios han sido un éxito de convocatoria a nivel mundial, ya que se recibieron trabajos periodísticos de un gran número de países: Portugal, Ucrania, Italia, España, EEUU, Guatemala, Cuba, Colombia, Brasil, Argentina y Australia.

El concurso se suma así el espíritu internacional de esta Jornada, que recibirá en Madrid a personas venidas de todas partes del mundo.

Entre los trabajos recibidos, el jurado ha premiado un documental peruano, un artículo portugués y dos programas de radio y una página web españoles.

Cada uno de los ganadores recibirá mil euros y la inscripción en un máster de comunicación impartido en una universidad española. La entrega de premios tendrá lugar en Madrid, el 16 de agosto, durante los actos culturales de la Jornada Mundial de la Juventud.

El Consejo Pontifico de las Comunicaciones Sociales apoyó estos premios “para promover un periodismo ético y profesional en la generación joven de nuestra sociedad”.

El jurado premió como “Mejor Espacio Radiofónico”, galardonado con el Máster de Radio de la Fundación Radio Popular y la Universidad CEU San Pablo, dos trabajos: el programa “Salida de emergencia”, de Radio María, por Joaquín Cañas, de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y el programa “Doy Fe de ello”, de Manuel Serrano e Isabel Egido, de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Alicante.

En la categoría “Mejor Documento Audiovisual”, el premio fue para Sandra Rodríguez Benavides, de Pax Televisión, Lima, Perú, por “De Sidney a Madrid”. La ganadora obtuvo el Máster en Comunicación Audiovisual de la Universidad Francisco de Vitoria.

El “Mejor Artículo Periodístico” recayó sobre “Las jornadas que transforman”, de la revista Familia Cristiana por Ricardo Joao Perna, de Portugal. El premio es el Máster en Información Social y Religiosa de la Universidad CEU San Pablo.

La “Mejor propuesta periodística multimedia en Internet”, premiada con el Máster online en Dirección de Comunicación, Gestión de las actividades comunicativas e instituciones de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, fue para el proyecto web www.gazteliza.org, de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de San Sebastián, de Juan Pablo Aroztegi Esnaola,
Guipúzcoa.

Despedida de la cruz en Córdoba

Miles de fieles asistieron a la misa de despedida de la cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen en la catedral, presidida por el obispo Demetrio Fernández.

La cruz llegó a Córdoba el 6 de junio para recorrer gran parte de la diócesis. El domingo de Pentecostés, se despidió de Córdoba, tras una semana intensa de emociones, en la que los jóvenes fueron los principales protagonistas.

Tras pasar la noche en el seminario mayor San Pelagio, acompañada por seminaristas y numerosos fieles que quisieron besarla y adorarla, la cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen salieron portados por los seminaristas mayores rumbo a la catedral. Allí, el obispo presidió la eucaristía de despedida junto a los miles de fieles que abarrotaban las naves de la sede de la diócesis.

En la homilía, el obispo destacó que “el Espíritu Santo no es sólo una fuerza, sino que es una persona viva, divina, omnipotente como el Padre y el Hijo. Una persona que cuando le abrimos en corazón penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, y desde dentro nos va regenerando y transformando”.

Refiriéndose al paso de la cruz por la diócesis, aseguró que ha sido un instrumento de evangelización en todos los lugares por donde ha pasado. “Cruz bendita, que nos has traído a nuestra diócesis de Córdoba a tantos miles de jóvenes que la han abrazado, que la han besado, que se han sentido perdonados en el sacramento de la penitencia y que se han acercado a comulgar limpios de pecado para sentirse unidos con Jesucristo”, dijo.

Así mismo, aseguró que para la diócesis ha sido una pequeña misión, convocando a todos a la próxima JMJ en Madrid.

“La procesión de la cruz por nuestra diócesis ha sido un torrente de misericordia para todos los que se han acercado a tocarla”, aseguró.

En la ceremonia, seis personas recibieron el Sacramento de la confirmación de manos del prelado, quien les aseguró que con este sacramento están recibiendo la gracia del Espíritu Santo, una fuerza que antes no tenían.

Entre aplausos y jóvenes gritando: “Esta es la juventud del papa”, la cruz de Juan Pablo II y el icono salieron de la catedral portados por voluntarios de la delegación de Juventud, y fieles de la diócesis, hasta el Arco del Triunfo. Tras el rezo del ángelus, monseñor Fernández exhortó: “¡Jóvenes, nos vemos en Madrid!”.

Seguidamente, los signos de la JMJ cruzaron el puente romano, engalanado con banderas y multitud de jóvenes que quisieron despedirse, donde se entregaron al delegado de Juventud de la diócesis de Barbastro-Monzón, que será la próxima en recibirla.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Mundo


El crecimiento económico debe partir del trabajo para los jóvenes
Monseñor Silvano Tomasi en la Organización Internacional del Trabajo
ROMA, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Para combatir la crisis económica es necesario afrontar el desempleo, para devolver la esperanza a los jóvenes y credibilidad a los gobiernos de los Estados. Así lo ha dicho el arzobispo Silvano Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Ginebra, interviniendo en la 100ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Si bien los países desarrollados “están recuperándose lentamente” de la crisis económica global -dijo monseñor Tomasi, según informa Radio Vaticana-, “Las viejas fórmulas para la recuperación y el crecimiento económico se están descubriendo como menos seguras en un ambiente económico integrado a nivel global”, donde los gobiernos, mayoritariamente, no han sido capaces de encontrar una receta “que restituya el trabajo e incluya nuevas oportunidades de empleo” para millones de personas que están buscando un trabajo.

“Por lo tanto -añadió- a pesar del hecho de que la mayor parte de los indicadores macroeconómicos parecen haber recuperado los niveles anteriores a la crisis, el mercado de trabajo todavía sufre: la tasa de desempleo se mantiene alta y no muestra señales de recuperación en un periodo breve y a largo plazo las previsiones son variables”.

“La economía mundial -observó el delegado de la Santa Sede- incluso creciendo a un nivel estable, no es capaz de crear un número suficiente de puestos de trabajo”. Y “esto sucede no sólo en las economías avanzadas sino también en los mercados emergentes, como China e India, donde la flexibilidad del empleo es extremadamente baja”, a pesar de su tasa de crecimiento a dos cifras”.

De aquí, la necesidad de “hacer lo que podamos para evitar esta posibilidad” de crecimiento sin empleo. Entre los más afectados de cada país están los jóvenes, más de 78 millones los desempleados, entre los 15 y los 24 años, en 2010, una tasa más alta del 2'6% respecto a los adultos.

Otra categoría débil del mercado de trabajo -prosiguió el prelado- son las mujeres. En los países más industrializados de la OCDE, la tasa de ocupación femenina está por debajo de los hombres en un 20%, con picos del 30% en Italia y en Japón, y aún así los salarios de las mujeres son inferiores en un 20/30%

Peor aún están los trabajadores domésticos, a menudo trabajadores inmigrantes, que han aumentado por las nuevas exigencias de la organización social, pero que en muchos países viven en condiciones miserables de exclusión, sin tutela sindical ni seguridad social.

De aquí la esperanza -expresada por monseñor Tomasi- de que en esta centésima Conferencia de la OIT se apruebe una Convención ad hoc sobre el trabajo doméstico. Finalmente la recomendación de la OIT de que se reafirme la importancia de una governance basada en el principio de subsidiariedad y de representación tripartita (trabajadores, empresarios, gobiernos), que sea “una ventaja en el conocimiento integrado 'del mundo real' con respecto a la ocupación y el trabajo”

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Puerto Rico: obispo pide oración por el cese de la violencia
Tras el asesinato a tiros de dos jóvenes en Arecibo
ARECIBO, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández Torres hizo un llamamiento a la oración por el cese de la violencia en Puerto Rico, a raíz de la balacera que se cobró la vida el 7 de junio de dos jóvenes, a unos pasos del Obispado de Arecibo.

“Nuestro pueblo necesita de Dios. Él es el único que puede traer la paz a nuestro país”, manifestó el obispo consternado.

Según trascendió de la información policial, el tiroteo que se cobró la vida del joven de 24 años Julio César Rodríguez Burgos y de su acompañante de 27 años, Loyd Pérez Figueroa, ocurrió a las 11,30 am, cerca del colegio San Felipe, mientras ambos salían de una audiencia por Ley de Tránsito en el Tribunal.

“Pido oración para que el Señor le dé el descanso eterno a ambos. Pido también a la comunidad que extiendan lazos de solidaridad para con la familia de los implicados, de modo que puedan encontrar consuelo en medio de este dolor”, concluyó.

El tiroteo se produjo en la carretera PR-129 de la ciudad puertorriqueña. Se sospecha que desconocidos abordo de un Ford Explorer abrieron fuego contra un Mitsubishi Mirage en el que viajaban las víctimas.

Rodríguez Burgos murió en el acto, mientras que su acompañante falleció cerca de dos horas después en el Hospital Regional de Arecibo.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Cardenal Scherer: los pueblos a evangelizar están dentro de casa
Comenta la plenaria del Consejo para la Nueva Evangelización
SAO PAOLO, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El arzobispo de Sao Paolo (Brasil), el cardenal Odilo Scherer, participó la semana pasada en Roma en la plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.

El purpurado es miembro de este organismo creado por Benedicto XVI en junio de 2010 para promover la reevangelización de ambientes y países fuertemente caracterizados por la secularización.

El cardenal habló en la conferencia del pasado viernes en la Curia Metropolitana de la archidiócesis de Sao Paolo.

Según su opinión, es evidente la preocupación de anunciar el Evangelio de un modo renovado en toda la Iglesia, sobre todo en los lugares de antigua tradición cristiana, donde se da una situación más significativa de crisis en la transmisión de la fe y de la propia fe en particular.

Según lo que informa el portal de la Archidiócesis de Sao Paolo, el cardenal Scherer indicó que entre los países que sufren mayormente esta crisis de la evangelización, están los de Oriente Medio, a menudo sofocados por los regímenes islámicos, que viven situaciones de tensión política. El cardenal ha citado también a Turquía, donde los cristianos están muchas veces perseguidos.

Para monseñor Scherer, en el Sínodo de los obispos sobre Oriente Medio, celebrado el pasado octubre, se han tratado muchas cuestiones vinculadas a la “supervivencia del cristianismo en la región de Oriente Medio”.

Además de esto, el cardenal ha destacado la gran preocupación del Papa y de la Iglesia por la profunda crisis de fe en Europa, no sólo en relación al cristianismo, sino que también hay un rechazo de cualquier manifestación religiosa y de Dios mismo.

“Es necesario crear una nueva conciencia misionera”, afirmó, observando que Europa, responsable de la evangelización de buena parte del mundo, sobre todo de América Latina, debe evangelizar su población.

“Es necesario desarrollar un nuevo modo de vivir la fe”, destacó. “Los pueblos a evangelizar están dentro de casa”.

En este sentido, el cardenal explicó que la Iglesia tiene grandes esperanzas en el Sínodo de los obispos de 2012, cuyo tema será “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”

“La Iglesia cuenta con la contribución de los obispos de todo el mundo para reflexionar sobre este tema”, señaló.

“Se espera en todos los católicos una nueva conciencia del hecho de que el Evangelio no es un bien que constituye nuestro privilegio, sino un bien para el mundo”.

Por esto, concluyó monseñor Scherer, es necesario “retomar siempre el mandato de Jesús de ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a toda criatura”.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Análisis


Tras la “primavera árabe”, jóvenes alejados del nacionalismo islámico
Presentado en Roma “El caos árabe, investigaciones y disensión en Oriente Medio”
ROMA, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Ya no existe la lógica del dualismo de la Guerra Fría, no existen los viejos esquemas pro o contra Occidente, no hay un movimiento estructurado sino una generación de jóvenes conectados a Internet tras la “primavera árabe”, donde el lema “nosotros o el caos” ya no funciona, pero cuyo resultado no se da por descontado.

Estos han sido algunos de los puntos que se trataron el pasado 10 de junio durante la presentación del libro “El caos árabe, investigaciones y disensión en Oriente Medio”, escrito por Riccardo Cristiano y que contiene una colección de artículos de periodistas árabes publicados antes de que explotasen las protestas en el norte de África y Oriente Medio.

Durante la presentación realizada en Roma, en la sede de la Comunidad de San Egidio en el Palazzo Leopardi, intervinieron: el embajador italiano en del Ministerio de Asuntos Exteriores, Gabriele Checchia; el erudito bíblico Paolo Garuti; el responsable para las relaciones internacionales de San Egidio, Mario Giro; y el vaticanista de Il Riformista, Francesco Peloso. El encuentro fue moderado por el redactor jefe de Famiglia Cristiana, Alberto Bobbio.

“El motivo que me empujó a traducir estos artículos – dijo el autor – fue el de dar la posibilidad de trasladar las observaciones de los países. Las cosas han cambiado. Esta visión ha cambiado porque ha terminado la Guerra Fría”, aunque el problema es distinto y a diferencia deSolidarność, “ahora no hablamos de una organización sino de un movimiento de jóvenes”.

Actualmente ya no existe “el esquema del 'bien contra el mal' – continuó –, no se puede seguir diciendo que se defienden los derechos de los palestinos negando los derechos de los árabes. Ahora ya no vale ser filo o anti-occidental, para poder negar los derechos humanos, porque antes que nada los jóvenes de hoy reivindican sus propios derechos”.

Riccardo Cristiano destacó después que “es necesario evitar el error de indicar una discriminación sólo contra los cristianos, porque esto islamiza el problema”. De hecho, “no se discrimina sólo a los cristianos sino a todas las minorías”.

Por su parte Alberto Bobbio precisó que “el libro une diversas reflexiones de nuestros colegas árabes, allí donde se arriesga la vida y se paga con la vida. Baste pensar que el libro contiene una lista de los periodistas que han sido asesinados”.

Gabriele Checchia dijo que el volumen demuestra que hay una apuesta sobre esta visión nueva del mundo árabe, una “apuesta que no tiene un resultado seguro”.

Sin embargo, prosiguió el embajador que estuvo varios años en Beirut, el Líbano permanece “como una paradigma, como una referencia de un mundo árabe posible y que además revela su complejidad. Es la expresión de un mundo árabe tolerante, abierto, aunque también con episodios violentos”.

A título personal, consideró que “el Líbano demuestra que se puede apostar por el sunnismo (no el turco) quizás en alianza con componentes cristianos moderados y con el chiísmo moderado”, “una alianza con el Islam moderado, presente en la gran mayoría del mundo intelectual” y que el embajador espera que “se difunda a muchas gentes”.

Checchia recordó como Italia invirtió mucho en evitar la sensación de aislamiento de la comunidad palestina, con diversos programas de integración en los que “la presencial cristiana es como el átomo de oxígeno en la partícula de agua”.

El sacerdote y erudito en la Biblia, Paolo Garuti definió el libro como “una cámara de vídeo dentro de una olla a presión antes de que esta explote”, y explicó que la explosión se ha debido a las “válvulas de escape obturadas”.

La primera, es la del Islam radical que coloca su lógica contra Occidente, porque hoy “el antioccidentalismo no es necesariamente un componente y Occidente no está ya considerado como equivalente a globalización”.

“Ni siquiera Israel – prosiguió – está considerado por los jóvenes como el enemigo exterior” y por tanto “no se puede jugar con eso”. Ni siquiera sirve la “inevitabilidad de la corrupción donde hay una jerarquía porque en el fondo es el derecho del más fuerte”. Mientras que la última válvula obturada ha sido el debilitamiento de la familia como valor social”.

Todo esto porque “el modelo de comunicación que el mundo propone, y en particular la Red, ha cambiado mucho la mentalidad de los más jóvenes. También porque las dificultades de los gobiernos locales de controlar las dos emisoras que transmiten en todo el Norte de África, y sobre todo, la gran cantidad de jóvenes conectados para enterarse de las noticias y para ver el mundo”.

Según el padre Garuti “será difícil engañar a esta generación con el nacionalismo islámico”.

Al tomar la palabra, Mario Giro afirmó que algo se ha roto y algo está naciendo: “los jóvenes ya no tienen miedo, quieren su futuro. No es un complot político violento y por esto no se han oído eslóganes contra Estados Unidos, Occidente o Israel”.

Una situación en equilibrio que el autor llama “caos” y que refleja un mundo fosilizado, además de enseñarnos que todos esto ha sucedido “sin que nosotros los europeos hayamos hecho nada”. Porque “Occidente ha razonado con el miedo de los soviéticos, después de los islámicos”.

“¿Qué tipo de democracia nacerá? Seguramente no la nuestra”, respondió Giro. Y consideró después que “el proceso no volverá hacia atrás, aunque haya retrocesos y coletazos” en mundo donde el 70% de la población está por debajo de los 30 años, y por tanto se trata de países sin un determinismo sobre el futuro”.

El vaticanista Francesco Peloso habló, sin embargo, de una toma de posición prudente por parte de la Santa Sede ante la guerra de Libia y la primavera árabe, y se ha preguntado si no ha habido una falta de análisis y de comprensión de la complejidad de los sucesos.

Desde su punto de vista, este libro “desislamiza un poco nuestra visión. La visión de esta última década, viciada por un paradigma ideológico, tras el cual existe un mundo real, no sólo hecho de violaciones de derechos humanos y de sangre, y donde emerge una sociedad imprevisible que se enfrente con quien no sabe de qué parte estar”.

“Últimamente algo está cambiando gracias a la visión de algunos episcopados locales que dicen basta 'a los regímenes y gobernantes corruptos en el poder'. Un proceso que todavía está en curso”, concluyó.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Entrevistas


La música sacra, un tesoro para la Iglesia y para la humanidad
Entrevista al cardenal Farina, archivero y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia.
ROMA, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Para celebrar los cien años de la creación del Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma fue organizado del 26 de mayo al 1 de junio un congreso internacional sobre Música Sacra en las dos sedes romanas del Instituto.

El programa contó con un nutrido calendario de actividades: conferencias, mesas redondas, conciertos, encuentros. Entre los presentes estaba el cardenal Raffael Farina, director de la Biblioteca y de los Archivos secretos del Vaticano, que concedió una entrevista a ZENIT.

- ¿Qué significa para la Iglesia poseer una gran variedad de partituras?

Cardenal Farina. Significa conservar un patrimonio de arte y de liturgia del culto, junto a los manuscritos más antiguos de la Biblia, a la tradición del texto bíblico y de lo que es parte de la tradición de la Iglesia de Roma, al lado de tantos tesoros de la antigüedad clásica y mucho más.

Los libros litúrgicos musicales son muchas veces enriquecidos por miniaturas suntuosas, en las cuales la connotación musical se conjuga con la preciosidad artística de las imágenes. Conservamos estos tesoros que lo son de la Iglesia pero también de la humanidad.

La música y el arte tienen además una validez altamente educativa pues enseñar a apreciar lo que el hombre ha producido de bello durante lo siglos significa difundir y promover una educación capaz de abrir la mente y el corazón a los que verdaderamente vale, a lo que nos rinde mejores, que enriquece el ánimo.. Significa cultivar semillas importantes y fecundas en un mundo a veces entristecido por eventos negativos y por engañosos subproductos.

En particular los manuscritos litúrgico-musicales son el testimonio de la oración de la Iglesia a través de los siglos, de la belleza de la liturgia y de la universalidad del lenguaje que desde siempre une a los fieles volviéndoles partícipes de la acción de Dios.

Estos tesoros preciosos son conservados no solamente en la Biblioteca Vaticana, pero también en las basílicas de Santa María la Mayor, en San Juan de Letrán y en el archivo de la basílica de San Pedro.

Muchos libros llegaron a la Biblioteca Vaticana por donaciones, compra o depósitos, además de la adquisición de ejemplares y de colecciones completas que ha garantizado a través del tiempo la conservación de este patrimonio, que se habría perdido debido a diversos hechos históricos.

Permite además una amplia fruición de los libros por parte de los estudiosos, acogidos en los ambientes equipados e idóneos para la consulta, además de la conservación.

- ¿Es verdad que la Biblioteca Vaticana está digitalizando sus volúmenes?

Cardenal Farina. Hemos puesto en marcha un proyecto que pide una importante inversión y que aún no podemos realizarlo. A medida que encontraremos patrocinadores dispuestos a financiar la empresa partiremos de manera sistemática y bien programada.

Digitalizar todos los manuscritos de la Vaticana tardará unos veinte años. El proyecto está ampliamente ilustrado en el sitio de la Biblioteca Vaticana (http://www.vaticanlibrary.va/home.php?pag=in_evidenza_art_00115&BC=12).

- ¿A través de la historia, cuál es la constante, el denominador común de la música sacra?

Cardenal Farinas: A través de las varias épocas y en los diversos lenguajes de la misma, la música sacra ha traducido en melodía la liturgia, subrayando los momentos importantes, revelando el misterio del encuentro entre Dios – el verdadero protagonista de la acción litúrgica – y el corazón del hombre que escucha. La música sacra agrega al paladar un quid y una resonancia que conducen la profundidad del Misterio.

Además en virtud de la universidad y de tocar las cuerdas del deseo más profundo en cada hombre (el encuentro con Dios), la música sacra tiene la capacidad de alcanzar e involucrar mismo a las personas más lejanas, acercándole la verdad de la Palabra.

La oración se vuelve canto y el canto se hace oración para rendir gloria a Dios, como bien ilustran los Padres (baste pensar a Ambrosio y Agustín), que individuaron y expresaron todas las potencialidades del canto litúrgico.

- ¿Quiere agregar algo más sobre el congreso?

Card. Farina. Iniciativas científicas como este congreso, con un programa de densas contribuciones específicas y especialísticas, además que celebrativas, señalan un concreto avance de la búsqueda, promueven una confrontación y hacen emerger importantes novedades en los estudios de los manuscritos que tramandan tales textos, como hemos escuchado en las conferencias de la primera jornada.

- ¿Cuáles son los archivos de la Biblioteca Vaticana mayormente útiles para el estudio de los manuscritos litúrgico musicales?

Card. Farina. Los archivos de la Biblioteca Vaticana que contienen manuscritos litúrgicos musicales son muchos. Basta hojear los catálogos que disponemos (desde Bannister y Ehrensberger hasta Salmon e Llorens) para tener una idea.

Iniciando con los archivos de la Capilla Sixtina y la Capilla Julia, en donde hay obras con canto gregoriano o música polifónica usada durante las celebraciones solemnes: la mayor parte de gran tamaño y ricamente ornamentadas (los más antiguos que se conservan son de la mitad del siglo XIII).

Esos transmiten obras de célebres compositores que trabajaban en el Colegio musical papal a través de los siglos (G. Dufay, Carpentras, J. Desprez, C. Festa, G. P. Palestrina, G. Allegri…) y el en la Capilla Julia (reorganizada por Julio II), el primero de cuyos magister cantorum fue Palestrina; después los Vaticano musicali, constituidos como fondo autónomo en 1956 (hasta entonces habían sido adjuntados a los Vaticani latini); y hay que recordar aún Santa María la Mayor, en Vaticano desde 1931.

Perosi fue constituido como fondo autónomo solamente al inicio de los años noventa del siglo pasado (antes entre los Vaticano musicales) que contienen más de 200 autógrafos, la mayoría inéditos. Y después los Barberiani latini, los Chigiani, el Archivo del Capítulo de san Pedro, los Rossiani…, solamente para citar algunos.

Tales manuscritos transmiten sea la música sacra que muchos otros importantes testimonios de la historia de la música, en la perspectiva de aquella universalidad del saber que desde siempre ha caracterizado el patrimonio recogido en la Biblioteca de los Pontífices.

Una biblioteca que ha nacido, creo sea siempre oportuno recordarlo, como humanística y lista para acoger –más aún en búsqueda- de textos de diversos ámbitos disciplinarios y en todos los idiomas, expresiones de las diversas civilizaciones y religiones: del latín al griego, del hebreo al árabe, del persa al turco, del arameo al etíope, a los idiomas eslavos, chino y japonés.

Y su importancia consiste también en esta perspectiva ecuménica y unificadora del saber y de la civilización, perspectiva que aún hoy nos sugiere como a través del estudio de las varias disciplinas -en el respeto de la identidad de cada uno y con el amor por la cultura- el hombre pueda volverse siempre más hombre y acercarse a su Creador.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Documentación


Benedicto XVI: El desafío, transmitir la fe a las nuevas generaciones
Discurso al congreso eclesial de la diócesis de Roma
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este lunes en la Basílica de San Juan de Letrán al inaugurar el congreso eclesial que concluye el año pastoral de la diócesis de Roma con el tema: “Se conmovieron profundamente” (Hechos 2, 37).

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

Con espíritu agradecido al Señor nos volvemos a reunir en esta basílica de San Juan de Letrán con motivo de la inauguración del congreso diocesano anual. Damos gracias a Dios que nos permite en esta tarde revivir la experiencia de la primera comunidad cristiana, que “tenía un solo corazón y una sola alma” (Hechos 4, 32). Doy las gracias al cardenal vicario por las gentiles palabras que me ha dirigido en nombre de todos y presento a cada quien mi saludo más cordial, asegurando mi oración por vosotros y por aquellos que no pueden estar aquí compartiendo esta importante etapa de la vida de nuestra diócesis, en particular por quienes viven momentos de sufrimiento físico o espiritual.

Me ha complacido saber que en este año pastoral habéis comenzado a aplicar las indicaciones surgidas en el congreso del año pasado, y confío que también en el futuro cada comunidad, sobre todo parroquial, siga comprometiéndose para atender cada vez mejor, con la ayuda ofrecida por la diócesis, la celebración de la Eucaristía, particularmente la dominical, preparando adecuadamente a los agentes pastorales y dedicándose para que el misterio del altar sea vivido cada vez más como un manantial del que se puede sacar la fuerza para ofrecer un testimonio más incisivo de la caridad, que renueve el tejido social de nuestra ciudad.

El tema de esta nueva etapa de evaluación pastoral, “La alegría de engendrar en la fe de la Iglesia de Roma – La iniciación cristiana”, está relacionado con el camino ya recorrido. De hecho, desde hace ya muchos años nuestra diócesis está comprometida en la reflexión sobre la transmisión de la fe. Recuerdo que, precisamente en esta basílica, en una intervención durante el Sínodo Romano, cité unas palabras que me había escrito Hans Urs von Balthasar:“La fe no debe ser presupuesta sino propuesta”. Así es. De por sí, la fe no se conserva en el mundo, no se transmite automáticamente al corazón del hombre, sino que debe ser siempre anunciada. El anuncio de la fe, a su vez, para que sea eficaz debe comenzar por un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo. Así sucedió desde el inicio, como nos recuerda el episodio bíblico escogido para iluminar esta evaluación pastoral. Está tomado del segundo capítulo de los Hechos de los Apóstoles, en el que san Lucas, nada más haber narrado el acontecimiento de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, refiere el primer discurso que san Pedro dirigió a todos. La profesión de fe al final del discurso --“Ese Jesús que vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Mesías” (Hechos 2, 36)-- es el gozoso anuncio que la Iglesia no deja de repetir desde hace siglos a cada hombre.

Ante aquel anuncio todos “se conmovieron profundamente”. Esta reacción fue causada ciertamente por la gracia de Dios: todos comprendieron que esa proclamación realizaba las promesas y provocaba en cada uno el deseo de la conversión y del perdón de los propios pecados. Las palabras de Pedro no se limitaban al anuncio de hechos, sino que mostraban su significado, poniendo en relación la vicisitud de Jesús con las promesas de Dios, con las expectativas de Israel y, por tanto, con las de cada hombre. La gente de Jerusalén comprendió que la resurrección de Jesús era capaz de iluminar la existencia humana. De hecho, de este acontecimiento nació una nueva comprensión de la dignidad del hombre y de su destino eterno, de la relación entre el hombre y la mujer, del significado último del dolor, del compromiso en la construcción de la sociedad. La respuesta de la fe nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la verdadera vida, la “vida en plenitud”. Uno de los grandes padres de la Iglesia, san Hilario de Poitiers, escribió que se convirtió en creyente cuando comprendió, al escuchar en el Evangelio, que para alcanzar una vida verdaderamente feliz eran insuficientes tanto las posesiones, como el tranquilo disfrute de los bienes y que había algo más importante y precioso: el conocimiento de la verdad y la plenitud del amor entregados por Cristo (Cf. De Trinitate 1,2).

Queridos amigos: la Iglesia, cada uno de nosotros, tiene que llevar al mundo esta gozosa noticia: Jesús es el Señor, Aquel en el que se han hecho carne la cercanía y el amor de Dios por cada hombre y mujer y por toda la humanidad. Este anuncio tiene que resonar de nuevo en las regiones de antigua y tradición cristiana.El beato Juan Pablo II habló de la necesidad de una nueva evangelización dirigida a quienes, a pesar de que ya han escuchado hablar de la fe, han dejado de apreciar la belleza del cristianismo, es más, en ocasiones lo consideran incluso como un obstáculo para alcanzar la felicidad. Por este motivo, deseo repetir lo que les dije a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia: “La felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis el derecho de experimentar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, escondido en la Eucaristía”.

Los hombres se olvidan de Dios también porque con frecuencia se reduce la persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad. Esta manera de pensar impide comprender la novedad radical del cristianismo, pues si Jesús no es el Hijo único del Padre, entonces tampoco Dios ha venido a visitar la historia del hombre. Por el contrario, ¡la encarnación forma parte del corazón mismo del Evangelio! Que crezca, por tanto, el compromiso por una renovada estación de evangelización, que no es sólo tarea de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia. En esta hora de la historia, ¿no es quizá ésta la misión que el Señor nos encomienda: anunciar la novedad del Evangelio, como Pedro y Pablo, cuando llegaron a nuestra ciudad? Hay muchas personas que todavía no han encontrado al Señor: hay que ofrecerles una atención pastoral especial. Junto a los niños y los muchachos de familias cristianas que piden recorrer los itinerarios de iniciación cristiana, hay adultos que no han recibido el Bautismo, o que se han alejado de la fe de la Iglesia. Es una atención hoy más urgente que nunca, que pide comprometernos con confianza, apoyados por la certeza de que la gracia de Dios siempre actúa en el corazón del hombre. Yo mismo he tenido la alegría de bautizar cada año, durante la Vigilia Pascual, a algunos jóvenes y adultos.

Pero, ¿quién es el mensajero de este alegre anuncio? Seguramente cada bautizado. Sobre todo los padres, quienes tienen la tarea de pedir el Bautismo para sus propios hijos. ¡Qué grande es este don que la liturgia llama “puerta de nuestra salvación, inicio de la vida en Cristo, fuente de la nueva humanidad” (Prefacio del Bautismo). Todos los papás y mamás están llamados a cooperar con Dios en la transmisión del don inestimable de la vida, pero también a dar a conocer a Aquel que es la Vida. Queridos padres, la Iglesia como madre cariñosa trata de apoyaros en esta tarea fundamental. Desde que son pequeños, los niños tienen necesidad de Dios y tienen la capacidad de percibir su grandeza; saben apreciar el valor de la oración y de los ritos, así como intuir la diferencia entre el bien y el mal. Acompañadles, por tanto, en la fe, desde la edad más tierna.

Y, ¿cómo es posible cultivar después la semilla de la vida eterna según el niño va creciendo? San Cipriano nos recuerda: “Nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia por Madre”. Desde siempre la comunidad cristiana ha acompañado la formación de los niños y de los muchachos, ayudándoles no sólo a comprender con la inteligencia las verdades de la fe, sino también viviendo experiencias de oración, de caridad y de fraternidad. La palabra de la fe corre el riesgo de quedarse muda, si no encuentra una comunidad que la lleva a la práctica, haciéndola viva y atrayente. Todavía hoy las parroquias, los campamentos de verano, las pequeñas y grandes experiencias de servicio son una preciosa ayuda para los adolescentes que recorren el camino de la iniciación cristiana para madurar un compromiso de vida coherente. Aliento por tanto a recorrer este camino que permite descubrir el Evangelio como la plenitud de la existencia y no como una teoría. Todo esto debe proponerse en particular a quienes se preparan a recibir el sacramento de la Confirmación para que el don del Espíritu Santo confirme la alegría de haber sido engendrados hijos de Dios. Os invito por tanto a dedicaros con pasión al redescubrimiento de este sacramento para que quien ya está bautizado pueda recibir como don de Dios el sello de la fe y se convierta plenamente en testigo de Cristo.

Para que todo esto sea eficaz y dé fruto es necesario que el conocimiento de Jesús crezca y se prolongue más allá de la celebración de los sacramentos. Esta es la tarea de la catequesis, como recordaba el beato Juan Pablo II: “La peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del Evangelio que ha suscitado la conversión, persigue el doble objetivo de hacer madurar la fe inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo(exhortación apostólica Catechesi tradendae, 19). La catequesis es acción eclesial y por tanto es necesario que los catequistas enseñen y den testimonio de la fe de la Iglesia y no su interpretación. Precisamente por este motivo fue redactado el Catecismo de la Iglesia Católica, que esta tarde vuelvo a entregar espiritualmente a todos vosotros para que la Iglesia de Roma pueda comprometerse con renovada alegría en la educación de la fe. La estructura del Catecismo deriva de la experiencia del catecumenado de la Iglesia de los primeros siglos y retoma los elementos fundamentales que hacen de una persona un cristiano: la fe, los sacramentos, los mandamientos, el Padrenuestro.

Para ello es necesario educar en el silencio y la interioridad. Confío que en las parroquias de Roma los itinerarios de iniciación cristiana eduquen en la oración para que penetre en la vida y ayude a encontrar la Verdad que habita nuestro corazón. La fidelidad a la fe de la Iglesia, además, debe conjugarse con una “creatividad catequística” que tenga en cuenta el contexto, la cultura y la edad de los destinatarios. El patrimonio de historia y de arte que custodia Roma es un camino ulterior para acercar a las personas a la fe. Invito a todos a recurrir a las riquezas de este “camino de la belleza”, que lleva a Aquel que es, según san Agustín, la Belleza tan antigua y siempre nueva.

Queridos hermanos y hermanas: deseo daros las gracias por vuestro generoso y precioso servicio en esta fascinante obra de evangelización y de catequesis. ¡No tengáis miedo de comprometeros por el Evangelio! A pesar de las dificultades que encontráis para conciliar las exigencias familiares y laborales con las de las comunidades en las que desempeñáis vuestra misión, confiad siempre en la ayuda de la Virgen María, Estrella de la Evangelización. El beato Juan Pablo II, que hasta el final se entregó para anunciar el Evangelio en nuestra ciudad y amó con particular afecto a los jóvenes, intercede también por nosotros ante el Padre. Asegurándoos mi constante oración, imparto a todos la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina

©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Audiencia a los representantes de diversas etnias de gitanos
El pasado sábado en el Vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció, en la mañana del sábado, en el Aula Pablo VI, a los representantes de diversas etnias de gitanos que han llegado a Roma, provenientes de toda Europa, en celebración del 75º aniversario del martirio y 150º del nacimiento del Beato Zefirino Giménez Malla (1861-1936), gitano de origen español.

* * * * *

¡Venerados hermanos,

queridos hermanos y hermanas!

o Del si tumentsa! [¡El Señor esté con vosotros!]

Es para mí una gran alegría encontrarme con vosotros y daros una cordial bienvenida, en ocasión de vuestro peregrinaje a la tumba del Apóstol Pedro. Agradezco al arzobispo monseñor Antonio María Vegliò, Presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes, por las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre y por haber organizado el evento. Extiendo la expresión de mi gratitud también a la Fundación "Migrantes" de la Conferencia Episcopal Italiana, a la Diócesis de Roma y a la Comunidad de San Egidio, por haber colaborado en la realización de este peregrinaje y por lo que hacen cotidianamente en pro de vuestra acogida e integración. Un “gracias” particular a vosotros, por haber ofrecido vuestros testimonios, tan significativos.

Habéis llegado a Roma de todas partes de Europa para manifestar vuestra fe y vuestro amor por Cristo, por la Iglesia -que es una casa para todos vosotros- y por el Papa. El Siervo de Dios Pablo VI dirigió a los gitanos, en 1965, estas inolvidables palabras: “Vosotros en la Iglesia no estáis al margen, sino que de alguna manera, estáis en el centro, vosotros sois el corazón de la Iglesia”. También yo hoy repito con afecto: ¡Estáis en el corazón de la Iglesia! Sois una amada porción del Pueblo de Dios peregrinante y nos recordáis que “no tenemos aquí abajo una ciudad permanente, sino que buscamos la futura” (Hb 13,14). También a vosotros ha llegado el mensaje de salvación, al que habéis respondido con fe y esperanza, enriqueciendo la comunidad eclesial de creyentes laicos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas gitanos. Vuestro pueblo ha dado a la Iglesia el beato Ceferino Giménez Malla, del que hoy celebramos el 150º aniversario de su nacimiento y el 75º de su martirio. La amistad con el Señor hizo de este mártir, testimonio auténtico de la fe y de la caridad. Con la intensidad con la que él adoraba a Dios y descubría su presencia en todas las personas y en todos los acontecimientos, el beato Ceferino amaba a la Iglesia y a sus pastores. Terciario franciscano, permaneció fiel a su ser gitano, a la historia y a la identidad de su propia etnia. Casado según la tradición de los gitanos, junto a su esposa decidió validar el vínculo en la Iglesia con el Sacramento del Matrimonio. Su profunda religiosidad encontraba expresión en la participación cotidiana en la Santa Misa y en el rezo del Rosario. Fue justo el rosario que llevaba siempre en el bolsillo, la causa de su arresto e hizo del beato Ceferino un “auténtico mártir del Rosario”, ya que no dejó que se lo quitasen de la mano ni siquiera en el momento de su muerte: Hoy el beato Ceferino nos invita a seguir su ejemplo y nos indica también el camino: la dedicación a la oración y en particular al Rosario, el amor por la Eucaristía y por los demás Sacramentos, la observancia de los Mandamientos, la honestidad, la caridad y la generosidad hacia el prójimo, especialmente hacia los pobres; esto os hará fuertes ante el riesgo de que las sectas u otros grupos pongan en peligro vuestra relación con la Iglesia.

Vuestra historia es compleja y, en algunos periodos, dolorosa. Sois un pueblo que en los siglos pasados no ha vivido ideologías nacionalistas, que no ha aspirado a poseer una tierra o a dominar a otras gentes. Os habéis quedado sin patria y habéis considerado el Continente en su conjunto como vuestra casa.

Sin embargo, persisten problemas graves y preocupantes, como las relaciones a menudo difíciles con las sociedades en las que vivís. Desgraciadamente a través de los siglos habéis conocido el sabor amargo de la no acogida y, a veces, de la persecución, como sucedió en la II Guerra Mundial: miles de mujeres, hombres y niños fueron asesinados salvajemente en los campos de exterminio. Fue – como decís vosotros – el Porrájmos, “La Gran Destrucción”, un drama todavía poco reconocido y del que se desconocen las proporciones, pero que vuestras familias llevan impreso en el corazón. Durante mi visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo de 2006, recé por las víctimas de las persecuciones y me incliné frente a la lápida en lengua romaní, que recuerda a vuestros caídos. ¡La conciencia europea no puede olvidar tanto dolor! ¡Qué nunca más sea, vuestro pueblo, objeto de vejaciones, de rechazo y de desprecio! ¡Por vuestra parte buscad siempre la justicia, la legalidad, la reconciliación y esforzaos por no ser nunca causa de sufrimiento de otros!

Hoy, gracias a Dios, la situación está cambiando: nuevas oportunidades se abren delante de vosotros, mientras que adquirís nueva conciencia. Durante este tiempo habéis creado una cultura de las expresiones significativas, como la música y el canto, que han enriquecido Europa. Muchas etnias ya no son nómadas, sino que buscan la estabilidad con nuevas expectativas frente a la vida. La Iglesia camina con vosotros y os invita a vivir según las comprometedoras exigencias del Evangelio, confiando en la fuerza de Cristo, hacia un futuro mejor. También Europa, que reduce las fronteras y considera riqueza a la diversidad de los pueblos y de las culturas, os ofrece nuevas posibilidades. ¡Os invito, queridos amigos, a escribir juntos una nueva página de la historia para vuestro pueblo y para Europa! La búsqueda de alojamiento y de un trabajo digno y de educación para los hijos son la base sobre la que construir la integración que traerá beneficios para vosotros y para toda la sociedad. ¡Dad vosotros también, vuestra efectiva y leal colaboración, para que vuestras familias se inserten dignamente en el tejido civil europeo! Muchos de entre vosotros son niños y jóvenes que desean educarse y vivir con los demás y como los demás. A estos los miro con particular afecto, convencido de que vuestros hijos tienen derecho a una vida mejor. ¡Sea su bien vuestra gran aspiración! Custodiad la dignidad y el valor de vuestras familias, pequeñas iglesias domésticas, para que sean verdaderamente escuelas de humanidad (cfr Gaudium et spes, 52). Que las instituciones, por su parte, se esfuercen por velar adecuadamente por este proceso.

Finalmente, también estáis llamados a participar activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia, promoviendo la actividad pastoral en vuestras comunidades. La presencia entre vosotros de sacerdotes, diáconos y personas consagradas, que pertenecen a vuestras etnias, son un don de Dios y signo positivo del diálogo de las Iglesias locales con vuestro pueblo, que necesita sostener y desarrollar. Confiad y escuchad a estos vuestros hermanos y hermanas, y ofreced, junto a ellos, el coherente y gozoso anuncio del amor de Dios por el pueblo gitano, ¡cómo por todos los pueblos! La Iglesia desea que todos los hombres se reconozcan hijos del mismo Padre y miembros de la misma familia humana. Estamos en la vigilia de Pentecostés, cuando el Señor mandó su Espíritu sobre los Apóstoles que comenzaron a anunciar el Evangelios en las lenguas de todos los pueblos. Que el Espíritu Santo distribuya sus dones abundantemente sobre todos vosotros, sobre vuestras familias y comunidades esparcidas por el mundo y os haga testigos generosos de Cristo Resucitado. María Santísima, tan amada por vuestro pueblo y que vosotros invocáis como "Amari Devleskeridej", “Nuestra Madre de Dios”, os acompañe por los caminos del mundo y que el beato Zefirino os sostenga con su intercesión.

Naisìv tumenge savorenge katar o ilò kaj avilèn katè ande o kher le Petrosko te sikavèn tumarò pačamòs aj tumarò kamimòs pe e khangherì taj vi pe o Papa. O Blago Zefirino si tumende iek sičarimòs katar ek trajo traimè e Kristòske taj vi pe e khangerì, ke dikàve o sičarimòs aj o kamimòs pe sa le manušà. O Papa si pašè po svako iek anda tumende, taj isarèl tumen ande pesko rugimòs. O Del del tumèn blàgosto, tumarè enè, tumarè familje, aj tumarò trajo ke avela maj anglè. O Del del tumén sastimós te baxht acén e Devlesa.

[Agradezco de corazón a todos los que os habéis reunido en la Sede de Pedro para manifestar vuestra fe y vuestro amor por la Iglesia y por el Papa. Que el Beato Ceferino sea para todos vosotros, ejemplo de una vida vivida para Cristo y para la Iglesia, en la observancia de los mandamientos y en el amor hacia el prójimo. El Papa está cerca de cada uno de vosotros y os recuerda en sus oraciones. Que el Señor os bendiga a vosotros, vuestras comunidades, vuestras familias y vuestro futuro. Que el Señor os dé salud y fortuna. ¡Permaneced con Dios!]

¡Gracias! ¡Y Buen Pentecostés para todos vosotros!

Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Fe de erratas


Error en noticia sobre nombramiento
 
ROMA, lunes 13 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El pasado 8 de junio, por error, publicamos un titular erróneo sobre el nombramiento de monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, nuevo obispo de Tibú, y no de Bucamaranga. Aunque el titular es erróneo, la noticia es correcta (www.zenit.org/article-39533?l=spanish).

Aprovechamos, desde el equipo de ZENIT, para agradecer la amabilidad de los lectores que nos han señalado el error.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba