13.06.11

Entrevías, sacrilegio permanente

A las 4:58 PM, por Luis Fernando
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Hace años la parroquia de San Carlos Borromeo del barrio madrileño de Entrevías apareció en todos los periódicos, radios y televisiones de España. El cardenal Rouco, al parecer animado por la totalidad del consejo presbiteral de la archidiócesis de Madrid, había decidido cerrar dicha parroquia, que estaba en manos de tres sacerdotes de los que lo menos que se puede decir es que tienen de católicos lo que el Dalai Lama de musulmán. O sea, nada.

Los escándalos litúrgicos en dicha parroquia, donde se “consagraban” rosquillas, eran solo equiparables a las barbaridades doctrinales que salían de boca de sus sacerdotes cada vez que se les ponía un micrófono delante. Era evidente que no sólo debía cerrarse la parroquia -hay otras bien cercanas que pueden cubrir pastoralmente el barrio-, sino que además debía de retirarse del sacerdocio a sus responsables. En un principio, el cardenal optó por convertir aquello en un centro de atención social a drogadictos y marginados, que al parecer es lo único que hacen bien -yo no me lo creo- esos sacerdotes. Sin embargo, la presión mediática fue tal, que el pastor de la Iglesia en Madrid convirtió finalmente a San Carlos Borromeo en un centro pastoral.

Hoy sabemos, por boca de Enrique de Castro, el sacerdote más mediático de Entrevías, que en esas “misas” se da la comunión a cualquiera que asome por allá. Da igual que seas católico, agnóstico o musulmán. Si te acercas a comulgar, comulgas. Y don Enrique presume de ello. De hecho, en la entrevista concedida a La Voz de Asturias vuelve a soltar sus típicas soflamas progres.

Es evidente que cuando se permite que el error corretee libremente por la Iglesia, el resultado es funesto para la misma. Es sabido que los responsables de impedir que el error abunde son los obispos.

Según el Concilio Vaticano II, los fieles tienenconforme a la ciencia, la competencia y el prestigio que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su parecer acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia. Esto hágase, si las circunstancias lo requieren, a través de instituciones establecidas para ello por la Iglesia, y siempre en veracidad, fortaleza y prudencia, con reverencia y caridad hacia aquellos que, por razón de su sagrado ministerio, personifican a Cristo” (Lumen Gentium 37).

Que yo sepa, la Iglesia no ha establecido institución alguna para que los fieles cumplan con ese deseo del Concilio, así que los que tenemos algún tipo de “responsabilidad” mediática tenemos que hacer uso de instrumentos como los blogs o portales como este para exponer nuestro parecer concerniente al bien de la Iglesia. Por eso, con toda la reverencia y caridad que quepa en estas torpes líneas, me atrevo a pedir a nuestros pastores que hagan el favor de poner fin a escándalos como el de Entrevías, como el de Pousa y como el de tantos y tantos ejemplos presentes en la Iglesia.

Por otra parte, en la Instrucción Redemptionis Sacramentum (2004) de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, aprobada por el Papa Benedicto XVI, leemos:

De forma muy especial procuren todos, según sus medios, que el santísimo sacramento de la Eucaristía sea defendido de toda irreverencia y deformación, y todos los abusos sean completamente corregidos. Esto, por lo tanto, es una tarea gravísima para todos y cada uno, y, excluida toda acepción de personas, todos están obligados a cumplir esta labor” (183)

Cualquier católico, sea sacerdote, sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer una queja por un abuso litúrgico ante el Obispo diocesano o el Ordinario competente que se le equipara en derecho, o ante la Sede Apostólicos, en virtud del primado del Romano Pontífice. Conviene, sin embargo, que, en cuanto sea posible, la reclamación o queja sea expuesta primero al Obispo diocesano. Pero esto se haga siempre con verdad y caridad
” (184).

El título de este artículo puede parecer excesivo, pero es exacto. El Catecismo de la Iglesia dice que el “sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos […] El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía” (Art. 2120). Es un dato cierto que en el centro pastoral de Entrevías se cometen sacrilegios habitualmente en la Eucaristía.

Cada vez es más evidente por la experiencia lo que ya es algo cierto por la doctrina: el modelo pastoral que tolera el escándalo doctrinal, litúrgico y moral de teólogos y sacerdotes, sólo sirve para muchas personas pierdan la fe y para que quienes somos fieles a Cristo y a la Iglesia, quienes no dudamos en aceptar la enseñanza propuesta por el Magisterio, sufrimos un gran daño espiritual. Llegamos a preguntarnos de qué sirve la autoridad en la Iglesia si la misma no se usa.

Obispos de nuestra querida Iglesia: Por amor a Cristo, hagan algo.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD:
He visitado la web de los de Entrevías:
http://www.sancarlosborromeo.org/

Es conmovedor. Nótese lo siguiente:

1- Se siguen llamando parroquia.

2- Ponen el enlace para descargarse gratuitamente el Jesús de Pagola. Y funciona.

3- Usan las instalaciones del centro pastoral para dar Clases de Danza del Vientre.