Espectacular nueva capilla de la conferencia episcopal: Rupnik se ha encargado de representar a doce obispos santos españoles
Diócesis
Jueves, 16 de Junio de 2011 01:00
La nueva capilla de la Conferencia Episcopal Española contiene bellas representaciones del artista y jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik, y reliquias de dos obispos españoles que murieron mártires en el 259 y en 1936: san Fructuoso de Tarragona y san Florentino Asensio de Barbastro. La capilla está dedicada a la sucesión apostólica.


La capilla, ubicada en la calle Añastro 1, tiene a modo de retablo una representación de Jesucristo resucitado llevando el timón de la barca de la Iglesia, acompañado por los doce apóstoles que sostienen una red repleta de peces. Jesús orienta a los peces con la mano hacia la red de los apóstoles. Cerca de Cristo aparecen representados san Pedro y san Pablo.

La sede, lugar del obispo que preside la asamblea litúrgica, está envuelta por la estola de Jesús. Sobre el altar, hay una representación del Espíritu Santo en forma de paloma. A la derecha del altar está el sagrario, también de gran belleza; y a la izquierda se conserva una talla de la Virgen del siglo XIII.

En las paredes laterales de la capilla aparecen representados doce obispos santos españoles, seis del primer milenio del cristianismo y seis del segundo: Cecilio de Elvira (siglo I), Fructuoso de Tarragona (259), Paciano de Barcelona (391), Isidoro de Sevilla (636), Ildefonso de Toledo (667), Rosendo de Mondoñedo (997), Julián de Cuenca (1208), Tomás de Villanueva (1555), Toribio de Mogrovejo (1606), Juan de Ribera (1611), Antonio María Claret (1870) y Florentino Asensio de Barbastro (1936).

La capilla conserva junto a la entrada el Crucificado de Ramón Lapayese que presidía hasta ahora el templo. Este Cristo fue tallado en 1953 utilizando una antigua viga de pino del monasterio de El Escorial.

Las vidrieras, a ambos lados del retablo, presentan textos en latín del Nuevo Testamento y del Concilio Vaticano II, sobre la sucesión apostólica.

En la capilla de la conferencia episcopal se arrodilló ante el sagrario el beato Juan Pablo II por vez primera en España, el 31 de octubre de 1982.

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