"Alegría por mí, pero también por mi casa, la Universidad Pontificia"

Olegario González: "No solo he sido profesor, he intentado pensar en alto para llegar al ciudadano"

"Benedicto XVI realiza una afirmación pública del lugar de la Teología en la iglesia"

Redacción, 19 de junio de 2011 a las 11:31
 

Olegario González de Cardedal (Lastra del Cano, Ávila, 1934) recibirá el próximo 30 de junio el primer premio de la Fundación Joseph Ratzinger, creada por el papa Benedicto XVI para impulsar los estudios teológicos. De Cardedal, un abulense con vocación de salmantino, catedrático emérito de Teología Dogmática de la Universidad Pontificia, recibe el premio realizando una llamada a la propia Iglesia española para que repiense el papel que ha otorgado a los teólogos, tanto dentro de ella como en el contacto con la sociedad. Lo entrevista F. Gómez en El Norte de Castilla.

-¿Qué pensó cuando le comunicaron el premio?

-Un reconocimiento de estas dimensiones es siempre un elemento de sorpresa en un primer momento, luego de alegría y profundo agradecimiento. Primero al jurado y a las instituciones que componen la Fundación, y después al propio Benedicto XVI, que confirmaba la decisión. Es una enorme alegría por mí, pero también por mi casa, la Universidad Pontificia, a la que he dedicado gran parte de mi vida.

-Según el jurado, se reconoce su excelencia en la investigación con un premio que puede considerarse el 'Nobel' de los teólogos.

-Este premio tiene varias connotaciones especiales. Es la primera vez que contamos con un papa teólogo de profesión, que ha querido mostrar con él que lo mismo que en otras ciencias hay progresos, profundizaciones y logros, también los hay en la Teología. Así, como hay un Nobel en Medicina o en Química, lo puede haber en este campo. Creo que Benedicto XVI realiza una afirmación pública del lugar de la Teología en la iglesia.

-¿Cuál debe ser ese lugar?

-Es un papel esencial como expresión del diálogo, encuentro y confrontación entre fe y razón, entre iglesia o sociedad, entre Evangelio o cultura.

-¿Se comprende suficientemente el papel de los teólogos?

-En Europa creo que sí, pero en España, mucho menos, por una incultura generalizada que se arrastra de tiempo atrás. Además, en las universidades del Estado la Teología no se ha cultivado nada. Espero que España despierte y vuelva a reconocer su papel, porque con la Teología sucede igual que lo que Aristóteles decía de la Filosofía, que donde no hay Filosofía también se hace, pero de la mala, porque no se practica con rigor y con método crítico. Con la Teología pasa igual.

-¿Tampoco la propia Iglesia española defiende los estudios teológicos?

-Ha estado durante mucho tiempo recluida en centros pequeños, seminarios menores. Tampoco en la Iglesia ha habido voluntad de otorgar a ese modo de entrega al Evangelio un apoyo institucional. Sin Teología se puede opinar, pero las opiniones no tienen fundamento, merecen ser despreciadas.

-Así que, ¿es duro el papel del teólogo?

-Ser teólogo es algo que lleva 24 horas al día, siete días a la semana y 40 años en la vida. Hay que mantener un compromiso continuo y vital.

-Pero en su trayectoria, además de publicar un gran número de libros especializados, también ha querido llegar a la sociedad.

-Yo comprendí que la función del teólogo no era atender a los treinta, cien o trescientos alumnos que puedas tener enfrente en un momento dado, sino pensar en alto la fe, presentar a la sociedad una posibilidad de vida humana en el Evangelio. Para ello, siempre he estado en televisión, en radio o en prensa, escribiendo primero en 'El País', hasta que ya no me reconocieron un colaborador viable y ahora en las terceras de 'Abc'.

-¿Tiene cabida la Teología en nuestra sociedad?

-Basta pensar en Comte, cuando decía que toda política que no tenga una firme Teología o es magia o es puro poder.