"Descansa quien no se cierra a su propia carne y hace obras buenas"

Jesús, respuesta al cansancio, al agobio y a la sed

Promete sosiego, alivio, descanso

Ángel Moreno, 03 de julio de 2011 a las 10:30

 

(Ángel Moreno, de Buenafuente).- "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso."

En tiempo de vacaciones, al igual que señala la Palabra de Dios, cabe que por el agobio acumulado se desee un justo descanso, y aunque las posibilidades económicas estén mermadas, siempre está el recurso de la sobriedad y del acercamiento a lugares familiares.

Jesús se ofrece como respuesta al cansancio, al agobio y a la sed y promete sosiego, alivio, descanso. San Pablo nos aconseja que no nos quedemos sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios nos habita. El salmista canta y bendice la bondad divina, porque “sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan”.

Para gustar la sabiduría que hoy nos ofrece la Palabra de Dios debemos acogerla con corazón sencillo y humilde, a quienes se acercan así a las Sagradas Escrituras, se les concede conocer la vida divina.

Descansa aquel que sigue las sendas de paz, y no perece en la intriga de la mentira.
Descansa quien camina con ojos y corazón limpios y no pretende lo que supera su capacidad.
Descansa y siente alivio quien se acerca a la fuente de agua viva, que es el trato de amistad con Dios.
Descansa y se recupera quien deja entrar en su conciencia el beso de la misericordia.
Descansa el que se deja conducir por el compañero de camino que habla en el interior del alma.
Descansa quien no se cierra a su propia carne y hace obras buenas.
Descansa quien sabe retirarse a lugares en los que recupera la memoria de su identidad filial, con relación a Dios.

¡Feliz tiempo de descanso!