Bicentenario de la independencia de Venezuela

Los obispos venezolanos piden recuperar el respeto y la dignidad de la persona humana

 

Con motivo de las celebraciones del 200 aniversario de independencia de Venezuela, la Conferencia Episcopal de la nación hispanoamericana ha publicado un documento que invita a vivir este momento de patriotismo con sentido cristiano. Los obispos exhortan a transformar la sociedad fragmentada, violenta y agresiva, por otra que sea justa, respetuosa y unida, teniendo como guía los valores de Evangelio.

08/07/11 8:02 AM


 

(Fides) El documento, titulado «el Bicentenario del 5 de julio» (1811- 2011), dice así:

“Nuestro país está pasando por una situación socio-política cada vez más difícil. De hecho, mientras que muchos países están experimentando un desarrollo sistemático, progresivo y acelerado, Venezuela ha experimentado un constante deterioro de las condiciones económicas y sociales, lo que implica que se mantiene fuera de la tendencia global de los cambios que permitan un desarrollo sostenible. A esto se suma lo que estamos experimentando en los últimos días: el drama inhumano de las cárceles. La ambigüedad en la defensa de los derechos humanos y la ineficacia del Estado para responder adecuadamente a este grave problema, hace pensar que la situación se le ha escapado de las manos de las autoridades y se pasa a los propios prisioneros. Es hora de poner una solución final y de humanizar el sistema penitenciario”.

El documento enviado a la Agencia Fides, recuerda que el Bicentenario debe ser un motivo de compromiso para cambiar la sociedad:

“No debemos perder la capacidad crítica  o la capacidad de reacción moral, no podemos quedarnos a ver una situación que daña el tejido humano y espiritual más profundo de la sociedad venezolana. La conmemoración del bicentenario nos ofrece la oportunidad de hacer propuestas, como ciudadanos y sacerdotes, que puede llegar a ser los criterios de renovación social de Venezuela”.

Los obispos piden la recuperación de todos, el respeto y la promoción de la dignidad inviolable de la persona humana y de todos sus derechos, así como considerar el valor de una cultura de trabajo y de la colaboración social en la producción y en la gestión de la riqueza, fortalecer la sentido de la ciudadanía, porque “ser ciudadano significa ser responsable de la vida y del progreso de la comunidad”, ser discípulos de la verdad, de bondad y de gratitud. El documento concluye con una invitación a “caminar el camino de la fraternidad y el respeto”, buscando el bien común y el servicio, “sin afectar a los demás, incluso los que no piensan como nosotros”