11.07.11

Alguna de las personas que escriben en InfoCatólica salió de Religión Digital por el tipo de publicidad, al menos alguna de ella, que se gastaban en aquel portal religioso pseudo católico. Y esto no debería extrañar porque para quien se dice católico que determinadas cosas coincidan en el sitio donde deja dicho acerca de su creencia es algo que no se puede admitir.

Ahora, por ejemplo, pasa algo parecido.

Así, creer sin haber visto (Fe) y creer que, en determinadas cosas u objetos (cartas, amuletos, etc.) hay encerradas soluciones a problemas (superstición) son, básicamente, campos distintos del proceder espiritual del ser humano creyente.

En realidad fe y la superstición son realidades diametralmente opuestas porque tienen origen distinto y obedecen a procederes eminentemente diferenciados.

Así, la fe se origina en la creencia, voluntariamente aceptada, de la existencia de Dios, de su divino proceder y de su Providencia, las cuales (uno y otra) no están al alcance del ser humano sino, como mucho, a disposición de quien quiera aceptar tales realidades espirituales. Sin embargo, la superstición se origina en un estadio espiritual de desconocimiento de Dios porque el creerse sometido a las fuerzas de la naturaleza o del azar posibilita dejarse caer en manos de “posibles” actuaciones o consecuencias que hacemos recaer en cosas o objetos (citados arriba) a los que otorgamos una especie de poder de carácter sobrenatural sobre nuestra vida que, en realidad, no tienen.

¿Cuántas veces nos dejamos caer en manos de la superstición? Sólo las que queremos si no somos suficientemente conscientes de lo que supone tal proceder o si, es otra posibilidad, intereses inconfesables concurren en el caso o situación.

Esta pregunta tiene, más que nada, una respuesta bastante vergonzosa por parte de muchos cristianos que, alejándose de la fe, se entregan (de hoz y coz) al resultado de una quiromancia, de una magia o de un proceder extraño a la fe y muy alejado de lo que es ésta.

Por eso, deberíamos (quien así lo haga) no desconocer lo que es superstición para no caer en ella porque nos alejaremos, si tal cosa hacemos, del sentido que ha de tener, para nosotros, la creencia en Dios, Padre Nuestro, en su Providencia y en lo que, al fin y al cabo, es la fe que no es otra cosa que abandonarnos a la voluntad de Dios y no en las manos paganas de la superstición por atrayente que parezca ésta.

Y todo esto, además, sin olvidar lo que dice, por ejemplo, el número 445 del Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, que, al responder a la pregunta “¿Qué es lo que Dios prohíbe cuando manda ‘No tendrás otro Dios fuera de mí’ (Ex 20,2)” dice, entre otras cosas, que “La superstición, que es una desviación del culto debido al Dios verdadero, y que se expresa también bajo formas de adivinación, magia, brujería y espiritismo”. Y esto son, sólo, algunos ejemplos de lo que supone actuar, de facto, contra Dios en quien se dice creyente en el Creador.

Pues todo esto puede verse (si es que no ha desaparecido) en Religión Digital.

Ejemplo: hace unos días un artículo de José María Castillo, teólogo progre y pseudo católico estaba “animado” por unos anuncios un tanto sospechosos y que determinan un claro desvío del sentido de la propia realidad de un portal religioso católico: tarot o algo así como echar las “runas” que son una especie de piedras con las que se “adivina” el futuro.

Esto, al que esto escribe, le da bastante risa por lo que supone de comportamiento pagano y anticristiano además de dejar en manos de la nada el conocimiento de lo que sólo Dios sabe. Sin embargo, me preocupa, por lo que quiere decir, que un sitio internáutico que presume de ser católico (tiene entre sus firmas a obispos españoles) se deje dominar por el humo de Satanás que supone dejar entrar en una parte de la Iglesia católica determinados tipos de comportamiento que más son de una época precristiana o, si lo son de época cristiana sólo lo son para capitidisminuir lo que la fe católica significa, es y será. Es, en fin, una forma de manifestar un curioso sentido, extraño y perturbador, de la fe que se tiene.

Es cierto, sin embargo, que cada cual puede financiarse como crea oportuno que tiene que hacerlo pero resulta de lo más asqueante tener que soportar, y saber, que un sitio web donde se dice que se defiende la fe católica (eso sí progre y desviada y, al fin y al cabo, poco apostólica y poco romana) se echen en manos de determinadas formas de pensar que están muy alejadas de onda religiosa.

Por eso, yo me pregunto, ahora mismo, cómo es posible que obispos y arzobispos de la Iglesia católica española sigan permitiendo que sus escritos aparezcan en la misma página donde se promociona la superstición. A mí me parece que eso es algo raro y que, en verdad, no deben saber que eso es así. En tal caso, pecan de ignorancia y si acaso lo conocen lo que pasa es que, a lo mejor, deberían dedicarse a otra cosa y no querer ser tan “abiertos” y tan “progres”.

Y, miren por donde, también es algo raro que haya editoriales católicas que, vayan ustedes a saber por qué, se promocionen en sitios como Religión Digital a sabiendas de lo que en tal casa se cuece. En fin… a lo mejor tienen intereses económicos en ello pero, la verdad, siempre suele ser mejor tener la honra que los barcos.

Eleuterio Fernández Guzmán