13.07.11

Pero qué gente más mala son esos legionarios disidentes

A las 11:16 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad

 

Cuando el Papa nombró a S.E.R Velasio de Paolis como Delegado Pontificio para la Legión de Cristo, muchos legionarios y miembros de Regnum Christi que estaban en estado de shock por las revelaciones sobre la vida inmoral de su fundador, se mostraron esperanzados de que se pudiera salvar lo salvable de su congregación. Benedicto XVI había optado por la renovación desde dentro, en vez de por una refundación o desaparición de la Legión. Y así debía de ser.

Desde entonces a esta parte, creo que entre los legionarios se han manifestado con más o menos claridad diversas tendencias. Hay un sector importante al que podríamos llamar macielista. Es decir, todavía no se creen las acusaciones contra Maciel, al que siguen considerando como verdadero padre espiritual. Luego están aquellos que se mantienen en el oficialismo. Es decir, se dejan llevar, confían en que De Paolis haga las cosas bien e intentan vivir su fe lo mejor que pueden. Y por último, hay un grupo que no está para nada de acuerdo con lo que está ocurriendo en los últimos meses y que ha optado o por salir de la Legión o por quedarse dentro intentando ser semilla de renovación. Estos últimos no entienden cómo es posible que la dirección que arropó y/o encubrió a Maciel siga al frente de la Legión.

Pues bien, el cardenal De Paolis ha decidido que en la Legión no sobra el sector macielista sino el de los críticos. Y contra ellos ha dirigido un discurso que parece más propio de un líder de la WatchTower que de un cardenal de la Iglesia Católica.

Lo que el prelado afirma de los “disidentes” se puede resumir de la siguiente manera: Son falsos profetas, anticristos, pseudo-luteranos que hacen en la Legión la obra de Satanás, intentado dividir la Iglesia. No me invento esos términos. Cito al cardenal:

… parecen depositarios de una misión profética donde algunos piensan tener una particular vocación de sustituir a los superiores, de erigirse maestros de vida espiritual y hacerse maestros de sana doctrina.

y

Es el diablo el que empeña sus energías para destruir, es la fatiga del diablo. ¡Cuánta empeño pone el diablo! ¿Pero para hacer qué? Para destruir el Reino de Dios.

y

Decía Kierkegaard, este autor protestante –no sé si ya lo he citado alguna otra vez– cuando en el tiempo de Lutero, qué había en la Iglesia… “Y Lutero ha venido a Roma porque todavía tenía fe. Después ha visto lo que ha visto y ha perdido la fe, y habiendo perdido la fe, ha perdido la esperanza. Y su conclusión, ¿cuál ha sido? La de salirse de la Iglesia, de elaborar una teología que sabemos cómo es: de fe, sí, pero de creer pensar que la conversión es imposible, de creer que la justificación no existe".

y

Cuando al interior de la comunidad se crean estas situaciones de personas que crean continuamente conflictos, divisiones, yo amo recordar aquello que decía san Juan, «después estos salen»; san Juan dice «salen porque no eran de los nuestros». ¿Cómo hace uno para vivir en una comunidad continuamente en disidencia? Siembra cizaña y después se va. Se va porque no había amor, no había amor…

Conviene que copie la cita de San Juan para que quede claro en qué consiste la acusación del cardenal contra los que se van o se quedan de forma crítica:

Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Pues si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Así se ha puesto de manifiesto que no todos son de los nuestros.
1 Jn 2,18-19

Luego añade:

Ciertos debates son tiempo perdido. De todos modos no son debate de vida comunitaria, sea en internet o extra internet; son cosas que tocan la conciencia del individuo, la profundidad del espíritu.

En definitiva, la cosa ha quedado clara. El que no esté de acuerdo con cómo se están haciendo las cosas, lo mejor que puede hacer es salir corriendo de la Legión. No vaya a ser que contamine a otros. Tendrá que arrostrar la sospecha de ser un anticristo, pero visto lo visto, eso es preferible a que te llamen instrumento de Satanás que se queda dentro para causar división. Doy gracias a Dios por no ser legionario. Si lo fuera, y dado que soy de la opinión de que la salida de la dirección macielista era algo ineludible para que sea creíble la intención de renovación, a estas alturas me encontraría entre los “orioles” anticristos de fuera o entre los disidentes cismáticos de dentro.

Acabo con una reflexión. La Iglesia lleva décadas sufriendo en su seno la actividad de verdaderos herejes y cismáticos que arremente contra la sana doctrina. Nadie en la jeraquía vaticana les ha dedicado jamás las acusaciones que el cardenal De Paolis lanza contra los legionarios que, lejos de profesar ninguna herejía, sólo quieren, equivocados o no, una verdadera renovación de la Legión. Incluso aceptando que el cardenal puede tener razón en que es mejor salir que quedarse dentro criticando la línea oficialista, la forma de decirlo es más una patada en el trasero que una invitación a la concordia. Tratar así a verdaderos católicos, que profesan el credo y acatan el magisterio de la Iglesia, clama al cielo. Algunas sectas tratan mejor a sus disidentes de lo que el cardenal De Paolis está tratando a los suyos. Si con eso cree que el futuro de la Legión está garantizado, se equivoca “de pé a pá". Somos muchos los que no podremos, en conciencia, ver la mano de Dios en una congregación que no se libra, ni por asomo, de la sombra funesta de su fundador. Y creer eso, excelencia reverendísima, no nos convierte en anticristos.

Luis Fernando Pérez Bustamante