ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 16 de julio de 2011

Entrevistas

Representante vaticano pide fármacos gratuitos para enfermos de Sida

Foro

Cardenal Cañizares: Los medios de comunicación y la verdad

El festín del Papa Benedicto

Jesús de Nazaret

La familia nos salvará

Documentación

Reacción vaticana a la ordenación de un obispo chino sin mandato pontificio

Los desafíos de Panamá, según sus obispos


Entrevistas


Representante vaticano pide fármacos gratuitos para enfermos de Sida
Monseñor Mupendawatu habla del compromiso de la fundación El Buen Samaritano
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).- A finales de 2010 eran más de treinta y cuatro millones las personas afectadas por el virus del Sida en el mundo. De ellas sólo el 5 por ciento recibe asistencia adecuada.

El proyecto en estudio por la Organización Mundial de la Salud es reducir drásticamente para el año 2015 el número de niños contagiados. Precisamente en estos días la “International Aids Society” (IAS) ha convocado en Roma a los máximos expertos en temas de patogénesis, tratamiento y prevención del Vih/Sida para buscar poner a punto estrategias.

Sin embargo persiste el problema de la ampliación de la asistencia al mayor número de los países  golpeados por la infección. En primera línea en esta lucha sin fronteras se encuentra la fundación El Buen Samaritano, emanación directa del Consejo pontificio para la pastoral de la Salud.

De ello ha hablado monseñor Jean-Marie Mupendawatu, recién nombrado secretario del citado dicasterio, donde ha sido oficial desde 1991 y subsecretario desde 2009, en esta entrevista concedida a “L'Osservatore Romano”.

--¿Cuándo y por qué nació la fundación?

--Monseñor Mupendawatu: El beato Juan Pablo II instituyó la fundación el 12 de septiembre de 2004. Luego la encomendó al Consejo pontificio para la pastoral de la salud. Sus fines se resumen en el apoyo económico  a los enfermos más necesitados, en particular a los afectados por Vih/Sida, que piden un gesto de amor solidario a la Iglesia. Creo que es necesario promover ulteriormente la sinergia que ya existe entre la Iglesia, en sus distintas articulaciones y el mundo de la salud y de las empresas productoras de fármacos. Para este fin hemos preparado un «Modelo de acción integrado» que, en el  respeto y en la valoración de los diversos papeles y competencias, tiene importantes objetivos.

--¿Cuáles son?

--Monseñor Mupendawatu: En espera de poder organizar una deseable mesa de trabajo conjunto en la que deberían participar todas las realidades del sector —eclesiales y no eclesiales— capaces de contribuir a ella, creo que en primer lugar se debe lograr asegurar, también mediante el compromiso de los gobiernos locales, la distribución gratuita de fármacos antirretrovirales a los infectados. Así se consentiría duplicar —según lo referido a su vez por el Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el Vih/Sida  (ONUSIDA)— la esperanza de vida de las personas afectadas por Vih, que pasaría de 11 a 22 años. En este sentido considero fundamental promover la formación del personal médico y de enfermería así como el directivo. Sería necesario además transferir a la población local más conocimientos y competencias posibles, a través de itinerarios de formación dirigidos a crear figuras profesionales capaces de actuar en contextos sanitarios estructuralmente escasos como los de la mayor parte de los países económicamente desfavorecidos. De enorme valor estratégico podría ser también la difusión capilar de los laboratorios de análisis, diagnóstico y tratamiento. Lo ideal, por lo tanto, sería llevar a acabo una red eficiente, a pesar de las dificultades, en muchas áreas, ligadas a la falta de infraestructuras esenciales, como por ejemplo vías de transporte y comunicación efectivamente transitables. Por otro lado, es básico mejorar constantemente la prevención del contagio de Vih/Sida, sobre todo en lo relativo a la transmisión del virus de madre a hijo y, más en general, entre los miembros de un mismo núcleo familiar. Se trata, en sustancia, de extender y promover lo más posible —en primer lugar a través de las escuelas católicas— una educación adecuada para hacer comprender los valores de la vida, de la familia y de la sexualidad responsable. Finalmente no podrá faltar un apoyo socio-económico, como la difusión de proyectos de desarrollo rural y de microcrédito estudiados pertinentemente y capaces de permitir a las familias y a las comunidades auto-sustentarse y resolver las problemáticas agravantes ligadas a la pobreza y a la exclusión.

Por Mario Ponzi

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Foro


Cardenal Cañizares: Los medios de comunicación y la verdad
Intervención del prefecto de la Congregación para el Culto Divino
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).-“Verdad y medios de comunicación” ha sido el tema del curso de verano organizado por la Universidad Católica de Ávila, clausurado en la tarde del 14 de julio por el cardenal prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, quien ha sintetizado en “L'Osservatore Romano” su intervención.

* * *

Trabajar en los medios de comunicación social es apasionante pero no es fácil; puede parecer fácil, sólo a quien nunca se ha decidido a hacerlo verdaderamente. En efecto, no es fácil servir cada día al hombre con la ayuda de la palabra, porque ésta por su naturaleza, al indicar la verdad de las cosas, es sagrada. Lo sagrado exige amor y respeto y excluye la manipulación. El que muestra la verdad debe dejarse conducir por ella, más aún debería cambiar la propia vida. Su objeto es el hombre, la historia del hombre, lo vivido por el hombre, la noticia que tiene al hombre como protagonista e interesa e implica al hombre. La verdad del hombre. Son notarios de la realidad, pero de una realidad no distorsionada, la realidad en su verdad y en su verdad completa, no sesgada ni puesta al servicio de intereses que no son los del bien del hombre, de la persona y de la sociedad, también en su verdad.

Nuestra sociedad tiene una grandísima deuda con la verdad. Sufre bajo el poder dominante del relativismo que es, sin duda, un cáncer de nuestra cultura y nuestra sociedad. Hay ausencia y carencia de libertad a pesar de todas las apariencias en contrario; sobran sucedáneos de la libertad. Todo ello porque se falta a la verdad, porque se trata de domeñar la verdad y servirse de ella en lugar de servirla, porque se manipula la realidad, porque se la pone al servicio de intereses y poderes. Los profesionales de los medios de comunicación social, desde los que los dirigen y financian hasta los que ejercen las últimas funciones en los mismos, tienen aquí una responsabilidad muy grande: habrá una sociedad libre, una nueva civilización del amor, una cultura de la vida y una paz entre los pueblos, si los medios de comunicación sirven a la verdad, la verdad del hombre.
Al contar los profesionales de los medios lo que ven, confiesan lo que son. Leyendo un artículo inmediatamente sentimos como el periodista trata al hombre y las cosas; o bien el trata de comprender a los hombres como son o los piensa como una materia con la que se puede hacer lo que se quiere. Cuando para el periodista la realidad es sagrada, la palabra con que trata de mostrarla no está sujeta a la manipulación. Es una palabra libre, no atada, y al servicio de la libertad, inseparable siempre de la verdad.

La verdad de las cosas, de los acontecimientos, y la verdad del hombre exige de los periodistas un trabajo que sólo podrán llevar a cabo siendo libres. Ser libre significa pertenecer a la verdad, más aún, ser capaz de arriesgarlo todo por ella. Su búsqueda de la verdad, su pasión por la verdad, su servicio a la verdad habría de ser, en principio, una de sus mayores aportaciones y servicios a la sociedad, a la construcción de una sociedad libre y democrática, a una sociedad éticamente fundada, al rearme moral de la misma, a la superación de la crisis actual que es más que una crisis económica porque es una crisis moral, porque en el fondo es una crisis y una quiebra humana, una crisis de la verdad del hombre.

Hago mías enteramente las palabras que el Beato Juan Pablo II dijo a los profesionales de los medios de comunicación social en su primera visita a España, en 1982: “La búsqueda de la verdad indeclinable exige un esfuerzo constante, exige situarse en el adecuado nivel de conocimiento y de selección crítica. No es fácil, lo sabemos bien. Cada hombre lleva consigo sus propias ideas, sus preferencias y hasta sus prejuicios. Pero el responsable de la comunicación no puede escudarse en lo que suele llamarse la imposible objetividad. Si es difícil una objetividad completa y total, no lo es menos la lucha por dar con la verdad, la decisión de proponer la verdad, la praxis de no manipular la verdad, la actitud de ser incorruptibles ante la verdad. Con la sola guía de una recta conciencia ética, y sin claudicaciones por motivos de falso prestigio, de interés personal, político, económico o de grupo”.


Todos los profesionales de los medios de comunicación y de manera especial quienes profesan la fe cristiana, en Jesucristo, testigo de la verdad que ha venido a iluminar a todos los hombres, encontrarán luz y norte para su actuación y su servicio. Su presencia es luz y esperanza para las gentes, es fuente de unidad para todos, es raíz de humanización sin excepción de hombre o de mujer alguno, es sanación y futuro para todos: su palabra es buscada y escuchada porque trae la verdad. Su palabra trae salud, paz y esperanza para los hombres. Él es la Palabra que revela el misterio de Dios y desvela a l hombre su propio misterio, en él encontramos la verdad de Dios e inseparablemente unida la verdad del hombre.

Por el cardenal Antonio Cañizares Llovera

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El festín del Papa Benedicto
Por monseñor Jesús Sanz Montes, OFM
OVIEDO, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).-Publicamos la carta que ha enviado monseñor Jesús Sanz Montes, OFM, arzobispo de Oviedo, con el título “El festín del Papa Benedicto”.

* * *

Hablar del “festín del Papa Benedicto” no es el título de una novela ni la sugerencia de un tema musical o cinematográfico. Hablamos de sus homilías, de sus encíclicas, de sus libros, de sus viajes apostólicos, de su sabio y bello modo de comunicar la hermosura de la fe y la indómita dignidad y libertad del cristianismo. Pero también podemos hablar de ese festín. ¿De qué se trata?

Ha sucedido en Roma en los días pasados, con motivo del ya recordado y encomendado en nuestras oraciones jubileo sacerdotal del Santo Padre. Han pasado sesenta años desde que el cardenal Faulhaber le impusiese las manos al nuevo sacerdote, mientras una pequeña alondra se elevó desde el altar mayor de la catedral y de pronto entonó un breve trino gozoso y juguetón. Lo ha recordado el cardenal Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, en el saludo que le dirigió al Papa Benedicto XVI durante un almuerzo celebrado en su honor.

Decía bromeando el cardenal Sodano, que los purpurados posiblemente no serían capaces de entonar un canto como aquella improvisada alondra hizo sesenta años atrás. Y se preguntaba qué podrían ofrecerle en su lugar. Recordaba que pocos Papas han llegado a celebrar su sexagésimo aniversario sacerdotal, y cómo el único caso cercano era el del Papa León XIII, cuando cumplía los 87 años de vida. En aquella ocasión los cardenales le quisieron regalar un reloj de péndulo con la inscripción latina “horas tibi sonet nisi serenas” (que este reloj te marque solamente horas serenas).

También le han deseado a Benedicto XVI horas serenas sus hermanos cardenales, como no puede ser de otra manera, pero han preferido obsequiarle con algo bien distinto: un importante donativo para los pobres de Roma: tanto los indigentes romanos, como los numerosos inmigrantes y refugiados que malviven en la Ciudad Eterna. Y con ese mismo espíritu, y por el mismo motivo del cumpleaños sacerdotal del Papa, han querido invitar a comer a 200 pobres de Roma en el día de la fiesta de San Pedro. Algunos de ellos, conmovidos, han escrito unas letritas al Santo Padre dándole las gracias: “A Su Santidad el Papa, que es Padre: quiero agradecerle el almuerzo que nos ha ofrecido a mí y a mi familia, deseando su felicidad, serenidad y crecimiento cristiano. Con devoción y respeto. Claudio”.

Y el Papa, vivamente emocionado les dijo: “Os agradezco el donativo porque así nuestro estar juntos se amplía a los pobres de Roma. No estamos sólo nosotros comiendo aquí; están con nosotros los pobres que necesitan nuestra ayuda y nuestra asistencia, nuestro amor, que se realiza concretamente en la posibilidad de comer, de vivir bien; en la medida de nuestras posibilidades, queremos actuar en este sentido. Y para mí es una señal importante que en esta hora solemne no estamos sólo nosotros, sino que están con nosotros los pobres de Roma, que son amados particularmente por el Señor”.

Realmente, qué hermoso festín, qué maravilloso modo de hacer fiesta sin que quede todo entre moquetas impolutas, manteles preciosos y viandas suculentas, sino que como ocurrió en el festín del Evangelio, pudieran ser invitados cuantos en los cruces de los caminos fueron encontrados, buenos y malos. Sólo es necesario traer el traje de fiesta, ese que nos hace reconocibles ante la misericordia de Dios por encima de nuestras sedas o nuestros harapos. El festín del Papa, el banquete de Dios tiene que ver con cada uno de nosotros y con los pobres que tenemos más a nuestra vera. En las bodas de la vida, ellos y nosotros estamos invitados por el mismísimo Dios.

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Jesús de Nazaret
Por monseñor Rodrigo Aguilar Martínez
TEHUACÁN, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org-El Observador).- Publicamos a continuación la reflexión semanal que sobre Jesús de Nazaret del obispo de Tehuacán (México), monseñor Rodrigo Aguilar Martínez.

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Puede haber situaciones y circunstancias que nos zarandeen y confundan e incluso provoquen que nos preguntemos: ¿Estoy haciendo bien mi trabajo? ¿Tiene sentido seguir afanándome en lo que pretendo? Yo encuentro la respuesta en quien dijo: “Yo soy la Luz del mundo”, y también dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Esta persona se llama Jesús de Nazaret. En él encuentro la respuesta a mis preguntas más hondas, la orientación y la fuerza para seguir adelante. En él encuentro el qué, el por qué, el para qué, el cómo de mi vida. Sin él, lo demás no tiene sentido; con él, lo demás puede desaparecer.

Para mí estar con Cristo, ser de Cristo, vivir para Cristo y que los demás así también lo sientan y lo vivan, es algo esencial. El Papa Benedicto XVI desde su primera Encíclica nos lo ha dicho: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est, 1).

Cristo es la novedad del amor de Dios y que define la historia humana en antes y después de Cristo. Todo tiene su centro en Cristo. Todo anuncia y prepara la llegada de Cristo. Todo se renueva y recupera en Cristo. Todo prolonga la misión de Cristo.

Cristo es la Palabra eterna que Dios Padre ha pronunciado de una vez para siempre y “se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre” (Verbum Domini, 12); ha crecido en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y ante los hombres (cf. Lucas 2,52).

Soy de Cristo no por tradición o por imposición, sino por fascinación. Cristo llena mi vida. Pero también me compromete, porque su misión lo lleva a la cruz, cuando Cristo, que es la Palabra eterna del Padre, “enmudece, se hace silencio mortal, porque se ha dicho hasta quedar sin palabras, al haber hablado todo lo que tenía que comunicar, sin guardarse nada para sí… Cristo, Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada, es Señor de todas las cosas; él es el Vencedor, el Pantocrátor, y ha recapitulado en sí para siempre todas las cosas” (Verbum Domini, 12). Decidirme por Cristo me lleva a asumir la cruz, pero también a entrar con gozo en la experiencia de la resurrección.

Decido seguir perteneciendo a Cristo, anunciarlo, vivirlo, celebrarlo, servirlo en las muchas formas, lugares y personas que me hacen encontrarme con él. Cristo lo ha dicho, si creo en él no quedaré defraudado. Invito a usted a vivir esta fascinación por Cristo.

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La familia nos salvará
Por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el análisis escrito por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, con el título “La familia nos salvará”.

* * *

VER

No; no me refiero a la organización criminal ligada al narcotráfico denominada “La familia”, que opera principalmente en Michoacán, sino a la constituida en forma estable y armónica por un hombre, una mujer y sus hijos. En ella hemos crecido la mayoría. Es el punto de arranque en la configuración de nuestro modo de ser. Unos la califican en forma despectiva como tradicional, pero es todavía uno de los mayores tesoros en América Latina.

Hay quien presume de los cambios legislativos operados en la capital de nuestro país, que equiparan la familia y el matrimonio a la unión de homosexuales, como si fuera un avance progresista, cuando que es un atentado a la misma sociedad. ¡Y así aspiran a puestos superiores! Habría que ver qué tanta consistencia tiene su propio hogar y que los electores no se dejen impresionar por la demagogia. Los hogares disfuncionales, los divorcios, las infidelidades conyugales, la ausencia de padre o de madre, la violencia intrafamiliar, de ordinario generan adolescentes y jóvenes violentos, drogados, vagos, alcohólicos, resentidos sociales, pandilleros, presa fácil para ser enrolados en negocios sucios, narcotráfico, secuestro, extorsión, sicariato, etc. La pobreza y la falta de trabajo no necesariamente generan violencia social, pues muchos procedemos de familias pobres, campesinas, y nuestros padres nos enseñaron a trabajar, a ser honrados, a respetar a los demás. Si hubiera más familias mejor estructuradas, gozaríamos de mayor paz social.

JUZGAR

El Papa Benedicto XVI, al describir en San Marino algunos fundamentos de la sana laicidad, afirma: “La Iglesia, respetuosa de la legítima autonomía de la que debe gozar el poder civil, colabora con él, al servicio del hombre, en la defensa de sus derechos fundamentales, de aquellas instancias éticas que están inscritas en su misma naturaleza. Por eso la Iglesia se compromete para que las legislaciones civiles promuevan y tutelen siempre la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural. Además, pide para la familia el debido reconocimiento y un apoyo efectivo.

De hecho, sabemos bien que en el contexto actual se pone en tela de juicio la institución familiar, casi en un intento de ignorar su irrenunciable valor. Los que sufren las consecuencias son los grupos sociales más débiles, especialmente las generaciones jóvenes, más vulnerables y por eso más fácilmente expuestas a la desorientación, a situaciones de auto-marginación y a la esclavitud de las dependencias. A veces, a las realidades educativas les resulta difícil dar respuestas adecuadas a los jóvenes y, faltando el apoyo familiar, a menudo éstos no pueden insertarse normalmente en el tejido social. También por esto es importante reconocer que la familia, tal como Dios la ha constituido, es el principal sujeto que puede favorecer un crecimiento armonioso y hacer que maduren personas libres y responsables, formadas en los valores profundos y perennes” (19-VI-2011).

ACTUAR

Protejamos la familia. Eduquemos en valores familiares. Impulsemos más la pastoral familiar. Donde hay armonía familiar, trabajo compartido, educación en valores humanos y cristianos, respeto mutuo, disciplina, fe en Dios y amor a los pobres, se construyen personalidades sólidas, estables, justas, fraternas, solidarias, respetuosas de los demás.

Legisladores y gobernantes: Valoren la familia, como cimiento de la paz social. Promuevan leyes que protejan su solidez, y no se dejen apantallar por quienes impulsan modelos de familia contrarios a la misma naturaleza. Sean ustedes mismos modelos de una familia estable, fiel, dialogante, paciente y cariñosa. Generen más fuentes de trabajo y revisen los contenidos educativos en las escuelas, para que haya más formación cívica y social, y los jóvenes tengan otras alternativas de desarrollo, sin ceder a la tentación de la violencia como forma de sentirse grandes en la vida.

Televisoras: Depuren sus telenovelas; no presenten aventuras eróticas e infidelidades conyugales como algo normal, pues ustedes construyen u obstruyen la educación para la familia.

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Documentación


Reacción vaticana a la ordenación de un obispo chino sin mandato pontificio
Declaración emitida por la Oficina de Información de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la nota que ha emitido este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede sobre la ordenación episcopal sin mandato pontificio de monseñor Joseph Huang Bingzhang, que se llevó a cabo el jueves, 14 de julio (cf. ZENIT, 14 de julio de 2011).

* * *


1) El reverendo Joseph Huang Bingzhang, ordenado sin el preceptivo mandato pontificio, y por lo tanto, de modo ilegal, ha incurrido en las penas establecidas por el canon 1382 del Código de Derecho Canónico. En consecuencia, la Santa Sede no lo reconoce como obispo de la Diócesis de Shantou, y no tiene autoridad para gobernar la comunidad católica diocesana. 

El reverendo Huang Bingzhang fue informado hace mucho tiempo de que  su candidatura no pudo ser aprobada por la Santa Sede para acceder al ministerio episcopal de Shantou, ya que esta diócesis cuenta con obispo legítimo, de modo que al reverendo Huang se le pidió no aceptara la ordenación episcopal . 

2) Por varias fuentes de información, la Santa Sede era consciente de que algunos de los obispos en contacto con las autoridades civiles habían expresado su voluntad de no participar en esta ilegal ordenación episcopal, y que, a pesar de las intimidaciones, se resistieron a participar en la misma.

Por lo que se refiere a esta resistencia, es justo destacar que tal acto es meritorio ante Dios e inspira aprecio en toda la Iglesia. La misma consideración se aplica también a los sacerdotes, personas consagradas y a los cristianos que han defendido a sus pastores, acompañándoles en estos difíciles momentos mediante la oración y compartiendo su íntimo sufrimiento.

3) La Santa Sede reafirma el derecho de los católicos chinos de actuar libremente, siguiendo su conciencia y la fidelidad al sucesor de Pedro y en comunión con la Iglesia universal. 

El Santo Padre, habiendo sido informado de estos sucesos, una vez más se ha entristecido al ver cómo se trata a la Iglesia en China, y espera que pueda superar cuanto antes las dificultades actuales. 

Vaticano, 16 de julio 2011

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Los desafíos de Panamá, según sus obispos
Al concluir la asamblea plenaria
PANAMÁ, sábado, 16 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Al concluir la Asamblea, celebrada del 4 al 8 de julio, los Obispos de Panamá compartieron este comunicado con el pueblo panameño.

* * *

Al concluir nuestra segunda  asamblea plenaria ordinaria anual, celebrada del 4 al 8 de julio, los Obispos de Panamá queremos compartir con el pueblo panameño nuestras reflexiones luego de profundizar sobre temas puntuales de las realidades eclesiales y nacionales.

I. Realidad Eclesial

Nuestra reunión se ha celebrado en el marco de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, que nos recuerda que toda la Iglesia es apostólica, es decir, descansa sobre el fundamento de los apóstoles, custodia el depósito de sus enseñanzas y, hoy como ayer, se siente enviada al encuentro del mundo, para anunciarle la Buena Nueva de Jesucristo y llamarlo a la fe y la conversión, como en su día lo hicieron los Doce.

Damos gracias a Dios por los 60 años de ordenación sacerdotal del Papa Benedicto XVI y le pedimos que le aumente su protección.

De igual manera nos adherimos al júbilo eclesial por los cincuenta años de sacerdocio de Monseñor José Dimas Cedeño Delgado, Arzobispo Emérito de Panamá, y por las bodas de plata episcopales de Monseñor José Luis Lacunza Maestrojuan OAR, Obispo de David, y Monseñor Oscar Mario Brown Jiménez, Obispo de Santiago.

El Señor, en verdad, ha estado grande con nosotros y estamos alegres, la boca se nos llena de risas y la lengua de cantares, pues, además de las bendiciones ya consignadas en lo que va del año, nos ha regalado varias ordenaciones al ministerio sacerdotal. ¡Sea por siempre bendito y alabado!

Constatamos los esfuerzos y logros pastorales en la animación bíblica de la pastoral enriquecida con la Exhortación post sinodal Verbum Domini, en la renovación de la catequesis, en la formación de diáconos, seminaristas y laicos, en la promoción de la organización parroquial y en la entrega generosa de tantos misioneros y misioneras en la dinámica de la misión nacional.

Compartimos con alegría la acogida del espíritu de Aparecida. Se han hecho avances significativos con cursos y talleres de formación.  Además, los planes pastorales han sido iluminados por Aparecida que también ha animado el impulso misionero, aunque todavía no haya sido del todo asumida por todos los agentes de pastoral.  

Sin embargo, nos preocupa la todavía escasa presencia de los laicos católicos comprometidos coherentemente en la vida política, económica y social. Se necesita fomentar estas particulares vocaciones así como ofrecer la adecuada formación y acompañamiento en este campo. Se han realizado en cada diócesis las asambleas diocesanas de pastoral, camino a la Asamblea Nacional que, Dios mediante, celebraremos del 13 al 16 de enero de 2012. Confiamos tener en ella, por la animación del Espíritu Santo, un gran impulso del espíritu misionero hacia todas las dimensiones de la vida, al mismo tiempo que ahondar en la conciencia de nuestros fieles de su pertenencia a una Comunidad de discípulos y misioneros del Señor para que nuestro pueblo en El tenga vida en abundancia.

Exhortamos a los fieles católicos a expresar su corresponsabilidad con la Iglesia a través de la próxima Campaña de Evangelización, Promoción y Solidaridad.

Volvemos a recordar al pueblo católico la celebración en el año 2013 del V Centenario de nuestra evangelización y el establecimiento de la primera Iglesia de Tierra Firme. Con esta ocasión se llevarán a cabo en Panamá la reunión anual del SEDAC (noviembre de 2012) y la asamblea del CELAM (mayo de 2013).

Esta Iglesia una, santa, católica y apostólica, que proclama, celebra y testimonia el misterio pascual de Jesucristo en Panamá, quiere ahora compartir su visión pastoral de la realidad nacional.

II. Realidad Nacional

Clima social en la hora presente

Como pastores de la Iglesia Católica, participamos del sentir de nuestro pueblo que asiste con perplejidad al rumbo que toma la política partidista más preocupada por adelantar la agenda electoral que por resolver los problemas del país. Pareciera existir un verdadero divorcio entre los intereses de la clase política y las necesidades reales del pueblo panameño.

En estos últimos días hemos observado con tristeza y preocupación la actitud de algunos políticos muy alejada de la que debiera inspirar confianza y respeto, condición indispensable para crear un clima de paz y tolerancia en el país. Se hace necesario e indispensable humanizar la política y devolverle su sentido ético  dando primacía a la dignidad humana, al bien común y al respeto a la voluntad de los electores.  Es fundamental mostrar coherencia entre la propia conducta y los principios morales para desempeñar su misión.

Auge económico y pobreza

El crecimiento económico que está mostrando Panamá indica que nuestro país vive un importante momento de generación de riqueza.  Sin embargo, otro es el panorama cuando se analiza cómo se distribuye entre los panameños la riqueza creada.

A pesar de los esfuerzos realizados todavía no se han podido mejorar suficientemente las condiciones de pobreza y pobreza extrema en las que viven un gran número de panameños. Del mismo modo, la disminución del desempleo abierto ha venido acompañada de un incremento del empleo informal, aumentando la legión de trabajadores que no cuentan con prestaciones sociales para  asegurar atención médica y jubilación digna. 

Educación

Diversos estudios y foros nacionales e internacionales señalan que la educación en Panamá no estaría cumpliendo a cabalidad su papel de preparar a las nuevas generaciones para los desafíos de un mundo globalizado y fuertemente competitivo.

Urge una educación que humanice, que haga tomar conciencia de la dignidad de la persona humana, de su responsabilidad en la búsqueda de los auténticos valores, entre los que destaca la búsqueda de la verdad y la apertura a la Trascendencia.

Lamentamos que la educación, siendo de vital importancia para el futuro de la Patria, sea sometida una y otra vez a vaivenes políticos o gremiales. Nuestros niños y jóvenes tienen derecho a esperar días mejores, y eso sólo será posible si ponemos en sus manos las herramientas intelectuales, espirituales y morales que hacen del ser humano el protagonista de su historia. La irreparable pérdida de horas de clase no favorece a la calidad de la educación, amén de otros muchos inconvenientes que acarrea consigo.

Institucionalidad democrática y estado de derecho

Es necesaria la real independencia de los distintos órganos del Estado para garantizar la institucionalidad democrática y el estado de derecho. Igualmente para esto se necesita el ejercicio de la libertad de expresión y el libre acceso a la información, especialmente en lo que atañe a la cosa pública, en un clima de respeto mutuo y fidelidad a la verdad.

Reiteramos que la corrupción es el mal que más afecta a nuestra sociedad. Ha habido, hay y habrá corrupción mientras existan cómplices, y todos lo somos si la miramos como algo natural. Todo esto corroe y perjudica al pueblo entero. 

Vida, matrimonio y familia

Recordamos  que uno de los principales derechos que debemos defender es el de tener una familia. Por eso reafirmamos que el matrimonio es una unión estable entre un hombre y una mujer con el compromiso de formar una familia con determinados derechos y deberes.

Porque la familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden a conocer los valores que les guiarán durante toda su vida, una sociedad que destruye la familia se suicida. Quien promueve la familia, promueve al hombre; quien ataca a la familia, ataca al hombre.

Por eso es necesario que la familia sea protegida por las autoridades nacionales e internacionales.

Reconocemos la defensa de la vida humana y la familia, que hizo la Delegación de Panamá en la 41 Asamblea General de la OEA en El Salvador mediante la nota a pie de página en la "Resolución sobre los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género" (CP/CG-1871/11 rev.2), a saber:

 "La República de Panamá desea dejar constancia que de acuerdo a su ordenamiento jurídico interno, para Panamá, al referirse a los derechos de la mujer, se debe enfatizar la promoción, protección y defensa de la familia, la maternidad y el matrimonio; igualmente que, al referirse a la igualdad y equidad de género, el mismo se circunscribe al hombre y la mujer".

 Esta moción panameña no fue objetada por ningún Estado miembro de la OEA y marca un precedente en esta temática.

Violencia

En nuestro Comunicado del pasado enero, mostrábamos nuestra preocupación por los terribles acontecimientos ocurridos en el Centro de Cumplimiento de Menores. Lamentamos que se hayan producido hechos similares.

Reclamamos el esclarecimiento de lo ocurrido, que se deslinden las responsabilidades y se apliquen las medidas correctivas.

Reiteramos nuestra preocupación por la violencia intrafamiliar en cualquiera de sus formas: física, sexual, psicológica, o verbal que ofende la dignidad de la persona humana, destruye la familia, es contraria al Evangelio y constituye un permanente atentado contra la vida.

Conclusión

Agradecemos al Seminario Mayor San José por la acogida y atención que nos han brindado durante los días de nuestra Asamblea Plenaria y las oraciones del pueblo de Dios que nos han acompañado y sostenido en nuestras labores.

Que Santa María la Antigua, oyente de la Palabra y modelo de todo discípulo misionero, interceda por nosotros ante su Hijo para que seamos capaces de “hacer lo que El nos diga”  ( Jn 2,5). 

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