21.07.11

Fue el primero en la lista de los indignantes teledirigidos “indignados”. El problema de la honradez política española, el principal problema de corrupción, fue él. Si quedara algo de honradez política en España, esto se tendría que llamar el seísmo de Fukushima. Esta ficha de dominó tendría que arrastrar la inevitable exigencia de responsabilidad de los políticos. Y teniendo en cuenta que estamos ante un político inocente, al menos en cuanto a esta cuestión, y por supuesto hasta que no se demuestre lo contrario.

¡Pero por supuesto que hay que exigir la responsabilidad moral a los políticos! ¡Es una gran equivocación no pedir la responsabilidad moral a los que representan instituciones! Es una gran metida no considerar la vida privada como conditio sine qua non para una persona que representa a la comunidad.

¡Cuánto trabajo tenemos por delante! Los católicos, la gente de bien de este país tienen poca costumbre de salir a la calle a reclamar asuntos, pero hoy tendría que hervir delante de los parlamentos.

Bono, Rubalcaba, Cubero, mariscadas de la clase superior. Sí, recordaremos a la ex ministra de igualdad que en este país hay “moros de mierda” infiltrados en policía, según su compañero de partido. Y a Leire, que con razón quería prohibir la publicidad de prostitución, tendremos que señalar al que se “mee en las putas”. Y todos nosotros, de la clase inferior, tendremos que recordar de estar al “servicio de su señoría”.

Esto está mal montado. Los ilustrados han eliminado lo moral de lo legal, pero haciendo que lo que ellos hagan legal, sea moral. De allí su superioridad moral. De allí lo de Chaves: “¿Qué quieren si no pueden ganar las elecciones en treinta años?” Su ley es moral, por eso la basura en su ley es buena, y el que está fuera de su ley, es basura. El positivismo jurídico que demuestra su fracaso mediante la prueba de reductio ad absurdum.

¿Pero cómo hemos caído tan bajo que usar el despacho presidencial para estar con Lewinsky no supone la despedida inmediata de basura, por muy presidente que sea?
Es que no sé qué, no sé cuánto, que si moralismo que si lo otro… ¡venga ya! ¿Y el loco italiano que se mofa de haberse acostado con dos terceras partes de las mujeres de su país?

Algo muy mal está en todo este montaje, que debe ser curado de raíz. Se debe exigir la responsabilidad moral de los gobiernan, sí o sí. El sistema que no lo tiene, es un asco que invoca el castigo de Dios.

Y ahora, ¿qué debe hacer un católico ante esto? Creo que para el primer paso la Escritura y la doctrina de la Iglesia son muy claras: oración, ayuno y limosna para implorar la bendición de Dios.

En segundo lugar, a mi parecer, hay que estar en la política. Como sea, de mil modos posibles, pero hay que estar aunque sea en la cloaca. Si renunciamos nosotros a nuestra parte de responsabilidad, fallamos. No debemos pensar que me voy a manchar y no voy. Para eso pienso que hay dos guías para nuestros pasos. La primera y fundamental: “tu Palabra es la luz para mi sendero”, y la segunda, para mi modo de ver, es la intensidad de odio de nuestros enemigos. Aquello que más odian y más pupa les hace, por allí podría ser que valga estar.