22.07.11

Wafa Sultán, esa heroína

A las 11:45 AM, por Milenko
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Este post encaja perfectamente con la festividad de hoy, de santa María Magdalena. Santa y valiente. Wafa es valiente y honesta, merece consideración, apoyo, merece ser escuchada. Aquí todavía se puede escuchar lo que ella dice. Psiquiatra de Siria, exiliada en los EE. UU. Habla de corazón, habla de lo que sabe, habla a precio de su vida, día a día. Es la acusación más atroz de los hipócritas, cobardes, traidores dhimmi de Occidente. No nos quedaremos con su testimonio, vamos a ahondar más en la reflexión cristiana en la próxima entrada, pero los valientes merecen respeto.

Dicen que los griegos se levantaban al pasar una mujer bella. Wafa no es especialmente agraciada físicamente, pero es una MUJER a la que es un honor acompañar en su lucha, a la que es un deber admirar tiene que ser agraciados los hombres que estén al lado de mujeres como estas. Me parecía que en alguna conferencia decía que no era creyente, si es así, esos no creyentes son los que admiro. Pero esta conferencia termina con “Dios os bendiga”. El honesto, el hombre de buena voluntad encuentra el camino, Dios no lo dejará. Para no alargar, presento aquí un vídeo de una conferencia de la suyas. Dura unos nueve minutos, pero he puesto por escrito lo que dijo. Tenéis un material espléndido para la reflexión, para la formación, para la difusión.

Wafa lucha no con bombas, Wafa lucha con la verdad. Poneos de pie en señal de respeto por esta mujer:

 

Presentación: escribió ensayos muy difundidos y dio entrevistas a las cadenas Al Jazeera, CNN, Fox News y otras.

Fue elegida por la Revista TIME en el año 2006 como una de las 100 personas más influyentes en el mundo.

“Damas y caballeros, siempre siento la necesidad de burlarme de mi misma. Reírme de mí misma para cubrir, para reprimir la tristeza que se encuentra impresa de modo indeleble en mi corazón, especialmente cuando se trata de hablar de las mujeres en el Islam. Ahora soy libre, pero no puedo olvidar a mi sobrina. Fue obligada a casarse con su primo cuando tenía diez años. Él tenía más de cuarenta. Su matrimonio era válido y fue legalizado bajo el Islam. Porque Mahoma, el profeta del Islam, se casó con su segunda esposa cuando ella tenía seis años. Él tenía más de cincuenta. Siempre recuerdo a mi sobrina regresando a casa de su padre, rogándole que no la enviara de nuevo con su esposo. Él le decía que en el Islam es una vergüenza que una mujer abandone la casa de su esposo. “Dios te recompensará por obedecerlo”. A los 25 años de edad mi sobrina se suicidó, prendiéndose fuego. Se quemó hasta morir dejando cuatro niños atrás. En 2002, la policía religiosa saudita evitó que colegialas abandonaran un edificio en llamas porque no llevaban puesto el atuendo islámico adecuado. Había alrededor de 800 estudiantes en la escuela cuando esta tragedia ocurrió y al menos 15 niñas murieron, según el periódico saudita a quien no creo. Yo creo que el número fue mucho más alto. Debido a ello y debido a muchas tragedias humanas de las que he sido testigo en las primeras tres décadas de mi vida, he decidido luchar contra el Islam. Por favor, presten atención a mi declaración. Luchar contra el Islam, no contra el Islam político, no contra el Islam militante, no contra el Islam radical, no contra el Islam W ahhabí, sino contra el Islam mismo. Realmente creo que Occidente ha inventado estos términos para ser políticamente correctos. Al crecer en Siria nunca oí otra cosa que el Islam. El Islam nunca fue mal entendido, el Islam es el problema, pero nadie dice la verdad. Nadie mira fríamente la raíz del terrorismo, que es la máquina lavadora de cerebros llamada Islam. El Islam no depende de mí, ni de ningún hombre o mujer musulmana, el Islam es exactamente lo que el profeta Mahoma hizo y dijo. Para poder entender el Islam es necesario leer la biografía de Mahoma. Es muy traumatizante, es muy chocante. Se casó con su segunda esposa cuando ella tenía seis años. Él tenía más de cincuenta. Acabo de regresar de Francia. Tuve un debate con una mujer musulmana paquistaní. Era la ministra de la mujer en Pakistán. Cuando comenté este dato a mi público, ella me miró y me dijo: “Esa es una gran mentira, tenía nueve, no seis”. Es como cuando un policía te detiene porque estabas conduciendo a más de 160 km/h y tú le dices: “Es una gran mentira, iba a 150, no a 160.” Tenía nueve, no seis. Él se casó con su segunda esposa que era su nuera. Su hijo era adoptado, y en esa época no era aceptado por la cultura árabe pre islámica, entonces se dirigió a sus seguidores y les dijo: “Dios me dijo que la adopción está prohibida”. Y lo crean o no, la adopción ha estado prohibida en la cultura islámica sólo para justificar su casamiento con su nuera. Su tercera esposa fue Sophia, era una mujer judía. Estaba bien documentado, bien escrito en nuestro libro escolar, que atacó a su tribu, mató a su padre, a su hermano, y a su esposo y el miso día tuvo sexo con ella. Eso es lo que yo llamo Islam. Necesitan saber, tienen que entender que el Islam es el problema. Estoy harta de la gente aquí en Occidente que me pide que suavice el mensaje. Estoy harta de la gente que me pregunta si estoy intentando cambiar a 1300 millones de personas. El asunto no es si lo estoy intentando, el asunto es que las cambiaré. Quiero que sepan que el primer valor que aprendí cuando llegué a este gran país es que uno puede lograr lo imposible si verdaderamente cree en sí mismo. No creo en mí misma, creo en millones de mujeres musulmanas como Nonie Darwish y Ayaan Alí. Estamos trabajando juntas para cambiar a 1300 millones de musulmanes. Deben darse cuenta de que sólo tienen dos opciones, cambiar o ser destruidos. Por favor, no dejen que su modo de pensar civilizado interfiera en su gran país. Por favor, defiendan sus valores. Por favor, defiendan su libertad. Defiendan el paraíso en el que viven. No den nada por sentado. Yo no lo hago. Disfruto de cada momento de mi vida estadounidense. Caminar por la calle sola, sin que me acusen de prostituta es una bendición para mí. Conversar con mi vecino sin que me acusen de adulterio es una bendición para mí. Beber un café en Starbucks sola es una bendición. Por favor, no den nada por sentado. Por favor, defiendan a este hermoso país. Mi sueño es ver a mi país, Siria, tan libre como EE. UU., y no al revés. Cuando estaba en Siria lloraba mucho. Ahora que soy libre, aún lloro, y mucho más, por aquellas mujeres que dejé atrás. Mi sueño es que algún día todas ellas sean libres. Ese debería ser el sueño de toda la humanidad. Muchas gracias. Dios los bendiga.”

Aquí tenemos reflejada la imagen de los dhimmis: a 150, no a 160. Es su dialéctica, la dialéctica que huye de la verdad.

Es difícil encontrar un ejemplo más claro. Pero en la próxima entrada ahondaremos en la solución cristiana al problema.