De la libertad y la calidad al multiculturalismo

Cuestiones a debate que exigen pronunciamientos claros

Redacción, 30 de julio de 2011 a las 17:07

 

(Francisco Virseda, Escuelas Católicas).- Me permito apuntar 11 cuestiones imprescindibles para mejorar la educación en España y que, por tanto, requieren de pronunciamientos claros, de compromisos, de convicciones y de decisiones políticas y sociales. De la libertad y la calidad al multiculturalismo.

1.- LA LIBERTAD.

La educación es el proceso de pleno desarrollo de la persona. Y no hay persona sin el don de la libertad.

Donde no hay libertad, donde no se respeta la libertad de la persona que se educa, no hay educación, hay adoctrinamiento o amaestramiento. Y, cuando se adoctrina o amaestra a una persona se ofende radicalmente su dignidad.

Sólo con libertad es posible una verdadera educación: libertad para crear y dirigir centros de enseñanza, libertad para elegir, libertad para educar, libertad para educarse, libertad de educar. Sólo desde la libertad es posible educar para la libertad. Y sólo así es posible una educación de alta calidad. De ahí la conveniencia de que existan diversos tipos de educación, diversos modelos educativos. Y nadie tiene derecho a imponer a todos uno de ellos en concreto.

El pluralismo educativo implica el reconocimiento de la complementariedad de los centros públicos y privados concertados. Entender esto es garantizar el derecho constitucional a la libertad de enseñanza y a la libre elección de centro educativo.

La libertad de enseñanza comenzará a estar plenamente garantizada en España, cuando todos los sectores implicados en la tarea educativa nos demos la mano solidarios los unos con los derechos de los otros.

2.- LA CALIDAD.

Satisfechas en España, en términos generales, las necesidades educativas cuantitativas, cada vez es más amplia y exigente la demanda social de atención a las necesidades cualitativas, la aspiración a una mejor calidad educativa.

Dar calidad significa orientar las estrategias, las políticas, las acciones y los recursos hacia la satisfacción de todos los sectores que concurren en la tarea educativa: padres, docentes, no docentes, titulares y alumnos.

Dar calidad supone un replanteamiento permanente para generar nuevos valores a los existentes, supone complementos efectivos de integración, formación y participación real de todos los estamentos de la comunidad educativa.

Entre los factores que determinan la calidad de la educación, me permito citar:

La organización del sistema educativo

- garantizando una auténtica igualdad de oportunidades, sobre todo para los alumnos con mayores dificultades de orden familiar, social o personal;

- la opción de un currículo que no signifique homogeneizar ni establecer modelos reduccionistas en los aprendizajes;

- sistemas de orientación y evaluación que sean acordes con la calidad educativa;

- esquemas de apoyo y recuperación para los alumnos que presentan necesidades de atención educativa especial.
Compromiso de las familias

- para aprovechar las ocasiones de participación.
El refuerzo de la función educativa de los equipos de profesores

- porque la crisis de valores sociales se ha proyectado en la escuela de manera inmediata y la autoridad tradicional de la que venía gozando el profesorado se ve cada vez más cuestionada, tanto por las familias como por el alumnado;

- hay que recuperar el papel educador del profesorado: su actualización permanente, sus perspectivas, su motivación y su dignificación.

La formación del profesorado

- mediante la actualización científica y didáctica, el conocimiento de estrategias de intervención en el centro y en el aula, para trabajar los problemas de convivencia; la promoción de espacios de reflexión y debate sobre la práctica docente, bajo parámetros de calidad contratados.
La organización y contenidos del currículo

- siendo positivo el proceso de descentralización emprendido en materia educativa, entre todos debemos evitar su desvertebración, garantizando la unidad del sistema y la solidaridad entre territorios autónomos;

- hay que garantizar un tronco formativo común a todos los alumnos con independencia de la comunidad autónoma en la que residan;

- hay que reforzar la enseñanza de las materias fundamentales como Lengua española, Literatura o Matemáticas.

La evaluación

- hay que fundamentar las decisiones de mejora de los centros en una evaluación rigurosa y eficaz, externa e interna. La sociedad debe saber cómo se gestionan los recursos con los que se dota a la institución escolar y los propios componentes de la comunidad educativa deben conocer hacia donde deben orientar sus actuaciones de cara a la mejora continua.

La organización de los centros

- los aspectos organizativos, tanto de los centros públicos, como de los de iniciativa social, dependen del mantenimiento de un elevado nivel de autonomía organizativa, pedagógica y de gestión;

- algo muy importante es el cuidado que debe tenerse en la creación de un ambiente escolar generador de aprendizajes e impulsor del desarrollo de capacidades.

La función directiva

- no es fácil contar con personas que accedan a esta función, pero lo que sí es claro es que hay que mantener y potenciar su procedencia docente, su formación en la práctica directiva y su incentivación económica y profesional.

La financiación

- la mejora de la calidad comporta unas necesidades financieras, un compromiso por una suficiente inversión de recursos en nuestro sistema educativo, que ayude a solucionar los problemas existentes y permita poner en marcha las reformas necesarias;

- en el caso de los centros privados concertados es urgente dar a conocer los trabajos que se están realizando en la comisión que se ha constituido en diciembre de 2010 para el estudio de la cuantía de los módulos del concierto que valore el coste real de la impartición de las enseñanzas en condiciones de gratuidad.

3.- EL MULTICULTURALISMO. LA INMIGRACIÓN.

La inmigración constituye una riqueza si se produce el mestizaje y el pluralismo y si los inmigrantes respetan los principios y las normas de la sociedad de acogida. Estamos obligados a defender la integración de los inmigrantes, no su segregación y exclusión del disfrute de los derechos de la ciudadanía.
Transformar la diversidad en valor es una forma de promover otro valor, tal vez la clave de las respuestas actuales: “el valor del pluralismo”. El pluralismo no es otra cosa que el respeto, la promoción de la diversidad y el reconocimiento de los valores universales que comparten los pueblos y las culturas como patrimonio común de la humanidad.

Por otra parte, es un hecho constatable que los centros de iniciativa social tienen una especial sensibilidad hacia los alumnos pertenecientes a minorías étnicas, culturales o de ámbitos de marginalidad social. Pero para que esta integración sea real y efectiva, hay que exigir a las administraciones educativas una adecuada dotación de recursos humanos y materiales.

Francisco Vírseda García