El Pontífice anima a visitar monasterios y ermitas

"Dios habla en silencio pero necesario saber escucharlo"

"También el alma, gracias a Dios, tiene sus exigencias"

Redacción, 10 de agosto de 2011 a las 13:07

 

Benedicto XVI animó hoy a ir "a los monasterios y ermitas" y a abandonarse "al silencio y a la contemplación de la naturaleza". Es la invitación que hizo hoy el papa a unos 2.000 peregrinos que se reunieron en el patio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo, donde Benedicto XVI veranea hasta el día 18, en que se trasladará a Madrid para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

"La belleza del Creador" y "el silencio" son condiciones "que trasladan a la meditación y a Dios", dijo el papa. De hecho "no es casualidad" que especialmente durante el periodo estival y de reposo, "muchas personas visitan monasterios", las ermitas, los conventos, bajo advocación de grandes santos y cuyas comunidades "han levantado en lugares particularmente bellos, valles, montañas, además de pequeñas islas".

El papa recordó el ejemplo de santos que buscaron espacios para la meditación en lugares inmersos en la naturaleza y en el silencio. Citó a santa Clara de Asís y "el pequeño convento de san Damián, bajo la ciudad de Asís, entre los olivos que descienden hacia santa María de Los Ángeles", que San Francisco restauró después de su conversión y donde se establecieron las monjas que se llamaban pobres.

"Ya el solo hecho de dejar llenarse de silencio, de saborearlo, nos predispone a la oración", refirió el obispo de Roma. "Dios -subrayó el papa- habla en silencio pero es necesario saber escucharlo y en los monasterios hay lugares donde Dios habla, espacios cerrados y al mismo tiempo abiertos al cielo".

Para el papa, "el silencio y la belleza de los lugares en los que vive la comunidad monástica, de belleza simple y austera, constituyen el reflejo de la armonía espiritual que la comunidad trata de llevar a cabo".

"No es un casualidad -dijo- que las personas que visitan estos lugares y se detengan allí por unos días: también el alma, gracias a Dios, tiene sus exigencias".
El Papa que meditaba sobre el silencio y la contemplación, fue festejado por los peregrinos presentes, especialmente por el grupo de lengua española entre los que había españoles, colombianos y ecuatorianos.
Benedicto XVI saludó, entre otros, a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la archidiócesis de Portoviejo, en Ecuador, así como a los grupos provenientes de España, Colombia, México, Venezuela, Chile, Argentina y otros países Latinoamericanos.

(Rd/Efe)