ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 19 de agosto de 2011

Jornadas Mundiales de la Juventud

Benedicto XVI: hay que proponer la fe a la inteligencia del hombre

JMJ: Obispo caldeo pide a jóvenes árabes que no emigren

Satisfacción del Papa por la marcha de la JMJ, asegura Lombardi

Lombardi quita importancia a las protestas contra la JMJ en Madrid

El consejo del papa profesor a los jóvenes: “Busca la verdad”

El Vaticano lanza una red social fotográfica en la JMJ

La JMJ, una “radiación de cristianismo” en el mundo y las redes sociales

El Papa propone a las mujeres consagradas un estilo “radical” de vida

Santa Sede

En línea el agregador de noticias en español del Vaticano

Vaticano a los musulmanes: promovamos la dimensión espiritual del hombre

La plaza de San Pedro mostrará su aspecto original en menos de 3 años

Mundo

El museo de las medallas y de las monedas de Juan Pablo II en Czestochowa

Foro

En camino hacia Madrid

Documentación

Discurso del Papa durante el Via Crucis

Mensaje vaticano a los musulmanes al final del Ramadán

Discurso del Papa a los jóvenes profesores universitarios

Discurso del Papa a las jóvenes religiosas


Jornadas Mundiales de la Juventud


Benedicto XVI: hay que proponer la fe a la inteligencia del hombre
A los profesores: La Universidad debe ser la “casa de la verdad”
EL ESCORIAL, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El diálogo entre la fe y la razón consiste en volver a proponer y a acreditar la fe cristiana ante la inteligencia de los hombres, y el lugar privilegiado en el que esto sucede es en la Universidad.

El Papa Benedicto XVI describió hoy, ante los jóvenes profesores universitarios a quienes encontró en el Monasterio de El Escorial de Madrid, en qué consiste este diálogo, y cual es el papel de los cristianos en él.

Aunque los tiempos han cambiado, explicó el Papa, “las cuestiones esenciales del ser humano siguen reclamando nuestra atención e impulsándonos hacia adelante”.

Sin embargo, este diálogo requiere que la Universidad sea un lugar en el que se busque la verdad, y no simplemente donde se transmitan conocimientos funcionales.

El Pontífice recordó sus propios años universitarios, “cuando todavía se apreciaban las heridas de la guerra y eran muchas las carencias materiales”, y sin embargo, “todo lo suplía la ilusión por una actividad apasionante, el trato con colegas de las diversas disciplinas y el deseo de responder a las inquietudes últimas y fundamentales de los alumnos”.

“Esta universitas que entonces viví, de profesores y estudiantes que buscan juntos la verdad en todos los saberes”, afirmó, “clarifica el sentido y hasta la definición de la Universidad”.

Por ello, subrayó. la Universidad “ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana”, encarnando “un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor”.

Cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, afirmó el Papa, se caen en errores como “los abusos de una ciencia sin límites” o el “totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder”.

Esa “visión utilitarista” de la educación, advirtió, se difunde “especialmente desde ámbitos extrauniversitarios”.

“”Sin embargo, vosotros que habéis vivido como yo la Universidad, y que la vivís ahora como docentes, sentís sin duda el anhelo de algo más elevado que corresponda a todas las dimensiones que constituyen al hombre”.

La clave, el profesor

El Papa afirmó que la figura clave de la universidad es la del profesor, que deben convertirse en “puntos de referencia en una sociedad quebradiza e inestable”.

“A veces se piensa que la misión de un profesor universitario sea hoy exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento”.

Apeló por ello a los presentes a “transmitir ese ideal universitario”, a sentirse “unidos a esa cadena de hombres y mujeres que se han entregado a proponer y acreditar la fe ante la inteligencia de los hombres”.

Los jóvenes, subrayó, “necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad”.

Por ello les exhortó a “no perder nunca” la “sensibilidad e ilusión por la verdad”; a “no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación”.

Verdad y humildad

El Papa afrontó también la cuestión de la existencia de la verdad y de la necesidad del hombre de buscarla, sabiendo que “nunca se puede poseer del todo”, sino sólo “dejarse poseer por ella.

“El camino hacia la verdad completa compromete también al ser humano por entero”, añadió: “es un camino de la inteligencia y del amor, de la razón y de la fe”.

“Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador”.

La verdad misma “siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo: más bien, es ella la que nos posee a nosotros y la que nos motiva”, subrayó.

Por ello, la segunda virtud que debe brillar en un profesor cristiano, subrayó, es la humildad, “que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad”.

“No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos”, concluyó.

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JMJ: Obispo caldeo pide a jóvenes árabes que no emigren
Tres iglesias atacadas este mes en Irak
MADRID, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El obispo auxiliar caldeo de Bagdad, monseñor Shlemon Warduni, pidió a los jóvenes árabes cristianos que no emigren de sus países.

Lo hizo durante una catequesis que ofreció este jueves en una parroquia de Madrid, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, ante un grupo de jóvenes, en su mayoría de Irak, Egipto, Siria y Libano.

El prelado, citado por la agencia italiana SIR, destacó la importancia de “permanecer vinculados a Cristo para dar fruto en nosotros, en la Iglesia y en nuestro país; estos frutos son el testimonio, el perdón, la reconciliación y la acogida”.

“Nuestra presencia aquí en Madrid debe reforzarnos en la fe y arraigarnos en Cristo”, prosiguió, “sólo así lograremos encontrar la fuerza, la valentía y la firmeza para superar cualquier obstáculo”.

El vicario patriarcal caldeo de Bagdad dijo que “Cristo nos quiere en nuestra tierra de origen que necesita de nosotros”.

“No ocultamos las dificultades, que son numerosas, pero estamos invitados a hacer como los discípulos de Cristo que, tras el descenso del Espíritu Santo, dejaron de tener miedo y empezaron a dar testimonio del Evangelio”, continuó.

Dirigiéndose a los jóvenes árabes que le escuchaban, exclamó: “Vosotros sois los testimonios de la Iglesia de Oriente Medio, que cuenta con vosotros para continuar teniendo un porvenir”.

“Pero –añadió- es necesario estar arraigados en Cristo a través de la oración, los sacramentos y el compartir la vida como lo estamos haciendo ahora en Madrid”.

Bombas

El obispo Warduni ha condenado recientemente los ataques que sufrieron tres iglesias en Irak en menos de dos semanas y ha pedido oraciones por su país.

Este lunes 15 de agosto, una fuerte explosión sacudió la iglesia siro-ortodoxa de San Efrén, provocando un gran agujero en la fachada principal del templo.

El padre Gewargis Elias logró salvarse porque había abandonado su iglesia sólo unos minutos antes, alertado por el personal de seguridad, que había identificado un vehículo sospechoso.

El día 2 por la mañana, dos coches-bomba explotaron delante de la iglesia siro-católica de la Sagrada Familia y de la cercana iglesia evangélica.

Más de veinte personas que se encontraban cerca de la iglesia de la Sagrada Familia resultaron heridas, en su mayoría de manera leve.

El gobernador local ha prometido que el Gobierno proporcionará guardias para las iglesias y financiación para reparar los daños, pero la comunidad cristiana desconfía.

“Para nosotros los cristianos la fuerza está en el Señor –declaró monseñor Warduni a la organización caritativa Ayuda a la Iglesia Necesitada-, pero en esta situación, los fieles pueden perder la esperanza”.

“Sin embargo –añadió-, nosotros les decimos que debemos confiar en Dios, que dice “no temáis, yo estoy con vosotros”.

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Satisfacción del Papa por la marcha de la JMJ, asegura Lombardi
Destaca la importancia del encuentro con los profesores universitarios
MADRID, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El Papa está muy bien y muy contento de cómo está transcurriendo el viaje. Tanto la acogida de ayer como la jornada de hoy han sido espléndidas, aseguró hoy el director de la Sala Stampa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en una rueda de prensa celebrada en el Palacio de Congresos de Madrid.

Lombardi destacó también la buena acogida por parte de las autoridades, especialmente de la Familia Real española, pero sobre todo el clima de alegría y de fiesta que reina en la capital.

Momentos clave

El director de la Sala de prensa de la Santa Sede quiso destacar dos momentos clave de esta Jornada Mundial de la Juventud, ambos, subrayó, “originales” respecto a las JMJ precedentes.

En primer lugar, quiso subrayar la importancia del encuentro mantenido hoy por la mañana con jóvenes profesores universitarios en el Monasterio de El Escorial, que remite al precedente de Ratisbona.

Este discurso de hoy del Papa, que Lombardi calificó de “grande”, ha sido “coherente con su figura de hombre de ciencia y de reflexión”, y en él “ha logrado integrar otros grandes discursos suyos sobre la relación entre la ciencia y la fe”.

“No recuerdo un discurso tan hermoso, tan fuerte como este del Santo Padre, precisamente sobre el tema de la formación integral del hombre”, aseguró.

En segundo lugar, se refirió a la celebración, esta tarde, del Via Crucis en las calles de Madrid.

Si bien el rezo del Via Crucis se ha realizado ya en otras Jornadas Mundiales de la Juventud, el director de la Sala de Prensa destacó la importancia de la presencia de los pasos procesionales de la Semana Santa, piezas de enorme valor histórico y artístico.

Cifras

Respecto al número final de participantes, el padre Lombardi habló de entre un millón y un millón y medio de peregrinos, mientrasYago de la Cierva, jefe de la organización de la JMJ, precisó que, para la organización, el éxito “para nosotros no está tanto en el número de participantes como el grado y la intensidad de la participación.

Los inscritos, afirmó, suman alrededor de 430.000, además de 30.000 voluntarios y cientos de obispos de todo el mundo. Por otro lado, “la experiencia de las JMJ anteriores muestra que lo habitual es que la cifra real sea tres veces mayor que el número de inscripciones”.

Otro aspecto que quiso destacar De la Cierva, en continuidad con las anteriores citas mundiales de jóvenes, fue el carácter “pacífico” y “sin incidentes” de las concentraciones, como tono general del ambiente que se vive estos días en Madrid.

Encuentros

Lombardi destacó el “clima familiar” del encuentro entre el Papa y la familia real española, celebrado esta mañana en el Palacio de la Zarzuela, y especialmente con los infantes, los dos hijos de doña Elena y las dos hijas del Príncipe de Asturias, que le regalaron dibujos hechos por ellas mismas al Pontífice.

El Rey, reveló el portavoz vaticano, regaló al Papa una réplica facsímil de las Cantigas de Alfonso X el sabio, mientras que el Pontífice le obsequio con un mosaico en el que se representa la fachada del palacio de España de Roma, sede de la Embajada española ante la Santa Sede.

Respecto a los encuentros previstos con el actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el padre Lombardi, ante las preguntas de los periodistas, reiteró que no existe una “agenda”, pues se trata de encuentros de cortesía, “independientemente de que se traten de forma informal” algunos temas de interés común o de actualidad.

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Lombardi quita importancia a las protestas contra la JMJ en Madrid
Lo califica como un “fenómeno marginal” que no afecta al normal desarrollo
MADRID, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, se refirió a las marchas de protesta contra la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que tuvieron lugar en la Puerta del Sol el miércoles y el jueves por la noche, como un “fenómeno marginal” dentro de la Jornada Mundial de la Juventud, que no afecta a su celebración.

“La Iglesia está a favor de la libertad de expresión” y que “puedan expresarse opiniones distintas”, si bien que esto se realice “de forma respetuosa y correcta”, afirmó el portavoz vaticano durante la rueda de prensa celebrada hoy en el Palacio de Congresos de Madrid.

Respecto a los momentos de tensión vividos entre la noche del miércoles y la del jueves en la Puerta del Sol, entre grupos de manifestantes y peregrinos, precisó se trata de fenómenos “desagradables”, pero con todo, “dentro de la marginalidad” y que el mantenimiento del orden público es una responsabilidad de las autoridades.

Además, manifestó que no existe preocupación, por parte de la Santa Sede, de que estas protestas afecten al normal desarrollo de la Jornada.

No son “indignados”

Por su parte, el jefe de la organización de la JMJ, Yago de la Cierva, explicó que dentro de las protestas es necesario distinguir entre dos grupos distintos: el movimiento 15-M, también llamados “indignados”, y el grupo “laicista”.

Respecto al primero, precisó, el origen de la protesta “no ha sido la JMJ en sí, sino la destinación de fondos públicos a la misma”, punto que desde la organización de la Jornada “les aclaramos oportunamente, pues no es cierto que haya financiación pública”.

Otra cuestión es la “contramanifestación” convocada por elementos laicistas, sobre la que reiteró que el mantenimiento del orden público “no es responsabilidad de la organización de la JMJ”.

Sin embargo, De la Cierva restó trascendencia a las protestas, afirmando que en un cuadro “son necesarias las sombras para que se aprecie la luz”.

“El mundo ha podido ver, a través de las cámaras de televisión, la forma de comportarse de unos y de otros, la propuesta de vida de unos y otros. La decisión de cual es la que se prefiere depende de cada uno”, reiteró.

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El consejo del papa profesor a los jóvenes: “Busca la verdad”
Comentario del director del diario vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto 2011 (ZENIT.org).- Giovanni Maria Vian, director del diario de la Santa Sede, sintetiza en estas palabras de Benedicto XVI a los jóvenes el mensaje que viene a dejarles a Madrid: “Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos”.

Se trata de palabras que el obispo de Roma tomó prestadas este viernes de Platón en el discurso que dirigió este viernes, en El Escorial, a jóvenes profesores de universidades que se han inscrito como peregrinos en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).

La invitación del filósofo Platón, que como recuerda Vian, fue “evocado en la antigüedad por judíos y cristianos en apoyo de la revelación bíblica, resume bien el sentido de la presencia del sucesor de Pedro” en las JMJ.

“Como docente universitario, desde hace cerca de sesenta años Joseph Ratzinger está acostumbrado al diálogo con las nuevas generaciones y comprende sus inquietudes”, constata el director de “L'Osservatore Romano”.

“Por eso el Papa ha querido dedicar un discurso a la cuestión crucial de la búsqueda de la verdad al encontrarse con jóvenes docentes”, explica Vian.

El director e historiador recuerda que este encuentro ha tenido lugar “días después del congreso mundial de las universidades católicas, organizado por la de Ávila en la ciudad de santa Teresa de Jesús, a la que Pablo VI proclamó doctora de la Iglesia–: una novedad en la historia de las Jornadas mundiales”.

Según Vian, el encuentro del Papa con los jóvenes profesores “no ha sido una añadidura postiza al itinerario papal, como no lo ha sido el que mantuvo con las jóvenes religiosas que han acogido a  Benedicto XVI con afecto entusiasta y conmovedor”.

“En ambos momentos –realizados en el escenario espléndido y austero del monasterio de San Lorenzo del Escorial, pensado por Felipe II, el soberano que entre luces y sombras tal vez representa más a la monarquía católica española– el Papa ha continuado su razonar con la juventud, y no sólo con la que se reconoce en la Iglesia”, indica.

“La búsqueda de la verdad atañe a todos y es inagotable --asegura Vian--. Esto lo explicó Benedicto XVI, en el corazón de días que se van delineando con evidencia como un acontecimiento de primera magnitud”.

“Y de esto se están dando cuenta los medios de comunicación internacionales --comenta el director del diario vaticano--. Con algunas excepciones, a causa de prejuicios o de lógicas que no respetan la más elemental jerarquía de las noticias. Como en un programa de la BBC, que ha dado espacio a contestaciones realmente minoritarias en detrimento de la información sobre el acontecimiento madrileño, hasta el punto de atraer los reproches del  'Guardian'”.

“En cambio –asegura el periodista, escritor e historiador--, la noticia está allí, y muchísimos se están dando cuenta de ello. El Papa ha sabido reunir en Madrid a jóvenes de todo el mundo para animarlos en la fe, con la esperanza de tocar el corazón incluso de quienes están lejos o se han alejado de la Iglesia, en una sociedad inquieta que está en busca de fundamentos sólidos, que ciertamente no se pueden encontrar en la mediocridad y en el utilitarismo en apariencia dominantes”.

Por eso, Vian concluye: “mientras que hay una referencia segura, y está en la persona de Cristo, intuido por Platón según los Padres de la Iglesia: el único amigo que no defrauda nunca, y que Benedicto XVI no se cansa de señalar”.

Por Jesús Colina

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El Vaticano lanza una red social fotográfica en la JMJ
"Living World Faces", una manera para decir “Yo estaba allí”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto 2011 (ZENIT.org).- Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, la Santa Sede ha lanzado una red social fotográfica con la que los jóvenes presentes en Madrid pueden decir (o más bien hacer ver): “Yo estaba allí”.

"Living World Faces" (http://www.pope2you.net/livingworldfaces/) es el nombre del nuevo servicio del portal vaticano  Pope2you.net del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales.


En Madrid están presentes junto a su iPad los miembros del equipo de Pope2You para permitir que los jóvenes compartan sus fotos y testimonio en Internet en las principales redes sociales.

“Las nuevas tecnologías vuelven a ser asumidas de una manera cada vez más conscientes por el Vaticano”; ha explicado a ZENIT el padre Paolo Padrini, promotor del proyecto.

“Nuestro deseo es ofrecer a los jóvenes un foro virtual, sumergido físicamente en la oleada de gente que participa físicamente en el evento. De este modo, podemos ofrecer a los jóvenes presentes la posibilidad de llevarse a casa, además de un recuerdo fotográfico, el signo concreto de su testimonio: 'estar arraigados en Cristo'”, añade el sacerdote citando el lema de las Jornadas.

Las fotografías recogidas en estos días de la JMJ son cargadas inmediatamente en la web, en el portal www.pope2you.net.

A partir de ahí, las imágenes se reúnen para componer varios mosaicos (uno de Cristo, otro de la imagen de Benedicto XVI y un tercero con el logo de la JMJ). Además, serán enviadas a los amigos y compartidas a través de Facebook, Twitter y el nuevo servicio Google Plus.

El proyecto no concluirá con las Jornadas Mundiales de la Juventud este domingo: los jóvenes podrán descargar las fotos a su regreso y enviarlas a su amigos, en un gesto concreto y “joven” para evangelizar a sus coetáneos: una manera para decir “he participado en la JMJ y he llevado a casa una gran experiencia de fe”, explica el padre Padrini.

“De este modo, una vez más, los jóvenes podrán convertirse a través de la web en auténticos evangelizadores, como está pidiendo Benedicto XVI en sus últimos mensajes sobre los nuevos medios de comunicación”, concluye el sacerdote.

Por Jesús Colina

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La JMJ, una “radiación de cristianismo” en el mundo y las redes sociales
Propuesta del cardenal Rodríguez Maradiaga en su tercera catequesis a los jóvenes
MADRID, viernes 19 de agosto 2011 (ZENIT.org).- ¿Qué pasará en la vida del más de millón de jóvenes tras las Jornadas Mundiales de la Juventud? El cardenalÓscar Andrés Rodríguez Maradiaga les ha invitado a que se conviertan en una auténtica radiación de cristianismo para el mundo, también en las redes sociales.

El arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis hizo esta propuesta en la tercera catequesis que ha dirigido a medio millar de jóvenes en la mañana del viernes con motivo de este evento mundial en el Santuario de Nuestra Señora de Schönstatt, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.

El encuentro ha vuelto a comenzar con el canto elegido por el cardenal para iniciar sus dos anteriores catequesis --“Los dones no son para esconderlos, si no para servir a los demás…”--, que da pie a la primera pregunta que el purpurado lanza a los jóvenes: “¿Qué va a pasar después de la JMJ?”.

“Muchos por miedo al hostigamiento ‘anti-religioso’ no se manifiestan”, reconoció. “Nos quieren volver a esconder. Unos dicen que son ateos, otros que agnósticos, otros que católicos que no practican (es no es ser católico) pero nosotros estamos ahí sabiendo lo que significa nuestra fe, no como ellos y no la proclamamos lo que deberíamos”.

Un tsunami de amor

“Cuando tuvo lugar el tsunami en Japón, al principio había movimiento, terremotos,… para al final lo que queda es el peligro de la radiación –siguió diciendo--. Dejemos, pues, tras este ‘tsunami de la JMJ’ nuestra radiación de cristianismo, de catolicismo… porque el cristianismo irradia amor”.

“¿Cómo se convirtieron los paganos en aquellos tiempos en que hablar estaba prohibido manifestar la fe cristiana?”, preguntó el purpurado.

“Fijaos que era difícil, pero lo hicieron --respondió--. Ahora sí se puede proclamar la fe. El cristiano no debe tener miedo a mostrar su fe. Sería como la sal que pierde su sabor, y eso no es sal, a fin de cuentas. La manera de transmitir es dar luz, irradiar fe en el trabajo, con nuestros amigos, nuestras redes sociales, que vean lo que sentimos, la felicidad de estar en Cristo y actuar en Cristo”.

“Lo importante es que la luz no sea tibia --subrayó--. Se debe actuar coherentemente, ya que la fe por sí sola, sin entrega al otro, no tiene sentido. Perdemos la credibilidad como cristianos”.

Según el cardenal hondureño, “no existe fe sin compromiso con la realidad. Hay quienes para ridiculizar la fe nos llaman fanáticos; por eso, definirse como cristiano es ser valiente, ser fuerte. San Juan decía ‘quisieron apagar la luz porque vivían en tinieblas’. Mucha gente no tolera ver la verdad porque viven vidas insípidas. Disecadas”.

“El que esconde su testimonio debilita su fe --advirtió--. Los testimonios de la familias que han acogido anteriormente las JMJ en Colonia o en Australia (no católicos muchos) dan fe de la generosidad, de la alegría de los asistentes y del mensaje de amor que les quedó”.

Evangelizar con la palabra y la vida

Evangelizar, aclaró, es “dar a conocer a Cristo, con nuestras palabras y con nuestra vida”.

“Como en las empresas, la excelencia en la calidad en el cristianismo es llegar a la santidad. Obremos, pues, en consecuencia para lograrlo --exhortó a los muchachos--. Todos y cada uno de nosotros tiene oportunidades cada día para labrarse ese camino”.

“San Pablo, al final de su vida, nos dijo que había peleado, combatido para conseguir esta meta. La vida cristiana es como una competición deportiva. Hay que caerse, pero sobre todo saber levantarse”, indició.

Globalizar la esperanza cristiana

“Cristo es el bien más precioso que tenemos que compartir --siguió diciendo--. Tenemos que tener fe, como le dijo Jesús a la hermana de Lázaro: ‘Si crees, verás la gloria de Dios’. Si creéis seréis instrumentos para otros jóvenes. Si amáis a vuestros amigos debéis desearles lo mejor, que vivan vuestra misma alegría”.

Y concluyó: “Después de la JMJ nos queda hacer un trabajo parecido al que hicieron los apóstoles. Hay que globalizar la esperanza cristiana”.

Puede leerse la crónica de las otras dos catequesis impartidas por el cardenal Rodríguez Maradiaga a los jóvenes con motivo de las JMJ en ZENIT:

--En las catequesis de la JMJ, los jóvenes descubren a Cristo [2011-08-18]

--El cardenal Maradiaga presenta a los jóvenes un “GPS espiritual” [2011-08-17]

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El Papa propone a las mujeres consagradas un estilo “radical” de vida
Les pide “arraigar su vocación” frente al “relativismo” y la “mediocridad”
EL ESCORIAL, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI se dirigió hoy a más de mil religiosas jóvenes, casi en su totalidad españolas, procedentes de 294 institutos distintos, y de las cuales unas 400 pertenecen a la vida contemplativa.

El encuentro tuvo lugar en el Patio de los Reyes del Monasterio de El Escorial, un inmenso monumento compuesto por un palacio real, una basilica – en la que están enterrados algunos reyes de España – y un monasterio, que alberga a una comunidad benedictina masculina.

A su llegada, el Papa fue recibido por cuatro jóvenes religiosas que le escoltaron en medio de un mar de hábitos negros, blancos, azules y marrones, hasta un estrado colocado en el patio, desde donde Benedicto XVI se dirigió a las presentes.

“Es un gozo grande poder encontrarme con vosotras, que habéis consagrado vuestra juventud al Señor”, les dijo el Papa, entre aplausos.

El Pontífice invitó a las jóvenes consagradas a profundizar en el sentido de su propia consagración, a “vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente”, convirtiendo su propia vida en "exégesis viva de la Palabra de Dios”.

En este sentido, insistió en la importancia de la vuelta a la radicalidad del estilo de vida, una radicalidad que debe entenderse como un “ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor”.

Este testimonio “cobra una especial relevancia hoy, cuando se constata una especie de 'eclipse de Dios', una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza”, afirmó.

Por ello, “frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado”.

Esta radicalidad, subrayó el Papa, debe darse “en la comunión filial con la Iglesia”, con los Pastores, con el Magisterio de la Iglesia y la tradición cristiana, así como con la propia familia religiosa, “custodiando su genuino patrimonio espiritual con gratitud, y apreciando también los otros carismas”.

En su saludo al Papa, el cardenal Antonio Mª Rouco, arzobispo de Madrid, subrayó el papel que han desempeñado las congregaciones religiosas jóvenes en la preparación de la JMJ, a través de la oración y de la participación concreta en iniciativas como “Coser y Cantar” (ver www.zenit.org/article-38050?l=spanish).

“Sin las religiosas, sin su aportación, sobre todo la espiritual, la Jornada Mundial de la Juventud no sería posible. Son de lo mejor de la juventud de la Iglesia y de la sociedad, y por supuesto, de España”, afirmó el purpurado.

En España existen casi tres veces más religiosas que religiosos (303 institutos frente a 104), con un total de casi 50.000 religiosas tanto contemplativas como de vida apostólica activa.

Madrid es, después de Roma, la diócesis del mundo con mayor número de comunidades religiosas y con el mayor número de consagrados en el mundo. Sólo respecto a órdenes contemplativas, hay 34 monasterios femeninos y 3 masculinos. Respecto a la vida apostólica activa, en la archidiócesis hay cerca de 1.100 familias religiosas, con casi 3.000 consagrados y 8.000 consagradas.

Se trata, además, de un sector de la Iglesia española que vive una cierta efervescencia, con la presencia de grandes familias religiosas de notorio arraigo, como el Carmelo y la familia franciscana, órdenes de acción social creadas en el siglo XIX, y nuevos institutos, especialmente contemplativos, que reúnen a muchas vocaciones jóvenes, como la Orden de Belén, o las Comunidades del Cordero, entre otros.

Especialmente conocido es el caso de la congregación española femenina recientemente aprobada por el Papa, Iesu Communio, el pasado 12 de febrero de este año (ver www.zenit.org/article-38154?l=spanish y www.zenit.org/article-38253?l=spanish), que agrupa a unas doscientas religiosas entre 18 y 35 años.

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Santa Sede


En línea el agregador de noticias en español del Vaticano
Con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto 2011 (ZENIT.org).- Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, la Santa Sede ha lanzado la edición en español de su portal agregador de noticias, news.va.

Este portal, que recoge la información publicada por los medios informativos vaticanos (“L'Osservatore Romano, Radio Vaticano, Centro Televisivo Vaticano, Vatican Information Service VIS, la agencia Fides, y la Oficina de Información de la Santa Sede), había sido publicado personalmente por Benedicto XVI con un iPad el 28 de junio (El primer mensaje de un papa por Twitter).

Hasta ahora el portal publicaba información en inglés e italiano.

Según ha explicado el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, institución que coordina la publicación del portal, se ha escogido esta fecha de lanzamiento “para acompañar al Papa en esta entusiasmante peregrinación en un universo juvenil, que demuestra cada vez más que escucha su palabra de esperanza”.

Desde sus primeros días, el nuevo sitio en español está ofreciendo amplia documentación de las jornadas transcurridas por Benedicto XVI en Madrid en tiempo real.

“Con este nuevo y significativo paso --añade el arzobispo Celli--, se hace más concreto también el objetivo principal que ha motivado a los medios de comunicación vaticanos (todos juntos): ampliar y hacer más incisiva, a través del uso de las nuevas tecnologías, el área de un servicio dirigido a la Iglesia y al Papa, finalizado al compromiso primario de la nueva evangelización”.

Por Jesús Colina

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Vaticano a los musulmanes: promovamos la dimensión espiritual del hombre
Denuncia las discriminaciones a los creyentes en su mensaje al final del Ramadán
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Cristianos y musulmanes valoran mucho la dimensión espiritual de la persona humana, se preocupan por transmitir los valores humanos y morales a los jóvenes, y no pueden dejar de denunciar las discriminaciones que sufren los creyentes hoy.

Lo indica el Mensaje que el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso envió a los musulmanes con motivo del final del Ramadán, hecho público este viernes.

“No podemos más que denunciar todas las formas de fanatismo y de intimidación, los prejuicios y las polémicas, así como las discriminaciones de las que a veces son objeto los creyentes en la vida social y política y en los mass media”, señala el texto.

El Mensaje, titulado Cristianos y musulmanes: promover la dimensión espiritual del hombre, destaca que “la relación de todas las personas con la trascendencia no es un momento de la historia, pertenece a la naturaleza humana”.

“¡Nosotros no creemos en el azar, estamos convencidos –lo experimentamos- de que Dios hace nuestro camino!”, recuerdan los representantes vaticanos a los musulmanes de todo el mundo.

Firman el mensaje el presidente y el secretario del consejo vaticano, el cardenal Jean-Louis Tauran y el arzobispo Pier Luigi Celata respectivamente, quienes valoran los ayunos y sacrificios del Ramadán, expresando su deseo de que “los esfuerzos generosamente realizados durante este mes traigan todos los frutos espirituales esperados”.

La dimensión espiritual de la persona, recuerdan, es “una realidad que nuestras dos religiones consideran de primordial importancia, frente a los desafíos planteados por el materialismo y la secularización”.

“Cristianos y musulmanes, más allá de sus diferencias, reconocen la dignidad de la persona humana dotada de derechos y deberes”, constatan.

“Piensan que la inteligencia y la libertad son dones que deben incitar a los creyentes a reconocer estos valores que son compartidos porque están fundamentados en la misma naturaleza humana”, añaden.

De esa base compartida, indican, se deriva su preocupación común por “la transmisión de estos valores humanos y morales a las jóvenes generaciones”.

“Nos corresponde hacerles descubrir que existe el bien y el mal, que la conciencia es un santuario a respetar, que cultivar la dimensión espiritual hace más responsable, más solidario, más disponible para el bien común”, afirma el Mensaje.

Y concluye: “Cristianos y musulmanes son demasiado a menudo testimonios de la violación de lo sagrado, de la desconfianza de la que son objeto los que se dicen creyentes”.

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La plaza de San Pedro mostrará su aspecto original en menos de 3 años
Empieza nueva fase de restauración de la columnata
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).– En poco menos de tres años, la plaza de San Pedro del Vaticano habrá recuperado su aspecto original, el que presentaba en el siglo XVII.

Acaba de comenzar una nueva fase de restauración de la columnata de Gian Lorenzo Bernini que abraza la emblemática plaza, anunció L’Osservatore Romano en su edición del 13 de agosto.

“En treinta meses la plaza de San Pedro volverá a estar como la concebida, querida y edificada en la segunda mitad del siglo XVII”, explica el periódico vaticano.

“Dentro de poco se restituirán a Roma y al mundo los colores y la integridad originales del inmenso monumento en travertino”, añade.

La plaza, uno de los principales símbolos del barroco, es un espacio “insigne no sólo en el ámbito urbanístico y arquitectónico —como espacio dedicado a las ceremonias religiosas públicas—  sino también en cuanto realización artística con fuerte contenido alegórico, sobreentendiendo el abrazo ecuménico de la Iglesia universal a todas las gentes”, indica L’Osservatore Romano.

Desde marzo de 2009, se está realizando una inmensa labor para restaurar todos sus elementos arquitectónicos y decorativos, pero la plaza sigue usándose de la manera habitual.

Los trabajos afectan a 284 columnas,  92 pilastras, 140 estatuas, 6 escudos  papales, 1200 metros de balaustras y otras tantas cornisas de coronamiento.

Las obras también están afectando a 3400 metros cuadrados de artesones que constituyen los intradoses de cobertura de los hemiciclos.

También se restaurarán las dos célebres fuentes gemelas — la Clementina y la Gregoriana—, el obelisco egipcio en granito de 42 metros de altura, que Sixto V hizo erigir en 1586  en el centro de la plaza, y las farolas del siglo XIX en torno al obelisco.

Ya ha comenzado la remoción de parte de los andamios utilizados para la restauración de la columnata y en breve plazo se desvelará un primer tramo del hemiciclo de la derecha.

Mientras tanto, se están levantando nuevos andamios para la restauración de los sectores imediatamente adyacentes, constituidos por cuatro órdenes compuestos cada uno por cuatro columnas contiguas, que tienen encima otras tantas estatuas.

Después se procederá a completar el hemiciclo de la izquierda hasta el punto de cierre constituido por el Brazo de Carlomagno.

Este enorme esfuerzo técnico, organizativo y financiero «realizado gracias también a generosos patrocinadores y a la divina Providencia— subrayó el jefe de las obras—  durará cerca de dos años y medio y se realizará bajo la dirección de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano”.

Los aspectos científicos, artísticos, históricos y monumentales han sido asumidos por los Museos Vaticanos, dirigidos por  Antonio Paolucci, con la colaboración de un nutrido grupo de maestros restauradores.

La restauración general y las obras correspondientes han sido encomendadas a la  asociación temporal de empresas Italiana Costruzioni y Fratelli Navarra.

El jefe de obras indicó que el impulso más significativo a la iniciativa se debe a la presidencia de la gobernación en la persona del cardenal Giovanni Lajolo, que “ha mantenido firme el timón en estos tiempos de turbulentas tempestades económicas y financiarías” y del  Secretario general, el arzobispo Carlo Maria Viganò  para “guiar y amalgamar esta larga y ardua empresa interdisciplinar”.

Después de más de trescientos años, los signos de deterioro de la columnata Bernini empezaban a ser evidentes, por lo que se consideró necesario intervenir para proporcionar estabilidad a la estructura.

Los trabajos empezaron por las cubiertas y la regulación del agua de lluvia, e incluyeron la sustitución de las placas más degradadas y la consolidación de las esculturas, que amenazaban con caerse a pedazos, según declaró en su momento Paolucci.

Uno de los problemas de la columnata residía en que el maestro del barroco utilizó travertino (una piedra calcárea muy porosa) para responder a la necesidad expresada por el papa Alejandro VII de que la obra no resultara demasiado cara y se realizara sin demasiada demora.

El mayor arquitecto del mundo del momento cumplió el compromiso y en diez años, acabó la obra, de 280 columnas, 140 esculturas y una montaña de travertino.

La columnata rodeó a derecha e izquierda la plaza, que hasta entonces era un espacio sin definir.

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Mundo


El museo de las medallas y de las monedas de Juan Pablo II en Czestochowa
Inaugurado el 11 de agosto
VARSOVIA, viernes 19 de agosto 2011 (ZENIT.org).- En el museo de monedas y de medallas de Juan Pablo II, inaugurado el 11 de agosto en Czestochowa, es posible admirar más de 5.500 objetos de este tipo con la imagen del papa polaco.

En la ceremonia de apertura estaban presentes el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo metropolitano de Cracovia; Arturo Mari, el fotógrafo de papas; el arzobispo Stanislaw Nowak, metropolitano de Czestochowa; monseñor Ryszard Selejdak, de la Congregación vaticana para la Educación Católica; y finalmente las autoridades locales conducidas por el presidente de Czestochowa, Krzysztof Matyjaszczyk.

“El museo puede servir espléndidamente a la memoria de Juan Pablo II. Es una gran obra, que presenta al gran papa como peregrino del mundo. A través de este museo Juan Pablo II estará también con nosotros de un modo espiritual”, afirmó el cardenal Dziwisz.

Hablando a ZENIT, Arturo Mari destacó que “en muchas de estas medallas y monedas he visto los sucesos de los que yo mismo he sido testigo. Es verdaderamente una experiencia profunda”.

“Es muy importante que este museo se encuentre en Czestochowa, en un sitio tan cercano a Juan Pablo II”, añadió Mari.

El arzobispo Nowak observó después que “el museo puede ser de gran utilidad para aquellos peregrinos que llegan a Jasna Góra".

El mismo Arturo Mari, durante su estancia en Czestochowa, visitó Jasna Góra, participando en la misa celebrada en la Capilla de la Virgen Negra. Visitó después la redacción del Semanal católico  Niedziela y el santuario de María Reina de las Familias en Leśniów, el santuario de San José en Czestochowa, y las iglesias de Santiago y de la Elevación de la Santa Cruz en Czestochowa, además de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Lubojna.

El Museo fue instituido gracias a la gran pasión y a la inagotable energía del presidente de la sociedad President Electronics Poland, Krzysztof Witkowski, apoyado en su proyecto por lo copropietarios de la sociedad francesa Groupe President Electronics.

El Museo de las monedas y medallas de Juan Pablo II es un voto ofrecido a la Reina de Polonia como agradecimiento por haberle devuelto la salud, después de un ictus sufrido por el director de  President Electronics Poland, y al mismo tiempo un homenaje para el Papa Wojtyla que visitó en peregrinación a la Virgen Negra.

Para más información: http://www.jp2muzeum.pl/it

[Por Mariusz Frukacz]

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Foro


En camino hacia Madrid
 
Por Giuseppe Gennarini*

MADRID, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Yo Juan Pablo,… sucesor de Pedro en la sede de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, grito con amor a ti, vieja Europa: reencuéntrate a ti misma, redescubre tus orígenes, reaviva tus raíces, vuelve a vivir de los valores auténticos que han hecho gloriosa tu historia y beneficia con tu presencia a los demás continentes… tú puedes ser todavía un faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo”.

Nunca antes las palabras pronunciadas por Juan Pablo II hace veintidós años en Finis Terrae, el confín del continente europeo, fueron tan actuales como en estos días. Europa parece perdida en medio de una profunda crisis. El relativismo cultural, considerado por muchos como la receta más segura para la paz social, se ha convertido en causa de enormes y continuos conflictos. Los recientes disturbios en Inglaterra han mostrado al mundo entero a jóvenes dispuestos a quemar o a asesinar para apropiarse de un móvil nuevo. Detrás de estos teenagers no están los padres, no está la familia, no hay cultura, ni siquiera hay sociedad. Muchos jóvenes crecen sin Dios y sin ley, como si fuesen los nuevos bárbaros, donde la única forma de familia o de grupo social es la banda. La crisis económica que parece agravarse es sólo la manifestación externa de una cultura que ha renegado de sus raíces cristianas y que va a la deriva. Divorcios, abortos, adulterios: el caos de las vidas personales se refleja a nivel social, económico y político. La destrucción de la familia es la mayor causa de empobrecimiento y el descenso demográfico impide la recuperación económica. Ningún partido se atreve a “cortar” los beneficios concedidos, pero que la economía ya no puede sostener, y que recurre a un mayor endeudamiento, destruyendo el futuro de las nuevas generaciones; de esta manera la crisis moral se convierte en crisis económica y la democracia se transforma en demagogia.

Juan Pablo II vio en el horizonte los gravísimos peligros hacia los que va Europa y el mundo occidental y sobre todo, las nuevas generaciones. Las Jornadas Mundiales de la Juventud nacieron de esta visión profética: hacer experimentar a los jóvenes la belleza de la experiencia del Cristianismo, para poder vivir la vida abandonados en Dios y por tanto, poder experimentar la vida eterna. Hacer gustar a los jóvenes, sedientos de eternidad, la dimensión eterna de sus existencias.

El Camino Neocatecumenal ha participado desde el principio en las Jornadas Mundiales de la Juventud, llevando a muchos jóvenes que han tenido experiencias bellísimas. Este año se calcula que casi doscientos mil jóvenes de las comunidades neocatecumenales estarán presentes en Madrid. Muchos de los jóvenes que están llegando en estos días son hijos de los jóvenes que se reunieron en el ’89 en Santiago, o en el ’93 en Denver y que hoy, casados y con familias numerosas, dirigen a grupos de peregrinos.

De Estados Unidos han ido 5.000 jóvenes de las comunidades neocatecumenales: muchos de ellos han aterrizado en Inglaterra y están evangelizando a sus coetáneos por las calles, en los restaurantes, en las plazas, anunciándoles la vida eterna, abriéndoles un camino de retorno a Dios y de esperanza para sus vidas, justo en los barrios donde en días pasados sucedían los disturbios y donde, todavía, se pueden observar los daños ocasionados por los destrozos y los incendios de las calles.

Estos grupos que están recorriendo las calles de toda Europa, no están haciendo turismo; en cada etapa del viaje se detienen en la plaza principal o en centros comerciales, y anuncian su experiencia de Cristo; la gente se queda sorprendida, viendo a tantos jóvenes que creen que la vida tiene un sentido, que tienen una perspectiva, que tienen esperanza. Muchos ingleses, viendo las multitudes de jóvenes que, en vez de romper tiendas, hablaban de Dios y que iban a Madrid a ver al Papa, quedaban estupefactos y se asomaban por las ventanas (incluso desde un tercer piso), preguntando: “¿Quién sois? ¿De dónde venís?”.

"La peregrinación simboliza vuestra vida”, dijo Juan Pablo II, hablando a los jóvenes en 1982.“Significa que no queréis instalaros, que os resistís a todo lo que intenta apagar vuestras energías, sofocar vuestras preguntas, cerrar vuestro horizonte. Se trata de ponerse en camino, aceptando el desafío de la intemperie, afrontando los obstáculos, sobre todo los de vuestra propia fragilidad, perseverando hasta el final”.

El peregrino deja su patria para buscar la verdadera patria; en el pasado, antes de partir, se celebraba casi un segundo bautismo: hacía una confesión general, se reconciliaba con los enemigos y pedía perdón a todos, saldaba todas sus deudas, dejaba todo, hacía testamento y se revestía con una ropa que lo acompañaría varios años o lo que le quedaba de vida. ¿Cómo entender, con nuestra mentalidad que ve en el confort y en la seguridad, la expresión máxima de la felicidad, una experiencia que considera el culmen de la vida humana, el abandono de todas las riquezas y comodidades a favor de una vida de mendicante? Aún más, en el abandono total y confiado a la Providencia de Dios, el peregrino descubre una libertad y una calidad de vida, también desde un punto de vista meramente humano, superior a la que la riqueza o la seguridad pueden procurar.

Anthony Palombo, hijo de un bombero que murió en las Torres Gemelas, ha ido a la peregrinación con un grupo de Nueva York. Anthony es el primogénito de diez hijos, y hace algunos años entró en el seminario para convertirse en presbítero; su madre lucha desde hace dos años contra el cáncer; entrevistado en Londres por la radio, ha contado como Jesús vino a buscarlo a través del Camino Neocatecumenal, cuando se encontraba en una crisis profunda por la muerte de su padre y buscaba refugio en la droga, en el alcohol y en el sexo. A través de este encuentro de amor con Cristo, Palombo vio que incluso el cáncer de su madre era una bendición de Dios, descubriendo que Dios es su Padre y que no le da nada que sea malo.

“Escuchando su experiencia”, comentó la entrevistadora, “se ve la necesidad de despertar la conciencia moral de los jóvenes después de la violencia de estos días. ¿Qué podrían hacer los gobiernos y las comunidades de fe para promover la ética, un nuevo sentido de moralidad?”.

“Intentar promover un nuevo sentido de moralidad golpeando la cabeza de la gente con el mazo de la ley no funciona; – ha respondido Anthony – no se convierte a nadie tratando de meter en la cabeza los diez mandamientos; lo primero es el anuncio del amor de Dios, descubrir que Dios te ama y lo que quiere para ti, lo que es bueno para ti: esto es lo que cambia la vida de la gente.

Cuando entendí que las cosas que me decían mis padres y que escuchaba en la Iglesia, eran verdaderas, que era verdad que la droga, el sexo y el alcohol no me hacían feliz y que, sin embargo, Dios me ofrecía lo que me da la felicidad: esto cambió mi vida. Cuando tus amigos ven que eres feliz no cuando robas o fornicas o tomas drogas. Experimentar que Dios te ama: esto anuncia una nueva moralidad. Este es el anuncio que estamos haciendo aquí, en Londres, y que es muy importante: ver a la gente con una nueva moral y ver lo felices que son viviendo de un modo distinto. En estos días, cuando evangelizamos por las calles. Oyendo la experiencia de mi padre muerto en las torres y de mi madre con el cáncer, me preguntan: “¿Por qué?¿Por qué Dios permite estas cosas?”. Yo, a través de la Iglesia, he visto que Dios está presente también en el sufrimiento de mi madre que lucha contra el cáncer. La gente se queda estupefacta, pero en mi casa encuentras una alegría que no se encuentra en otra parte. Podemos afrontar el sufrimiento de un modo distinto de quien no tiene a Dios”.

En Londres, otro grupo proveniente de New Jersey se encontró con una chica que había perdido a su padre hace tres meses. Después de este suceso, la chica había comenzado a beber y a tomar drogas. Mientras estaba borracha fue violada tres veces y terminó viviendo en la calle. En esta situación recibió el anuncio que realizaban estos jóvenes y que la impresionó muchísimo, también porque la noche anterior había soñado que dos jóvenes le traerían una buena noticia y que con ellos iría a una gran tienda blanca a escucharles. Los dos jóvenes. Andrés y Bill, le preguntaron que pensaba que fuese esa gran tienda blanca. Y esta chica, que en sólo tres meses se había precipitado a un abismo sin esperanza, respondió: “Seguramente es la Iglesia”.

Muchos jóvenes están esperando algo que ni la política, ni la educación ni la recuperación económica pueden darles: es la buena noticia de que Dios les quiere y de que sus vidas tienen un sentido.

“El mundo sin Dios se convierte en un ‘infierno’”, dijo Benedicto XVI, al anunciar la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid: “prevalecen los egoísmos, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y entre los pueblos, la falta de amor, de alegría y de esperanza. Al contrario, donde las personas y los pueblos acogen la presencia de Dios, adorándolo en la verdad y escuchando su voz, se construye concretamente la civilización del amor, en el que cada uno es respetado en su dignidad, crece la comunión, con los frutos que esta lleva consigo”.

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* Giuseppe Gennarini es responsable del Camino Neocatecumenal en Estados Unidos

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Documentación


Discurso del Papa durante el Via Crucis
Hoy en la Plaza de Cibeles
MADRID, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los jóvenes al concluir el rezo del Via Crucis, en la Plaza de Cibeles de Madrid.

* * * * *

Queridos jóvenes:

Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). También nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión. Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1).

Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.).

Que sepamos acoger estas lecciones y llevarlas a la práctica. Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.

Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz.

[Copyright 2011 - ©Libreria Editrice Vaticana]

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Mensaje vaticano a los musulmanes al final del Ramadán
“Cristianos y musulmanes: promover la dimensión espiritual del hombre”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje del presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso a los musulmanes por el final del Ramadán, titulado Cristianos y musulmanes: promover la dimensión espiritual del hombre y publicado este viernes por la Oficina de Información de la Santa Sede.

***

Queridos Amigos musulmanes,

1. La conclusión del mes de Ramadán ofrece al Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso la grata oportunidad de dirigiros sus deseos más cordiales de que los esfuerzos generosamente realizados durante este mes traigan todos los frutos espirituales esperados.

2. Este año, hemos creído oportuno privilegiar el tema de la dimensión espiritual de la persona humana. Se trata de una realidad que nuestras dos religiones consideran de primordial importancia, frente a los desafíos planteados por el materialismo y la secularización. La relación de todas las personas con la trascendencia no es un momento de la historia, pertenece a la naturaleza humana. ¡Nosotros no creemos en el azar, estamos convencidos –lo experimentamos- de que Dios hace nuestro camino!

3. Cristianos y musulmanes, más allá de sus diferencias, reconocen la dignidad de la persona humana dotada de derechos y deberes. Piensan que la inteligencia y la libertad son dones que deben incitar a los creyentes a reconocer estos valores que son compartidos porque están fundamentados en la misma naturaleza humana.

4. Es por eso que la transmisión de estos valores humanos y morales a las jóvenes generaciones constituye una preocupación común. Nos corresponde hacerles descubrir que existe el bien y el mal, que la conciencia es un santuario a respetar, que cultivar la dimensión espiritual hace más responsable, más solidario, más disponible para el bien común.

5. Cristianos y musulmanes son demasiado a menudo testimonios de la violación de lo sagrado, de la desconfianza de la que son objeto los que se dicen creyentes. No podemos más que denunciar todas las formas de fanatismo y de intimidación, los prejuicios y las polémicas, así como las discriminaciones de las que a veces son objeto los creyentes en la vida social y política y en los mass media.

6. Estamos espiritualmente cerca vuestro, queridos Amigos, pidiendo a Dios que os dé energías espirituales renovadas y os presentamos nuestros mejores deseos de paz y de bienestar.

Jean-Louis Cardinal Tauran

Presidente

Arzobispo Pier Luigi Celata

Secretario

[Traducción del original francés por Patricia Navas

©Libreria Editrice Vaticana]

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Discurso del Papa a los jóvenes profesores universitarios
Hoy en el Monasterio de El Escorial
EL ESCORIAL, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a un nutrido grupo de profesores universitarios participantes en la JMJ, reunidos en la basílica del Monasterio del Escorial.

* * * * *

Señor Cardenal Arzobispo de Madrid,

Queridos Hermanos en el Episcopado,

Queridos Padres Agustinos,

Queridos Profesores y Profesoras,

Distinguidas Autoridades,

Amigos todos

Esperaba con ilusión este encuentro con vosotros, jóvenes profesores de las universidades españolas, que prestáis una espléndida colaboración en la difusión de la verdad, en circunstancias no siempre fáciles. Os saludo cordialmente y agradezco las amables palabras de bienvenida, así como la música interpretada, que ha resonado de forma maravillosa en este monasterio de gran belleza artística, testimonio elocuente durante siglos de una vida de oración y estudio. En este emblemático lugar, razón y fe se han fundido armónicamente en la austera piedra para modelar uno de los monumentos más renombrados de España.

Saludo también con particular afecto a aquellos que en estos días habéis participado en Ávila en el Congreso Mundial de Universidades Católicas, bajo el lema: "Identidad y misión de la Universidad Católica".

Al estar entre vosotros, me vienen a la mente mis primeros pasos como profesor en la Universidad de Bonn. Cuando todavía se apreciaban las heridas de la guerra y eran muchas las carencias materiales, todo lo suplía la ilusión por una actividad apasionante, el trato con colegas de las diversas disciplinas y el deseo de responder a las inquietudes últimas y fundamentales de los alumnos. Esta "universitas" que entonces viví, de profesores y estudiantes que buscan juntos la verdad en todos los saberes, o como diría Alfonso X el Sabio, ese "ayuntamiento de maestros y escolares con voluntad y entendimiento de aprender los saberes" (Siete Partidas, partida II, tít. XXXI), clarifica el sentido y hasta la definición de la Universidad.

En el lema de la presente Jornada Mundial de la Juventud: "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (cf. Col 2, 7), podéis también encontrar luz para comprender mejor vuestro ser y quehacer. En este sentido, y como ya escribí en el Mensaje a los jóvenes como preparación para estos días, los términos "arraigados, edificados y firmes" apuntan a fundamentos sólidos para la vida (cf. n. 2).

Pero, ¿dónde encontrarán los jóvenes esos puntos de referencia en una sociedad quebradiza e inestable? A veces se piensa que la misión de un profesor universitario sea hoy exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento. También se dice que lo único que se debe privilegiar en la presente coyuntura es la mera capacitación técnica. Ciertamente, cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la educación, también la universitaria, difundida especialmente desde ámbitos extrauniversitarios. Sin embargo, vosotros que habéis vivido como yo la Universidad, y que la vivís ahora como docentes, sentís sin duda el anhelo de algo más elevado que corresponda a todas las dimensiones que constituyen al hombre. Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder. En cambio, la genuina idea de Universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión reduccionista y sesgada de lo humano.

En efecto, la Universidad ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana. Por ello, no es casualidad que fuera la Iglesia quien promoviera la institución universitaria, pues la fe cristiana nos habla de Cristo como el Logos por quien todo fue hecho (cf. Jn1,3), y del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios. Esta buena noticia descubre una racionalidad en todo lo creado y contempla al hombre como una criatura que participa y puede llegar a reconocer esa racionalidad. La Universidad encarna, pues, un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor.

He ahí vuestra importante y vital misión. Sois vosotros quienes tenéis el honor y la responsabilidad de transmitir ese ideal universitario: un ideal que habéis recibido de vuestros mayores, muchos de ellos humildes seguidores del Evangelio y que en cuanto tales se han convertido en gigantes del espíritu. Debemos sentirnos sus continuadores en una historia bien distinta de la suya, pero en la que las cuestiones esenciales del ser humano siguen reclamando nuestra atención e impulsándonos hacia adelante. Con ellos nos sentimos unidos a esa cadena de hombres y mujeres que se han entregado a proponer y acreditar la fe ante la inteligencia de los hombres. Y el modo de hacerlo no solo es enseñarlo, sino vivirlo, encarnarlo, como también el Logos se encarnó para poner su morada entre nosotros. En este sentido, los jóvenes necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad. La juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad. Como ya dijo Platón: "Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos" (Parménides, 135d). Esta alta aspiración es la más valiosa que podéis transmitir personal y vitalmente a vuestros estudiantes, y no simplemente unas técnicas instrumentales y anónimas, o unos datos fríos, usados sólo funcionalmente.

Por tanto, os animo encarecidamente a no perder nunca dicha sensibilidad e ilusión por la verdad; a no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación. Sed para ellos estímulo y fortaleza.

Para esto, es preciso tener en cuenta, en primer lugar, que el camino hacia la verdad completa compromete también al ser humano por entero: es un camino de la inteligencia y del amor, de la razón y de la fe. No podemos avanzar en el conocimiento de algo si no nos mueve el amor; ni tampoco amar algo en lo que no vemos racionalidad: pues "no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor" (Caritas in veritate, n. 30). Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador.

En segundo lugar, hay que considerar que la verdad misma siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo: más bien, es ella la que nos posee a nosotros y la que nos motiva. En el ejercicio intelectual y docente, la humildad es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad. No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos. A esto os ayudará el Señor, que os propone ser sencillos y eficaces como la sal, o como la lámpara, que da luz sin hacer ruido (cf. Mt 5,13-15).

Todo esto nos invita a volver siempre la mirada a Cristo, en cuyo rostro resplandece la Verdad que nos ilumina, pero que también es el Camino que lleva a la plenitud perdurable, siendo Caminante junto a nosotros y sosteniéndonos con su amor. Arraigados en Él, seréis buenos guías de nuestros jóvenes. Con esa esperanza, os pongo bajo el amparo de la Virgen María, Trono de la Sabiduría, para que Ella os haga colaboradores de su Hijo con una vida colmada de sentido para vosotros mismos y fecunda en frutos, tanto de conocimiento como de fe, para vuestros alumnos.

[Copyright 2011 - ©Libreria Editrice Vaticana]

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Discurso del Papa a las jóvenes religiosas
Hoy en el Monasterio de El Escorial
EL ESCORIAL, viernes 19 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a las jóvenes religiosas, de congregaciones tanto activas como contemplativas, en el Patio de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

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Queridas jóvenes religiosas:

Dentro de la Jornada Mundial de la Juventud que estamos celebrando en Madrid, es un gozo grande poder encontrarme con vosotras, que habéis consagrado vuestra juventud al Señor, y os doy las gracias por el amable saludo que me habéis dirigido. Agradezco al Señor Cardenal Arzobispo de Madrid que haya previsto este encuentro en un marco tan evocador como es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Si su célebre Biblioteca custodia importantes ediciones de la Sagrada Escritura y de Reglas monásticas de varias familias religiosas, vuestra vida de fidelidad a la llamada recibida es también una preciosa manera de guardar la Palabra del Señor que resuena en vuestras formas de espiritualidad.

Queridas hermanas, cada carisma es una palabra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a su Iglesia (cf. Jn 14, 26). No en vano, la Vida Consagrada «nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida. En este sentido, el vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente, se convierte en "exégesis" viva de la Palabra de Dios... De ella ha brotado cada carisma y de ella quiere ser expresión cada regla, dando origen a itinerarios de vida cristiana marcados por la radicalidad evangélica» (Exh. apostólica Verbum Domini, 83).

La radicalidad evangélica es estar "arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe" (cf. Col, 2,7), que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor (cf. San Benito, Regla, IV, 21), con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Rafael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de "eclipse de Dios", una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» (Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1). Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado.

Dicha radicalidad evangélica de la Vida Consagrada se expresa en la comunión filial con la Iglesia, hogar de los hijos de Dios que Cristo ha edificado. La comunión con los Pastores, que en nombre del Señor proponen el depósito de la fe recibido a través de los Apóstoles, del Magisterio de la Iglesia y de la tradición cristiana. La comunión con vuestra familia religiosa, custodiando su genuino patrimonio espiritual con gratitud, y apreciando también los otros carismas. La comunión con otros miembros de la Iglesia como los laicos, llamados a testimoniar desde su vocación específica el mismo evangelio del Señor.

Finalmente, la radicalidad evangélica se expresa en la misión que Dios ha querido confiaros. Desde la vida contemplativa que acoge en sus claustros la Palabra de Dios en silencio elocuente y adora su belleza en la soledad por Él habitada, hasta los diversos caminos de vida apostólica, en cuyos surcos germina la semilla evangélica en la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida, el testimonio de la verdad, el anuncio de la paz y la caridad, la labor misionera y la nueva evangelización, y tantos otros campos del apostolado eclesial.

Queridas hermanas, este es el testimonio de la santidad a la que Dios os llama, siguiendo muy de cerca y sin condiciones a Jesucristo en la consagración, la comunión y la misión. La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo. Gracias por vuestro "sí" generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado. Que la Virgen María sostenga y acompañe vuestra juventud consagrada, con el vivo deseo de que interpele, aliente e ilumine a todos los jóvenes.

Con estos sentimientos, pido a Dios que recompense copiosamente la generosa contribución de la Vida Consagrada a esta Jornada Mundial de la Juventud, y en su nombre os bendigo de todo corazón. Muchas gracias.

[Copyright 2011 ©Libreria Editrice Vaticana]

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