Roma
18/08/2011

Así ha sido acondicionada la Nunciatura para ser la residencia de Benedicto XVI. El Papa ocupará la habitación del Nuncio, donde se colocará un cuadro de la Virgen y la foto de sus padres

La Nunciatura ha sido habilitada para alojar a Benedicto XVI. Las reformas se han llevado a cabo por la comodidad del Santo Padre, pero también por motivos de seguridad. Se ha revisado el interior de la casa, la parcela y los alrededores de la Sede. En su habitación se han añadido algunos detalles más personales.


 

La Nunciatura se ha preparado para la visita del Santo padre. Se han repasado todas las instalaciones eléctricas, sanitarias y de agua de la casa. La Sede de la Nunciatura se construyó hace 50 años por lo que han debido reemplazarse los sistemas más problemáticos, entre ellos los ascensores. En la primera planta del edificio se ha acondicionado un comedor para 40 personas y se han instalado aparatos de aire acondicionado.

El dormitorio del Papa esta en la segunda planta y es la habitación que antes ocupaba el Nuncio. Esta situada al lado de una pequeña capilla de uso particular. Además de las reformas básicas en la habitación se han colocado pequeños detalles en la decoración. Se colocará una foto de los padres de Benedicto XVI y el cuadro de una Virgen a la que tiene particular devoción.

En el exterior de la finca se ha colocado unas escaleras y un palco de madrea que desde donde el Santo Padre podrá saludar a los fieles. A su llegada a la Nunciatura el Papa tenía la opción de asomarse, pero según ha informado uno de los 'acompañantes' oficiales, ha preferido descansar. En los próximos días estará a su disposición. Las calles que rodean la Sede de la Nunciatura también han sido preparadas para la ocasión. Los servicios públicos han reparado las aceras y re-asfaltado las calles cercanas.

Tiene especial importancia la Unidad Especial de Intervención que se encargará de la seguridad del Papa hasta el domingo. Más de 100 agentes entre semáforo y semáforo han custodiado el pasillo por el que ha desfilado el papamóvil. El dispositivo de apoyo esta compuesto por perros, artificieros, escoltas y escolta personal y  policías  de paisano. Los agentes rodearán el edificio de la Nunciatura hasta el domingo por turnos de 16 horas con descansos de 5 o 6 horas.

Un portavoz oficial del equipo de seguridad asegura que no ha habido ningún incidente serio, aunque el desfile del Papa ha dejado anécdotas curiosas: el papamóvil tiene todos los cristales blindados, pero Benedicto XVI llevaba la ventanilla bajada. "Es precisamente el calor lo que nos lo está poniendo más difícil, por lo demás este es un colectivo muy tranquilo" explica el agente.

Maria Dolores Celmi y su marido han recibido a Benedicto XVI desde su kiosco de prensa, situado en la avenida por donde ha pasado el papamóvil. Este matrimonio peruano es el encargado de llevar la prensa a la Nuciatura, ya que su kiosco es el  más cercano. Cuentan que aún no conocen bien al nuevo Nuncio, pero que alguna vez han podido entrar hasta los salones donde ahora se alojará el Papa. "Donde se sientan es lindísimo, está todo lleno de flores y la gente que trabaja allí es muy amable, como las monjitas, que también les guisan" dice Maria Dolores, y su marido añade que "el jardín es un paraíso, se respira tranquilidad".

Su jornada laboral ha empezado a las 5:30 de la mañana, por lo que han podido ver llegar a los distintos grupos de peregrinos que han acabado abarrotando la avenida. "Son niños muy educados, ingenuos y honrados" dice la kiosquera, encantada con los más pequeños de la JMJ. Explica que los mexicanos han sido los más ruidosos y los australianos los más educados. "Siempre saludan, y nos han regalado unos canguritos. Mañana vendrán otra vez, y yo les daré una gorra de Perú". Algunos peregrinos, eufóricos ante la llegada del Papa incluso han trepado a la caseta.

Maria Dolores cuenta que se ha acordado mucho de Juan Pablo II y ha hablado sobre el beato a los jóvenes que no llegaron a conocerle. El momento más emotivo ha sido el aterrizaje del Papa en Barajas, dice que "cuando ví a Juan Pablo II besar suelo Peruano me dolía el pecho de la emoción y lo mismo me ha pasado al ver llegar a Benedicto XVI, he llorado desconsoladamente". No entiende por qué algunos quieren hacer ver que "Benedicto XVI es un gruñón. Es que los alemanes son más serios" explica. "Ha venido todo el camino sonriendo, y cuando grité '¡Santidad, su bendición!' vi que él iba bendiciendo y saludando a todo el mundo".

Maria Dolores cuenta que sólo en un día ha vendido 80 banderas del Vaticano, 60 pulseras conmemorativas de la JMJ y más de 90 postales. Este matrimonio peruano estará muy al tanto de las salidas y entradas del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud. Se prevé que sena 14 apariciones en total, pero Maria Dolores lo tiene claro: "Yo no me canso de ver al Papa".