ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 22 de agosto de 2011

Jornadas Mundiales de la Juventud

Alegría de los jóvenes en Río de Janeiro por la JMJ

Disposición pública de miles de jóvenes a consagrarse a Dios

“La lluvia fue un signo para ‘permanecer firmes en la fe’”

La próxima JMJ en Río, “un gran reto” para la Iglesia en Brasil

La prensa concuerda: el viaje del Papa una “fiesta de fe”

Cardenal Rouco: “vi al Papa casi llorar de emoción”

Mundo

Malta: La Iglesia lamenta la larga duración de un proceso por abusos

El obispo de Trípoli espera que los rebeldes respeten a los cristianos

Foro

Diez reglas para comunicar la fe


Jornadas Mundiales de la Juventud


Alegría de los jóvenes en Río de Janeiro por la JMJ
En la ciudad se celebró una vigilia en sintonía con el evento de Madrid
RIO DE JANEIRO, lunes 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org) – La juventud católica de Río de Janeiro vivió un momento de gran alegría, tras el anuncio oficial del Papa Benedicto XVI de que la ciudad acogerá la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2013.

Según informa el departamento de prensa de la archidiócesis de Río de Janeiro, los jóvenes presentes en la Vigília JMJ Madrid-Río, realizada entre el sábado y el domingo en el Maracanãzinho, el pabellón deportivo conocido como “el pequeño Maracaná”, situado junto al famoso estadio.

El pabellón se habilitó para que los jóvenes de Río pudieran vivir, de forma simultánea con los jóvenes brasileños que estaban en Madrid, este momento de emoción.

“La juventud de Río va a ganar mucho con este acontecimiento. Estoy muy feliz de saber que el Papa nos confía esta misión de acoger a la juventud del mundo, para reflexionar sobre la fe, sobre la vivencia en el mundo de hoy”, dijo el padre Leandro Cury, director de Rádio Catedral.

El vicario episcopal para la comunicación social, el canónigo Marcos William Bernardo, presidió la Santa Misa al mismo tiempo que el Papa Benedicto XVI. Y la homilía del Pontífice fue transmitida en directo desde Madrid para los participantes.

En varios momentos de la celebración, que comenzó alrededor de las 4,30h de la mañana (horario de Brasilia, las 9,30 h en Madrid), los flashes de la misa en Madrid, transmitidos por las redes y medios católicos, sorprendían a todos por la plena sintonía litúrgica.

A la salida de la vigilia de Río, alrededor de las 7h, la alegría, que vencía el cansancio, aún se percibía en las sonrisas de los jóvenes que en seguida ocuparon las calles de la Tijuca, alrededor del Maracanãzinho.

La joven Fabiana Targino, de la Pastoral de la Juventud del Vicariato Sur, que participó en las cuatro jornadas, considera que vivir una JMJ es una emoción única en la vida de cualquier persona.

“Percibimos que incluso perteneciendo a países y culturas diferentes, lo que nos une es la misma fe en Cristo Jesús. Saber que la próxima JMJ será en Río es una emoción indescriptible, un sueño realizado”, afirmó.

“Es una alegría recibir al Papa en nuestra ciudad. Vamos a preparar con mucho cariño y amor cada detalle de la próxima jornada. Y que podamos mostrar al mundo que somos portadores de la paz”, afirmó la joven.

“Si Dios es brasileño, el Papa es carioca”. La famosa frase del beato Juan Pablo II, en su visita a Brasil, también fue recordada por el joven Rodrigo Farias, asesor de Pastoral Universitaria.

“La expectativa de recibir al Papa es enorme. Nos iremos preparando y arraigando más en Cristo, para que nos podamos identificar con nuestro verdadero Señor”, dijo.

[Traducción del portugués por Inma Álvarez]

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Disposición pública de miles de jóvenes a consagrarse a Dios
En el encuentro vocacional del Camino Neocatecumenal posterior a la JMJ
MADRID, lunes 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Miles de jóvenes mostraron este lunes públicamente su disposición a consagrarse a Cristo en el sacerdocio o en la vida religiosa, durante un encuentro vocacional del Camino Neocatecumenal celebrado en la Plaza de Cibeles de Madrid.

Lo hicieron a través del signo de levantarse de entre las decenas de miles de jóvenes de todo el mundo que asistieron al acto y acercarse a los obispos que les esperaban para bendecirles.

Respondían a la invitación del iniciador del Camino, Kiko Argüello, quien, en el punto culminante del emotivo encuentro de esta tarde, lanzó la llamada a los asistentes a dar su vida a Cristo.

En esta ocasión, Argüello destacó la necesidad de vocaciones para evangelizar el continente asiático.

“¡Hay que preparar 20.000 sacerdotes para China!”, exclamó. “Tenemos que reevangelizar Europa y hay que evangelizar Asia”, añadió.

Miles de jóvenes realizan este compromiso público en encuentros vocacionales que el Camino Neocatecumenal organiza después de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) o en otras ocasiones.

A partir de este compromiso, los jóvenes vuelven a sus lugares de origen, donde empiezan a participar en grupos vocacionales y tras un tiempo variable según la edad y las circunstancias, si se confirma su vocación, entran en un seminario, una orden religiosa,…

Música y palabras

El encuentro se celebró un día después de la clausura de la JMJ en Madrid, a la que entre 150.000 y 200.000 jóvenes de todo el mundo que siguen el itinerario catequético del Camino Neocatecumenal habían llegado tras evangelizar por numerosos pueblos y ciudades de Europa.

El arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco, presidió la celebración, conducida por Kiko Argüello, quien predicó, cantó acompañándose con una guitarra, y fue dando paso a algunas intervenciones.

Estuvieron también presentes el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Josef Cordes, presidente emerito del Consejo Pontificio Cor Unum, otros cinco cardenales y unos setenta obispos españoles y de otros países.

En el encuentro, estuvo presente, traída por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, una reliquia de san Juan de Ávila, que en unos meses será proclamado doctor de la Iglesia.

El misterio del sufrimiento estuvo presente a través de unas reflexiones de Kiko Argüello y del cardenal Rouco, así como de la interpretación de unos fragmentos de la sinfonía titulada El sufrimiento de los inocentes, a cargo de una orquesta y un coro formado por 200 músicos voluntarios de esta realidad eclesial.

En un momento de gran tensión musical, el director de la orquesta se dio la vuelta para dirigir a todos los asistentes, que se pusieron de pie y cantaron con dramatismo: “María, María, Madre de Dios”.

Tras una breve oración, Kiko Argüello relató cómo Benedicto XVI abrió el paso al Camino Neocatecumenal en Alemania en 1974 y leyó la carta que el profesor Joseph Ratzinger envió entonces a dos párrocos animándoles a implantarlo.

Después dos personas explicaron algunas experiencias excepcionales vividas en España y en el Reino Unido durante las prédicas por Europa previas a la JMJ, como la conversión, en Irlanda, de una joven que vivía en la calle.

A continuación, como es habitual en este tipo de encuentros, Kiko Argüello anunció a todos los asistentes el kerygma, la salvación eterna de cada uno por Jesucristo.

Carmen Fernández, también iniciadora del Camino Neocatecumenal, tomó la palabra y destacó la importancia de la mujer “porque tiene en sí la matriz, la “fábrica” de la vida”, así como la contribución de las religiosas en la JMJ.

Se refirió a los numerosos conventos que quedan vacíos y afirmó que “la vida de clausura es fantástica para dedicarse enteramente a Dios y estar en comunión con el universo entero”.

Finalmente, el padre Mario Pezzi, del equipo internacional del Camino, agradeció la presencia del Papa en Madrid y leyó las palabras que Benedicto XVI pronunció en su encuentro con los voluntarios de la JMJ sobre la pregunta vocacional.

“Al volver ahora a vuestra vida ordinaria os animo a que guardéis en vuestro corazón esta gozosa experiencia y a que crezcáis cada día más en la entrega de vosotros mismos a Dios y a los hombres”, leyó textualmente.

“Es posible que en muchos de vosotros se haya despertado tímida o poderosamente una pregunta muy sencilla: qué quiere Dios de mí? (···), ¿no podría yo gastar mi vida enteraen la misión de anunciar al mundo la grandeza de su amor a través del sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio?”.

“Si ha surgido esa inquietud, dejaos llevar por el Señor y ofreceos como voluntarios al servicio de Aquel que «no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos»”, añadió, citando todavía al Papa.

Oración y llamada

Después de pedir silencio a los presentes, llegó el “momento de la llamada” con una gran expectación.

Kiko Argüello invitó a todos –también a los que seguían el acto a través de los medios de comunicación- a orar a Dios que enviara sacerdotes nuevos y hermanas a la vida consagrada.

“Padre Nuestro –rezó-, mira a tu Iglesia, mira cuántos seminarios vacíos; suscita jóvenes que puedan partir para la nueva evangelización”.

En el escenario, los obispos se colocaron en una fila. Kiko Argüello ofreció unas indicaciones prácticas a los jóvenes que se sintieran llamados a entregar su vida a Cristo en la Iglesia.

“Los que sentís que Dios os llama os vais a poner delante de los obispos; el cardenal Rouco hará una oración pidiendo el Espíritu Santo sobre vosotros y después cada obispo os tocará como señal de bendición y en cuanto os haya tocado os vais”, explicó.

“Si un hermano siente que Dios le llama a dar su vida a Cristo, que se ponga de pie”, añadió. Algunos se levantaron en seguida.

En medio de aplausos, y al son de un canto del Camino Neocatecumenal, un río de jóvenes fue ascendiendo por la rampa hasta el lugar donde se encontraban los obispos.

Muchos sonreían, algunos permanecían serios, otros lloraban. Los había que ondeaban banderas, alguno se acercaba en silla de ruedas.

Los obispos les ponían las manos sobre la cabeza y algunos establecían un pequeño diálogo. Algo le decía un prelado a un chico que más que un joven era un niño y sólo respondía: “Sí, sí, sí”.

Miles de jóvenes se preparan actualmente para el sacerdocio en los 78 seminarios del Camino Neocatecumenal en distintas partes del mundo.

“Han contado cinco mil jóvenes”, exclamó Kiko Argüello ante el micrófono, antes de lanzar la invitación a las jóvenes: “Ahora chicas que sientan que Dios les llama a servir a Jesucristo, también para países de Asia, misioneras para la nueva evangelización, para la misión ad gentes para la vida consagrada”.

“Si hay alguna chica que siente que el Señor le está llamando a una nueva vida como esposa de Cristo, a entregar su vida para la nueva evangelización, que se ponga de pie”.

Y también entre aplausos, antes de la bendición final, centenares de chicas de todas las procedencias corrieron hasta el escenario para expresar su disposición a entregarse totalmente a Dios.

Por Patricia Navas

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“La lluvia fue un signo para ‘permanecer firmes en la fe’”
La JMJ no defraudó al movimiento juvenil jesuita
MADRID, lunes 22 agosto de 2011(ZENIT.org).- Los peregrinos agrupados en torno a las siglas MAGIS, convocados a participar por los jesuitas en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid volvieron a sus lugares de origen, cansados pero muy felices. Aquí están algunos testimonios.

El grueso de los tres mil peregrinos MAGIS alojados en el colegio jesuita Nuestra Señora del Recuerdo –informa la Compañía de Jesús en España- partieron ayer por la tarde para sus países. Muchos de ellos regresaban en autobuses y los venidos de más lejos lo hacían en avión.

A la mayoría les quedan aún muchas horas antes de llegar a casa. Ha sido una experiencia muy intensa que comenzó el 5 de agosto en Loyola y que ha finalizado hace unas horas con la Misa de envío del Papa Benedicto XVI en Cuatro Vientos.

Desde que el lunes pasado los tres mil peregrinos se reencontraran en este centro educativo, participaron en muchas de las actividades culturales y pastorales que ofrecía la JMJ.

Muchos de ellos destacaron las catequesis de los obispos, la visita a la Exposición de las Reducciones del Paraguay, la oración de Taizé, o el poco turismo que han podido hacer como visitar el museo de El Prado.

El viernes tuvieron una gran cita: la película MAGIS que un grupo de profesionales fue grabando desde el inicio de esta experiencia ignaciana. Después de la proyección, los jóvenes acudieron al Via Crucis del paseo de Recoletos que sorprendió gratamente a los jóvenes de otras culturas más lejanas que desconocían esta tradición religioso-cultural de España.

Los dos últimos días estuvieron marcados por la asistencia al aeródromo de Cuatro Vientos, acompañados del calor, el viento y la lluvia. Todos los peregrinos MAGIS salieron el sábado por la mañana del colegio para vivir la experiencia. Para todos los jóvenes las horas finales fueron muy intensas.

Mariel Rodríguez, sevillana, explica que vio incluso en la lluvia un signo para “permanecer firmes en la fe” y le gustó mucho que, cuando llegaban a Cuatro Vientos,  los vecinos, a causa del mucho calor, les echaban agua por los balcones: “En el polvo, en el calor, Dios estaba en medio de todo ello y de tanta gente”.

Además, esta sevillana señala que lo más importante que se lleva de MAGIS es “muchísima confianza y cercanía a Dios”.

Estuvo en una experiencia social en Portugal con ancianos, discapacitados mentales y de ella dice que “ver a Dios en ellos ha sido una chulada”.

Para el coordinador de los 52 peregrinos indios, el jesuita Erwin Lazrado, mientras despide el autobús en el que parten algunos miembros de su grupo cuenta que MAGIS 2011 “ha sido una gran experiencia para el corazón y para la profundización en la fe de los peregrinos de su grupo”.

De la JMJ afirma que la principal vivencia que se llevan para la India es “el sentirse unidos en una sola Iglesia, estos días nos sentimos una única Iglesia católica, con el Santo Padre”. El padre Erwin señala también lo importante que ha sido esta experiencia global para los peregrinos con los que venía: “Son jóvenes de áreas rurales que han sido elegidos para participar; es la primera vez que viajan en avión, que ven gente de otras culturas...”.

El coordinador de Rumanía, el jesuita Florin Silaghi, vino a MAGIS 2011 con 38 personas que ya le han pedido si pueden organizar una experiencia similar, con motivo del “Encuentro Nacional Católico” que tendrá lugar en Rumanía el año que viene.

De la JMJ destaca el que “pudimos elegir los actos culturales, espirituales, los eventos que preferíamos ver” y también “hemos disfrutado mucho de la ciudad”.

Sus experiencias MAGIS fueron en Málaga (animación de calles), Valencia (Diálogo Interreligioso), Manresa (Diálogo espiritual), Fe y cultura, y también alguna de peregrinación.

Así culmina la experiencia ignaciana propuesta por los jesuitas en concomitancia con la JMJ 2011, con miles de reflexiones, vivencias, recuerdos, escritos, nuevos interrogantes y algunas respuestas. Pero todos con la experiencia común de que ha sido una nueva, profunda y especial oportunidad  para vivir “Con Cristo en el corazón del mundo”.

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La próxima JMJ en Río, “un gran reto” para la Iglesia en Brasil
Prevista colaboración con el CELAM para traer muchos jóvenes americanos
MADRID, lunes 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- La elección de Rio de Janeiro como sede de la Jornada Mundial de la Juventud en el año 2013 supone “un gran reto” pero también “un momento muy especial para la Iglesia en Brasil”.

Así lo afirmó monseñor Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, en una rueda de prensa celebrada ayer por la noche en Madrid, para informar sobre la elección del Papa de esta ciudad brasileña como sede de la próxima JMJ.

En ella estuvieron presentes el cardenal Raymundo Damasceno Assis, presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos de Brasil (CNBB), y el presidente de la Comisión Episcopal para la Juventud, monseñor Eduardo Pinheiro, obispo auxiliar de Campo Grande.

Monseñor Orani, tras mostrar su gratitud al Papa por confiar a Río de Janeiro y a Brasil el “gran desafío” de acoger la JMJ, explicó que en breve entrará en contacto con el Pontificio Consejo para los Laicos, para iniciar los preparativos.

El arzobispo adelantó que la JMJ se realizará a finales del mes de julio (tiempo de vacaciones escolares en Brasil), y afirmó esperar, desde ahora, el anuncio por parte del Papa del tema de la próxima JMJ.

Monseñor Orani explicó que en 2013, en el tiempo de Cuaresma, la Iglesia en Brasil realizará su anual Campanha da Fraternidade sobre el tema de la Juventud. “Será un tiempo de fortalecimiento de la conciencia de los jóvenes en la nueva evangelización lanzada por la Iglesia, y un momento de preparación para la JMJ.

Continente

Por su parte, el presidente de la CNBB, el cardenal Raymundo Damasceno, afirmó que la buena organización de la Iglesia en América Latina, por medio del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), facilitará trabajar en conjunto para poder traer el mayor número posible de jóvenes del continente a la JMJ de Río.

“Trabajaremos como Conferencia en unión con el CELAM, para que colabore en la organización de la Jornada, de modo que se reúna mucha más gente y muchos más países”, dijo.

El cardenal Damasceno considera que el trabajo preparatorio será intenso, pues la JMJ se ha adelantado en un año por causa de la Copa del Mundo de Fútbol, que el Brasil acogerá en 2014.

“Tenemos un año menos para preparar la Jornada, esto significa un trabajo más intenso porque no tenemos tiempo que perder”, afirmó.

El cardenal Damasceno recordó que América Latina es el continente con mayor número de católicos, el 47%, y aseguró que la JMJ “traerá muchos frutos, no solo para los jóvenes de Brasil, sino para todo el continente.

Por su parte, el presidente de la Comisión para la Juventud, monseñor Pinheiro, calificó como “un momento muy especial para la Iglesia en Brasil’ la elección de Río de Janeiro para recibir la JMJ.

“La Jornada en Río mostrará una Iglesia viva, creativa, en parte por causa de los jóvenes. La juventud brasileña, con su creatividad, hará que tengamos una bonita Jornada para todo el mundo”, dijo.



Expectativa

Los obispos añadieron que, por parte del Gobierno brasileño, en sus tres esferas (Federal, Estatal y de Prefectura), tiene mucha disposición para acoger el evento, el mayor del mundo para la juventud católica.

Aunque no quisieron arriesgar una cifra aproximada de participantes, monseñor Pinheiro sí explicó que la CNBB hará “un proyecto amplio, considerando el antes, el durante y el después de la Jornada.

“Les proyecto tendrá una dirección misionera, como la pre jornada, que deberá consistir en una semana misionera, y la peregrinación de la cruz, que deberá ser acogida por las diócesis con espíritu misionero”, dijo.

Los obispos aseguraron que la Jornada en Río encontrará “una América Latina cambiada. Para el cardenal Damasceno, a pesar de las mejoras, la realidad aún es de concentración de las riquezas y de aumento de de la miseria.

“La globalización provoca como consecuencia la uniformización de la cultura y se pierde la identidad cultural”, dijo el cardenal. 

Monseñor Pinheiro, a su vez, destacó la presencia y la influencia de los medios de comunicación en la vida de los jóvenes.

“Vivimos el gran desafío de ayudar a los jóvenes en esta cultura mediática”. Para él, 2013 “será el año de la juventud en Brasil”.

La JMJ de Río de Janeiro será la segunda Jornada que se celebra en América del Sur. La primera fue en 1987, en Buenos Aires (Argentina).

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La prensa concuerda: el viaje del Papa una “fiesta de fe”
Periódicos españoles y extranjeros cambian de opinión
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Entre los periódicos españoles que más han criticado en días pasados la visita de Benedicto XVI a España, se encuentra “El País”. Este lunes publicaba un editorial en el que calificaba la tercera visita de este pontífice a esa nación como “un éxito de participación como pocas veces puede verse”.

El diario español de mayor distribución ratifica sus diferencias con las posiciones de la Iglesia en cuestiones morales, pero reconoce que el Pontífice ha realizado una auténtica “visita pastoral”.

Y si éste es el balance de uno de los diarios más críticos con la Iglesia en España, la gran mayoría ha subrayado no sólo la masiva participación (los periódicos más tímidos hablan de 1,5 millones de participantes, mientras que otros registran dos millones), sino sobre todo la calidad (descrita en general con la fórmula “fiesta de fe”).

“El Mundo”, otro de los diarios de mayor tirada, ha comenzado el artículo de balance final, firmado por José Manuel Vidal, con estas palabras: “Un viaje redondo, un éxito sin paliativos el de Benedicto XVI y del cardenal Rouco en la JMJ de Madrid 2011”.

Andrea Tornielli, corresponsal del diario “La Stampa”, de Turín lamenta en “Vatican Insider” que durante días los periódicos hayan dado más espacio a los “dos mil indignados” que protestaron contra la visita papal que a los dos millones de participantes.

Andrew Brown, de “The Guardian", publicó un artículo el 18 de agosto en el que reconocía que “si fuera católico, estaría bastante fastidiado con la BBC”, que dedicó sus servicios a las protestas de algunos miles, sin hablar ni siquiera de la Jornada Mundial de la Juventud.

Un título de la web del histórico diario español “ABC” sintetiza el evento que presidió el Papa en Cuatro Vientos: “Dos millones de oraciones”.

Por su parte, “La Razón", se refiere a este encuentro con el título: “Apóstoles para el siglo XXI”.

Giovani Maria Vian, director del diario vaticano “L'Osservatore Romano”, ve parecidos entre esta visita y el viaje que Benedicto XVI hizo al Reino Unido (16-19 de septiembre de 2010).

Aquella peregrinación también estuvo “precedida por una serie de artículos prejudiciales y negativos, que luego dejaron lugar a un consenso casi unánime –y es un mérito indiscutible de muchos medios informativos británicos el haber sabido cambiar de opinión-- al subrayar la trasparente humildad del Papa y su capacidad gentil para dirigirse a todos, dándose a entender no sólo a los fieles católicos”.

Sorpresa internacional
El día que más titulares arrancó en la prensa de todo el mundo fue la accidentada vigilia en Cuatro Vientos, que hasta aquel momento había dado holgado espacio a las manifestaciones de tipo laicista convocadas en Madrid, frente a los actos multitudinarios celebrados en toda la ciudad.

“No podía ir mejor”, afirmaba un comentarista de la RAI; el Papa fue “aclamado por un océano de peregrinos”, según “Le Monde”. El “New York Times” admitía que se trataba de “una reunión sin precedentes”, que iba “mucho más allá de Sydney”. “El Universal” aseguraba que el Papa había “superado los pronósticos”.

Entre los cerca de 4.700 profesionales del mundo de la información, como refiere Inma Álvarez, la jefa de redacción de ZENIT que ha coordinado la cobertura de esta visita, “creo que hay que destacar que lo que más les ha llamado la atención es la actitud de los jóvenes”.

“No sólo ante las dificultades de la lluvia y el sol, sino también ante las manifestaciones contrarias. Los informadores han quedado impactados por la fiesta que había en las calles, por el civismo y la corrección, por la ausencia de incidentes, y por la actitud positiva de quienes no pudieron entrar en Cuatro Vientos por falta de espacio”, añade.


Giovanni Maria Vian concluye considerando que estas jornadas han sido un “éxito reconocido por los medios de comunicación, sobre todo españoles”.


“Por mérito de los protagonistas, ante todo, es decir, de Benedicto XVI y su juventud, después naturalmente de los organizadores y, last but not least, de España: del rey Juan Carlos, con la familia real, del gobierno y de las diferentes autoridades”, concluye el director de “L'Osservatore Romano”.

Por Jesús Colina

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Cardenal Rouco: “vi al Papa casi llorar de emoción”
El arzobispo de Madrid hace balance de la JMJ
MADRID, lunes, 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, anfitrión de la JMJ que acaba de concluir, reveló ayer que el Papa Benedicto XVI “se emocionó hasta casi llorar” en algunos momentos de la Jornada.

En declaraciones a COPE, la emisora propiedad de la Conferencia Episcopal Española, ayer domingo por la mañana, el cardenal Rouco afirmó que para el Papa, uno de los momentos más emotivos fue el Via Crucis.

"Al saber que se había adoptado esta fórmula del Via Crucis con la tradición de las estaciones a partir de los pasos de la Semana Santa, con el conjunto de canto y de texto de la oración del Via Crucis, se entusiasmó", afirmó.

En opinión del purpurado, la JMJ de Madrid "ha superado de nuevo el listón con la forma de desarrollar los grandes actos centrales, que cada vez son de menos superficialidad expresiva, con más soltura de vivencia y de toque profundo en el corazón y el alma de los jóvenes”.

Entre los encuentros más significativos, al margen de los actos centrales, el cardenal subrayó como “muy hermosos” los encuentros con religiosas y profesores universitarios jóvenes en El Escorial, así como el de los jóvenes discapacitados del Instituto San José.

En otras declaraciones a la misma cadena, destacó la actitud de los jóvenes peregrinos ante las dificultades en Cuatro Vientos, primero con el extremo calor y luego con la repentina tormenta.

Los jóvenes participantes mostraron “mucho más que tolerancia en todos los actos. Son jóvenes que viven en la Iglesia la experiencia de Cristo de una forma determinante para su vida y cuanto se manifiestan de forma compartida lo hacen como verdaderos cristianos. Un cristiano tiene un mandato básico y principal para configurar su vida, tratar al
otro como un hermano".

El purpurado se refirió, entre otros momentos, al "inmenso silencio" que guardaron los peregrinos ante la llegada del Santísimo, en Cuatro Vientos.

"El estilo de participación litúrgica de los jóvenes fue impresionante. Incluso por la noche se mantuvo el guión del acto y fue de una gran belleza, acompañado por supuesto de una música excepcional", ha señalado.

"Con esta JMJ se ha demostrado que la vida se convierte en una oferta llena de sentido y de gozo cuando se vive a partir de los valores que han demostrado los jóvenes" ha señalado.

En declaraciones a Radio Vaticano, el purpurado aseguró que “para muchísimos jóvenes, esta experiencia marcará un cambio de sus vidas”.

“Otro punto que hay que subrayar es que la comunión eclesial saldrá muy reforzada. Todas las diversas realidades de la Iglesia han colaborado juntas: órdenes religiosas, movimientos, asociaciones, nuevas comunidades, realidades parroquiales y diocesanas. Este es un hecho que nadie puede negar y que traerá muchos frutos en el futuro”.

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Mundo


Malta: La Iglesia lamenta la larga duración de un proceso por abusos
El arzobispo Cremona invita a comer a un grupo de víctimas
ATTARD, lunes 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- La Iglesia en Malta lamentó la larga duración del proceso por abusos sexuales sufridos hace poco más de veinte años por al menos once menores en el orfanato católico Casa de San José.

La sentencia de un tribunal de La Valleta, que llegó a principios de este mes después de ocho años, condena a los sacerdotes de la Sociedad Misionera de San Pablo padres Charles Pulis y Godwin Scerri a seis y cinco años de reclusión, respectivamente. Un tercer imputado falleció el pasado mes de enero.

En un comunicado difundido el 3 de agosto por la arquidiócesis de Malta, la Iglesia en Malta pidió perdón y expresó su “profundo pesar por el hecho de que menores que habían sido encomendados a su cuidado hayan sufrido abusos”.

La Sociedad Misionera de San Pablo comunicó que desde que surgieron las acusaciones contra el padre Charles Pulis en el año 2003, el sacerdote “fue excluido del ejercicio público del ministerio presbiteral como medida cautelar”.

En aquel momento, el arzobispo Joseph Mercieca y el obispo Nikol G. Cauchi publicaron un claro comunicado en el que condenaban “cualquier forma de abuso sexual, especialmente cuando están implicados niños”.

Además, el Papa decretó, el pasado mes de julio, la dimisión del estado clerical del padre Pullis, quien continúa perteneciendo, sin embargo, a su congregación.

La Iglesia en Malta ha pedido a todas las personas que conozcan casos de abusos que los denuncien inmediatamente.

También “ha reforzado sus estructuras para que esos abusos puedan evitarse tanto como sea posible –añade el reciente comunicado-; si tienen lugar, se tomarán medidas para solventar el problema lo antes posible”.

Además, para pedirles perdón personalmente, el arzobispo de Malta, monseñor Paul Cremona, OP, compartió de nuevo una comida con un grupo de víctimas de abusos sexuales en su residencia, en Attard, el pasado 12 de agosto.

Monseñor Cremona realizó este mismo gesto en abril del año 2010, mes en que también el Papa Benedicto XVI mantuvo un encuentro con ocho víctimas de abusos sexuales durante su viaje a Malta.

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El obispo de Trípoli espera que los rebeldes respeten a los cristianos
Declaraciones de monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El obispo católico de Trípoli espera que los rebeldes, que están tomando el control de la capital de Libia, Trípoli, respeten a la comunidad cristiana.

Monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli, vicario apostólico de la capital, quien en estos meses se ha opuesto al conflicto, en declaraciones al servicio de información de la Conferencia Episcopal Italiana, SIR, confía sin embargo en que la Iglesia sea respetada.

“Estoy convencido de que, si toma el poder el Consejo Nacional de Transición, como ha sucedido en Bengasi, respetarán los lugares de culto”, afirma.

“Los rebeldes ya conocen bien al obispo de Bengasi y a las religiosas que trabajan en los hospitales. No tengo motivos para pensar que están en contra de la Iglesia. ¿Por qué deberían estar en contra de nosotros? La Iglesia siempre ha estado junto al pueblo y no tengo”.

En estos momentos, afirma, los sacerdotes y religiosas de Trípoli están encerrados en sus casas, que son protegidas por las autoridades.

“La situación es grave y hay algo de miedo --reconoce--. Gracias a Dios hasta ahora a la comunidad cristiana no le ha sucedido nada preocupante. Nunca he tenido miedo de agresiones, pues en general los libios respetan los lugares de culto”.

“Ciertamente puede haber algún fanático que cometa un gesto de locura. Pero hasta ahora, gracias a Dios, nunca hemos tenido ningún signo, ningún gesto, ningún rasguño contra la Iglesia”, concluye el prelado.

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Foro


Diez reglas para comunicar la fe
Probemos a convencer sin querer derrotar
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito en “L'Osservatore Romano” Juan Manuel Mora, vicerrector de la Universidad de Navarra con el título “Diez reglas para comunicar la fe”.

* * *

La comunicación de la fe es una cuestión antigua, presente en los dos mil años de vida de la comunidad cristiana, que siempre se ha considerado portadora de un mensaje, mensajera de una noticia que le ha sido revelada y es digna de ser comunicada.

Es una cuestión antigua, pero es también un tema de candente actualidad. Desde Pablo VI hasta Benedicto XVI, los Papas no han dejado de señalar la necesidad de mejorar la forma de comunicar la fe.

 Con frecuencia, la comunicación de la fe se plantea en el contexto de la “nueva evangelización”. Me parece interesante preguntarse por la razón del adjetivo “nueva”, que se usa especialmente para referirse a la evangelización que tiene lugar en Europa.

 Por una parte, la evangelización es nueva porque se dirige a culturas que ya fueron evangelizadas en el pasado. Volvemos a relatar nuestra historia a alguien que ya la conoce, aunque en muchos lugares de antigua tradición cristiana, se ha “perdido la memoria” de las propias raíces. Se siguen usando palabras cuyo sentido se ha olvidado.

 A este propósito, un colega me contó un caso de confusión en ámbito periodístico. Durante la retransmisión de una ceremonia pontificia, el locutor afirmó: "en este momento, el santo Padre se dispone a incinerar a los asistentes”. Lógicamente, quería decir incensar, pero confundió los términos.

 El cardenal Ratzinger, en el libro-entrevista “La sal de la tierra”, menciona la palabra “tabernáculo”: a muchos les resulta familiar, pero pocos conocen su significado. Esas personas tienen la vaga sensación de estar informadas y, por tanto, no perciben la necesidad de saber más. Ante ese escenario, Ratzinger concluye que la nueva evangelización comienza por suscitar una “nueva curiosidad”, fomentar la demanda antes de presentar la oferta, diríamos en términos comerciales.

 La evangelización es novedosa también en otro sentido. Juan Pablo II lo resumía diciendo que la comunicación de la fe ha de ser nueva "en su ardor, en sus métodos, en su expresión".

Aquí nos referiremos en particular a la novedad de los métodos.

 Al tratar estos temas es legítimo plantearse una pregunta preliminar: ¿Es posible comunicar la fe en un contexto plural, democrático, relativista y complejo? ¿Vale la pena esforzarse por difundir el mensaje cristiano en una sociedad que desconoce el léxico necesario para descifrarlo? ¿Puede llegar ese mensaje a culturas construidas desde otras bases, con otros paradigmas, que tienen su propia jerarquía de valores y su propia agenda de intereses?

 Hay factores externos que obstaculizan la difusión del mensaje cristiano, sobre los que es difícil incidir. Pero cabe avanzar en otros factores que están a nuestro alcance. En ese sentido, quien pretende comunicar la experiencia cristiana necesita conocer la fe que desea transmitir, y debe conocer también las reglas de juego de la comunicación pública. Porque así como existen leyes universales de la Física o de la Química, se pueden identificar también leyes de la comunicación, que poseen casi el mismo carácter universal, aunque de otro orden.

 1. Veamos primero los principios relativos al mensaje.

Ante todo, el mensaje ha de ser serpositivo. Los públicos atienden a informaciones de todo género, y toman buena nota de las protestas y las críticas. Pero secundan sobre todo proyectos, propuestas y causas positivas.

Juan Pablo II afirma en la encíclica “Familiaris consortio” que la moral es un camino hacia la felicidad y no una serie de prohibiciones. Esta idea ha sido repetida con frecuencia por Benedicto XVI, de diferentes maneras: Dios nos da todo y no nos quita nada; la enseñanza de la Iglesia no es un código de limitaciones, sino una luz que se recibe en libertad.  

Un episodio puede ayudarnos a ilustrar esta idea. Benedicto XVI viajó a Valencia en junio de 2006, con motivo de la Jornada Mundial de la Familia. Durante sus intervenciones, no hizo referencias críticas a la legislación española sobre la familia, que era conocida por su discutible base antropológica. En realidad, el Papa disponía de pocos minutos, sólo dos homilías, dirigidas a una audiencia potencialmente universal. Si se hubiera limitado  a exponer los puntos en los que la Iglesia discrepa del Gobierno español, no habría tenido  tiempo de exponer todas las luces del Evangelio sobre la familia. No podía dedicar la mayor parte del tiempo a condenar; era preferible invertirlo en proponer. Ya llegaría el momento de denunciar esas leyes.

El mensaje cristiano ha de transmitirse como lo que es: un sí inmenso al hombre, a la mujer, a la vida, a la libertad, a la paz, al desarrollo, a la solidaridad, a las virtudes... Para lograrlo, antes hay que entender y experimentar la fe de ese modo. Es posible que a veces no se comunique con el enfoque adecuado porque el mensajero no termina de percibir la fe en todo su valor positivo.

Adquieren particular valor en este contexto unas palabras del Cardenal Ratzinger: “La fuerza con que la verdad se impone tiene que ser la alegría, que es su expresión más clara. Por ella deberían apostar los cristianos y en ella deberían darse a conocer al mundo”. La comunicación mediante la irradiación de la alegría es el más positivo de los planteamientos.

Lo contrario de un enfoque positivo es una actitud reactiva, que modela la propia visión del mundo en función del paradigma que critica y no en función de una propuesta constructiva. Lo dice la expresión popular: “enciende una lumbre y deja de maldecir la oscuridad”.

En segundo lugar, el mensaje ha de serrelevante. Significativo para quien escucha, no solamente para quien habla.  

Al describir el coloquio de los ángeles entre sí, Tomás de Aquino afirma  que hay dos tipos de comunicación: la locutio, un fluir de palabras que no interesan en absoluto a quienes escuchan;  y la illuminatio, que consiste en decir algo que ilustra la mente y el corazón de los interlocutores sobre algún aspecto que realmente les afecta.

Comunicar la fe no es discutir para vencer, sino dialogar para convencer. No se trata de derrotar a nadie. En el caso del aborto, por ejemplo, el esfuerzo se encamina a intentar que quien hoy está a favor llegue por su propia convicción y con su propia libertad a la conclusión de que lo mejor que puede hacer en este mundo es defender la vida.

El deseo de convencer sin derrotar marca profundamente la actitud de quien comunica. La escucha se convierte en algo fundamental: permite saber qué interesa, qué preocupa al interlocutor. Conocer sus preguntas antes de proponer las respuestas.

Lo contrario de la relevancia es la auto-referencialidad, uno de los grandes obstáculos de la auténtica comunicación. Limitarse a hablar de uno mismo no es buena base para el diálogo.

La comunicación no es principalmente lo que  el emisor explica, sino lo que el destinatario entiende. Sucede en todos los campos del saber (ciencia, tecnología, economía): para comunicar es preciso evitar la complejidad argumental y la oscuridad del lenguaje. También en materia religiosa conviene buscar palabras sencillas y argumentos claros, que no quiere decir banales.  

En este sentido, habría que reivindicar el valor de la retórica, de la literatura, de las metáforas, del cine, de la publicidad, de las imágenes, de los símbolos, para transmitir el mensaje cristiano.

Me viene a la memoria la noticia de un informativo de la televisión que pude ver hace unos años. Un político italiano, cuyo partido estaba atravesando un mal momento, se vio acorralado por varios periodistas que le preguntaban micrófono en mano por la gravedad de la crisis. El político respondió con rapidez: “mi partido es como la torre de Pisa: siempre inclinada, nunca cae”. El poder de una buena metáfora.

A veces, cuando la comunicación no funciona, se adopta una actitud equivocada y se traslada la responsabilidad al receptor: se considera a los demás como ignorantes, incapaces de entender. Más bien, la norma ha de ser la contraria: esforzarse por ser cada vez más claros, hasta lograr el objetivo que se pretende.

La experiencia muestra que en los debates públicos proliferan los insultos personales y las descalificaciones mutuas. En ese marco, si no se cuidan las formas, se corre el riesgo de que la propuesta cristiana sea vista como una más de las posturas radicales que están en el ambiente.

Aun a riesgo de parecer ingenuo, pienso que conviene desmarcarse de este planteamiento. La claridad no es incompatible con la amabilidad. No es sólo una cuestión de ética y de caridad. Existen también numerosas razones profesionales que confirman que la dialógica es preferible a la dialéctica.

Con amabilidad se puede dialogar; sin amabilidad, el fracaso está asegurado de antemano: quien era partidario antes de la discusión, lo seguirá siendo después; y quien era contrario raramente cambiará de postura. 

Recuerdo un cartel situado a la entrada de un “pub” cercano al Castillo de Windsor, en el Reino Unido. Decía, más o menos: En este local son bienvenidos los caballeros. Y un caballero lo es antes de beber cerveza y también después.

Podríamos añadir: un caballero lo es cuando le dan la razón y cuando le llevan la contraria.

En definitiva, el principio de la cortesía ayuda a evitar la trampa de la radicalidad y la violencia  verbal.

El sociólogo Rodney Stark, dedicó un libro a la extensión del cristianismo en la época  de la decadencia del Imperio Romano. Este autor se pregunta: ¿Por qué se abrió paso el cristianismo en aquella época? Se ha dicho que el derrumbamiento del Imperio dejó un vacío que el cristianismo vino a llenar. Stark propone otra explicación. En su opinión, el Imperio Romano había alcanzado increíbles cotas de cultura y de arte, pero a la vez era una sociedad dura y a veces incluso cruel con las personas. En ese ambiente, la Iglesia se extendió porque era una comunidad acogedora, donde era posible vivir una experiencia de amor y libertad. Los católicos trataban al prójimo con caridad, cuidaban de los niños, los pobres, los ancianos, los enfermos. Todo eso se convirtió en un irresistible imán de atracción.

La caridad es el contenido, el método y el estilo de la comunicación de la fe; la caridad convierte el mensaje cristiano en positivo, relevante y atractivo; proporciona credibilidad, empatía y amabilidad a las personas que comunican; y es la fuerza que permite actuar de forma paciente, integradora y abierta.  

Porque el mundo en que vivimos es también con demasiada frecuencia un mundo duro y frío, donde muchas personas se sienten excluidas y maltratadas y esperan algo de luz y de calor. En este mundo, el gran argumento de los católicos es la caridad. Gracias a la caridad, la evangelización es siempre y verdaderamente, nueva.

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