También la naturaleza agradece

 

2011-08-26 L’Osservatore Romano


También la naturaleza «agradece» a los participantes en la JMJ. Porque, por mérito de ellos, y sobre todo de la máquina organizativa particularmente atenta a la cuestión del respeto por la creación, el acontecimiento ha tenido un impacto limitado sobre el ambiente. No sólo gracias a algunas decisiones estratégicas en el aspecto logístico y técnico, sino también por el hecho de que, al no poder evitar del todo las emisiones contaminantes características de las manifestaciones masivas como la de Madrid, los organizadores optaron por compensarlas contribuyendo a la realización de proyectos de sostenibilidad ambiental.
La fórmula es la de los créditos de carbono voluntarios, instrumento previsto por el Protocolo de Kyoto, que se basa en el cálculo de las emisiones de gas serra —encomendado, en el caso de la JMJ de Madrid, a Zeroemissions de Abengoa, la compañía internacional que aplica soluciones tecnológicas innovadoras para el desarrollo sostenible en los sectores de la energía y del ambiente— y en su compensación a través de la ayuda económica a iniciativas ecosostenibles. Se trata de una práctica cada vez más difundida en la organización de eventos que implican a un gran número de personas. Por lo demás, ya se adoptó en los juegos olímpicos invernales de Vancouver, en 2010, y con ocasión de varios conciertos.
De acuerdo con la convención firmada también por la fundación Madrid Vivo, que ha colaborado en la organización del evento en tierra española, la ayuda económica correspondiente a las emisiones de gas serra de la JMJ se destina a sostener cinco proyectos, uno por cada continente: un campo de energía eólica en Nueva Caledonia, una instalación hidroeléctira de mini-hidráulica en Honduras, un programa de reforestación en Uganda y dos operaciones de recuperación del metano de los residuos de lo vertederos en China y en Turquía.
Entre las demás iniciativas ecosostenibles que han caracterizado las jornadas madrileñas está también la realización de una aplicación on line (carpooling.madrid.com) para favorecer el uso en común de medios de transporte para los desplazamientos por los lugares de la JMJ. Poniendo en conexión a los jóvenes que disponían de automóviles y a los que no tenían, a fin de hacer coincidir la oferta y la búsqueda de transporte, la aplicación permitió reducir el número de vehículos por las calles de la capital, con un pequeño pero significativo beneficio en lo que se refiere a circulación y contaminación.