A vueltas con el monasterio de la Virgen de Guadalupe

Piden al Arzobispo de Toledo que no presida el acto religioso del Día de Extremadura

 

La Asociación Cívica Extremeña Virgen de Guadalupe, «Guadalupex», ha pedido ayer al arzobispo de Toledo que deje de presidir el acto religioso por el que se celebra, el 8 de septiembre, el Día de la Virgen del Guadalupe, patrona de Extremadura. En un comunicado remitido a Efe, esta asociación pide a la Iglesia «generosidad» para resolver el conflicto e insiste, «desde el más absoluto respeto institucional» en su reivindicación para que que se solucione «el anacronismo histórico».

01/09/11 6:51 AM


 

(Efe) El anacronismo se centra en la pertenencia de Santa María de Guadalupe y treinta y un pueblos extremeños a la diócesis de Toledo, por lo que solicita que pasen a depender eclesiásticamente del territorio de Extremadura.

Por ello, considera que sería “un gesto de buena voluntad hacia los extremeños” que el arzobispo de Toledo, como anticipo de una solución al histórico problema, delegara en la jerarquía eclesiástica extremeña la presidencia de los actos religiosos que se celebran en el Monasterio de Guadalupe con motivo del Día de Extremadura.

En este sentido, recuerda que la coincidencia de ambas efemérides no es un hecho casual, sino que se eligió el 8 de septiembre, como Día de Extremadura “por su arraigo popular y por la dimensión histórica y cultural que representa para el pueblo extremeño”.

Para “Guadalupex”, los actos eclesiásticos que se celebren dentro del territorio de Extremadura deben de presidirlos los pastores que la propia Iglesia ha designado para tal fin en esta Comunidad Autónoma.

Situación insostenible

A su juicio, “el alto clero toledano debe entender la llamada de los tiempos actuales y ser sensible al sentimiento mayoritario de los extremeños”, para ir adoptando gestos que ayuden a buscar una salida razonable a la actual situación, “que resulta insostenible, y supone una falta de respeto y de consideración hacia la sociedad extremeña”.

Esta asociación asegura que la solución de la actual situación requiere “grandes dosis de generosidad” por parte de la Iglesia Católica y, particularmente, del arzobispado de Toledo “que hasta ahora ha mantenido una actitud displicente hacia nuestra reivindicación”.

También entiende que los tres obispos extremeños que conforman la provincia eclesiástica de Extremadura, deberían, de forma oficial y solemne, fijar su criterio sobre la extremeñidad religiosa y pastoral de la Virgen de Guadalupe.

Con ello, se conseguirá que “la sociedad religiosa y civil extremeña conozca, de manera clara y transparente, el estado en que se encuentran las gestiones que se estén realizando ante el Vaticano, ante el arzobispado de Toledo, ante la Nunciatura Apostólica o ante la Conferencia Episcopal”