3.09.11
Membretes (IV): problemas de un estado confesional, 'lifting' a Juan Pablo II y los ticos hacen de aldea gala
Algunas notas atrasadas del verano. Supongo que ya las habéis leído, pero por mantener el orden las publico acá. Tengo pendiente un comentario sobre el Congreso de Blogueros.
Querría compartir algunas iniciativas que me gustaría afrontar este curso. La semana que viene también recomienzo con la publicación de la revista conoZe.com, una vez que se han solucionado los problemas.
¶ Si pudiera elegir, elegiría tenerte.
Merece la pena este tierno y antiguo anuncio argentino (tiempo 1:13).
Vía Alfonso Méndiz
¶ La ‘iglesia’ danesa será obligada a oficiar gaymonios
Dinamarca es un estado confesional, no por ello menos democrático, para los papanatas laicistas españoles. El ministro de cultura, responsable también de asuntos religiosos, Per Stig Møller, del Partido Conservador, presentará una ley que otorga a las parejas homosexuales el ‘derecho’ de ‘casarse’ en la Iglesia de Dinamarca (luterana).
Una vez aprobada la ley, los obispos daneses tendrán que oficiar la ceremonia en la iglesia. Desde luego, la ceremonia de las ‘bodas homosexuales’ puede diferir de la ceremonia de boda tradicional. Y supongo que uno de los dos, el A o el B será eximido de vestir de blanco.
No parece que haya problemas para la aprobación, el Partido Socialista también está de acuerdo.
En una primera tentativa habrá objeción de conciencia, a la que podrán acogerse obispos y pastores. En la segunda ya sabemos lo que pasará,… ya ha pasado en otros lugares.
Está visto que si las propias confesiones luteranas no se suicidan ellas mismas, las ‘suicidan’ desde fuera.
Tengo la sensación de el tema de los ‘Ordinariatos’ para acoger a los anglicanos va a tener más recorrido. Parece como si fuese una desesperada llamada a cobijarse dentro de las murallas a los que estaban fuera. Un último intento de rescatar lo rescatable, ya sean anglicanos, luteranos o lefebvrianos.
¶ Por fin le harán un ‘lifting’ a la estatua más fea de Juan Pablo II
En mayo me hice eco del «consenso» sobre la fealdad de la estatua de Juan Pablo II, que la Ciudad de Roma erigía como homenaje: «Estatua a Juan Pablo II, ¡qué cosa más fea!». Hasta el hiper-delicado L’Osservatore Romano decía:
Pero su rostro situado en la cima de la escultura, tiene sólo un lejano parecido con el Papa. Y, en su conjunto, el resultado no parece a la altura del intento, tanto que sobre el particular ya se levantaron voces críticas.
Parece que el escultor —y miembro de la Pontificia Comisión de Cultura—, Oliviero Rainaldi, no ha soportado la presión y está dispuesto a hacerle un ‘lifting’.
Eso sí, mantenella y no enmendalla, dice que sólo serán unos retoques. Por supuesto: «no le hemos entendido».
Con extremada delicadeza Francesco Giro, subsecretario de Cultura, agradece al autor la generosidad permitiendo los cambios.
Calla que la alternativa por aclamación popular era demolerla.
¶ Costa Rica será demandada ante el Tribunal de DD.HH. Condecoración para los ticos
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció al Estado costarricense ante la Corte interamericana por la prohibición de la fecundación in vitro, al cumplirse el plazo concedido a este país para promover un cambio en su legislación.
En octubre de 2010, la CIDH dio al gobierno un plazo de cuatro meses para promover cambios que legalizaran la fecundación in vitro y, ante solicitud de las autoridades costarricenses, amplió el plazo en varias oportunidades, la última de las cuales venció el 31 de julio.
El gobierno había presentado ya un proyecto de ley al Congreso, pero fue rechazado a mediados de junio pasado gracias a los intensos esfuerzos de organizaciones y ciudada nos costarricenses.
Resuenan con fuerza las palabras del Santo Padre al embajador de Costa Rica:
Y todo esto, sin menoscabar los valores fundamentales que vertebran la inviolable dignidad de la persona, comenzando por la firme salvaguarda de la vida humana. En este ámbito, me complace recordar que fue precisamente en vuestro país donde se firmó el Pacto de San José, en el que se reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepción. Así pues, es deseable que Costa Rica no viole los derechos del nasciturus con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto.
Una denuncia con sabor a condecoración.