Santa Sede/ONU

combatir la mortalidad durante el parto sin promover el aborto

 

2011-09-17 Radio Vaticana
 

RV- “El nivel de mortalidad en el momento del parto que se registra en el mundo es inaceptable”. Así lo expresó monseñor Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas y organismos internacionales en Ginebra, durante la XVIII Sesión del Consejo de Derechos Humanos, en la que se discutió el tema de la reducción de la mortalidad por causa del embarazo.

Reducir la mortalidad relacionada con el embarazo en el mundo, sin reconocer el aborto como método de planificación familiar es la recomendación del arzobispo Tomasi que en su intervención reafirmó que “se deben incrementar la atención y los recursos para un fenómeno que se define como un desafío para el sector sanitario, el desarrollo humano y los derechos humanos.

“Es necesario reconocer con tristeza- subrayó el prelado vaticano- que no ha habido progresos suficientes para evitar las 350 mil muertes durante el embarazo y en el momento del parto. No obstante, según monseñor Tomasi, la emergencia sobre los riesgos para la mujer van aún más allá con prácticas como la infibulación femenina, los matrimonios de niñas y otras violencias. En este contexto subrayó que es necesario reafirmar nuevamente que cada mujer tiene la misma dignidad que el hombre”. “La mujer- agregó- tiene un puesto y una vocación distinta pero no de menor valor que los del hombre”

La Santa Sede presentó como desafíos avanzar desde el punto de vista legal para la promoción de las condiciones de la mujer, el mejoramiento de los sistemas sanitarios para una asistencia completa y sistemas de monitoreo sobre las obligaciones de los Estados sobre estos temas. La Iglesia católica- explicó monseñor Tomasi- tiene una compromiso con el ámbito sanitario, y en particular con las personas excluidas de la asistencia asegurada por los gobiernos y en el ámbito educativo, pero también en la promoción de políticas que protejan sus derechos.

Si bien son estas las coincidencias con las posturas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el prelado vaticano hizo dos distinciones: la iglesia no comparte la expresión “aborto peligroso” que pretende sugerir que existe un “aborto sano”; reafirma que cualquier aborto destruye la vida humana y mucho menos lo concibe como un método de planificación familiar. Por otra parte, la iglesia no acepta programas de promoción de la contracepción y del aborto que- como explicó Monseñor Tomasi- por ejemplo en África no resuelven las principales causas de mortalidad.
 

ATD-RV