20.09.11

¡Qué manía le tienen a Rouco Varela!: Rafael Sánchez Ferlosio o la técnica del odio concreto

A las 1:11 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
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Cuando allá por el verano de 2008 el Papa anunciara que la próxima Jornada Mundial de la Juventud iba a ser en España y, en concreto, en Madrid, es fácil imaginar que muchas personas empezaron a trabajar, desde aquel mismo momento, para que la cosa saliera lo mejor posible. No era cuestión de dejarlo todo para el último momento a sabiendas de que muchos miles de jóvenes irían a recibir al Santo Padre.

El trabajo es algo que, cuando se hace bien, suele tener buenos resultados. No está exento, como ha sido el caso, de los fallos que se pueden tener cuando algo es tan inmenso y tan impresionante como ha sido la celebración de la JMJ en tierras madrileñas. El ser humano no se libra, fácilmente, del error y, aunque ha habido circunstancias que a algunas personas no han gustado, hay que estar ciego y tener mala sombra como para decir que las cosas no han salido bien.

Y, sin embargo, aún quedan personas que prefieren mirar para otro lado no sin antes haber escupido en la cara de alguien por si acaso le llega algo de tan gran gracia odiosa.

Como, evidentemente, habría que ser un necio para sostener que la Jornada Mundial de la Juventud ha sido una desgracia para la Iglesia católica, personas como, por ejemplo, el escritor Rafael Sánchez Ferlosio, en el diario laicista, totalitario y antirreligioso “El País” prefieren meter el dedo en el ojo de alguien muy concreto.

La manía persecutoria que tienen muchos descreídos contra el cardenal de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, don Antonio María Rouco Varela, es para nota. Y lo de Ferlosio es de vergüenza.

A lo mejor esperaba el escritor que el anfitrión eclesial de la JMJ se quedara con los brazos cruzados cuando se le comunicó el hecho mismo de la celebración de tan magno evento en Madrid.

Dice que lo que pasa en la Iglesia, ahora española, está muda y aquejada, entonces, de afasia que es algo así como que una persona deja de hablar porque ha sufrido algún tipo de lesión en el área que, en el cerebro, digamos, se encarga del habla.

No sé qué tipo de realidad ha podido concurrir para que tal cosa llegue a pasar pero, a lo mejor, Sánchez Ferlosio cree que se debe a la misma creencia que produce síntomas de idiocia o algo por el estilo. Y de ahí a querer encerrar a los creyentes en manicomios o, porqué no, acabar con ellos por su bien, sólo hay el paso que media entre decirlo y tener el poder como, por desgracia, ya ha pasado en España y en el mundo en más de una ocasión. Son cosas del totalitarismo que tanto ha arraigado en el corazón de muchos.

Y llama, Ferlosio, a la JMJ descomunal, estrepitosa, delirante y grotesca semana” sin darse cuenta que nada tendría que suponer para quien no cree que quien cree haga lo que cree que debe hacer. Sin embargo, el afán totalitario de algunos les impide ver las cosas como son y, cuando no se amoldan a su esquema cuadriculado del totalitarismo, les hacen salir espumarajos por la boca del alma y hacen ver, ya de paso, que ciertas formas de ser parece que no pueden cambiar y, además, se nota mucho que ha dolido bastante en sus corazones mundanos.

Y todo esto para sostener, refiriéndose, ahora, a Rouco Varela, que “Nuestro Dios, al igual de Yavé, es un dios insaciablemente sediento de alabanzas, feroz en su temor de dejar de ser alabado, pues solo la alabanza lo mantiene henchido y erecto. El día en que le faltara, caería desmayado y vacío como un globo pinchado. De esto se aprovecha, con abuso, la actual afasia eclesiástica para refugiar su palabra en la vacía gratuidad de la alabanza”.

Es decir, que todo el trabajo que haya podido hacer el cardenal Rouco Varela no lo ha hecho porque creía que debía hacerlo sino porque su ego se lo exigía. Nada de trabajar por el bien de la Iglesia católica ni, en particular ahora, de los jóvenes católicos del mundo sino porque un extraño endiosamiento ha poseído al cardenal. ¡Cómo se nota el odio de quien no sabe reconocer lo obvio!

Es más que seguro que el cardenal de Madrid no dará importancia a lo que pueda decir una persona como Sánchez Ferlosio pero, ¡qué quieren que les diga!, fastidia mucho tener que soportar ciertos comportamientos y, además, quedarse callado. Al menos, del que esto escribe no podrá decir, el escritor, que tiene afasia.

Ahora que, teniendo en cuenta que en la presentación de un libro suyo llegó a decir “Fui también aficionado a los toros, pero desde que odio a España, me he tenido que quitar de ellos” tampoco nos podemos extrañar que odie, también, además de a España, a Rouco Varela.

Son cosas, éstas, propias de este tipo de personas que, alérgicas a la verdad, van por el mundo hacia la fosa de la que, casi seguro, no saldrán nunca.

Eleuterio Fernández Guzmán