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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de septiembre de 2011

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Especial

Las 17 citas clave de la peregrinación de Benedicto XVI a Alemania

Santa Sede

La Santa Sede recuerda a la ONU el verdadero sentido de una intervención militar

La Santa Sede pide "decisiones valientes" para superar el conflicto palestino

El Papa a los seminaristas: es posible ser fiel a la propia vocación

Mundo

Los directores de los Santuarios Europeos se reúnen en Inglaterra

Bolivia: Morales suspende proyecto contra reserva indígena

La International Academy of Philosophy abre un campus en España

Los líderes latinos católicos responden a la “Caritas in Veritate”

Obispo denuncia xenofobia de costarricenses contra nicaragüenses

Actualidad

India: señales contradictorias hacia los cristianos

Análisis

La nueva evangelización en un nuevo mundo rural

Documentación

Declaración de la Santa Sede en la ONU sobre los desafíos actuales

Discurso del Papa en el encuentro con los seminaristas en Friburgo


Especial


Las 17 citas clave de la peregrinación de Benedicto XVI a Alemania
Diecisiete reflexiones para no olvidar
ROMA, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación a nuestros lectores una selección de diecisiete de las frases más significativas pronunciadas por el Papa Benedicto XVI durante su viaje a Alemania, recopiladas por el blog Il Sismógrafo (http://ilsismografo.blogspot.com).

* * * * *

Libertad y Solidaridad

1.La libertad necesita de una referencia a una instancia superior. El que haya valores que nada ni nadie pueda manipular, es la autentica garantía de nuestra libertad. El hombre que se sabe obligado a lo verdadero y al bien, estará inmediatamente de acuerdo con esto: la libertad se desarrolla sólo en la responsabilidad ante un bien mayor. Este bien existe sólo si es para todos; por tanto debo interesarme siempre de mis prójimos. La libertad no se puede vivir sin relaciones.En la convivencia humana no es posible la libertad sin solidaridad. Aquello que hago a costa de otros, no es libertad, sino una acción culpable que les perjudica a ellos y también a mí. Puedo realizarme verdaderamente como persona libre sólo cuando uso también mis fuerzas para el bien de los demás. Esto vale no solo en el ámbito privado, sino también en el social.

Berlín, 22 de septiembre de 2011.

Derecho, razón y natura

2. Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y debe ser el deber fundamental del político. En un momento histórico en el que el hombre ha adquirido un poder hasta ahora inimaginable, este deber se convierte en algo especialmente urgente (…) En la base de la convicción acerca de la existencia de un Dios creador se ha desarrollado la idea de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley, el conocimiento de la inviolabilidad de la dignidad humana de cada individuo y la conciencia de la responsabilidad de los hombres por sus actuaciones. Estos conocimientos de la razón constituyen nuestra memoria cultural. Ignorarla o considerarla como mero pasado sería una amputación de nuestra cultura en su conjunto y la privaría de su totalidad. La cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma -del encuentro entre la en el Dios de Israel, la razón filosófica de los griegos y el pensamiento jurídico de Roma. Este triple encuentro forma la identidad de Europa. En la conciencia de la responsabilidad del hombre ante Dios y en el reconocimiento de la dignidad inviolable del hombre, de todo hombre, este encuentro ha fijado los criterios del derecho, defenderlos es nuestro deber en este momento histórico.

Berlín, 22 de septiembre de 2011.

El horror nacionalsocialista

3. En este lugar, hay que recordar también la noche del pogromo, del 9 al 10 de noviembre de 1938. Solamente unos pocos percibieron en su totalidad la dimensión de dicho acto de desprecio humano, como lo hizo el Deán de la Catedral de Berlín, Bernhard Lichtenberg, que desde el púlpito de esa Santa Iglesia de Santa Eduvigis, gritó: "Fuera, el Templo está en llamas; también éste es casa de Dios". El régimen de terror del nacionalsocialismo se fundaba sobre un mito racista, del que formaba parte el rechazo del Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, del Dios de Jesucristo y de las personas que creen en Él. (...) El mensaje de esperanza, transmitido por los libros de la Biblia hebrea y del Antiguo Testamento cristiano, ha sido asimilado y desarrollado por los judíos y los cristianos de modo distinto. "Después de siglos de contraposición, reconozcamos como tarea nuestra el esfuerzo para que estos dos modos de la nueva lectura de los escritos bíblicos –la cristiana y la judía– entren en diálogo entre sí, para comprender rectamente la voluntad y la Palabra de Dios" (Jesús de Nazaret. Segunda parte: Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección, pp. 47-48). En una sociedad cada vez más secularizada, este diálogo debe reforzar la común esperanza en Dios. Sin esa esperanza la sociedad pierde su humanidad.

Berlín, 22 de septiembre de 2011.

Permanecer en Cristo

4.Algunos miran a la Iglesia, quedándose en su apariencia exterior. De este modo, la Iglesia aparece únicamente como una organización más en una sociedad democrática, a tenor de cuyas normas y leyes se juzga y se trata una figura tan difícil de comprender como es la "Iglesia". Si a esto se añade también la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña, y si la mirada se fija sólo en las cosas negativas, entonces ya no se revela el misterio grande y profundo de la Iglesia.

(…) Permanecer en Cristo significa, como ya hemos visto, permanecer también en la Iglesia. Toda la comunidad de los creyentes está firmemente unida en Cristo, la vid. En Cristo, todos nosotros estamos unidos. En está comunidad, Él nos sostiene y, al mismo tiempo, todos los miembros se sostienen recíprocamente. Ellos resisten juntos a las tempestades y se protegen mutuamente. Nosotros no creemos solos, sino que creemos con toda la Iglesia.

Berlín, 22 de septiembre de 2011.

La dimensión pública de la religión

5.Muchos musulmanes atribuyen gran importancia a la dimensión religiosa. Esto, en ocasiones, se interpreta como una provocación en una sociedad que tiende a marginar este aspecto o a admitirlo, como mucho, en la esfera de las opciones individuales de cada uno.

La Iglesia católica está firmemente comprometida para que se otorgue el justo reconocimiento a la dimensión pública de la afiliación religiosa. Se trata de una exigencia de no poco relieve en el contexto de una sociedad mayoritariamente pluralista. Sin embargo, es necesario estar atentos para que el respeto hacia el otro se mantenga siempre. El respeto reciproco crece solamente sobre la base de un entendimiento sobre ciertos valores inalienables, propios de la naturaleza humana, sobre todo la inviolable dignidad de toda persona. Este entendimiento no limita la expresión de cada una de las religiones; al contrario, permite a cada uno dar testimonio de forma propositiva de aquello en lo que cree, sin sustraerse al debate con el otro.

Berlín 22 de septiembre de 2011.

Las cosas importantes para el verdadero ecumenismo

6.Lo más necesario para el ecumenismo es sobre todo que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea. Fue un error de la edad confesional haber visto mayormente aquello que nos separa, y no haber percibido en modo esencial lo que tenemos en común en las grandes pautas de la Sagrada Escritura y en las profesiones de fe del cristianismo antiguo. Éste ha sido el gran progreso ecuménico de los últimos decenios: nos dimos cuenta de esta comunión y, en el orar y cantar juntos, en la tarea común por el ethos cristiano ante el mundo, en el testimonio común del Dios de Jesucristo en este mundo, reconocemos esta comunión como nuestro fundamento imperecedero.Por desgracia, el riesgo de perderla es real.

Erfurt, 23 de septiembre de 2011.

El Ecumenismo no se basa en ventajas o desventajas

7.En la vigilia de la visita del Papa, se ha hablado varia veces de que se espera de está visita un don ecuménico del huésped. No es necesario que yo especifique los dones mencionados en tal contexto. A este respecto, quisiera decir que esto constituye un malentendido político de la fe y del ecumenismo. Cuando un jefe de estado visita un país amigo, generalmente preceden contactos entre las instancias, que preparan la estipulación de uno o más acuerdos entre los dos estados: en la ponderación de los ventajas y desventajas se llega al compromiso que, al fin, aparece ventajoso para ambas partes, de manera que el tratado puede ser firmado. Pero la fe de los cristianos no se basa en una ponderación de nuestras ventajas y desventajas. Una fe autoconstruida no tiene valor. La fe no es una cosa que nosotros excogitamos o concordamos.

Erfurt, 23 de septiembre de 2011.

En el corazón de María

8.Una particularidad de la imagen milagrosa de Etzelsbach es la posición del Crucificado. En la mayor parte de las representaciones de la Piedad, el cuerpo sin vida de Jesús yace con la cabeza vuelta hacia la izquierda. De esta forma, el que lo contempla puede ver su herida del costado. Aquí en Etzelsbach, en cambio, la herida del costado está escondida, ya que el cadáver está orientado hacia el otro lado. Creo que dicha representación encierra un profundo significado, que se revela solamente en una atenta contemplación: en la imagen milagrosa de Etzelbach, los corazones de Jesús y de su Madre se dirigen uno al otro, se acercan el uno al otro. Se intercambian recíprocamente su amor. Sabemos que el corazón es también el órgano de la sensibilidad más delicada para el otro, así como el órgano de la íntima compasión. En el corazón de María encuentra cabida el amor que su divino Hijo quiere ofrecer al mundo.

Erfurt - Etzelsbach, 23 de septiembre de 2011.

Creer junto a los demás

9.La fe es siempre, y esencialmente, un creer junto con otros. El hecho de poder creer lo debo sobre todo a Dios que se dirige a mí y, por decirlo así, "enciende" mi fe. Pero, más concretamente, debo mi fe también a los que están cerca de mí y que han creído antes que yo y creen conmigo. Este "con", sin el cual no es posible una fe personal, es la Iglesia. Y esta Iglesia franquea las fronteras de los países como lo demuestran las nacionalidades de los santos que he mencionado anteriormente: Hungría, Inglaterra, Irlanda e Italia. En este sentido, se resalta lo importante que es el intercambio espiritual que se extiende a través de toda la Iglesia universal. Si nos abrimos a toda fe, en la historia entera y en los testimonios de toda la Iglesia, entonces la fe católica tiene futuro también como fuerza pública en Alemania. Al mismo tiempo, las figuras de los santos que he recordado nos muestran la gran fecundidad de una vida santa, de ese amor radical por Dios y por el prójimo. Los santos, aun que sólo sean pocos, también cambian el mundo.

Erfurt, 23 de septiembre de 2011.

Dios y el futuro del hombre

10."Donde está Dios, allí hay futuro"; así reza el lema de esta Visita Pastoral. Como Sucesor del Apóstol Pedro, al que el Señor encomendó el encargo de confirmar a los hermanos (cf. Lc 22,32), vengo gustoso a estar con vosotros para rezar juntos, para proclamar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía. Os pido que recéis para que estos días sean fructíferos, de modo que Dios confirme nuestra fe, fortalezca nuestra esperanza y acreciente nuestro amor. Que en estos días, lleguemos a ser nuevamente conscientes del amor que Dios nos tiene y de su bondad, de forma que, con fe plena, nos pongamos a nosotros mismos en sus manos, así como todo lo que motiva nuestro corazón y es importante para nosotros. En Él, nuestro futuro está asegurado. Él da sentido a nuestra vida y puede llevarla a plenitud. El Señor os acompañe en la paz y os haga mensajeros de la alegría.

Friburgo, 24 de septiembre de 2011.

Ortodoxos: nuestra cercanía

11.Me alegra mucho que hoy estemos aquí reunidos. Les agradezco de todo corazón su presencia y la posibilidad de este encuentro amistoso. Agradezco en particular al Metropolita Augoustinos sus palabras llenas de confianza. En este contexto, repito lo que ya he dicho en otras ocasiones: entre las Iglesias y las comunidades cristianas, teológicamente, la Ortodoxia es la más cercana a nosotros; católicos y ortodoxos poseen la misma estructura de la Iglesia de los orígenes. Por ello, podemos esperar que no esté muy lejano el día en que de nuevo podamos celebrar juntos la Eucaristía (cf. Luz del Mundo. Una conversación con Peter Seewald, pp. 99s). La Iglesia católica sigue con interés y simpatía el desarrollo de las comunidades ortodoxas en Europa occidental, que han tenido un notable crecimiento.

Friburgo, 24 de septiembre de 2011.

Conjugar fe y razón

12. La preparación al sacerdocio prevé sobre todo la formación, que no es una eventualidad académica sino un aspecto esencial. “Estad preparados en todo momento -explica el Papa recordando las palabras de San Pedro- a dar, a quien os la pide, la razón, el “logo” de vuestra fe”. “Es importante -añade el Santo Padre que exhortó a los seminaristas estudiosos, atentos y humildes- estar informados, comprender, tener una capacidad racional abierta, aprender. Estudiando se contribuye a hacer resplandecer la luz de Dios en el pensamiento, a conjugar fe y razón”.

Friburgo, 24 de septiembre de 2011.

Insidias del relativismo subliminal

13.Vivimos en un tiempo caracterizado en gran parte por un relativismo subliminal que penetra todos los ambientes de la vida. A veces, este relativismo llega a ser batallador, dirigiéndose contra quienes afirman saber dónde se encuentra la verdad o el sentido de la vida.

Y notamos cómo este relativismo ejerce cada vez más un influjo sobre las relaciones humanas y sobre la sociedad. Esto se manifiesta en la inconstancia y discontinuidad de tantas personas y en un excesivo individualismo. Hay quien parece capaz de renunciar a nada en absoluto o a sacrificarse por los demás. También está disminuyendo el compromiso altruista por el bien común, en el campo social y cultural, o a favor de los necesitados. Otros ya no son idóneos para unirse de manera incondicional a un partner. Ya casi no se encuentra el valor de prometer fidelidad para toda la vida; el valor de optar y decir: "yo ahora te pertenezco totalmente", o de buscar con sinceridad la solución de los problemas comprometiéndose con decisión por la fidelidad y la veracidad

Friburgo, 24 de septiembre de 2011.

Cristo, la luz verdadera

14.Puede haber en nuestro entorno tiniebla y oscuridad y, sin embargo, vemos una luz: una pequeña llama, minúscula, que es más fuerte de la oscuridad, en apariencia poderosa e insuperable. Cristo, resucitado de entre los muertos, brilla en el mundo, y lo hace de la forma más clara, precisamente allí donde según el juicio humano todo parece sombrío y sin esperanza. Él ha vencido a la muerte, vive, y la fe en Él, como una pequeña luz, penetra todo lo que es oscuridad y zozobra. Ciertamente, quien cree en Jesús no siempre ve solamente el sol en la vida, casi como si pudiera ahorrarse sufrimientos y dificultades; ahora bien, tiene siempre una luz clara que le muestra el camino hacia la vida en abundancia (cf. Jn 10, 10). Los ojos de los que creen en Cristo vislumbran aun en la noche más oscura una luz, y ven ya la claridad de un nuevo día.

Friburgo, 24 de septiembre de 2011.

El corazón abierto

15. LA Iglesia en Alemania tiene muchas instituciones sociales y caritativas, en las que el amor por el prójimo se ejercita, incluso de forma socialmente eficaz y hasta los confines de la tierra. A todos los que se comprometen con la Cáritas alemana o en otras organizaciones, o incluso que ponen a disposición su tiempo y sus fuerzas en encargos de voluntariado en la Iglesia, quisiera expresar mi gratitud y mi aprecio. Tal servicio exige, antes que nada, una competencia objetiva y profesional. Pero en el espíritu de la enseñanza de Jesús es necesario más: el corazón abierto, que se deja tocar por el amor de Cristo, y así da al prójimo, que necesita de nosotros, más que un servicio técnico: el amor, en el que al otro se le hace presente el Dios que ama, Cristo.

Friburgo, 25 de septiembre de 2011.

Cómo, cuándo y por qué cambiar la Iglesia

16.A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue: usted y yo.

Este pequeño episodio pone de relieve dos cosas: por un lado, la Religiosa quiere decir a su interlocutor que la Iglesia no son sólo los demás, la jerarquía, el Papa y los obispos; la Iglesia somos todos nosotros, los bautizados. Por otro lado, parte del presupuesto de que efectivamente hay motivo para un cambio, de que existe esa necesidad. Cada cristiano y la comunidad de los creyentes están llamados a una conversión continua.

¿Cómo se debe configurar concretamente este cambio? ¿Se trata tal vez de una renovación como la que realiza, por ejemplo, un propietario mediante una restructuración o la pintura de su edificio? ¿O acaso se trata de una corrección, para retomar el rumbo y recorrer de modo más directo y expeditivo un camino? Ciertamente, estos y otros aspectos tienen importancia. Pero por lo que respecta a la Iglesia, el motivo fundamental del cambio es la misión apostólica de los discípulos y de la Iglesia misma (…) Digámoslo con otras palabras: la fe cristiana es para el hombre siempre un escándalo, no sólo en nuestro tiempo. Creer que el Dios eterno se preocupe de los seres humanos, que nos conozca; que el Inasequible se haya convertido en un momento dado en accesible; que el Inmortal haya sufrido y muerto en la cruz; que a los mortales se nos haya prometido la resurrección y la vida eterna; para nosotros los hombres, todo esto es verdaderamente una osadía.

Este escándalo, que no puede ser suprimido si no se quiere anular el cristianismo, ha sido desgraciadamente ensombrecido recientemente por los dolorosos escándalos de los anunciadores de la fe. Se crea una situación peligrosa, cuando estos escándalos ocupan el puesto del skandalon primario de la Cruz, haciéndolo así inaccesible; esto es cuando esconden la verdadera exigencia cristiana detrás de la ineptitud de sus mensajeros.

Friburgo, 25 de septiembre de 2011.

Rezo por Alemania

17.Animo a la Iglesia en Alemania a seguir con fuerza y confianza el camino de la fe, que hace volver a las personas a las raíces, al núcleo esencial de la Buena Noticia de Cristo. Surgirán pequeñas comunidades de creyentes, y ya existen, que con el propio entusiasmo difundan rayos de luz en la sociedad pluralista, suscitando en otros la inquietud de buscar la luz que da la vida en abundancia. "Nada hay más bello que conocerlo y comunicar a los otros la amistad con él" (Homilía en el inicio solemne del Pontificado, 24 de abril de 2005). De esta experiencia crece al final la certeza: "Donde está Dios, allí hay futuro". Donde Dios está presente, allí hay esperanza y allí se abren nuevas prospectivas y con frecuencia insospechadas, que van más allá del hoy y de las cosas efímeras. En este sentido acompaño, con el pensamiento y la oración, el camino de la Iglesia en Alemania.

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Santa Sede


La Santa Sede recuerda a la ONU el verdadero sentido de una intervención militar
Forma parte de la “responsabilidad de proteger” y debe limitarse en el tiempo
NUEVA YORK, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- La intervención militar de la ONU en algún país en caso de que se produzca una crisis humanitaria debe darse después de agotar las demás vías, y de forma limitada en el tiempo.

Así lo afirmó hoy el secretario para la Relación de la Sede con los demás Estados, monseñor Dominique Mamberti, durante su intervención en la 66ª Asamblea General de la ONU, cuyas sesiones de debate general se están celebrando actualmente en Nueva York.

Monseñor Mamberti afirmó que, desde el punto de vista de la Santa Sede, la ONU debe replantearse en qué consiste la “responsabilidad de proteger” a sus miembros más débiles de la “familia de las naciones”.

El prelado vaticano subrayó la existencia de “emergencias humanitarias graves y dramáticas” como la que se está produciendo actualmente en el Cuerno de África, y renovó al respecto el llamamiento de la Santa Sede a “amplificar y apoyar las políticas humanitarias en esas zonas e influir concretamente sobre las diferentes causas que acrecientan su vulnerabilidad”.

“Estas urgencias humanitarias llevan a subrayar la necesidad de encontrar formas innovadoras para poner a la obra el principio de la responsabilidad de proteger, en cuyo fundamento se encuentra el reconocimiento de la unidad de la familia humana y la atención a la dignidad innata de cada hombre y de cada mujer”, subrayó.

Sin embargo, también advirtió contra el riesgo de que el principio de intervención asociado a esta responsabilidad de proteger “pueda ser invocado en ciertas circunstancias como un motivo cómodo para utilizar la fuerza militar”.

El uso de la fuerza militar conforme a las reglas de las Naciones Unidas “debería ser una solución limitada en el tiempo, una medida de verdadera urgencia que debería acompañarse y seguirse de un compromiso concreto de pacificación”, subrayó.

Responsabilidad de proteger

El principio de intervención, afirmó monseñor Mamberti, “se refiere a la responsabilidad de la comunidad internacional de intervenir en las situaciones en las cuales los Gobiernos ya no pueden por sí mismos o ya no quieren cumplir con el primer deber que les incumbe de proteger a sus poblaciones contra violaciones graves de los derechos humanos, como también de las consecuencias de las crisis humanitarias”.

“Si los Estados ya no están en grado de garantizar esta protección, la comunidad internacional debe intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de las Naciones Unidas y por otros instrumentos internacionales”, subrayó.

Ahora bien, advirtió, para ello es necesario “que haya una búsqueda más profunda de los medios de prevenir y de gestionar los conflictos, explorando todas las vías diplomáticas posibles a través de la negociación y del diálogo constructivo y prestando atención y aliento a los más débiles signos de diálogo o de deseo de reconciliación por parte de las partes implicadas”.

Además, la responsabilidad de proteger “debe entenderse no solamente en términos de intervención militar, que deberían ser siempre el último recurso”, añadió.

La comunidad internacional tiene el deber de “estar unida ante las crisis” y de “crear las instancias para negociaciones correctas y sinceras, para apoyar la fuerza moral del derecho, para buscar el bien común y para incitar a los Gobiernos, a la sociedad civil y a la opinión pública a encontrar las causas y a ofrecer soluciones a las crisis de todo tipo”.

Esta actuación debe darse “en estrecha colaboración y solidaridad con las poblaciones afectadas y poniendo por encima de todo, la integridad y la seguridad de todos los ciudadanos”, afirmó el prelado.

En este sentido, monseñor Mamberti quiso recordar “la larga y generalmente exitosa historia de las operaciones de mantenimiento de la paz (peacekeeping) y las iniciativas más recientes de construcción de la paz (peacebuilding)”.

Estas iniciativas “pueden ofrecer experiencias valiosas para concebir modelos de puesta en acto de la responsabilidad de proteger, en el pleno respeto del derecho internacional y de los intereses legítimos de todas las partes implicadas”, añadió.

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La Santa Sede pide "decisiones valientes" para superar el conflicto palestino
Intervención del secretario para las Relaciones con los Estados en la ONU
NUEVA YORK, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido este martes en la sede de las Naciones Unidas “decisiones valientes” para superar el conflicto entre israelíes y palestinos, aplicando el derecho internacional que prevé la existencia de dos Estados.

El arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, fue el encargado de exponer la posición vaticana en una declaración presentada ante la asamblea general.

Haciendo referencia a la reivindicación presentada el 23 de septiembre por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, de reconocer esta entidad como Estado miembro de la ONU, el comúnmente llamado “ministro de Asuntos Exteriores” del Papa consideró que la paz en Oriente Medio pasa por la aplicación de la Resolución 181 de la ONU, de 1947, que “sienta la base jurídica para la existencia de dos Estados”.

“Uno de ellos ya fue creado, mientras que el otro aún no ha sido aún constituido, a pesar de que han pasado casi sesenta y cuatro años”, asegura el arzobispo Mamberti.

La Santa Sede, reconoció, “está convencida de que, si uno quiere la paz, hay que saber adoptar decisiones valientes”.

Por eso, aseguró, “es necesario que los órganos competentes de las Naciones Unidas tomen una determinación que ayude a poner por obra de forma efectiva el objetivo final, es decir, la realización del derecho de los palestinos a tener su propio Estado independiente y soberano, y el derecho de los israelíes a la seguridad, estando ambos Estados provistos de fronteras reconocidas internacionalmente”.

Según el representante del Papa, “la respuesta de las Naciones Unidas, sea la que sea, no constituirá una solución completa, y sólo se logrará una paz duradera mediante negociaciones de buena fe entre israelíes y palestinos evitando acciones o condiciones que contradigan las declaraciones de buena voluntad”.

“La Santa Sede, en consecuencia, exhorta a las partes a retomar las negociaciones con determinación y hace un apremiante llamamiento a la comunidad internacional para que aumente su compromiso y estimule su creatividad y sus iniciativas, para que se llegue a una paz duradera, en el respeto de los derechos de los israelíes y de los palestinos”, concluyó monseñor Mamberti.

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El Papa a los seminaristas: es posible ser fiel a la propia vocación
“Si Dios quiere la vocación, es Él el que la sostiene”
ROMA, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Aunque el mundo cambie, es posible permanecer fiel a la vocación sacerdotal; lo afirmó el Papa el pasado sábado, en un discurso espontáneo a cerca de sesenta seminaristas, con quienes celebró un encuentro en la capilla del Seminario de Friburgo.

Este era el único discurso, de todos los que pronunció durante su viaje apostólico a Alemania, que el Papa no llevaba escrito previamente, y cuya transcripción fue publicada por L'Osservatore Romano en su edición italiana de ayer lunes.

Benedicto XVI mantuvo un encuentro muy familiar con un nutrido grupo de seminaristas, y aún lamentó que, por exigencias de la agenda del viaje papal, no pudiese ser, como a él le gusta, un momento de diálogo.

Los seminaristas habían presentado al Papa una carta en la que mostraban sus propias reflexiones y preocupaciones, basándose en su Carta a los Seminaristas (ver www.zenit.org/article-36937?l=spanish), escrita con motivo del Año Sacerdotal.

“Realmente me ha tocado el corazón cómo habéis reflexionado sobre mi carta, y de ella habéis desarrollado vuestras preguntas y respuestas; con qué seriedad acogéis lo que he intentado proponer y, en base a esto, desarrolláis vuestro propio camino”, reconoció Benedicto XVI.

Qué es un seminario

En respuesta a sus inquietudes, el Papa explicó cuál es el significado del tiempo que un aspirante a sacerdote pasa en el seminario.

Tomó al respecto una cita del evangelio de Marcos sobre la institución de los Doce, que refleja una doble voluntad de Jesús sobre sus discípulos: “estar con él” y “ser enviados” a una misión.

La contraposición entre ambas voluntades es solo aparente, explicó el Papa a los jóvenes: “como sacerdotes debemos salir a los múltiples caminos en los que se encuentran los hombres, para invitarles a su banquete nupcial. Pero sólo podemos hacerlo permaneciendo siempre junto a Él”.

“Y aprender esto, este salir fuera, ser enviados, junto con estar con Él, permanecer junto a Él, es – creo – precisamente lo que tenemos que aprender en el seminario”.

El seminario, explicó el Papa, es “un tiempo para ejercitarse; ciertamente también para discernir y aprender”. La vocación, subrayó, “debe ser confirmada, y de esto forma parte además la vida comunitaria y forma parte naturalmente el diálogo con los guías espirituales que tenéis, para aprender a discernir lo que es su voluntad”.

Confianza

Otro de los aprendizajes fundamentales del seminario, añadió Benedicto XVI, es “aprender la confianza”, en Cristo, aprender a confiarle la propia vocación: “si Él lo quiere realmente, entonces puedo confiarme a Él”.

En el mundo cambiante de hoy, “en el que los vínculos humanos se rompen porque tienen lugar nuevos encuentros, se hace cada vez más difícil creer: yo resistiré toda la vida”, reconoció el Papa, admitiendo que ya en su época de seminarista “no era fácil imaginar cuántas décadas Dios habría querido darme, cuánto habría cambiado el mundo”.

“¿Perseveraré con Él, tal como le prometí?... Es una pregunta que, precisamente, exige la comprobación de la vocación, pero después – más reconozco: sí, Él me quiere – también la confianza”.

Si Cristo quiere esa vocación, no la dejará morir, dijo el Papa: “si me quiere, entonces también me sostendrá; en la hora de la tentación, en la hora del peligro estará presente y me dará personas, me mostrará caminos, me sostendrá”.

“La fidelidad es posible, porque Él está siempre presente, y porque Él existe ayer, hoy y mañana; porque Él no pertenece sólo a este tiempo, sino que es futuro y puede sostenernos en todo momento”, subrayó.

Palabra e Iglesia

El Papa concluyó su intervención subrayando dos aspectos más de la vida del seminario: el de la importancia de aprender a vivir “con la Palabra”, y el de aprender qué significa “ser Iglesia”.

Respecto al primer aspecto, afirmó que la clave de poder escuchar a Cristo es “aprender a escucharle de verdad – en la Palabra de la Sagrada Escritura, en la fe de la Iglesia, en la liturgia de la Iglesia – y aprender el hoy en su Palabra”.

“En la exégesis aprendemos muchas cosas sobre el ayer: todo lo que existía entonces, qué fuentes hay, que comunidades existían, etc. También esto es importante. Pero más importante es que en este ayer nosotros aprendemos el hoy”, afirmó.

Si uno vive con la Palabra, se da cuenta de que ésta “no está lejos en absoluto, que es actualísima, está presente ahora, se refiere a mí y se refiere a los demás. Y entonces aprendo también a explicarla. Pero para esto se necesita un camino constante con la Palabra de Dios”.

Respecto a aprender a ser Iglesia, el Papa subrayó que sólo en el “nosotros” es posible creer en Cristo.

“A veces digo: san Pablo escribió: “la fe viene de la escucha” – no del leer. Necesita también de la lectura, pero viene de la escucha, es decir, de la palabra viviente, de las palabras que los demás me dirigen y que puedo escuchar; de las palabras de la Iglesia a través de todos los tiempos, de la palabra actual que ésta me dirige mediante los sacerdotes, los obispos y los hermanos y hermanas”, afirmó.

Este ejercitarse en el “soportarse mutuamente” de las cartas paulinas, afirmó Benedicto XVI, “es algo muy importante; aprender a acoger al otro como otro en su diferencia, y aprender que él tiene que soportarme a mí en mi diferencia, para llegar a ser un “nosotros”, para que un día también en la parroquia podamos formar una comunidad”.

“Cuando decimos: 'Nosotros somos Iglesia' – sí, es verdad: somos nosotros, no cualquier persona. Pero el “nosotros” es más amplio que el grupo que lo está diciendo. El “nosotros” es la entera comunidad de los fieles, sí, allí existe, por así decirlo, el juicio de la mayoría de hecho, pero nunca puede haber una mayoría contra los Apóstoles y contra los Santos: esto sería una falsa mayoría”.

“Nosotros somos Iglesia: ¡seámoslo! Seámoslo precisamente en el abrirnos y en el ir más allá de nosotros mismos y en serlo junto con los demás”.

Importancia del estudio

Por último, el Papa habló a los seminaristas de la importancia del estudio y de la buena formación.

“Nuestro mundo hoy es un mundo racionalista y condicionado por la cientificidad, aunque a menudo se trate de una cientificidad sólo aparente. Pero el espíritu de la cientificidad, del comprender, del explicar, del poder saber, del rechazo a todo lo que no es racional, es dominante en nuestro tiempo”.

“Hay en esto algo grande, aunque a menudo detrás se esconde mucha presunción e insensatez”, reconoció el Papa.

Ante esto, la fe “no es un mundo paralelo del sentimiento, que nos permitimos además como un 'plus', sino que es lo que abraza el todo, le da sentido, lo interpreta y le da también las directrices éticas interiores, para que sea comprendido y vivido de cara a Dios y a partir de Dios”.

Por esto, el Papa subrayó la importancia de “estar informados, comprender, tener la mente abierta, aprender”.

Aunque las modas filosóficas cambien, concluyó el Papa, “no es inútil aprender estas cosas, porque en ellas hay también elementos duraderos. Y sobre todo, con ello aprendemos a juzgar, a seguir mentalmente un pensamiento – y a hacerlo de forma crítica – y aprendemos a hacer que, al pensar, la luz de Dios nos ilumine y no se apague”.

“Estudiar es esencial: sólo así podemos hacer frente a nuestro tiempo y anunciarle el logos de nuestra fe”, añadió.

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Mundo


Los directores de los Santuarios Europeos se reúnen en Inglaterra
Las peregrinaciones son más populares que nunca
WALSINGHAM, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Los directores de los santuarios de toda Europa se han reunido en uno de los santuarios marianos más antiguos de Inglaterra para discutir la presente popularidad de los lugares de peregrinación.

Directores de Alemania, Eslovenia, Rumanía, Inglaterra, Polonia, Francia, Irlanda y Portugal se reunirán hasta el viernes en el Santuario Nacional de Walsingham, en el condado de Norfolk. El tema de la reunión es “La Evangelización y los Gestos de Piedad Popular”.

Este año, el santuario celebra su 950 aniversario y ha tenido una de sus estaciones más concurridas que nunca, recibiendo aproximadamente a 100.000 peregrinos.

El padre Alan Williams, director del santuario de Walsingham, habló sobre la popularidad en una declaración enviada a ZENIT, “mucha gente visita los santuarios católicos aunque no son católicos o no practican. Tienen un interés especial en la espiritualidad y están dispuestos a viajar como parte de su búsqueda”.

“Nuestra tarea, como directores de santuarios, es hacer que esta experiencia sea tan completa y satisfactoria como se pueda, que es lo que discutiremos esta semana, así como compartir noticias e información”.

Dado el carácter ecuménico de Walsingham, que acoge a los dos santuarios, el católico y el anglicano, el obispo Lindsay Urwin, administrador del santuario anglicano se unirá a la conferencia. Los delegados rezarán vísperas en la catedral anglicana de Norwich.

La reunión está organizada por monseñor Jacques Perrier de Lourdes, Francia.

En 1061, Richeldis de Faverches construyó en Walsingham una réplica de la Casa Santa de Nazareth, diciendo que la Virgen María apareció allí.

En 1538, el santuario fue suprimido, las estatuas quemadas y lanzadas al río Támesis, todo parecía perdido. Después de siglos de ruina, los católicos volvieron en 1897 en una peregrinación formal a Slipper Chapel, que se convirtió en un Santuario Nacional de Inglaterra en 1934.

Un creciente número de anglicanos quiso realizar su propia peregrinación a Walsingham, y un Santuario anglicano se estableció inicialmente en la iglesia de Santa María antes de trasladarse a una nueva casa santa en 1931.

El pueblo también acoge capillas ortodoxas y metodistas.

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Bolivia: Morales suspende proyecto contra reserva indígena
La Iglesia condena la represión de una marcha y la muerte de un niño
LA PAZ, martes 27 septiembre 2011 (ZENIT.org).- La Iglesia en Bolivia confirmó ayer la muerte de un niño el domingo en la represión violenta de una marcha de indígenas que rechazan una carretera que atravesará una reserva natural. El presidente Evo Morales dió marcha atrás ayer al proyecto TIPNIS, ante los resultados del operativo policial contra los manifestantes y la renuncia de la ministra de Defensa.

Los últimos hechos en relación a la carretera que pasaría por el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), con la intervención violenta de las fuerzas del orden contra los manifestantes, con personas detenidas, heridos y desaparecidos, ha levantado la voz de alerta y solidaridad de varios sectores de la sociedad boliviana, entre ellos la Iglesia católica.

Después de un día de fuerte tensión política y ante la amenaza de una huelga general, el presidente de Bolivia Evo Morales anunció ayer la suspensión de la construcción de una ruta en una reserva natural que había provocado una gran movilización de los indígenas.

“Queda suspendido el proyecto de carretera, que el pueblo decida, y especialmente los dos pueblos [departamentos de Cochabamba y Beni]”, dijo Morales, el primer aymara en gobernar Bolivia, en un mensaje emitido por radio y televisión.

El operativo policial de 25 horas disolvió anteayer una protesta de indígenas contra la construcción de la ruta por la reserva ecológica TIPNIS, en plena Amazonia, que provocó la rebelión de movimientos aborígenes quienes hasta ahora habían apoyado al presidente Morales.

La marcha atrás del presidente llegó a raíz de la represión policial que puso a su gobierno contra las cuerdas. A la renuncia de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, en desacuerdo con la actuación gubernamental, se sumó la denuncia de la Conferencia Episcopal que denuncia la muerte de un niño.

Varias agrupaciones indígenas se oponen a la construcción de la ruta, financiada por Brasil, que atravesaría la reserva natural de 1,2 millones de hectáreas, en el nordeste del país. Los indígenas temen que la reserva sea destruida por madereros y productores de hoja de coca.

Las protestas comenzaron el 15 de agosto, con una marcha de unos mil quinientos indígenas que pretendían llegar a La Paz. La policía disolvió la marcha violentamente cerca del pueblo amazónico de Yucumo, en el departamento de Beni.

La muerte del chico durante la represión de anteayer fue denunciada inicialmente por fuentes allegadas a los indígenas. Sería el tercer menor que pierde la vida durante las protestas. Un adolescente murió al caer de una camioneta y un bebé de ocho meses falleció por una infección estomacal. Además numerosos niños han tenido que ser recogidos por otros pobladores en sus casas, al haberse quedado solos por haber sido detenidos sus padres.

Además de la renuncia “irrevocable” de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, la represión de los indígenas hizo que cientos de ciudadanos se manifestaran ayer en varias ciudades con vigilias, concentraciones y huelgas de hambre, mientras que la poderosa central obrera COB convocó a una huelga general para mañana en solidaridad con los indígenas.

La Conferencia Episcopal emitió un pronunciamiento con relación a estos hechos en el que “lamenta que se haya recurrido a la violencia renunciando al diálogo como camino de soluciones pacíficas y concertadas al problema del TIPNIS”.

“Condenamos –añade el comunicado- las acciones de intervención y represión al campamento de los hermanos marchistas, que según la información directa de nuestros agentes pastorales de la zona y las versiones que han proporcionado los medios de comunicación, ha ocurrido cuando ellos se encontraban en total situación de indefensión”.

“Al tiempo de lamentar el fallecimiento de otro niño, el número de heridos, la situación de los que estuvieron detenidos y el paradero de los desaparecidos, pedimos a las autoridades responsables garantizar los derechos fundamentales de estas personas”, afirma el comunicado firmado por monseñor Óscar Aparicio, obispo auxiliar de La Paz y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana.

“En nombre del Dios, Padre de todos y Señor de la Vida, exigimos a las autoridades nacionales renunciar al camino de la represión, la persecución y la violencia que no soluciona los problemas y demostrar, con acciones coherentes, el discurso de escucha y defensa de los derechos de los bolivianos, especialmente de las poblaciones más pobres y vulnerables”, añade el comunicado.

Afirma que “el diálogo sincero es el único camino que puede garantizar soluciones pacíficas y duraderas para el bien de todos” y concluye convocando nuevamente “a todos los fieles a elevar oraciones por el restablecimiento de la paz y la plena vigencia de los derechos humanos en nuestro país”.

Por Nieves San Martín

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La International Academy of Philosophy abre un campus en España
Tras un acuerdo con el Instituto de Filosofía Edith Stein
GRANADA, martes 27 septiembre 2011 (ZENIT.org).- La renombrada universidad International Academy of Philosophy, con campus en distintos países del mundo, inicia este curso su programa de estudios en España con su conocido Ph D en Filosofía y diversos títulos propios. El centro filosófico ha iniciado este curso académico su programa de estudios en Granada, al alcanzar un acuerdo con el Instituto de Filosofía Edith Stein, situado en la ciudad de la Alhambra.

Durante el curso 2011-2012, se podrán cursar en este nuevo campus de Granada tanto estudios de doctorado como los títulos propios de: Filosofía Realista, Filosofía Política, Estética y Teoría del Arte y un programa en Estudios Católicos.

Para el inicio de estas actividades el conocido filósofo Josef Seifert, cofundador de la IAP, se ha integrado en el claustro del centro en España.

También se ha abierto la posibilidad de cursar seminarios sueltos, puesto que diversos profesores vinculados a la IAP viajarán desde sus países para enseñar seminarios concretos durante este año, como es práctica habitual en todos los campus de este centro universitario.

Para apoyar a los estudiantes que deseen realizar el programa de Ph D la IAP ha anunciado un Programa de Becas con tres modalidades: becas de excelencia académica, para alumnos con un curriculum destacado, y becas de colaboración y de exención de matrícula para alumnos sin recursos económicos.

La IAP, fundada en 1985 por un grupo de prestigiosos filósofos de diversas partes del mundo con el impulso de Juan Pablo II y del príncipe Nikolaus von Liechtenstein, es una universidad del Espacio Europeo de Educación Superior, especializada en estudios de filosofía.

Su órgano de gobierno, denominado “Senado”, está formado por profesores de todo el mundo, entre los que se encuentran los españoles Juan Miguel Palacio, Universidad Complutense de Madrid, y Marcelo López Cambronero, director del Campus de la IAP en Granada.

Es una universidad con un índice de ocupación cercano al 100%, un dato significativo en un centro dedicado a estudios de Filosofía.

Su método de enseñanza, muy distinto al habitual en otras universidades, destaca por la formación de una comunidad de estudio entre estudiantes y profesores y por una dirección personalizada y continua de los trabajos de los alumnos.

Se puede consultar el programa de estudios y de becas en la página web

www.iapspain.es.

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Los líderes latinos católicos responden a la “Caritas in Veritate”
Irá una delegación a saludar al Papa Benedicto XVI el próximo miércoles
ROMA, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Una delegación de la Asociación Católica de Líderes Latinos se encuentra en Roma esta semana para presentar a Benedicto XVI su respuesta a la encíclica “Caritas in Veritate”.

La delegación llegó a Roma la semana pasada para reunirse con el cardenal Peter Turkson, el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz. Más tarde se les animó a permanecer algunos días más para presentar ellos mismos su respuesta, al Papa en persona, el próximo miércoles.

Robert Aguirre, presidente de CALL, saludará al Santo Padre, después de la Audiencia semanal, en nombre de la asociación y le entregará una copia de un documento de 28 páginas, llamado “Caridad en la verdad: Nuestra respuesta en la fe”.

El texto es una reflexión sobre la última encíclica del Papa Benedicto XVI, que se publicó en 2009.

En un comunicado de prensa enviado a ZENIT, CALL afirma “su voto de actuar como discípulos fieles, confiando en el Santo Padre como pastor”.

“Como líderes latinos católicos de nuestro país”, dijo Aguirre, “es nuestra responsabilidad demostrar que nuestra identidad de católicos se define por lo que hacemos. Los miembros de CALL siguen las palabras del Beato Juan XXIII que dicen que 'hay que adecuar nuestras actividades profesionales a la doctrina social de la Iglesia'”.

“Nuestra 'Respuesta en la Fe' es nuestra oración para llevar a cabo la misión de la Iglesia en cada uno de los ámbitos de la vida”.

Publicado en julio, contiene como prefacio una carta dirigida a Benedicto XVI que dice: “Tú nos has llamado a reconocer la crisis de nuestros días, a establecer nuevas reglas, a replantear nuestro camino y a descubrir nuevas formas de compromiso”.

“Al escuchar tus palabras reconocemos que esta es 'una oportunidad para el discernimiento, en la que conformar una nueva visión para el futuro'”.

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Obispo denuncia xenofobia de costarricenses contra nicaragüenses
La Iglesia en Costa Rica pide acoger a inmigrantes del país vecino
MANAGUA, lunes 26 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El obispo de Alajuela, Costa Rica, Ángel San Casimiro llamó a ser un país solidario, erradicar la xenofobia contra los nicaragüenses y tener políticas migratorias que abran las puertas a quienes están contribuyendo a hacer de Costa Rica un país próspero.

Como entre todos los Estados fronterizos, los “ticos” y los “nicas” --genticilicios informales que se atribuyen mutuamente los habitantes de los dos países- existen elementos de fricción que van desde problemas de límites hasta los ahora migratorios, pasando por las descalificaciones mutuas.

“Realmente, este país tiene que ser un país solidario, este país tiene que desterrar por completo la xenofobia; porque no son, discúlpenme esta palabra, no son animales los que vienen, son personas”, declaró a medios nicaragüenses el obispo San Casimiro, al participar en un encuentro binacional, organizado por la Asociación Ticos y Nicas, “Somos Hermanos”, informaba este 23 de septiembre del diario nicaragüense La Prensa. Invitó a “tratar de desmitificar los mitos que sobre los nicaragüenses hay”.

Monseñor San Casimiro ha sido defensor de los derechos de los inmigrantes en Costa Rica y sus declaraciones a favor tuvieron gran repercusión cuando estuvo al frente de la diócesis de Ciudad Quesada, al norte del país; una zona que recibe mucha mano de obra nicaragüense que se emplea en labores agrícolas.

El obispo, de origen español, recordó que los nicaragüenses son parte del desarrollo económico de Costa Rica, porque levantan la cosecha, cuidan las casa, los hijos de las familias, entre otras actividades.

“Por eso hay que insistir en la solidaridad con la que hemos de recibir a nuestros hermanos y que la Iglesia realmente asuma su poder profético y de incidencia ante el poder político, para que las leyes migratorias no se fundamenten tanto en la seguridad del país, por cuanto que entonces va ser muy restrictiva”, indicó.

“Está bien, yo entiendo que todo país necesita una política migratoria regulada, vamos a regular pero no pongamos condiciones que mucho de nuestros hermanos nicaragüenses no pueden cumplir, yo creo que es una forma muy bonita de cerrarle las puertas, yo creo que hemos de buscar siempre el abrir puertas a quienes han venido hacer de Costa Rica un país muy próspero”, subrayó.

Costa Rica cuenta con una legislación migratoria que hace difícil la regularización, además de los requisitos que los inmigrantes no pueden cumplir.

Concluyó pidiendo leyes que se fundamenten en la solidaridad: “Yo no digo que no hay que cumplir la ley. Sí hay que cumplir la ley, pero que sean unas leyes humanas y que sea una ley con entrañas con un poquito de solidaridad”, puntualizó.

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Actualidad


India: señales contradictorias hacia los cristianos
Detenido el diseño de ley que previene la violencia contra las minorías
ROMA, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Según la información de la agencia Fides (23 de septiembre), el National Advisory Council (NCA) de la India – el organismo dirigido por Sonia Gandhi, líder del Partido del Congreso y de la United Progressive Alliance (UPA, la coalición de centro-izquierda actualmente en el gobierno)- ha publicado un nuevo esbozo de un proyecto de ley que pretende prevenir la violencia sectaria y tutelar los derechos de las numerosas minorías étnicas y religiosas del enorme país, ofreciendo, por ejemplo, más poder al gobierno federal para intervenir cuando la acción llevada a cabo por los estados resulta insuficiente. Los gobiernos estatales han sido acusados, en el pasado, de estatismo y de connivencia con los extremistas.

La normativa, titulada “Prevention of Communal and Targeted Violence (Access to Justice and Reparations) Bill, 2011”, pero comúnmente conocida como la “Communal Violence Bill”, ha sido definida como una “urgencia” por varios representantes de las minorías, entre los que destaca el padre Babu Joseph Karakombil. Como explicó a Fides el portavoz de la Conferencia Episcopal de la India (CBCI), el objetivo de la propuesta, que prevé también mecanismos para asistir y resarcir a las víctimas, es “crear un marco legislativo cierto, para prevenir, controlar y bloquear la violencia sectaria que ha causado tanto sufrimiento en la nación durante estos últimos años” (21 de septiembre).

Definido por el padre Babu como “un instrumento útil para construir la armonía y la paz social” en el país, sin embargo entre quienes rechazan el diseño de ley promovido por el gobierno federal no está sólo la oposición dirigida por el partido ultranacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) y una de las formaciones de la mayoría, el Trinamool Congress. “Afirman que, protegiendo a las minorías se daña a la mayoría”, dijo a Fides el arzobispo de Nueva Delhi, monseñor Vincent Concessao. “Pero la finalidad de la ley es sólo prevenir la violencia, adoptando medidas adecuadas y penalizando fuertemente a los que inician y llevan adelante los conflictos. Por esto continuaremos pidiendo al gobierno que se apruebe la ley y presionando unidas todas las minorías étnicas y religiosas”, dijo el prelado.

Según la oposición, la norma servirá sin embargo para profundizar la fractura entre las minorías y la mayoría en el seno en la sociedad india. Lo confirmó el sábado 24 de septiembre durante una conferencia celebrada en Ahmedabad (en el estado del Gujarat), Alok Kumar, abogado de renombre en el Tribunal Supremo indio.

Como explicó Kumar, que fue invitado por el Bharatiya Vichar Manch (un grupo vecino al BJP, que se autodefine en su propia web como “un movimiento intelectual”) a participar en un seminario sobre el tema de las minorías en India, no habría necesidad de esta ley, dado que en India no se ha dado ninguna violencia comunitaria en los últimos nueve años. “¿Por qué el gobierno improvisamente siente la necesidad de tener este tipo de ley, cuando el país no ha visto ninguna disensión comunitaria durante un largo periodo? ¿Por qué la violencia comunitaria se ha convertido en algo más importante que el terrorismo?”, dijo (Daily News and Analysis, 25 de septiembre). Según Kumar, el diseño de ley parte del presupuesto equivocado de que los gobiernos y las autoridades estatales están contra las minorías.

Así de claro ha sido B.S. Raghavan. En la web Business Line (12 de septiembre), el escritor sostiene, de hecho, que la nueva ley está destinada a perturbar “el delicado equilibrio de los poderes entre el gobierno central y los estados individuales de la Unión India”. Además, continúa diciendo, la ley crea la impresión errada de que es la mayoría la principal responsable de la violencia comunitaria. Pésima es, según el autor, la formulación “nebulosa”del texto, porque deja espacio a interpretaciones parciales o subjetivas.

Considerada la propuesta “peligrosa” por el líder de la oposición en la “Lok Sabha” (la Cámara Baja del Parlamento indio), Sushma Swaraj (Press trust of India, 10 de septiembre), la oposición nacionalista tiende a olvidar que los propios hindúes son una minoría en siete estados de la Unión (por ejemplo Nagaland y en el Punjab), como recordó John Dayal, activista pro derechos humanos y presidente de la United Christian Action, que con otros dos representantes cristianos se sienta en el National Advisory Council. “La ley les protegerá también a ellos”, afirmó (Fides, 30 de mayo).

Que es necesaria una ley como “disuasión para nuevos actos violentos de masa contra las minorías”- como ya había explicado en meses pasados el portavoz de los obispos indios el padre Babu (7 de junio)-, lo confirman nuevos datos entregados por la Conferencia Episcopal de la India a la agencia Fides (23 de septiembre). En el periodo 2005-2009 – así se informa- se han verificado en India al menos 4.030 casos de violencia contra las minorías religiosas. Estos ataques se han producido en 24 de los 35 estados y Territorios de la Unión India. Mientras tanto los estados del nordeste han permanecido “inmunes” -como afirma la agencia-, el número de las agresiones y de los ataques se han elevado especialmente en tres estados: Maharashtra (700 incidentes), Madhya Pradesh (666) y Uttar Pradesh (645). Con 943 casos, el año más oscuro fue el del 2008, es decir el año del “pógromo” en Orisa y en el Karnataka. Impresionante es el número de las víctimas y los heridos: respectivamente 648 y 11.278.

Y la violencia continúa. De un informe del Global Council of Indian Christians (GCIC) enviado a la agencia Fides (21 de septiembre) surge en el 2011 se han verificado al menos 55 casos graves de violencia (no se han contemplado episodios relacionados con amenazas o intervenciones para disturbar asambleas), de las que se han dado 35 en el Karnataka y 20 en Orissa. “Todo esto no sólo disturba la paz y la armonía en el país, sino que también daña la imagen del país en el extranjero”, observa el GCIC.

“En algunas zonas de India, algunos grupos extremistas de matriz hindú llevan adelante una agenda hecha de odio y falsificación del testimonio de los cristianos”, comentó el obispo de Vasai (en Maharashtra), monseñor Félix Machado, ex subsecretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. “En la historia de la Iglesia siempre ha habido fuerzas que se oponían a la fe”, añadió. “Tendremos siempre la persecución. Cuando se anuncia el Evangelio, muchos aceptan el mensaje de Cristo y se bautizan, de la misma manera otros lo rechazan”.

No obstante la continua violencia, de la India llegan también tímidas señales de esperanza para los cristianos. Por ejemplo recordar que hace dos semanas, las autoridades de Kandhamal -el distrito en el estado de Orissa que en 2008 fue el epicentro de la onda de violencia anticristiana- anunció la revocación de las órdenes de demolición para cinco iglesias, que según sus detractores se habían construido en suelo público sin los permisos necesarios. Según las informaciones de Fides (12 de septiembre), el gobierno local ha dado marcha atrás después de una delegación de cristianos de Orissa, entre los que está el misionero monfortano, el hermano K.J Markose.

“En Kandhamal la paz es todavía una ilusión”, contó el religioso a Fides. “Los cristianos locales no tienen ni siquiera la oportunidad de recordar públicamente a los mártires de 2008. Nuestra gente está todavía en las tiendas, vive en condiciones de extrema pobreza y muchos tienen miedo de volver a visitar sus pueblos natales. A los cristianos se les impide reparar o reconstruir sus casas. No podemos reconstruir las iglesias que los radicales hindúes derruyeron en 2008”.

Un paso positivo es también una decisión del Tribunal Supremo de Nueva Delhi, publicada el pasado 31 de agosto. El tribunal supremo de la India ha pedido oficialmente a la Comisión Nacional pro Derechos humanos (NHRC) que realice en un plazo de seis meses un nuevo informe “transparente e imparcial” sobre la situación de los cristianos en Orissa, especialmente en el distrito de Kandhamal (Eglises d'Asie, 2 de septiembre). El Tribunal, que se ha declarado “insatisfecho” por las informaciones provistas por las autoridades locales, había pedido, a mitad del agosto pasado, al gobierno estatal que ofreciera explicaciones sobre la gestión de la crisis, en particular sobre los esfuerzos para resarcir y rehabilitar a los desplazados y las víctimas de la persecución.

“Acogemos con favor la orden del tribunal ya que podrían ayudar a dejar las cosas como estaban antes del inicio de la violencia”, dijo Bipra Charan Nayak, responsable de la Survivors Association of Kandhamal Violence (UCA News, 1 de septiembre). “Tendremos un encuentro con los supervivientes y presentaremos nuestras quejas al NHRC”, continuó Nayak. El arzobispo emérito de Cuttack-Bhubaneshwar, monseñor Raphael Cheenath, ha dirigido una petición al Tribunal Supremo.

“Nuestra gente ha sufrido la incapacidad de la administración en la protección de quienes están amenazados. El miedo y la intimidación continúan, y la justicia es todavía una realidad lejana”, había dicho el prelado el pasado mes a AsiaNews (18 de agosto). “Hasta que los cristianos del Kandhamal no sean resarcidos como merecen, hasta que las iglesias y los edificios no sean reconstruidos y los culpables castigados, no se hará justicia”, declaró con fuerza y determinación.

Por Paul De Maeyer. Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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Análisis


La nueva evangelización en un nuevo mundo rural
El vicario general de Plasencia ofrece pistas para revitalizar la fe en los pueblos
PLASENCIA, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- En el mundo rural, la nueva evangelización debe llevarse a cabo de una forma original, con “sujetos evangelizadores de primera calidad”, “planteamientos hechos con rigor” y “realizaciones cuidadas con mimo y perseguidas con tenacidad”.

Ésta es una de las premisas anunciadas en la ponencia Nueva evangelización y nuevo mundo rural pronunciada por el vicario general de Plasencia, José Luis Hermoso, el 13 de septiembre en Plasencia, en las jornadas de la Universidad Pontificia de Salamanca Nueva evangelización: retos y posibilidades.

En opinión del ponente, la originalidad del ámbito rural “no supone facilidad de la misión (aunque tenga peculiares posibilidades y oportunidades), sino más bien dificultad”.

Formas

Hermoso habló con detalle de la forma original de evangelizar lugares de baja densidad poblacional (de hasta diez mil habitantes), predominio de actividades agropecuarias y características culturales diferentes a las del mundo urbano.

“La nueva evangelización tendrá dificultad de concretarse en vida si nuestras parroquias rurales no renuncian a faenar exclusivamente en la era trillada de misa, rosario y acto religioso-folclórico-cultural”, dijo.

“El salto consistirá en ubicarse en el duro, lento, pero fructífero trabajo, de organizar la pequeña comunidad”, añadió.

En la organización de la comunidad destacó la importancia del encuentro y el diálogo con cada persona, de acciones tradicionales de catequesis, homilías y charlas para ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, y de unas celebraciones de la fe vivas, en las que las personas participen y con referencia a los problemas cotidianos.

“Se trata de incidir en la pastoral ordinaria pero con un tono más evangelizador y añadir otras iniciativas que respondan directamente al deseo y a los objetivos de la nueva evangelización”, explicó. 

La liturgia

Respecto a los actos litúrgicos, señaló que sobre todo en zonas rurales deben ser un tiempo y un espacio para la relación con Dios, el encuentro con otros vecinos, el “sencillo sustento espiritual”, la clarificación de la fe y el impulso para el compromiso.

“Es el único alimento de mucha gente, y ese alimento ha mantenido y puede mantener aún a mucha gente –destacó-. Hay que cuidarlo con mimo, hay que poner alma; es, posiblemente, el alimento de los pobres”.

Hermoso indicó que “para revitalizar la liturgia habrá que intentar que las parroquias tengan ministros extraordinarios de la Eucaristía”.

“Así el templo parroquial, aunque no esté el sacerdote, se abre todos los días para la plegaria (también el rosario) y la comunión”, explicó.

Con especial hincapié invitó a potenciar las capacidades que encierra la religiosidad popular con gestos significativos como el rezar al comienzo y al final de las procesiones, incorporar la Liturgia de las Horas a las novenas,…

Catequesis

Por otra parte, el ponente invitó a plantearse la catequesis como un proceso que verdaderamente introduzca a la vida cristiana y a la participación en la vida de la Iglesia.

Ante las dificultades para que las personas mantengan su compromiso en la Iglesia, propuso “revisar en profundidad nuestra práctica de preparar y realizar los sacramentos de la iniciación; introducir el sistema de catecumenado; implicar a los padres en este proceso y acompañar esmerada y personalmente a los chicos a partir de la primera comunión, ofreciéndoles la posibilidad de encuentros de referencia con otros creyentes jóvenes y adultos”.

Al mismo tiempo, indicó que “allá donde la parroquia rural no pueda llegar, especialmente en este campo de la iniciación cristiana y también en la difícil labor con niños y jóvenes, habrá que acudir a la pastoral de conjunto”.

Pastoral familiar, decisiva

Hermoso se refirió también a la pastoral familiar, “decisiva” especialmente en el mundo rural.

“No habrá posibilidad de evangelización y transmisión de la fe si no hay implicación de la comunidad familiar”, advirtió.

En este sentido, propuso “hacer una apuesta y esfuerzo creativo para buscar y acompañar a matrimonios jóvenes rurales, sin importarnos el número”.

Y animó a dedicar esfuerzos para que esos matrimonios “descubran y asuman la responsabilidad del futuro de la fe en las comunidades rurales, que conozcan y cuiden el lenguaje simbólico de la fe en el hogar y ejerzan directamente la acción catequética, que en el mundo rural debería tener una especial dialéctica familia-comunidad”.

Buscar a los pobres y a los alejados

Por otra parte, calificó como “imprescindible” marcarse el objetivo de la presencia de Caritas “hasta en la última aldea” y subrayó que “los pobres han de ser evangelizados”.

Además, indicó la importancia de salir en búsqueda de los alejados, con encuentros cotidianos y también con actuaciones pastorales ambiciosas e imaginativas que transmitan visiblemente el mensaje evangélico en la vida y en la realidad de los pueblos.

“Habrá que plantearse formas de llevar a cabo el primer anuncio, como las misiones populares renovadas, que están demostrando su vigencia y validez”, dijo.

También destacó la importancia de la evangelización desde las tradiciones y manifestaciones culturales, así como la atención a los medios de comunicación y al uso y presencia en las nuevas tecnologías.

Como tarea relacionada con la religiosidad popular, Hermoso recalcó la de “valorar y purificar el inmenso patrimonio cultural religioso que existe en nuestros pueblos”.

Según el experto, habría que convertir el patrimonio de fiestas, nombres, artes, tradiciones, etcétera, “desde una purificación y profundización evangélica, en uno de “los pórticos de los gentiles” de los que nos habla Benedicto XVI”.

“Pienso en buenos materiales de catequesis, de divulgación, de orientación turística desde enfoques religiosos; en conferencias, jornadas culturales y religiosas; en preparar bien a quienes explican este patrimonio; en integrar y comprometer a los responsables de cofradías, hermandades y asociaciones en la vida de la parroquia; en favorecer la mutua fecundación entre la liturgia y la religiosidad popular”, dijo.

También destacó la importancia de la hoja parroquial, la web y los blogs que hablen de la parroquia, ya que las personas de los pueblos leen a gusto los temas cercanos a ellos.

Finalmente apuntó una condición indispensable de todo proyecto de nueva evangelización: su carácter eclesial. “Debe ser asumido, orientado y alentado por el obispo diocesano”, declaró.

Los evangelizadores

En su ponencia, Hermoso abordó también el tema de los agentes de la nueva evangelización del mundo rural, que, en su opinión, deben ser personas de los mismos pueblos, constantes y convertidas.

“La primera exigencia es la renovación espiritual de toda la Iglesia, de nosotros mismos”, afirmó.

“El primer empeño ha de estar en suscitar vocaciones constantes y convertidas al Señor de agentes evangelizadores de la pastoral rural”, continuó.

Destacó la necesidad de “sacerdotes, religiosas y laicos de los mismos pueblos y de los movimientos apostólicos que convertidos, formados, alentados y sostenidos material y espiritualmente por la comunidad eclesial se comprometan a esta tarea con humildad y perseverancia, con gran amor y firme esperanza, dispuestos a superar dificultades. Y con una visión clara de lo que queremos hacer”.

Como aspecto especialmente importante de los agentes de pastoral del mundo rural, el conferenciante destacó la “encarnación”.

“Los agentes de pastoral que tienen que encarnarse, entrañarse en sus pueblos hasta que sientan, sufran y gocen con lo que siente, sufre y goza el pueblo”, explicó.

Y añadió que esa encarnación “necesita vivirse desde el Señor, alimentarse en una honda contemplación, traducirse en pobreza y sencillez de vida, experimentarse como gozo, como suerte pastoral y vivirse en gratuidad”.

Esa actitud lleva a superar la conciencia extendida en muchos curas rurales de provisionalidad o del paso apresurado dos días a la semana y en la misa de domingo, señaló.

En la conferencia, Hermoso destacó que “la nueva evangelización precisa de los laicos y laicas”, que en el ámbito rural “deben salir del mismo pueblo”.

“Los pequeños también pueden ser apóstoles, acompañados de grupos o movimientos cristianos, que sintonicen con la misión y con un trabajo lento, paciente, formativo y programado”, añadió.

Según Hermoso, “hay cierta tendencia a buscar gente de fuera, pero de entrada hay que fiarse de la propia comunidad”.

Destacó que en su diócesis, con una presencia significativa de lo rural, “tenemos experiencia de que es posible que los evangelizadores sean de los mismos pueblos”.

Renovar

Con la nueva evangelización, explicó, se trata de renovar el impulso misionero, aprovechando lo que se ha hecho y lo que hay, los muchos creyentes, espiritualidades y experiencias de fe.

“Digamos con lenguaje campesino que la nueva evangelización no es hoy una siembra en barbecho, sino en un terreno cultivado por la acción del Espíritu Santo”, destacó.

En este sentido, afirmó que “hay que hacer el máximo esfuerzo para llevar a los pueblos las riquezas de las múltiples iniciativas que en este aspecto se están llevando a cabo en muchas diócesis”.

Y citó las catequesis de adultos, escuelas de agentes pastorales, cursos de formación específica sobre Biblia, catequesis, Doctrina Social de la Iglesia, etcétera que se llevan a cabo para la educación integral en la fe.

También indicó la importancia de “nuevas formas de trabajo más comunitarias que faciliten esa presencia y animación del sacerdote: unidades parroquiales de acción pastoral, equipos sacerdotales de misión, opciones decididamente evangelizadoras en los nombramientos…”.

El nuevo mundo rural

La ponencia reservó una atención especial a explicar las características del mundo rural actual.

“Hablar de un mundo rural es hablar de un mundo plural en cuanto a núcleos de población, en cuanto a distribución de la tierra, en cuanto a trabajo-productividad-riqueza y en cuanto a la situación religiosa”, afirmó.

Constató que el mundo rural ha cambiado mucho, con el paso “de una sociedad tradicional a una sociedad técnica y tecnificada”. En algunos casos, señaló, ha pasado de ser “despreciado por paleto” a “apreciado por su paz, sosiego y paisaje”.

También indicó algunos aspectos comunes con el mundo urbano: “el mundo rural se ha visto contaminado de la fuerte mentalidad posmoderna: el relativismo, la cultura de la imagen con una fuerte mentalidad hedonista y consumista y sobre todo el individualismo”.

En algunos pueblos grandes y medianos, dijo, “no está claro si debe aplicarse una pastoral rural o urbana”.

Pero junto a los cambios, añadió, “continúan intactos en las zonas rurales muchos valores tradicionales” y algunas personas buscan en ellas sus raíces y la cercanía de la naturaleza.

La clave: creer

Para la nueva evangelización de ese nuevo mundo rural, el ponente propuso “hacer lo que Abraham: creer”.

“Ante la realidad de abandono y envejecimiento social, económico y pastoral al que se ve sometido con frecuencia el mundo rural; ante los problemas de la escasez de clero y su avanzada edad y, en general, de los demás agentes de pastoral rural me temo que a algunos de ustedes puede rondarles por la cabeza aquella pregunta burlona de Abraham “¿A qué hombre de cien años puede nacerle un hijo?”.

E invitó, en conclusión, a “creer en la fuerza de su Espíritu y en su acción en su Iglesia y en sus comunidades, creer en las posibilidades de los cristianos de nuestro mundo rural…Y luego, también como Abraham ponernos manos a la obra”.

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Documentación


Declaración de la Santa Sede en la ONU sobre los desafíos actuales
Discurso del secretario para las Relaciones con los Estados
NUEVA YORK, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que pronunció este martes monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estado, en la 66ª sesión de la Asamblea General de la ONU.

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Señor presidente:

En nombre de la Santa Sede, tengo el placer de felicitarle por su elección a la Presidencia de la LXVI sesión de la Asamblea General de la ONU, y de asegurarle la plena y sincera colaboración de la Santa Sede. Mis felicitaciones se extienden también al Secretario General, S.E. Señor Ban Ki-moon, quien, durante este periodo de sesiones, el 1 de enero de 2012, comenzará su segundo mandato. Quisiera igualmente saludar cordialmente a la Delegación del Sudán del Sur, convertico en el 193ºpaís miembro de la Organización el pasado julio.

Señor presidente:

Como cada año, el debate general ofrece la ocasión de compartir y de afrontar las principales cuestiones que preocupan a la humanidad en búsqueda de un futuro mejor para todos. Los desafíos planteados a la comunidad internacional son numerosos y difíciles. Con todo, ponen cada vez más a la luz la profunda interdependencia existente dentro de la “familia de las naciones”, que ve en la ONU un instrumento importante, a pesar de sus límites, en la identificación y la aplicación de las soluciones a los principales problemas internacionales. En este contexto, sin querer ser exhaustivo, mi Delegación quiere detenerse sobre los desafíos prioritarios, para que el concepto de “familia de las naciones” se concrete cada vez más.

El primer desafío es de orden humanitario. Interpela a toda la comunidad internacional, o mejor, a la “familia de las naciones”, a cuidar de sus miembros más débiles. En ciertas partes del mundo, como en el Cuerno de África, estamos por desgracia en presencia de emergencias humanitarias graves y dramáticas que provocan el éxodo de millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, con un número elevado de víctimas de la sequía, del hambre y de la desnutrición. La Santa Sede desea renovar su llamamiento, muchas veces expresado por el Papa Benedicto XVI, a la comunidad internacional para amplificar y apoyar las políticas humanitarias en esas zonas e influir concretamente sobre las diferentes causas que acrecientan su vulnerabilidad.

Estas urgencias humanitarias llevan a subrayar la necesidad de encontrar formas innovadoras para poner a la obra el principio de la responsabilidad de proteger, en cuyo fundamento se encuentra el reconocimiento de la unidad de la familia humana y la atención a la dignidad innata de cada hombre y de cada mujer. Como se sabe, este principio hace referencia a la responsabilidad de la comunidad internacional de intervenir en las situaciones en las cuales los Gobiernos ya no pueden por sí mismos o ya no quieren cumplir con el primer deber que les incumbe de proteger a sus poblaciones contra violaciones graves de los derechos humanos, así como ante las consecuencias de las crisis humanitarias. Si los Estados ya no son capaces de garantizar esta protección, la comunidad internacional debe intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de las Naciones Unidas y por otros instrumentos internacionales.

Sin embargo, hay que recordar que existe el riesgo de que dicho principio pueda ser invocado en ciertas circunstancias como un motivo cómodo para utilizar la fuerza militar. Es bueno recordar que el mismo uso de la fuerza conforme a las reglas de las Naciones Unidas debería ser una solución limitada en el tiempo, una medida de verdadera urgencia que debería acompañarse y seguirse de un compromiso concreto de pacificación. En consecuencia, es necesario, para responder al desafío de la “responsabilidad de proteger”, que haya una búsqueda más profunda de los medios de prevenir y de gestionar los conflictos, explorando todas las vías diplomáticas posibles a través de la negociación y del diálogo constructivo y prestando atención y aliento a los más débiles signos de diálogo o de deseo de reconciliación por parte de las partes implicadas. La responsabilidad de proteger debe entenderse no solamente en términos de intervención militar, que deberían ser siempre el último recurso, sino, ante todo, como un imperativo para la comunidad internacional de estar unida ante las crisis y de crear las instancias para negociaciones correctas y sinceras, para apoyar la fuerza moral del derecho, para buscar el bien común y para incitar a los Gobiernos, a la sociedad civil y a la opinión pública a encontrar las causas y a ofrecer soluciones a las crisis de todo tipo, actuando en estrecha colaboración y solidaridad con las poblaciones afectadas y poniendo por encima de todo, la integridad y la seguridad de todos los ciudadanos. Es por tanto importante que la responsabilidad de proteger, entendida en este sentido, sea el criterio y la motivación que subyazga en todo el trabajo de los Estados y de la Organización de las Naciones Unidas para restaurar la paz, la seguridad y los derechos del hombre. Por otro lado, la larga y generalmente exitosa historia de las operaciones de mantenimiento de la paz (peacekeeping) y las iniciativas más recientes de construcción de la paz (peacebuilding) pueden ofrecer experiencias valiosas para concebir modelos de puesta en acto de la responsabilidad de proteger, en el pleno respeto del derecho internacional y de los intereses legítimos de todas las partes implicadas.

Señor presidente: 

El respeto de la libertad religiosa es el camino fundamental para la construcción de la paz, el reconocimiento de la dignidad humana y la salvaguarda de los derechos del hombre. Este es el segundo desafío, sobre el que quisiera detenerme. Las situaciones en las que el derecho a la libertad religiosa es lesionado o negado a los creyentes de las diferentes religiones, son desgraciadamente numerosos; se observa, ay, un aumento de la intolerancia por motivos religiosos, y desgraciadamente se constata que los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre en mayor número persecuciones a causa de su fe. La falta de respeto de la libertad religiosa representa una amenaza para la seguridad y la paz e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral. El peso particular de una religión determinada en una nación no debería jamas implicar que los ciudadanos pertenecientes a otras confesiones sean discriminados en la vida social o, peor aún se tolere la violencia contra ellos. A propósito de esto, es importante que un compromiso común de reconocer y de promover la libertad religiosa de cada persona y de cada comunidad sea favorecido por un diálogo interreligioso sincero, promovido y puesto en práctica por los representantes de las diferentes confesiones religiosas y apoyado por los Gobiernos y por las instancias internacionales. Renuevo a las autoridades y a los jefes religiosos el llamamiento preocupado de la Santa Sede, para que se adopten medidas eficaces para la protección de las minorías religiosas, allí donde están amenazadas, con el fin de que, por encima de todo, los creyentes de todas las confesiones puedan vivir en seguridad y seguir aportando su contribución a la sociedad de la que son miembros. Pensando en la situación de ciertos países, quisiera repetir, en particular, que los cristianos son ciudadanos con el mismo título que los demás, ligados a su patria y fieles a todos sus deberes nacionales. Es normal que puedan gozar de todos los derechos de ciudadanía, de la libertad de conciencia y de culto, de la libertad en el campo de la enseñanza y de la educación y en el uso de los medios de comunicación.

Por otra parte, hay países en los que, aunque se concede gran importancia al pluralismo y a la tolerancia, paradójicamente, se tiende a considerar la religión como un factor extraño a la sociedad moderna o considerarlo como desestabilizador, buscando por diversos medios marginarla e impedirle toda influencia en la vida social. ¿Pero cómo puede negarse la contribución de las grandes religiones del mundo al desarrollo de la civilización? Como ha subrayado el Papa Benedicto XVI, la búsqueda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre. Por ejemplo, las comunidades cristianas, con sus patrimonios de valores y de principios, han contribuido fuertemente a la toma de conciencia de las personas y de los pueblos respecto a su propia identidad y dignidad, así como a la conquista de las instituciones del Estado de derecho y a la afirmación de los derechos del hombre y de sus correspondientes deberes. En esta perspectiva, es importante que los creyentes, hoy como ayer, se sientan libres de ofrecer su contribución a la promoción de un ordenamiento justo de las realidades humanes, no solamente mediante un compromiso responsable a nivel civil, económico y político, sino también mediante el testimonio de su caridad y de su fe.

Un tercer desafío sobre el que la Santa Sede querría llamar a la atención a esta asamblea concierne la prolongación de la crisis económica y financiera mundial. Todos sabemos que un elemento fundamental de la crisis actual es el déficit ético en las estructuras económicas. La ética no es un elemento externo a la economía y la economía no tiene futuro si no tiene en cuenta el elemento moral: en otras palabras, la dimensión ética es fundamental para afrontar los problemas económicos. La economía no sólo funciona a través de una autorregulación del mercado y mucho menos a través de acuerdos que se limiten a conciliar los intereses de los más poderosos; tiene necesidad de una razón de ser ética para funcionar al servicio del hombre. La idea de producir recursos y bienes, es decir la economía, y de gestionarlos de un manera estratégica, es decir política, sin tratar de hacer el bien a través de las mismas acciones, es decir sin ética, se convierte en una ilusión ingenua o cínica, siempre fatal. De hecho, cada decisión económica tiene una consecuencia moral. La economía tiene necesidad de la ética para funcionar correctamente; no de una ética cualquiera, sino de una ética centrada en la persona y capaz de ofrecer perspectivas a las nuevas generaciones. Las actividades económicas y comerciales orientadas hacia el desarrollo deberían ser capaces de hacer disminuir efectivamente la pobreza y de aliviar los sufrimientos de los más desprotegidos. La Santa Sede alienta en este sentido el refuerzo de la ayuda pública al desarrollo, en conformidad con los compromisos asumidos en Gleneagles. Y mi delegación tiene la esperanza de que las discusiones sobre este tema, con motivo del próximo diálogo de alto nivel sobre la “Financiación del desarrollo”, traigan los resultados esperados. Por otra parte, la Santa Sede ha subrayado en varias ocasiones la importancia de una nueva y profunda reflexión sobre el sentido de la economía y sus objetivos, así como una revisión clarividente de la arquitectura financiera y comercial global para corregir las problemas de funcionamiento y las distorsiones. Esta revisión de las reglas económicas internacionales debe integrarse en el marco de la elaboración de un nuevo modelo global de desarrollo. En realidad, lo exige el estado de salud ecológico del planeta, y lo requiere sobre todo la crisis cultural y moral del hombre, cuyos síntomas son evidentes por doquier desde hace tiempo.

Esta reflexión debe inspirar también las sesiones de trabajo de la Conferencia de la ONU sobre el desarrollo sostenible (Río+20), del mes de junio próximo, con las convicción de que “el ser humano debe ser el centro de las preocupaciones por el desarrollo sostenible”, como lo afirma el primer principio de la Declaración de Río de 1992 sobre el ambiente y el desarrollo. El sentido de la responsabilidad y la salvaguarda del ambiente deberían ser orientadas por la conciencia de ser una “familia de naciones”. La idea de “familia” evoca inmediatamente algo más que relaciones simplemente funcionales o simples convergencias de intereses. Una familia es por su misma naturaleza una comunidad fundada en la interdependencia, en la confianza y ayuda mutua, en el respeto sincero. Su pleno desarrollo no se basa en la supremacía del más fuerte, sino en la atención al más débil y marginado, y su responsabilidad se amplía a las generaciones futuras. El respeto por el desarrollo nos debería hacer más atentos a las necesidades de los pueblos más desfavorecidos; debería crear una estrategia a favor de un desarrollo centrado en las personas, favoreciendo la solidaridad y la responsabilidad con todos, incluyendo las generaciones futuras.

Esta estrategia debe beneficiarse de la Conferencia de la ONU para analizar el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), prevista en 2012. Un comercio de armas que no esté regulado ni sea transparente tiene importantes repercusiones negativas. Frena el desarrollo humano integral, aumenta los riesgos de conflictos, sobre todo internos, y de inestabilidad, y promueve una cultura de violencia y de impunidad, con frecuencia ligada a las actividades criminales, como el tráfico de droga, el tráfico de seres humanos y la piratería, que constituyen problemas internacionales cada vez más graves. Los resultados del actual proceso del TCA serán un test para medir la voluntad real de los estados de asumir sus responsabilidad moral y jurídica en este campo. La comunidad internacional debe preocuparse por alcanzar un Tratado para el Comercio de Armas que sea efectivo y aplicable, consciente del gran número de personas que están afectadas por el comercio ilegal de armas y municiones, así como de sus sufrimientos. De hecho, el objetivo principal del Tratado no sólo debería ser la regulación del comercio de armas convencionales o convertirse en obstáculo del mercado negro, sino también y sobre todo debería tener por objetivo proteger la vida humana y edificar un mundo más respetuoso de la dignidad humana.

Señor presidente:

Su contribución a la edificación de un mundo más respetuoso de la dignidad humana demostrará la capacidad efectiva de la ONU para cumplir con su misión, que tiene por objetivo ayudar a la “familia de naciones” a perseguir objetivos comunes de paz, de seguridad, y de un desarrollo humano integral para todos.

La preocupación de la Santa Sede se dirige también a los acontecimientos que tienen lugar en algunos países de África del Norte y de Oriente Medio. Quisiera renovar aquí el llamamiento del Santo Padre Benedicto XVI para que todos los ciudadanos, en particular los jóvenes, hagan todo lo posible para promover el bien común y para edificar sociedades en las que se venza la pobreza y en las que toda opción política se inspire en el respeto de la persona humana; sociedades en las que la paz y la concordia triunfarán sobre la división, el odio y la violencia.

Una última observación concierne a la demanda de reconocimiento de Palestina como Estado miembro de las Naciones Unidas, presentada aquí mismo el 23 de septiembre por el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, señor Mahmud Abas. La Santa Sede considera esta iniciativa en la perspectiva de los intentos de encontrar una solución definitiva, con el apoyo de la comunidad internacional, a la cuestión ya afrontada por la Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con fecha del 29 de noviembre de 1947.Este documento fundamental sienta la base jurídica para la existencia de dos Estados. Uno de ellos ya fue creado, mientras que el otro aún no ha sido aún constituido, a pesar de que han pasado casi sesenta y cuatro años. La Santa Sede está convencida de que, si uno quiere la paz, hay que saber adoptar decisiones valientes. Es necesario que los órganos competentes de las Naciones Unidas tomen una determinación que ayude a poner por obra de forma efectiva el objetivo final, es decir, la realización del derecho de los Palestinos a tener su propio Estado independiente y soberano, y el derecho de los israelíes a la seguridad, estando ambos Estados provistos de fronteras reconocidas internacionalmente.

La respuesta de las Naciones Unidas, sea la que sea, no constituirá una solución completa, y sólo se logrará una paz duradera mediante negociaciones de buena fe entre israelíes y palestinos evitando acciones o condiciones que contradigan las declaraciones de buena voluntad. La Santa Sede, en consecuencia, exhorta a las partes a retomar las negociaciones con determinación y hace un apremiante llamamiento a la comunidad internacional para que aumente su compromiso y estimule su creatividad y sus iniciativas, para que se llegue a una paz duradera, en el respeto de los derechos de los israelíes y de los palestinos.

Gracias, Señor presidente.

[Traducción del original francés realizada por Inma Álvarez y Jesús Colina]

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Discurso del Papa en el encuentro con los seminaristas en Friburgo
Versión escrita de la intervención improvisada
FRIBURGO, martes 27 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el discurso improvisado que el Papa Benedicto XVI dirigió a cerca de sesenta seminaristas en la capilla del Seminario de Friburgo, durante su viaje apostólico a Alemania. La transcripción y traducción al italiano es de L'Osservatore Romano.

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Queridos seminaristas, queridos hermanos y hermanas

Para mi es una gran alegría poder encontrarme aquí con los jóvenes que se encaminan para servir al Señor; que escuchan su llamada y quieren seguirlo. Quisiera dar las gracias de modo particularmente caluroso por la bella carta que el Rector del seminario y los seminaristas me han escrito. Realmente me ha tocado el corazón cómo habéis reflexionado sobre mi carta, y de ella habéis desarrollado vuestras preguntas y respuestas; con qué seriedad acogéis lo que he intentado proponer y, en base a esto, desarrolláis vuestro propio camino.

Ciertamente lo más bonito sería que pudiésemos tener un diálogo juntos, pero el horario del viaje, al que estoy obligado y debo obedecer, por desgracia, no me permite cosas de este tipo. Puedo solamente intentar subrayar una vez más algunos pensamientos a la luz de lo que habéis escrito y de lo que yo había escrito.

En el contexto de la pregunta: “¿De qué forma parte el seminario; qué significa este periodo?” en el fondo, me impacta cada vez más que nada el modo en que san Marcos, en el tercer capítulo de su Evangelio, describe la constitución de la comunidad de los Apóstoles: “El Señor instituyó a los Doce”. Él crea algo, Él hace algo, se trata de un acto creador. Él los crea, “para que estuvieran con él, y para enviarlos”(cfr. Mc 3, 14): esta es una doble voluntad que, bajo ciertos aspectos, parece contradictoria. “Para que estuvieran con él”: tienen que estar con Él, para llegar a conocerle, para escucharle, para dejarse plasmar por Él; tienen que ir con Él, estar con Él en camino, alrededor de Él y detrás de Él. Per al mismo tiempo deben ser enviados que parten, que llevan fuera lo que han aprendido, lo llevan a los demás hombres en camino – hacia laperiferia, en el vasto ambiente, también hacia lo que está muy alejado de Él. Y sin embargo, estos aspectos paradójicos van juntos: si ellos están verdaderamente con Él, entonces están siempre también en camino hacia los demás, entonces están en búsqueda de la oveja perdida, entonces van allí, tienen que transmitir lo que han encontrado, tienen que darle a conocer, convertirse en enviados. Y viceversa: si quieren ser verdaderos enviados, tienen que estar siempre con Él. San Buenaventura dijo una vez que los Ángeles, allí donde van, por lejos que sea, se mueven siempre dentro de Dios. Así es también aquó: como sacerdotes debemos salir a los múltiples caminos en los que se encuentran los hombres, para invitarles a su banquete nupcial. Pero sólo podemos hacerlo permaneciendo siempre junto a Él. Y aprender esto, este salir fuera, ser enviados, junto con estar con Él, permanecer junto a Él, es – creo – precisamente lo que tenemos que aprender en el seminario. La forma correcta de permanecer con Él, de estar profundamente arraigados en Él – estar cada vez más con Él, conocerle cada vez más, separarse cada vez menos de Él – y al mimso tiempo salir cada vez más, llevar el mensaje, transmitirlo, no guardarlo para nosotros, sino llevar la Palabra a los que están alejados y que, sin embargo, en cuanto que criaturas de Dios y amados por Cristo, llevan en el corazón el deseo de Él.

El seminario es por tanto un tiempo para ejercitarse; ciertamente también para discernir y aprender: ¿Él me quiere para esto? La vocación debe ser confirmada, y de esto forma parte además la vida comunitaria y forma parte naturalmente el diálogo con los guías espirituales que tenéis, para aprender a discernir lo que es su voluntad. Y después aprender la confianza: si Él lo quiere realmente, entonces puedo confiarme a Él. En el mundo de hoy, que se transforma de modo increíble y en el que todo cambia continuamente, en el que los vínculos humanos se rompen porque tienen lugar nuevos encuentros, se hace cada vez más difícil creer: yo resistiré toda la vida. Ya para nosotros, en nuestros tiempos, no era fácil imaginar cuántas décadas Dios habría querido darme, cuánto habría cambiado el mundo. ¿Perseveraré con Él, tal como le prometí?... Es una pregunta que, precisamente, exige la comprobación de la vocación, pero después – más reconozco: sí, Él me quiere – también la confianza: si me quiere, entonces también me sostendrá; en la hora de la tentación, en la hora del peligro estará presente y me dará personas, me mostrará caminos, me sostendrá. Y la fidelidad es posible, porque Él está siempre presente, y porque Él existe ayer, hoy y mañana; porque Él no pertenece sólo a este tiempo, sino que es futuro y puede sostenernos en todo momento.

Un tiempo de discernimiento, de aprendizaje, de llamada... Y después, naturalmente, en cuanto que tiempo de estar con Él, tiempo de oración, de escucha de Él. Escuchar, aprender a escucharle de verdad – en la Palabra de la Sagrada Escritura, en la fe de la Iglesia, en la liturgia de la Iglesia – y aprender el hoy en su Palabra. En la exégesis aprendemos muchas cosas sobre el ayer: todo lo que existía entonces, qué fuentes hay, que comunidades existían, etc. También esto es importante. Pero más importante es que en este ayer nosotros aprendemos el hoy; que Él con estas palabras habla ahora y que éstas llevan todas en sí su hoy, y que, más allá de su inicio histórico, llevan en sí una plenitud que habla a todos los tiempos. Y es importante aprender esta actualidad de su hablar – aprender a escuchar – y así poder hablar de ella a los demás hombres. Ciertamente, cuando se prepara la homilía del Domingo, este hablar... Dios mío, ¡está a menudo tan lejos! Pero si yo vivo con la Palabra, entonces veo que no está lejos en absoluto, que es actualísima, está presente ahora, se refiere a mí y se refiere a los demás. Y entonces aprendo también a explicarla. Pero para esto se necesita un camino constante con la Palabra de Dios.

Estar personalmente con Cristo, con el Dios vivo, es una cosa; la otra es que siempre, sólo en el “nosotros” podemos creer. A veces digo: san Pablo escribió: “la fe viene de la escucha” – no del leer. Necesita también de la lectura, pero viene de la escucha, es decir, de la palabra viviente, de las palabras que los demás me dirigen y que puedo escuchar; de las palabras de la Iglesia a través de todos los tiempos, de la palabra actual que ésta me dirige mediante los sacerdotes, los obispos y los hermanos y hermanas. Forma parte de la fe el “tú” del prójimo, y forma parte de la fe el “nosotros”. E precisamente este ejercitarse en soportarse mutuamente es algo muy importante; aprender a acoger al otro como otro en su diferencia, y aprender que él tiene que soportarme a mí en mi diferencia, para llegar a ser un “nosotros”, para que un día también en la parroquia podamos formar una comunidad, llamar a las personas a entrar en la comunidad de la Palabra y estar juntos en camino hacia el Dios viviente. Forma parte de ello el “nosotros” concreto, como lo es seminario, como lo será la parroquia, pero también el mirar más allá del “nosotros” concreto y limitado al gran “nosotros” de la Iglesia en todo lugar y en todo tiempo, para no hacer de nosotros mismos el criterio absoluto. Cuando decimos: “Nosotros somos Iglesia” – sí, es verdad: somos nosotros, no cualquier persona. Pero el “nosotros” es más amplio que el grupo que lo está diciendo. El “nosotros” es la entera comunidad de los fieles, sí, allí existe, por así decirlo, el juicio de la mayoría de hecho, pero nunca puede haber una mayoría contra los Apóstoles y contra los Santos: esto sería una falsa mayoría. Nosotros somos Iglesia: ¡seámoslo! Seámoslo precisamente en el abrirnos y en el ir más allá de nosotros mismos y en serlo junto con los demás.

Creo que, en base al horario, quizás debería concluir. Quisiera solamente deciros una cosa más. La preparación al sacerdocio, el camino hacia él, requiere ante todo también el estudio. No se trata de una casualidad académica que se ha formado en la Iglesia occidental, sino que es algo esencial. Sabemos todos que san Pedro dijo: “Estad siempre dispuestos a defenderos delante de cualquiera que os pida razón de la esperanza que tenéis”(cfr. 1Pe 3, 15). Nuestro mundo hoy es un mundo racionalista y condicionado por la cientificidad, aunque a menudo se trate de una cientificidad sólo aparente. Pero el espíritu de la cientificidad, del comprender, del explicar, del poder saber, del rechazo a todo lo que no es racional, es dominante en nuestro tiempo. Hay en esto algo grande, aunque a menudo detrás se esconde mucha presunción e insensatez. La fe no es un mundo paralelo del sentimiento, que nos permitimos además como un “plus”, sino que es lo que abraza el todo, le da sentido, lo interpreta y le da también las directrices éticas interiores, para que sea comprendido y vivido de cara a Dios y a partir de Dios. Por esto es importante estar informados, comprendes, tener la mente abierta, aprender. Naturalmente, dentro de veinte años estarán de moda teorías filosóficas totalmente distintas de las de hoy: si pienso en lo que entre nosotros era la más alta y moderna moda filosófica y veo cómo todo eso ya se ha olvidado... A pesar de ello, no es inútil aprender estas cosas, porque en ellas hay también elementos duraderos. Y sobre todo, con ello aprendemos a juzgar, a seguir mentalmente un pensamiento – y a hacerlo de forma crítica – y aprendemos a hacer que, al pensar, la luz de Dios nos ilumine y no se apague. Estudiar es esencial: sólo así podemos hacer frente a nuestro tiempo y anunciarle el logos de nuestra fe. Estudiar también de forma crítica – en la conciencia, precisamente, de que mañana otro dirá algo distinto – pero ser estudiantes atentos y abiertos y humildes, para estudiar siempre con el Señor, ante el Señor y para Él.

Sí, podría decir aún muchas cosas, y quizás debería hacerlo... Pero os doy las gracias por la escucha. Y en la oración, todos los seminaristas del mundo están presentes en mi corazón – no tan bien, con el nombre de cada uno, como les he recibido aquí, pero con todo en una camino interior hacia el Señor: que Él los bendiga a todos, les dé luz a todos y les indique el camino correcto, y nos de muchos buenos sacerdotes. Gracias de corazón.

[© L'Osservatore Romano. Traducción del italiano por Inma Álvarez]

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