4.10.11

Musulmanes en Europa: pedir lo que no se da

A las 12:40 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
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Un lector amable y un amable lector me envió una noticia que, no por poco sorprendente según están las cosas deja de preocupar.

Creo recordar que en Suiza se aprobó una norma dirigida a que no se construyeran más minaretes en aquella nación europea. Eso, como es lógico, produjo más de una ampolla en corazón de las personas que creen que se puede cambiar el devenir religioso de la vieja Europa a base de proselitismo musulmán.

Pero lo de ahora responde a un intento de tergiversar las cosas y de ponerlas bocabajo para ver si la cosa revienta por donde conviene a ciertos radicales y muchos progres aprueban y aprovechan para pescar en río revuelto.

La noticia dice queMusulmanes piden que Suiza quite la cruz y use una bandera invasora” porque, según informaba Libertad Digital (noticia que recogía el blog de “Contando estrelas”), se había presentado, digamos, una extraña solicitud por un grupo de creyentes de la fe musulmana y es, exactamente, la que dice el titular de la noticia.

Dice “Elentir” en el blog citado que se quiere imponer una bandera que, en realidad, no es la propia de Suiza. Pero, en realidad, esto, aunque está muy bien saber el origen de una y otra bandera, importa poco porque hay algo que es mucho peor y que es el trasfondo de todo este intento.

Lo que se quiere imponer es, además, algo que en sus naciones de origen (musulmanas) no se practica porque es bien conocido que el régimen de libertades que existe en naciones en las que predomina el Islam es francamente mejorable y, sobre todo, en materia religiosa (que es, aquí, el caso, por lo de la cruz) brilla por su ausencia no el consentimiento de la práctica sino el mínimo respeto.
Y dicen, para que cause más pavor por el desahogo que tiene plantearlo por quien lo plantea, que resulta que el hecho de que aparezca una cruz en la bandera suiza es signo de que no se respeta el multiculturalismo y que, además, tal símbolo unifica política y religión.

¡Acabáramos! Ahora resulta que lo que se predica desde la religión musulmana (la no separación de religión y Estado) y la falta de respeto a otras culturas religiosas (propio de las naciones, precisamente, musulmanas) quieren que se lleve a cabo en Suiza y, seguro por extensión en el resto de Europa.

Es bien cierto que, por ejemplo, en España se han dado casos de quitar, de las imágenes en las que aparecían moros sometidos a cristianos, las de los citados musulmanes porque, al parecer, insultaban o menospreciaban a los miembros de tal religión. Y algo así se pretende ahora en la nación en la que, he recordado arriba, ya se ha tratado de poner coto a la expansión musulmana. Por eso, nada de esto extraña pero sí debería preocupar y traer a nuestra memoria la expresión de la (ya fallecida) escritora italiana Oriana Fallaci acerca de lo que denominaba “Eurabia” y que no era nada halagüeño para nadie que tenga dos dedos de frente y quiera seguir manteniendo la cabeza sobre los hombros.

Y es que no hay que ser profeta ni hijo de profeta para descubrir, en determinadas iniciativas, una variante poco sutil de la imposición musulmana asentada, a lo mejor esto es más que probable, en comportamientos políticamente correctos de muchos políticos europeos y de la voluntad de causar malestar a la religión de la cruz que tanto bien ha hecho por Europa y, entre otras cosas, librar de la bota musulmana al acecho, desde fue posible, de rendirnos al alfanje y someternos bajo los pies de sus babuchas.

Pero lo que no hay que ser es, sobre todo, iluso y, menos aún, creer que todos vamos a hacer seguidismo de determinadas actuaciones claramente contrarias a la tradición europea que nada tienen que ver con la musulmana como, por cierto, ya dejamos claro los españoles durante los siglos que duró la Reconquista.

Dicen, además, que esto lo proponen los musulmanes de segunda generación que son los hijos de los que llegaron, ahora es el caso, a Suiza es de suponer en busca de una vida mejor que la que tenían en sus naciones origen y que quieren, ahora sus descendientes, echar todo por tierra y pisotearlo para imponer sus propias ideas y, al cabo, religión, dando exactamente igual que se quieran servir del confuso vocabulario actual que busca, las más de las veces, embaucar a incautos.

Con lo fácil que lo tendrían regresando a sus paraísos de origen…

Eleuterio Fernández Guzmán