14.10.11

 

Ayer comentaba el resurgimiento de los asesinatos rituales de niños en Uganda. Coincido con muchos de los comentaristas del blog en que no es un fenómeno exclusivo de un país subdesarrollado, en las «sociedades progresistas» también se da.

El Comisionado para la Infancia del Reino Unido va realizar un estudio, que durará dos años aproximadamente, para delimitar la magnitud y causas del fenómeno de explotación sexual infantil en el Reino Unido. Se teme que las cifras sean peores que las estimaciones actuales que sitúan en unos 10 mil los casos. Sí, sí, 10.000.

Como siempre la BBC hace buen periodismo y relata algunos casos con nombre y apellidos. Los amantes del morbo lo podéis leer allá. Bandas gansteriles los captan y después los someten a salvajes y periódicas sesiones.

No es un fenómeno atribuible a ningún grupo étnico, aunque sí que destaca que hay una mayor incidencia cuando los niños están al cuidado del estado. La situación se destapó en agosto con el caso de Susan, una niña de 12 años obligada a prostituirse en el Gran Manchester. Entonces las estimaciones alertaban de unos cientos de casos.

A este paso los pederastas no tendrán que viajar a Extremo Oriente. Son igual de repugnantes los secuestradores como los que se «benefician» de ello. La ficción es claramente superada por la realidad. Películas como «Taken» o novelas como «El imperio de los Lobos» de Grangé parecen cuentos de Disney.

Es de suponer que si la banda fuese de curas o monjas, por decir algo, el problema ya se habría resuelto y abriría telediarios. Tendríamos unas estadísticas exactas, sin dudarlo. Pero, ¿qué son 10.000 niños?

Desde luego que habrá quien piense que la humanidad siempre progresa.