14.10.11
¿Qué espera el cardenal Grocholewski?
¿Qué espera el cardenal Zenon Grocholewski? Eso se preguntan en Lima y en Roma muchos católicos peruanos. ¿Qué espera el prefecto de la Congregación para la Educación Católica para dar a conocer el nombre del visitador apostólico que deberá poner orden en el desaguisado en el cual se ha convertido la Pontificia Universidad Católica del Perú? Sobre todo porque el enviado papal está elegido, es un obispo que ya estuvo en El Vaticano para recibir instrucciones. Todo parece indicar que será anunciado a inicios de noviembre.
Pero la situación en esa casa de estudios es vergonzosa. Los directivos de dicha universidad, creada por la Iglesia con los títulos de “pontificia” y “católica”, no tienen el menor empacho de burlarse públicamente de la máxima autoridad eclesiástica de su país, el cardenal arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani Thorne quien, de paso, es jurídicamente su jefe: el gran canciller de la PUCP.Como documentó el diario peruano El Correo, el rector Marcial Rubio y sus principales colaboradores no tienen el menor respeto por la institución a la cual la universidad que dirigen debe su existencia. Una foto demostró su cinismo: un fantoche “disfrazado” de Cipriani y los dirigentes universitarios riendo a su alrededor. Sin palabras.
Recuerdo que en 1999 estuve en Lima y visitando la sede de la Conferencia Episcopal Peruana encontré por casualidad, bajo una mesa, un panfleto que ya en ese entonces defendía las posiciones universitarias y denigraba al arzobispado de la capital peruana. Eso fue hace 12 años, aunque lo vivido hoy es resultado de una rebeldía durada más de 30. Por fin El Vaticano se decidió a intervenir, ojalá no sea demasiado tarde.
Serafines susurran.- Que es inminente el anuncio, por parte de la Santa Sede, del nuevo obispo prelado de Huautla, en el sureño estado mexicano de Oaxaca. En los próximos días se sabrá el nombre del sacerdote que ocupará el puesto vacante dejado por Héctor Luis Morales Sánchez, el anterior pastor de esa demarcación, quien fue trasladado a la diócesis de Ciudad Nezahualcóyotl el 7 de enero pasado.
Por otro lado la feligresía que aún deberá esperar por nuevo arzobispo es la de Guadalajara, también en México. Tomará algunas semanas la designación de un sucesor para el cardenal Juan Sandoval Iñiguez. A finales del mes de septiembre estuvo en Roma el nuncio apostólico en la capital mexicana, Christophe Pierre, para su visita anual tras unas vacaciones en su natal Francia.
Pero, a diferencia de lo previsible, no depositó su reporte con la terna de candidatos a dicho cargo en la Congregación para los Obispos. Quiso tomarse todavía un tiempo antes de mandar el dossier. No es para menos, se trata de una de las porciones del pueblo de Dios más importantes de América Latina.
Mientras tanto el cardenal Sandoval ya batió un record, permaneciendo en su puesto tres años y medio después de la fecha de su renuncia obligatoria. Todos los obispos del mundo deben poner a disposición del Papa su salida al cumplir los 75 años, así lo establece el Código de Derecho Canónico. Si no existen particulares problemas suelen pasar algunos meses antes que se concrete efectivamente su cambio.
Por respeto a su investidura la Santa Sede ofrece a los cardenales más tiempo en su ministerio, salvo excepciones. Pero con Sandoval los tiempos se han extendido ampliamente. Una deferencia de la cual ni siquiera ha gozado el cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo emérito de la importante arquidiócesis de Milán en Italia, cuya renuncia fue aceptada a los 77 años.
Querubines replican.- Que fue notable la atención reservada por El Vaticano al presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, el pasado jueves 13 de octubre con motivo de una audiencia privada con el Papa. La diplomacia apostólica aceptó hacer una excepción a su rígido protocolo para permitir que la tercera esposa del mandatario, Rosa Elena Bonilla, pudiese ser recibida por Benedicto XVI.
Según la tradición el pontífice no recibe en audiencias oficiales a las parejas divorciadas y vueltas a casar. Sí se permite, claro, las reuniones con jefes de Estado en esa situación de vida pero, en tal caso, las mujeres no participan. Muchos recuerdan en Roma la última audiencia de Joseph Ratzinger al presidente francés, Nicolás Sarkozy, con la evidente ausencia de la italiana Carla Bruni.
Para toda regla existe excepción, se aplicó en el caso de Honduras. El encuentro se dividió en dos partes: la primera –de carácter oficial- que consistió en un “cara a cara” de 23 minutos entre el Papa y el mandatario, intérprete de por medio, con una posterior presentación de la comitiva formada por cinco funcionarios. Todos hombres.
Terminado ese momento el líder católico saludó a una delegación totalmente femenina conformada por las esposas de quienes habían estado poco antes en la misma biblioteca pontificia. El grupo, obviamente, estuvo encabezado por la cónyuge de Lobo Sosa. Un truco protocolario para dejar a todos contentos. Cosas del mundo diplomático.