18.10.11

 

Lo he repetido muchas veces, soy bastante alérgico a las conspiranoias. Creo que el hombre se basta él solito para buscar malas soluciones. Pero la historia demuestra que sí que ha habido acciones concertadas, y muchas veces con publicidad y alevosía.

Me limito a dar noticia de esta por lo extraño que resulta el contexto, una conspiración de las ‘potencias’ occidentales para acabar con el cristianismo en Oriente aprovechando las revueltas en los países musulmanes. Curiosamente ha sido denunciada en un sitio visceralmente anticatólico como lo es la Red Voltaire, y reproducida por toda la patulea de webs antisistema. Además, el autor es un personaje que está un poco «pa’llá»: Thierry Meyssan. Un sujeto que se forró con un libro –La Gran Impostura– en el que postulaba que los atentados del 11S habría sido organizados por una facción del complejo militar-industrial norteamericano para instaurar un régimen militar expansionista. Vamos, que mucha credibilidad personal e institucional no aporta.

Pues según Meyssan:

El veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU impidió en el último minuto el comienzo de la guerra que Estados Unidos, Francia y Reino Unido habían planificado contra Siria para noviembre de 2011. Según Nicolas Sarkozy, quien se encargó de comunicárselo al Patriarca maronita en un tormentoso encuentro celebrado en el palacio francés del Elíseo el 5 de septiembre de 2011, el plan de los occidentales prevé la expulsión de los cristianos de Oriente. En ese contexto, se desarrolla en Europa toda una campaña de prensa tendiente a acusar a los cristianos de Oriente de complicidad con los dictadores. La madre Agnes-Marian de la Croix, hegúmena del monasterio de San Jacobo el Mutilado, en Qara (Siria), responde a esta propaganda de guerra.

Sin embargo, la entrevista que hace a la Madre Agnes-Marian de la Croix está muy bien, a pesar lo tendencioso del entrevistador. Da la cara por el Patriarca Maronita que salió en defensa del régimen sirio, sobretodo para que los «Hermanos Musulmanes» no tomen el control de la región. Destaco un párrafo, y aunque cae en la simplificación de hablar de Occidente y Oriente, matizando algunos términos, lo suscribiría.

Desgraciadamente, Occidente ha erradicado el concepto de pertenencia a la tierra, a la familia, a la etnia y, en definitiva, ha erradicado el concepto mismo de identidad ontológica. Su modelo no se basa en el reconocimiento del individuo sino en intereses periféricos. En nombre de lo económicamente útil se sacrifican –en beneficio de las multinacionales– los principios de la patria, de la familia, de la identidad personal. No nos damos cuenta de que estamos siendo arrastrados por un totalitarismo mucho más desenfrenado y maléfico que el de esos pequeños regímenes autoritarios que están tratando de derrocar. Estos han tenido el mérito de haber sabido aprovechar el tejido social, identitario, familiar, tribal y clánico de nuestro misterioso Oriente. Yo estoy consciente de que la felicidad de nuestra vida resulta, al ser vista desde lejos, totalmente incomprensible para Occidente.

Con conspiración o sin ella, los hechos no hablan precisamente de un respeto a las minorías cristianas por parte del nuevo poder surgido en cada país después de las revoluciones.