18.10.11

¿El ser humano va a tener que soportar siempre esto?

A las 12:25 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
Enlace a Libros y otros textos.

……………………..

Por mucho que lo pienso no llego a otra conclusión que no sea que hay personas que llevan una existencia malvada y alejada de Dios tanto, tanto, que por mucho que disimulen sólo llevan a la realidad de la que, por desgracia, tienen el control, su malsano sentido de la existencia y de la vida.

Son, ya, demasiados casos de villanía y de sinsentido; demasiados los ataques a la dignidad de la persona so capa de aplicación de una normativa que está en contra de la vida humana y que odia todo lo que no sea su propio ombligo religioso.

Seguramente habrá personas que puedan pensar e, incluso, decirlo que se trata, al fin y al cabo, de una concepción determinada de lo religioso y que, por eso mismo, nada podemos o debemos objetar. La religión, dirán, es como es en cada sitio y, por eso de la inculturación, conviene adaptarse a lo que en cada lugar se hace, dice y obra.

También es hasta posible que por no querer causar malestar a religiones distintas de la que dice ser fiel quien habla se tienda un manto de indiferencia sobre lo que pasa en otros lares y lugares porque, o debemos olvidarlo, que al comportamiento relativista le basta con decir que, como todo vale, también vale eso.

Sin embargo, hay algo por encima de todo lo demás y es que, hablando en plata o con claridad meridiana, la dignidad del ser humano ha de estar, siempre, por encima de lo que se le quiera hacer recaer sobre la misma y, por lo tanto, no es de recibo que se crea poco apropiado decir lo que se piensa al respecto porque, quizá, se vaya a molestar a otros creyentes. La verdad es la verdad, la diga, como se dice, el tal Agamenón o el que fuera su porquero.

Por ejemplo, el beato Juan Pablo II, en su Carta a las Mujeres (de 1995) dejó escrito dónde, exactamente, podemos reconocer la importancia de la dignidad de la mujer: “pero es sobre todo la Palabra de Dios la que nos permite descubrir con claridad el radical fundamento antropológico de la dignidad de la mujer, indicándonoslo en el designio de Dios sobre la humanidad” (6).

Por eso ahora tenemos que clamar contra noticias como ésta (Religión en Libertad): “Una actriz iraní es condenada a un año de cárcel y a 90 latigazos por participar en una película”. Ahí queda eso.

Esto, en sí mismo, es grave pero es peor es lo que subyace tras la citada noticia.

Lo que podemos decir es que se supone que hay personas que se creen en el derecho de castigar a alguien por, aparecer sin el correspondiente velo islámico que, al parecer, toda mujer iraní (tal es la nacionalidad de Marzie Vafamehrha) ha de portar, quiera o no quiera. Por lo tanto, subyace lo peor de la condición humana bajo normas tan bárbaras como las que permiten condenar a alguien no por lo que hace, si es que eso pudiera ser condenable, sino por cómo lo hace que es el colmo de la manipulación y la barbarie.

Pregunto, por eso mismo, si es que el ser humano va a tener que seguir soportando comportamientos tan viles y tan nefastos (contrarios a lo justo religioso) como el que acaban de perpetrar en algún tribunal de Irán volcando toda su misoginia y todo su odio hacia la mujer de parte de unos interpretadores de la voluntad de Dios que ni es voluntad ni es de Dios ni nada de nada sino, en todo caso, de unas personas que creen haber encontrado la forma más perfecta de aplicar, sobre las personas que están bajo sus botas o babuchas, una ley que deben entender como buena y benéfica para una población que tiene que soportar el mal sobre sus cabezas y la permanente espada de Damocles pendiendo sobre sus respectivos cráneos.

Ahora bien, se entienden muchas cosas cuando existe en Irán un “Ministerio de Cultura y Orientación Islámica” que debe ser algo así como el instrumento de censura y tortura que utilizan en el régimen de terror que impera en aquella nación musulmana.

Sin embargo, lo único que nos consuela es saber que, al menos, de la justicia de Dios no se van a librar los mandamases del látigo y la equivocada ley. Ya tendrán tiempo de solazarse con Satán. Y que Dios los perdone.

Eleuterio Fernández Guzmán