20.10.11

 

Al leer la petición de los rabinos europeos al Vaticano para que suspenda las negociaciones con la FSSPX, pensé inmediatamente: “éramos pocos y parió la abuela". Aparte del “caso Williamson", que la propia Fraternidad se ha encargado de solucionar de forma bastante contundente, parece que les ha molestado el contenido de un artículo del superior de los lefebvristas en Francia, el P. Regis de Cuaqueray. El mismo arremetió contra el próximo encuentro de Asís, nada nuevo en el discurso lefebvrista, y al referirse a los judíos dijo: “¿Cómo puede uno imaginarse que Dios acepta con gusto las oraciones de los judíos, que son fieles a sus padres, quienes crucificaron a su Hijo, y que niegan el Dios trinitario?”

Para los rabinos esa pregunta es antisemita. Yo más bien pienso que es anti religión judía en el mismo sentido que podría ser anti religión musulmana afirmar que Mahoma no es un verdadero profeta y el Corán no es un libro revelado por Dios. No me imagino a la Santa Sede poniendo el grito en el cielo si un rabino judío afirma que Jesús no es el Mesías.

De la misma manera que la Iglesia no se mete en los asuntos internos de los rabinos, sería de desear que los rabinos hicieran el favor de no meterse en los asuntos internos de la Iglesia. Y ya de paso, va siendo hora de que dejen de considerar que cualquier crítica al judaísmo, como religión -y de paso al Estado de Israel como país-, implica antisemitismo. No vaya a ser que algunos pensemos que están usando la tragedia del Holocausto, condenable y repudiable al máximo, como escudo religioso y político. Así no se honra la memoria de las víctimas.

Personalmente creo que es innecesario e injusto -ver Ez. 18- decir que todos los judíos de hoy son fieles a sus padres, los que crucificaron a Cristo. No creo que los judíos del siglo XXI se froten las manos de alegría al ver un crucifijo. Tampoco creo adecuado ponerse en el lugar de Dios para decir si Él acepta o deja de aceptar las oraciones de nadie. Afirmar que los judíos no son trinitarios no puede ofender a nadie, porque es la pura verdad. Y en todo caso, la postura oficial de la Iglesia sobre el judaísmo y los judíos la da el Papa. Si finalmente se llega a un acuerdo con la FSSPX, no supone que el catolicismo en pleno asuma el discurso de ese sacerdote ni lo que dijo Williamson.

Por último, creo que sería bueno que alguien dijera que para la Iglesia es más importante la reconciliación entre sus hijos que las buenas relaciones con miembros de otras religiones. En principio no tienen por qué ser contradictorias ambas realidades. Pero si, por la razón que sea, llegan a serlo, la elección es clara. Sólo faltaba que tuviéramos que soportar que se prolongara la división entre nosotros para no molestar a quienes no reconocen la divinidad y realeza de Cristo.

Luis Fernando Pérez Bustamante