20.10.11

 

Tras casi mil asesinatos y tras dejar una estela de heridos, viudas, viudos, huérfanos y familias destrozadas, la banda terrorista ETA ha anunciado ayer el cese definitivo de su actividad armada. Y lo ha hecho mediante un comunicado en el que:

1- Mantiene absolutamente todas sus tesis sobre lo que ha ocurrido en este país desde que la banda empezó a matar gente. Es decir, se trata de un “secular conflicto político” en el que existe violencia y represión de dos estados, el español y el francés, sobre el pueblo vasco, y que ha se solucionarse mediante el “reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular” de dicho pueblo.

2- Se alaba a sí misma y homenajea a sus asesinos. Dice que la lucha ha merecido la pena y que la misma “se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel o el exilio. Para ellos y ellas nuestro reconocimiento y más sentido homenaje“.

3- Advierte que a partir de ahora el camino no será fácil, pues “ante la imposición que aún perdura, cada paso, cada logro, será fruto del esfuerzo y de la lucha de la ciudadanía vasca“.

4- Al mismo tiempo que asegura el cese de su actividad armada, “ETA hace un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superación de la confrontación armada“.

Bien, creo que conviene aclarar algunas cuestiones:

1- ETA no desaparece ni entrega las armas. Es decir, sigue existiendo.

2- ETA desprecia absolutamente a sus víctimas. Ni las reconoce como tales, ni las pide perdón ni nada que se le parezca. Es más, presenta a sus asesinos como héroes nacionales, como las verdaderas víctimas del conflicto.

3- ETA sigue hablando de “lucha” de la ciudadanía vasca para conseguir su objetivo, que no es otro que la independencia.

4- Al mismo tiempo que anuncia el cese definitivo de su actividad armada, apela a los gobiernos de Francia y España a negociar para superar la confrontación armada. O sea dicha confrontación sigue presente aunque ellos digan que no piensan matar más.

Eso son los hechos. Mi opinión, desde mi condición de católico y de español, es la siguiente:

1- El hecho de que ETA tenga como símbolo la serpiente expresa a la perfección su verdadera naturaleza. Es la misma serpiente de la que habla la Escritura. Es decir, es un instrumento de Satanás para expandir el odio, la mentira y la destrucción de una nación llamada España. Tiene el mismo sentido fiarse de Satanás anunciando que va a dejar de hacer el mal como fiarse de ETA diciendo lo mismo.

2- Al no entregar las armas, ETA se reserva la posibilidad de volver a usarlas en el futuro si las cosas no salen como piensan. Hemos asistido a treguas “permanentes” de esa banda terrorista que han cortado de cuajo asesinando a inocentes. No hay ni una sola razón para pensar que no pueden volver a hacer lo mismo. Por tanto, para que empecemos a pensar que hay un cambio real de la situación, ETA debe desaparecer, entregar todo su arsenal y ponerse a disposición de las autoridades. Mientras haya un solo terrorista libre, existe la posibilidad de que la banda vuelva a asesinar.

3- El daño que ETA hace a las víctimas con este comunicado es moralmente casi tan execrable como el que les causó cuando les privó de sus seres queridos. No sólo no hay el más mínimo asomo de arrepentimiento por el mal causado, sino que hay un ensalzamiento de los actores directos de ese mal. No sólo matan sino que encima se mofan de los muertos y sus familiares. Una sociedad decente, que se respete a sí misma y que no quiera pisotear la memoria de las víctimas inocentes de una banda criminal, no puede consentir semejante actitud, que es delictiva en sí misma -no es otra cosa que apología del terrorismo-. De hecho, la reacción de las víctimas en las redes sociales y en los medios de comunicación está siendo de estupor, dolor, incredulidad y espanto ante la reacción política del gobierno, Zapatero, del candidato socialista, Rubalcaba, y del candidato del PP y muy probable próximo presidente de gobierno, Mariano Rajoy, que ha tenido el cuajo de decir que este comunicado llega sin haber realizado antes concesiones políticas.

Todavía no se ha producido una reacción de la Iglesia en España ante este comunicado. Veremos si mañana dice algo Mons. Martínez Camino en la rueda de prensa tras la reunión de la Permanente de la CEE. Y veremos si los obispos de las diócesis vascas emiten algún comunicado individual o conjunto. De momento recuerdo aquí que Mons. Munilla advirtió que sin arrepentimiento y reparación a las víctimas, la verdadera paz era una quimera. Cito unas declaraciones de febrero de este año del obispo de San Sebastián:

El prelado ha asegurado que, desde el punto de vista moral, celebra que Sortu se haya desligado de la violencia y entiende que es “un avance en la buena dirección” que “permite albergar más motivos para la esperanza", pero al mismo tiempo ha lamentado que la izquierda abertzale “haya desaprovechado esa ocasión para reprobar igualmente la anterior historia de violencia". “Hubiésemos queridos un desmarque completo y absoluto y creo que las víctimas del terrorismo se merecen que hagamos un esfuerzo por sanar sus heridas", ha remarcado Mons. Munilla, quien ha insistido en que no se puede dejar “abandonados a su dolor a quienes han sufrido en mayor medida la sinrazón de la violencia".

A mayor abundamiento, recomiendo vivamente la lectura de la homilía de Mons. Munilla con motivo de la última Festividad de Ntra Sra de Aranzazu. Vean ustedes lo que dice ahí de ETA, de la paz y de su uso “político". Y luego analicen el comunicado de ETA a la luz de sus palabras.

Para muchos hoy es un día bueno para España. Para muchos otros, entre los que me encuentro, es un día de infamia, siquiera sea por el desprecio de los asesinos a sus víctimas. Creo que, muy lejos de la idea propagada desde el gobierno y sus satélites mediáticos, ETA no sólo no está derrotada sino que sigue teniendo la sartén por el mango. Sus treguas siempre han sido estratégicas, buscando la manera de lograr sus objetivos. Nada me hace pensar que este anuncio no siga exactamente el mismo patrón. Pero incluso aunque finalmente fuera cierto que esa gentuza asesina dejara de matar, ¿me puede alguien decir que con eso ya está solucionado el problema? ¿qué pasa con la justicia?, ¿qué pasa con la reparación a las víctimas?

Recordemos la parábola de la viuda que pide justicia al juez injusto, el cual, con tal de no escucharla más, accede a atender sus legítimas demandas. Viendo al actual gobierno y al que nos puede llegar -Rajoy se ha quitado hoy del todo la careta-, me temo que en este país las víctimas no van a conseguir siquiera lo de la viuda de la parábola del evangelio. Es más, sospecho que van a intentar acallarlas. Sus lágrimas estorban. Sus palabras molestan. No encajan en el traje de la “paz” que nos quieren imponer.

Como cristiano tengo la esperanza de que Dios hará justicia a los inocentes. Ojalá podamos ver esa justicia en este mundo en relación a las víctimas de ETA. Pero de no ser así, nadie dude de que se establecerá el día en que Cristo vuelva en gloria y poder a juzgar a vivos y muertos. Entonces no habrá comunicados que valgan. No habrá pactos bajo cuerda. No habrá políticos traidores. No habrá lobos disfrazados de pastores del rebaño del Señor.

Luis Fernando Pérez Bustamante