Reconoce con vergüenza que se ha recurrido a la violencia en nombre de la fe cristiana

El Papa condena en Asís el uso de la religión para justificar la violencia terrorista

 

Benedicto XVI ha pronunciado un discurso este mediodía en la basílica de Santa María de los Ángeles, en Asís, con motivo de la conmemoración de los 25 años del histórico encuentro por la paz convocado por el Beato Juan Pablo II. El Papa rechazó que se use la religión para justificar la violencia y denunció que ésta caracteriza el mundo actual, en el que se ha impuesto el terrorismo. El Santo Padre ha reconocido, «lleno de vergüenza», que también se ha recurrido a la violencia en nombre de la fe cristiana.

27/10/11 5:25 PM


 

(InfoCatólica) "Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del 'bien' pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia", afirmó el Pontífice.

El Papa cree que la deformación y destrucción de la religión lleva a la violencia  de unos contra otros. Acabar con ello, ha dicho el Santo Padre es "una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro. A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza".

"El Dios en que nosotros los cristianos creemos", ha afirmado Benedicto XVI, "es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia. La Cruz de Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es “Dios del amor y de la paz“ (2 Co 13,11). Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que – no obstante la debilidad del hombre – sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo".

Al mismo tiempo, el Papa ha recordado que "el `no´ a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios".