2.11.11

 

La noticia corrió ayer como un reguero de pólvora encendida por internet. El P. Paul Morgan, responsable de la FSSPX en Gran Bretaña, había publicado una carta dando detalles sobre la reunión que mantuvieron los superiores de la Fraternidad en Albano para abordar la propuesta que Roma les hizo de cara a regular su situación dentro de la Iglesia. El problema es que entre dichos “detalles” figuraba el rechazo total al preámbulo doctrinal que la Santa Sede les ha pedido que acepten.

Al poco de publicarse la carta, la retiraron de la portada de la web de la Fraternidad en el Reino Unido. Pero como dicha misiva forma parte del boletín de noviembre de los lefebvristas británicos, el contenido todavía puede ser leído en esa web.

La retirada implica posiblemente que los superiores de Morgan le han llamado al orden. Es de sentido común que la información en relación a la reunión de Albano le corresponde darla a Mons. Fellay o a quien él determine. No sabemos si lo del P. Morgan es una grave imprudencia o una forma de presionar para que su visión de lo sucedido en Italia sea la que gane en un posible debate interno. Ahora bien, no parece factible que ese sacerdote mienta, lo cual nos lleva a creer que, efectivamente, hay consenso entre los lefebvristas en el rechazo al preámbulo doctrinal que les puso delante la Congregación para la Doctrina de la Fe.

De hecho, la carta del P. Morgan da pistas sobre el contenido del ya famoso preámbulo. Dice que en el mismo la Iglesia pide a los lefebvristas que acepten la legitimidad del Novus Ordo y el Concilio Vaticano II según el Catecismo. He aquí el texto en inglés:

So it was perhaps not surprising to learn that the proposed doctrinal basis for any canonical agreement in fact contained all those elements which the Society has consistently rejected, including acceptance of the New Mass and of Vatican II as expressed in the New Catechism.

Si todo eso es cierto, el sacerdote lefebvrista es coherente con lo que la FSSPX ha sido en las últimas décadas. Es decir, él sigue pensando y diciendo lo que la Fraternidad ha enseñado desde que surgió la crisis por las ordenaciones ilegítimas de sus obispos. A un lefebvrista “pata negra” no le basta con que le digan que hay cosas discutibles en algunas formulaciones del Concilio Vaticano II. Quiere que la Iglesia admita que el concilio se equivocó. Quiere que el Novus Ordo -o sea, la Misa que celebran el 99.9% de los católicos- sea rechazado. Y no está dispuesto a que el Vaticano II sea interpretado desde el Catecismo.

¿Qué pasará en caso de que este “avance” del lefebvrista británico se convierta en la respuesta oficial de la FSSPX a la CDF? Pues sólo Dios lo sabe. En mi opinión la Fraternidad está ante una ocasión histórica, y probablemente irrepetible, para reconciliarse con la Iglesia definitivamente. Pero si siguen presentándose a sí mismos como garantes de la Tradición en contra de los errores de la Roma modernista, es poco probable que dicha reconciliación se produzca y continuarán en una situación anómala, cismática de facto (*), ajenos concretamente a los mandatos de la autoridad apostólica de la Santa Sede, y prescindiendo igualmente de los obispos locales en cuyas diócesis se instalan. En ese caso, antes o después llegará el momento en que ordenen ilegítimamente a más obispos para garantizarse la sucesión apostólica, lo cual llevará a futuras excomuniones.

En la carta del P. Morgan hay también una referencia al último encuentro en Asís. Para ellos esa reunión es el paradigma de la deriva de la Iglesia post-conciliar. Por tanto, que este Papa no renuncie a lo que llevó a cabo su predecesor es señal de que en el fondo, nada ha cambiado. Nuevamente, no les basta con que Benedicto XVI sitúe Asís en el contexto doctrinal de la Dominus Iesus. No quieren que el Papa aclare lo que es menester aclarar sobre ese encuentro. Quieren que Benedicto XVI rompa y desautorice por completo todo lo que se ha hecho antes.

¿Cabe ser optimista sobre la reincoporación plena de la FSSPX a la Iglesia? Obviamente no. Al menos de forma inmediata. Está por ver qué hace la Santa Sede si se confirma el rechazo al preámbulo doctrinal. Y sobre todo está por ver que dispone hacer el Señor en su providencia continua sobre la Iglesia.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) No pienso entrar en debates técnico-canónicos sobre dicha expresión, que no pretende ser más que mi opinión personal sobre la situación real del lefebvrismo en caso de que rechacen lo que la Iglesia les pide. O sea, lo mismo que digo cuando tacho de herejes a quienes no han sido declarados como tales de forma oficial. Si no estáis de acuerdo con que use esas tres palabras, decidlo en otro lado. Y si alguien se siente ofendido, que acuda a los tribunales eclesiales, civiles o penales para denunciarme, :D